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El dinero espiritual

La riqueza, entre ellas el dinero, es solamente un instrumento, como tal puede ser empleado con un fin constructivo o caótico.
Además es un símbolo y para muchos un ídolo al cual adorar y por el cual morir.

Desde la perspectiva espiritual, es bueno disfrutar de lo que adquiere el dinero, así como de cualquier otro beneficio material que nos ha tocado recibir,
siempre y cuando ello sea dentro de lo que es lícito y no perjudica.

En ocasiones es necesario restringirse, aunque se tenga abundancia a disposición,
pero esa no es la norma general, sino solamente cuando sea oportuna la impuesta limitación.

Lo habitual es gozar de los frutos materiales, pero sin estar pendientes, obsesionados, por ellos.
Es bueno cosechar plata, a través de mecanismos legales y saludables, sin sentirse acomplejado por ello; pero tampoco desvivirse para ganar un peso más, comprar una prenda más, tener el último modelo de auto o celular, etc.

Saber vivir construyendo SHALOM, con acciones de bondad y justicia, en la riqueza así como en la pobreza,
he ahí una gran manera de sembrar bendición en este mundo y gozo en la eternidad.
Porque el éxito, en definitiva, no se juzga por el acopio de patrimonio, sino en el ejercicio de la construcción de SHALOM.

Con tu dinero podrías seguir el consejo de los expertos, los que en verdad lo son, para que no sea una fuente de malestar ni de ruina,
sino motor de prosperidad, crecimiento y deleite.

Tal vez nos sirva atender esta propuesta de un buen amigo mío, que supo crecer de la estrechez a una gran opulencia: divide todos tus ingresos en cuatro partes:
A- 10% (y hasta el 20%) para TZEDAKÁ, entre las que se incluye apoyar económicamente nuestro trabajo en SERJUDIO.com y FULVIDA.com;
B- con lo que queda dividirlo en tres tercios:
  1- un tercio para los gastos y necesidades;
  2- un tercio para ahorro;
  3- un tercio para reinvertir en tu actividad productiva. Si no la tienes, porque por ejemplo eres empleado y no inviertes en el progreso de tu empresa, entonces puedes ver de hacer alguna inversión.

En toda ocasión, construcción de SHALOM,
que el breve pasaje por este mundo no sea lo único en tu existencia, pero tampoco dejado de lado por un anhelo fantasioso de “salvación eterna” egoísta.

Justica, justicia perseguir

La justicia es un ideal, una entelequia.
Debemos procurarla, hacer lo que esté a nuestro alcance para transformarla en una realidad.
Pues, sin justicia difícilmente haya paz.
Es un mandato divino, pero también una imposición de nuestra NESHAMÁ que se traduce en el sentido ético.

Pero, es imprescindible darnos cuenta de que solo somos personas que aplicamos como podemos lo que podemos.
También aquellos que han estudiado y han sido designados como jueces en sus correspondientes instituciones sociales.
Ellos también están dominados por el EGO.
Ante la sombra del sufrimiento, cuando pincha la impotencia, se disparan los mecanismos oscuros.
A veces para obtener dolosos beneficiosos; en otras para disminuir la amenaza del terror que se avecina.

La presión social suele ser inmensa, la masa apremia y desde las cúpulas de poder hay aun más intimidación.
Aunque fuera de manera inconsciente, se doblega el pensamiento de aquel que debe dictaminar para establecer justicia.
No todos los dictámenes son apegados a lo que es objetivamente justo, o se aproxima humanamente a ello.
En ocasiones queda margen de duda, en otras resulta evidente que algo no está bien.

El desvío de la justicia puede ser dentro de la ley, y hasta enmarcado por leyes que pudieran resultar benignas y sabias.
O puede ser en el filo que separa lo legal de aquello que no lo es.
O ser un acto arbitrario, sin amparo.
Como sea, falta la justicia.

¿Hasta cuando seguiremos en el CAOS, sin construcción de SHALOM generalizada?

