Perdiendo la calma
He hecho catástrofes, sin darte tiempo a respirar, y es que “yo” la Naturaleza he decidido darme a respetar.
No temes a mi fuerza, ni respetas a mi Creador, pues me debes cuidar como El te lo ordenó.
De mis entrañas te alimentas, no envenenes mi terreno, no destruyas mi fauna, o escasearé tu alimento.
Tiemblo en mi ira, y con mi soplo todo lo desaparezco, para que entiendas y me respetes, pues tu no eres mi dueño.
Con mis aguas lo destruyo todo, y más lo que más amas, pues de mi te has adueñado y estoy perdiendo la calma.
Me destruyes sin misericordia, no amas mi suelo, no entiendes que de mi saliste, y con mis lagrimas inundo a tu pueblo.
Soy testigo de lo que haces, así lo declaró el Eterno y si no me cuidas como debes, destruiré con temblor, agua, vientos y fuego.
El Eterno me utilizó, para moldear tu cuerpo, me perteneces a mi, mas tu alma pertenece al Eterno.
Magda Colón