Hay gente que quiere compartir bien con el prójimo, aunque hayan sufrido injusticias, incluso si les han devuelto mal a cambio de su bondad.
Es como una costumbre generosa, que en mejores o peores ocasiones les brota e impulsa a actuar así.
(Y hay gente que aparenta ser luminosa, hace una mímica muy verídica, pero su LUZ está postergada detrás de innumerables cáscaras y máscaras oscuras, y sus acciones no buscan el bienestar sino algún beneficio mezquino, consciente o no).
La gente buena, por ahí ejercitan ingenuamente su bonhomía, o tal vez movidos por un pensante deseo de ser caritativos; y quién sabe, hasta podría ser que tuvieran fe en el hombre y optaran por enfocarse en las luces (aunque fueran pequeñas) en lugar de estar obsesionados por la oscuridad (cualquiera fuera su tamaño e importancia).
Su afable propuesta puede manifestarse en posturas, entonaciones, gestos, palabras, acciones, o sus correspondientes contrarios y complementos.
Pueden conducir a resultados positivos y agradables, pero también pueden aumentar la grieta, empeorar el malestar, provocar daño.
¿Cómo saber las consecuencias si tan solamente controlamos una pequeñita parcela de poder?
Lo cierto es que las buenas intenciones sin conocimiento y atención, suelen terminar en algún sufrimiento.
Por lo cual, sería necesaria una gran cuota de paciencia, así como esfuerzo por aprender, cuestionar, desaprender y repensar, para que su ejercicio estuviera más encaminado a un resultado beneficioso.
Sin olvidar que detrás de algunas buenas acciones hay intereses inconscientes, hasta ignorados por el propio actor. Por lo cual, el conocimiento de sí mismo, el revelar sus manifestaciones del Yo Vivido a la LUZ del Yo Esencial sería de suma importancia.
En esto va el crecimiento que se adquiere por medio de la CabalaTerapia, así como también la lealtad a la NESHAMÁ por medio de saber y aplicar los mandamientos que corresponden lealmente a cada uno.
Como indispensable contrapeso de la bondad se encuentra la justicia.
Ya que si escasea la justicia, o hay un exceso abundante de ella, la bondad corroe y no repara ni ayuda al bienestar.
Es con ambas, bondad Y justicia que se construye SHALOM, una vida de plenitud y paz, interna y externamente.