Octavo

Parashá SHEMINÍ, octavo.
El día que siguió a los siete de preparación previos, de los cuales nos enteramos al final de la parashá anterior.
El día señalado expresamente por el Eterno para inaugurar Su primer Templo, el Mishcán (Tabernáculo), que acompañó desde ese primero de Nisán en adelante a Sus hijos del pueblo de Israel.
Lugar de la manifestación Divina, del encuentro con Él.
Ese día fueron consagrados también los objetos sagrados, así como los integrantes del clan levítico que formarían la familia sacerdotal para todas las generaciones, los cohanim.

En la Tradición se nos enseña que el octavo indica el inicio de una nueva etapa, una que sucede a la anterior que ha culminado.
Hasta ese entonces hubo un período de siete en el cual se creó una realidad, o se trabajó por ella, o se realizó un proceso. Todo esto culmina y deja paso a una nueva realidad.
Siguiendo el modelo de la Creación, en donde hubo siete etapas, las cuales tradicionalmente llamamos días (que no son los nuestros de 24 horas).
Al finalizar el día séptimo, aquel Shabat universal, se inició un nuevo episodio de la existencia cósmica, el cual es el mundo que nosotros residimos.
(Aunque lo cierto es que podríamos decir que todavía estamos en el Shabat creacional, pues en ninguna parte está expresado que terminó, como sí quedó dicho de los anteriores seis períodos.)

Siete días, finaliza el acto creativo Divino. Al octavo comienza el gobierno de Dios oculto, a través de la naturaleza reglada por las Leyes por Él dictadas.

Durante sus primeros siete días de nacido el varón judío todavía no lleva sobre sí la señal del pacto sagrado y eterno entre Dios e Israel, en su carne no se evidencia su identidad espiritual judía. Al día siguiente, si la salud lo permite, es circuncidado. Finalizó la etapa carnal y comenzó a caminar el nuevo trecho de manifestación espiritual en la carne.

Durante siete días se celebra la boda judía con reuniones de familia y amigos, en los cuales se festeja y bendice a la nueva pareja. Siguen en esta luna de miel rodeados de las viejas familias. Al día siguiente, terminaron los preparativos, ya es el octavo día posterior a la boda, ahora empieza la etapa nueva, en donde enfrentar juntos los desafíos de la vida cotidiana. Despegan hacia la formación concreta de su nueva familia.

Durante siete días, tras el entierro (o al enterarse del fallecimiento posteriormente) la familia directa expresa lo más hondo del ritual tradicional del duelo. Tras lo cual, al octavo se inicia la etapa de la aceptación de la nueva realidad, en la cual el familiar ya no se encuentra físicamente pero igualmente es deber retomar la vida y rearmarla, con los elementos de los cuales ahora se disponen.

Tal vez tú recuerdes otras ocasiones en las cuales el lapso de siete fue de preparación, de formación, de separación, de adecuación para desembocar finalmente en el día octavo, que estrena el escenario renovado.
Tal vez no tengas presentes otros.

Lo importante, quizás, es darte cuenta de que muchas veces tenemos que estar esforzándonos en el período de la preparación, ejercitándonos, entrenando, elaborando, sacrificando, realizando lo que esté ordenado o sea necesario para que luego podamos disfrutar o acomodarnos al nuevo contexto. Uno que estará ahí, y que es mucho mejor cuando nos hemos dedicado anteriormente para llegar a él.

Sería maravilloso que compartieras aquí debajo, como comentario, tus ideas y pareces respecto a lo que has leído en este texto. Gracias.

Gente buena

Hay gente que quiere compartir bien con el prójimo, aunque hayan sufrido injusticias, incluso si les han devuelto mal a cambio de su bondad.
Es como una costumbre generosa, que en mejores o peores ocasiones les brota e impulsa a actuar así.
(Y hay gente que aparenta ser luminosa, hace una mímica muy verídica, pero su LUZ está postergada detrás de innumerables cáscaras y máscaras oscuras, y sus acciones no buscan el bienestar sino algún beneficio mezquino, consciente o no).

