Pregunta para entender, para comprender, para aprender.
Pregunta y mantén respetuoso silencioso, atento.
Recibe la respuesta sin prejuicios, con atención plena, en silencio.
Evalúa el contenido, sopésalo con tus conocimientos, no te dejes llevar por emociones aunque es bueno estar atento también a los colores de la intuición.
Repite la respuesta para que el otro corrobore que las has recibido.
Vuelve a preguntar si te quedan dudas o surjan nuevas a raíz de la respuesta o del silencio.
Que la intención sea elevarte y no presumir, ni querer tener la razón, o malograr al otro.
Pregunta sinceramente, como parte integral de la Comunicación Auténtica.
Cuando sea una pregunta para ti mismo, por ejemplo al estudiar en solitario, o al investigar un caso, o al analizar algún hecho para transformarlo en dato; puedes seguir similar proceso, con las variaciones correspondientes.
Adquiriste un nuevo gramo de conciencia, empléalo para adquirir el siguiente y no olvides preguntar.
uff! que maravillosa herramienta …
Pocas veces se invita a hacer preguntas, preguntas auténticas. Y wa Preguntar es en algunos casos un acto de valentía cuando el comun da una respuesta por sentada, y ha hecho de ella una verdad absoluta.
Muchas veces las preguntas salidas desde nuestra alma, han sido acalladas por el ego… y al hacerlo se ha perdido una valiosa oportunidad para construir a través de las respuestas puentes que nos llevan a la libertad, preguntar no para contender, no para imponer, sino para esclarecer y atraer un poco de luz a traves de esas respuestas que se alejan de la fantasía en tanto nos acercan a la realidad.
Indispensable para una comunicación auténtica sin lugar a dudas, Gracias querido moré…
Un abrazo!