Luz en teoría y práctica

«Yo, el Eterno, te he llamado en justicia, y te asiré de la mano. Te guardaré y te pondré como pacto para el pueblo, y como luz para las naciones, a fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas.»
(Ieshaiá / Isaías 42:6-7)

La nación santa de Israel ha sido elegida para servir al Eterno y servir a las naciones.
Servir al Eterno por medio del conocimiento de Su Torá y aplicación de los preceptos que Él les ha encomendado.
ServirLo, como portavoces, como emisarios, como sacerdotes, como aquellos encargados de evocar la LUZ allí en donde la oscuridad ha extendido sus redes.
Y servir a las naciones, como guía, consejero, maestro, líder, encargado de rescatarlos de las tribulaciones del EGO para encaminarlos hacia la senda del SHALOM.
Eso es ser “luz para las naciones”.
El pueblo judío lo es al conocer su propia identidad espiritual y vivir plenamente de acuerdo a ella.
Esa es la manera práctica de liderar la salvación mundial.
Es una tarea esforzada y que conlleva sacrificios, uno de los cuales es el deber de sufrir todos los males que aquejan a las naciones, para así poder realmente rescatarlas del mal a cada una de ellas.
¡Es terrible! Porque ser el pueblo elegido, entonces, no implica dominación mundial, ni ejercicio de poder, ni recibir beneficios por sobre otros. Más bien, ¡lo contrario!
Requiere una tarea de perfeccionamiento, individual y colectivo, un esfuerzo constante, adentrarse en las profundidades teóricas pero también en los abismos que pueden angustiar a las naciones.
Así queda explicado, en grandes líneas, uno de los motivos por los cuales Israel ha sido, y es, una nación perseguido, expulsada, masacrada, timada, vejada, esclavizada, agredida, repudiada, y el resto de los oprobios que sufrido y sigue padeciendo en la actualidad.
Porque el pueblo judío debió conocer el sufrimiento en carne propia, en cada una de las torturas que las naciones han padecido a lo largo de la existencia humana.
Entonces, el judío fue exiliado, para conocer el exilio del otro. Fue hostigado, para identificarse con la persecución del otro. Fue esclavizado, para tener conciencia de la vida del esclavo y no dejar que sigua ocurriendo. Fue… todos los pesares que han acontecido, para que entonces Israel ocupe en teoría y práctica su rol de luz para las naciones.
Habiendo sido ciego, Israel da vista.
Habiendo estado preso, Israel libera.
Habiendo sufrido todo tipo de tormentos y oscuridades, Israel alumbra.

«Entonces dirás al faraón: ‘Así ha dicho el Eterno: ‘Israel es mi hijo, mi primogénito.»
(Shemot / Éxodo 4:22)

Los males espantosos de la actualidad, que seguimos sufriendo los judíos así como el Estado que nos convoca en la aspiración mesiánica, son los últimos eslabones de la dorada cadena de la redención.
Ésta ya ha comenzado, la Era Mesiánica ya es una realidad, sus primeros rayos han comenzado a alumbrar.
Pero siguen estando enquistados retazos de oscuridad, que parecieran querer devorar la LUZ con fanatismo y dolor. Pero finalmente será la LUZ la que prevalezca, Israel y la nación judía las que sigan caminando por la senda.
Habrá SHALOM, redoblemos el trabajo de construirlo por medio de acciones de bondad y justicia. Confiemos en el Eterno, oremos, estudiemos, pero hagamos nuestra parte, que Dios no la hará por nosotros.
Seamos luminarias para las naciones que aún siguen perdidos en tinieblas, porque nosotros también estuvimos allí y demostramos que se puede retornar al disfrute de la bendición.

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com, con alto contenido para los noájidas por eso compartido aquí también).

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