La gente buena, por ahí ejercitan ingenuamente su bonhomía, o tal vez movidos por un pensante deseo de ser caritativos; y quién sabe, hasta podría ser que tuvieran fe en el hombre y optaran por enfocarse en las luces (aunque fueran pequeñas) en lugar de estar obsesionados por la oscuridad (cualquiera fuera su tamaño e importancia).

Su afable propuesta puede manifestarse en posturas, entonaciones, gestos, palabras, acciones, o sus correspondientes contrarios y complementos.
Pueden conducir a resultados positivos y agradables, pero también pueden aumentar la grieta, empeorar el malestar, provocar daño.
¿Cómo saber las consecuencias si tan solamente controlamos una pequeñita parcela de poder?

Lo cierto es que las buenas intenciones sin conocimiento y atención, suelen terminar en algún sufrimiento.
Por lo cual, sería necesaria una gran cuota de paciencia, así como esfuerzo por aprender, cuestionar, desaprender y repensar, para que su ejercicio estuviera más encaminado a un resultado beneficioso.
Sin olvidar que detrás de algunas buenas acciones hay intereses inconscientes, hasta ignorados por el propio actor. Por lo cual, el conocimiento de sí mismo, el revelar sus manifestaciones del Yo Vivido a la LUZ del Yo Esencial sería de suma importancia.
En esto va el crecimiento que se adquiere por medio de la CabalaTerapia, así como también la lealtad a la NESHAMÁ por medio de saber y aplicar los mandamientos que corresponden lealmente a cada uno.

Como indispensable contrapeso de la bondad se encuentra la justicia.
Ya que si escasea la justicia, o hay un exceso abundante de ella, la bondad corroe y no repara ni ayuda al bienestar.
Es con ambas, bondad Y justicia que se construye SHALOM, una vida de plenitud y paz, interna y externamente.

Ni tan bueno ni tan malo

¿Haces el bien para beneficiar generosamente a otro, o  para obtener algún beneficio, sea éste mundano o divino?
¿Lo haces porque nace de ti, o por obligación, sea ésta mundana o divina?
¿Qué te impulsa a actuar con bondad?

¿Te abstienes de actuar mal por consideración al otro, o quizás para evitar una posible represalia, tanto material como metafísica?
¿Te alejas de la mala acción porque lo consideras indigno y falto de ética, o porque temes ser descubierto en falta y avergonzado de algún modo?
¿Qué te empuja a evitar la práctica de maldad?

El sabor del control

Dijeron los israelitas casi al final de su travesía por el desierto:

«nuestra alma está hastiada de esta comida miserable.»
(Bemidbar / Números 21:5)

¿Comida miserable, repugnante, maldita?
Así hablaban del MAN, maná, del cual se dijo:

«Era como semilla de cilantro, blanco; y su sabor era como de galletas con miel.»
(Shemot / Éxodo 16:31)

Y de acuerdo a la Tradición (TB Iomá 75a), este alimento de origen milagroso recibía el sabor de casi cualquier otro alimento que uno imaginara estar consumiendo.
Entonces, ¿cómo pueden expresarse de esa manera los ingratos quejosos?

Una respuesta te la brindo a continuación, con una (espero) interesante enseñanza para tu vida.

Cuando obtenemos algún control, sentimos satisfacción.
Por ejemplo: terminé la carrera; obtuve un título profesional; formalice la relación de pareja; compré una casa; cambié el auto; comí un postre; encontré un billete en la calle; recibí una bonificación en la paga; dejé de fumar y me mantuve; bajé los kilos necesarios; me animé a pedir el divorcio; me fui de vacaciones; me encontré con un viejo amigo; etc.

