“El que no vive para servir, no sirve para vivir” Un dicho popular que encierra una profunda verdad. Una vida solo para mi, no sirve, una vida de convivencia y compartida con los demás será una vida que vale la pena vivirla. Una vida desde el EGO, en donde yo soy en todo el primero y los demás vienen después será una vida desperdiciada.
Como hemos aprendido y estamos de acuerdo, es que el ser humano se compone de 5 dimensiones o planos de existencia, los cuales abarcan todas las áreas de su vida. Tales son el plano físico, el plano emocional, el social, el intelectual y el espiritual. Para tener una vida de éxito, no vivida para mí solamente, ni para los demás solamente, sino una con justo equilibrio que sea buena y provechosa para mí y para todos, será una que se viva integrando equilibradamente cada uno de los planos existenciales antes mencionados.
Valores tales como responsabilidad, perseverancia, constancia, confianza, diligencia, dedicación, paciencia, tolerancia, etc. son invaluables sí se aplican equilibradamente en TODOS los planos de nuestra vida. Obviamente, como seres humanos con deficiencias, daremos preponderancia más a un plano que a otro según las ambiciones e intereses de cada uno. Estará en cada uno de nosotros, según el autogobierno que cada uno aprende a lo largo de su vida, el vincular lo más equilibrado posible los 5 planos mencionados.
Entonces una vida de éxito será esa, una en la cual los 5 planos de la existencia se vinculan adecuadamente dando al ser la llenura interior que necesita par vivir feliz y en paz con él mismo y con los que le rodean.
Imagina un empresario exitoso, el cual todos sus negocios son un triunfo uno tras otro, pero su hogar está destrozado, ¿se podría llamar eso una vida de éxito?
Un artista lleno de fama y honores, aunque no necesariamente de riquezas, pero que su vida espiritual es un vacío, ¿ha alcanzado el éxito en la vida realmente?
Y así por lo demás, habrá casos y más casos. No se pretende que esto sea la fórmula mágica para alcanzar el éxito y la felicidad, de ningún modo (aunque personalmente creo que lo es, no es tan trivial). Lo importante es que se trate y se esfuerce en vincular cada plano de la vida con el otro mediante la capacidad de cada uno. Si no se logra, no importa, lo que importa es que se siga tratando, nunca rendirse, ser hoy mejor que ayer y menos que mañana, ése es el punto.
Un buen comienzo para unificar los planos existenciales será actuar según el mandato de la Ley Divina (según aplique, al judío o al noájida) en el área que cada uno de nosotros nos desempeñemos, ya sea como profesor, ingeniero, comerciante, etc. pues eso redundará en el servicio a los demás, que es el servicio divino, que dará a su tiempo una vida de éxito.