Cuanto menos dependa el disfrute de nuestro poder, menor es el regocijo disponible para nuestro deleite.
Por tanto, si alcanzamos un logro con nuestro esfuerzo, el placer se siente con mayor potencia. A mayor energía dedicada, cuanto más hemos puesto en la realización, se supone que mayor es el índice de placer disponible.
Por su parte, aquello que viene gratis, de regalo, con poco esfuerzo, igualmente es poco valorado o escasamente disfrutado.
Por ejemplos: me entrené para la maratón y la corrí, llegué exhausto pero contento y con un sentimiento de tarea cumplida. Es una cima en mi nivel de disfrute.
No me entrené muy bien, hice trampa sin que nadie lo advirtiera, crucé la meta y recibí mi medalla de maratonista. Me siento genial sabiendo que soy muy “vivo”, la típica viveza criolla puesta en funcionamiento. Pero en verdad, cuando me sincero conmigo mismo… ¿me siento satisfecho y feliz con el trofeo sin valor?

Si aplicamos el poder para controlar lo controlable, brota por sí mismo el disfrute.
Siendo así, resulta provechoso en grado sumo enseñar a nuestros hijos a que trabajen para alcanzar sus metas, que se ocupen y sean responsables y comprometidos en la edificación de su propio bienestar.
Aquel que espera subsistir de milagro, en total abandono de acción constructiva, paralizado a causa de su irracional fe en lo sobrenatural; tal vez sea beneficiado con alguna dádiva que provenga de algún lugar, pero es dudoso que exista regocijo sincero allí. Quizás el mínimo placer de satisfacer una urgencia fisiológica, o aquel ilusorio gozo de imagina regencia sobre alguna deidad; lo cual es solo vanidad, algo pasajero y sin trascendencia.

Por supuesto que es bueno recibir regalos, disfrutar y compartir aquello que nos quieran obsequiar, ya que pasa a nuestra propiedad y por tanto ejercemos cierto control que nos derivará satisfacción.
Pero, se acrecienta el placer cuando el logro se basa en la mayor dedicación puesta en construir aquello que lo dispara.

Aunque, mucho cuidado, puesto que es imposible obligarnos a sentir placer.
El placer es un efecto derivado de acciones que acontecen, por nuestra obra, o a por acción de otros.

Por otra parte, si hay un exceso de control, al punto que en verdad ya se ha perdido el mismo porque pretendemos controlar lo que no es posible que controlemos; entonces no existe posibilidad para el disfrute. Hay exigencias desmedidas, estrés, agotamiento, debilidad, sentimiento de impotencia.

Encontrándole tu sentido a la vida

Quizás muchos de los lectores en esta página estén familiarizados con Victor Frankl y la logoterapia, a como haya muchos que no. Hasta hace unos días atrás yo pertenecía al segundo grupo, sin embargo, y por recomendación de un amigo, leí el libro “El Hombre en Busca de Sentido” del Dr. Frankl, el cual ha sido uno de los libros más enriquecedores de los que he leído hasta el momento, su impacto ha sido tal, que he deseado compartir contigo, querido amigo, varias de las enseñanzas que extraje de esa excelente obra literaria.

Antes de que comencemos a aprender un poco acerca de logoterapia, y cómo una persona que vive libre de las ataduras de las religiones debe de actuar, te haré una pregunta muy directa, una vez que la hayas contestado con toda honestidad, sigue leyendo lo que he escrito. ¿Cuál es tu razón de vivir? ¿Tienes una razón para vivir, o no sabes por qué estás aquí?
Si no pudiste contestar a las preguntas anteriores, no te sientas mal, pues de lo que este ejercicio se trata es de que aprendamos juntos y que compartamos la experiencia de dotar de sentido nuestra existencia. Mucha gente anda por la vida sin saber qué quieren hacer, te compartiré mi experiencia personal.

Por muchos años de mi vida cambié de carreras en la universidad porque no me hallaba en ninguna de las que escogía, hasta que me incliné por la abogacía y me hice abogado. Habrá quien se incline por la medicina, por la pintura, por la talabartería, en fin, hay tantas cosas que pueden darle un significado a nuestra vida, y no necesariamente tienen que ser de índole laboral, puede ser la familia, tu pareja, tus hijos, un libro que quieras escribir, etc.

Para el Dr. Frankl, cada quien debe ser el que dote de significado su vida, no existe una receta general o una fórmula para decir qué es lo que hace que tu vida tenga sentido, y solo tú puedes dotar de existencia tu vida porque solo tú sabes lo que quieres, el que no hayas descubierto aún lo que quieres, no significa que no esté ahí para que lo descubras, como un regalo que el universo te da, pero que no has encontrado aun.

Mucha gente huye de su existencia vacía porque no saben por qué viven, muchos de los delitos y crímenes que se cometen se dan por ese vacío existencial de las personas y en tanto que no reconozcamos ese vacío existencial, no podremos resolver los problemas sociales. Paradójicamente la postura del liberalismo que se enfoca en el individualismo es uno de los vehículos para la resolución de los problemas sociales, porque si dotamos a las personas de las herramientas para que encuentren la razón de vivir, muchas de ellas buscarán seguir el camino para alcanzar esa razón y no se distraerán en cosas que los aparten de esa meta.

Un tema importante es la frustración existencial que se puede ver de tres maneras distintas:

1- Como existencia propiamente dicha, es decir, un ser humano que ocupa un lugar en el tiempo y en el espacio.
2- El sentido de la existencia.
3- Afán de encontrar un sentido concreto a la existencia personal, que el Dr. Frankl denomina como la voluntad del sentido.

Curiosamente, sin importar las circunstancias, la bondad humana se encuentra en todos los grupos; si nos adscribimos a la tesis del Dr. Frankl, inclusive en grupos como en el Estado Islámico hay gente buena, que serán muy pocos y una minoría, pero las hay. Por ende, hay dos razas de hombres en el mundo, y nada más que dos: Los hombres decentes y los indecentes. Ambas razas se encuentran en todas las esferas sociales, desde los políticos megalómanos que roban al pueblo, a sabiendas de que empobrecen a las personas, hasta los maleantes en prisión. Pero también en la clase alta hay gente muy decente, a como la hay en los arrabales de las ciudades.

Entonces, el término “vida” no es una definición abstracta o desapegada a las personas, sino que, más bien es algo muy real y concreto, y configura el destino de cada persona, pues cada persona es distinta y única en cada caso. Ninguna persona ni ningún destino pueden compararse con el de otra persona o destino.

Aquí aplica aquello que dice el Talmud de que cada persona es un mundo y que si se salva a una persona, es el equivalente a como si se hubiere salvado al mundo entero. Con base a esto, debes de recordar que eres único e irrepetible, pero que el ser único e irrepetible, no obstante que te hace especial, no te hace mejor que los demás, sino especializado, en el sentido de que tienes algo por qué vivir, algo que es solamente tuyo y que nadie más puede hacer, solo tú.

La única persona que puede dotar de sentido a tu existencia eres tú, por ende, es tu responsabilidad el responsabilizarte por ti mismo y dar lo mejor de ti para que puedas realizar tu potencial, no se trata de la autorrealización por sí misma, sino de la autorrealización como un producto secundario de tu búsqueda por dotar de sentido tu existencia.

8fd0121b-3ec9-4423-a930-8acca444c858 Que tengas una bella semana, de lo que resta, y espero que este documento te sirva para avanzar en tu búsqueda de encontrarte a ti mismo y de dar sentido a la razón por la cual estás en este mundo.

El arte, ciencia y conciencia de preguntar

Pregunta para entender, para comprender, para aprender.
Pregunta y mantén respetuoso silencioso, atento.
Recibe la respuesta sin prejuicios, con atención plena, en silencio.
Evalúa el contenido, sopésalo con tus conocimientos, no te dejes llevar por emociones aunque es bueno estar atento también a los colores de la intuición.
Repite la respuesta para que el otro corrobore que las has recibido.
Vuelve a preguntar si te quedan dudas o surjan nuevas a raíz de la respuesta o del silencio.
Que la intención sea elevarte y no presumir, ni querer tener la razón, o malograr al otro.
Pregunta sinceramente, como parte integral de la Comunicación Auténtica.

Cuando sea una pregunta para ti mismo, por ejemplo al estudiar en solitario, o al investigar un caso, o al analizar algún hecho para transformarlo en dato; puedes seguir similar proceso, con las variaciones correspondientes.

Adquiriste un nuevo gramo de conciencia, empléalo para adquirir el siguiente y no olvides preguntar.

Shofetim 5775

En esta parashá en particular, pero en la Torá y en el resto del NAJ (libros que conforman las “Sagradas Escrituras”) en general, encontramos el insistente mensaje de Dios para que llevemos una vida justa.
Se nos instruye para que TZEDEK, la justicia (también llamada DIN, en ocasiones), sea uno de los principios que regule nuestras decisiones y acciones. Es decir, tomar en consideración los hechos, convertirlos en datos para ser analizados, evaluar con mesura y prudencia, ser racionales y en la medida de lo posible objetivos. Se emplean pruebas, evidencias y testimonios válidos al servicio de la Ley.

Al mismo tiempo se propone a JESED, la bondad, como su contrapeso.
Es decir, la fórmula del éxito cuenta con una mirada estricta, rígida, severa, apegada a la norma de forma escrupulosa; pero también se precisa la perspectiva generosa, sensible, comprensiva de las limitaciones, que encuentra las fórmulas legales para ser juiciosamente blandos.

Cuando ambas, TZEDEK y JESED, están en funcionamiento orgánico, se consigue el equilibrio interno y externo, pues se establecen relaciones humanas fluidas y saludables, un estado general de SHALOM, paz y/o completitud; con EMET, la verdad, abundando.

¿Serías capaz de expresar tres ejemplos, uno de solo TZEDEK, otro de solo JESED, y un tercero en el cual haya combinación de ambos y como resultado se obtenga SHALOM?

La Torá sabe que esta propuesta no debe quedar solamente como un lindo lema de vida, como una invitación idealista pero sin contenido concreto.
Por el contrario, indica mecanismos para que sea llevada a los hechos y se manifieste en la conducta cotidiana y habitual.
Por ejemplo, en el plano de lo colectivo declarando la necesidad de magistrados preparados y honorables; de fuerzas del orden público que sean competentes y leales; de gobernantes apegados al Derecho y con vocación de servir a Dios y por ello conducir con firmeza y honestidad al pueblo.

Esto mismo se trasfiere a lo individual, en cada uno de nosotros debe existir un líder positivo que nos lleva a grandes y buenas realizaciones; jueces que nos ponen en el camino; inspectores que nos advierten al salirnos de la ruta correcta; generales que nos llevan a la batalla contra los malos impulsos, etc.
Para construir SHALOM por medio de la bondad y la justicia, en pensamientos, palabras y acciones.

¿Hay alguna relación directa entre estas enseñanzas y el motivo central del jodesh ELUL, que está dedicado a la TEFILÁ (rezo), TESHUVÁ (arrepentimiento) y TZEDAKÁ (caridad)?

(Escrito y publicado originalmente en SERJUDIO.com pero republicado aquí por sus altas enseñanzas acordes a la espiritualidad del noájida).

Aprendizaje

Si, sería bueno recibir ese golpecito de suerte, esa noticia (buena) inesperada, esa herencia o ese depósito incógnito, que el familiar que se hizo millonario se acuerde de mí, ese pozo que lleva semanas acumuladas, ese billete con varios ceros tirado en el piso, o qué se yo, ese momento especial que no llega por más que lo deseamos.imagesSGFRLWOD

Pero también es muy bueno y maravilloso, que al no llegar esa «bendición», pensemos en nuestra parte, responsabilidades, planes, anhelos o sueños y mediante nuestras posibilidades busquemos la manera de llevarlos a cabo. Que al dejar de esperar regalos mágicos, podemos agradecer sobre algunas maravillas que vemos a diario, o simplemente por el placer de vivir un día más para hacer aquello que está REALMENTE bajo nuestro control.

Y si no sabemos cual es, si nunca nos preguntamos sobre nuestra vida, si es que hay un propósito para cada Ser, sea pequeño o con «poder»…

Aunque no suena a bendición, créeme que lo es. Yo he querido verlo así, podrás tú?