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Elegir como asna o como gran profeta, ¿qué escoges tú?

«Y el asna vio al enviado del Eterno, quien estaba de pie en el camino con su espada desenvainada en la mano.
(A) El asna se apartó del camino y se fue por un campo.
Y Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.
Entonces el enviado del Eterno se puso de pie en un sendero entre las viñas, el cual tenía una cerca a un lado y otra cerca al otro lado.
(B) El asna vio al enviado del Eterno y se pegó contra la cerca, presionando la pierna de Balaam contra la cerca.
Y éste volvió a azotarla.
El enviado del Eterno pasó más adelante, y se puso de pie en un lugar angosto, donde no había espacio para apartarse a la derecha ni a la izquierda.
(C) El asna, al ver al enviado del Eterno, se recostó debajo de Balaam.
Y éste se enojó y azotó al asna con un palo.»
(Bemidbar / Números 22:23-27)

Te indique con letras mayúsculas entre paréntesis las reacciones de la asna para salvar la vida de su amo ante el peligro del enviado del Eterno delante de él con su espada lista para ensartarlo.
(A) Se fue hacia un campo abierto.
(B) Al estar en un camino estrecho, pero que permitía el transito en los dos sentidos, se fue a uno de los lados chocando así con una de las vallas y lastimando a su amo.
(C) No tenía por donde esquivar al ángel, ni podía volver sobre sus pasos, por tanto se desplomó allí mismo.

Las reacciones del hombre fueron una y otra vez la misma, azotar al pobre animal.

Ir hacia el campo abierto, según nos dicen algunos sabios, es metafórico de Abraham Abinu, pues él es el máximo exponente del JESED, que es la bondad ilimitada. Tal como el campo abierto, disponible para todos, sin limitaciones impuestas.
El camino cercado por ambos lados representa a Itzjac Abinu, quien es el mayor ejemplo en el TANAJ de la cualidad de DIN, juicio, severidad, limitación. Él era un hombre estricto, que se manejaba de acuerdo al código, sin apelar a algo diferente.
En tanto que la senda única, sumamente estrecha, simboliza a Iaacov Abinu, el hombre del EMET, la verdad, que es una de las resultantes de combinar armoniosamente el JESED con el DIN. La verdad es única. No existe algo así como mi verdad o tu verdad, es sencillamente la verdad o no lo es. Por supuesto que el amo de la Verdad es el Eterno, de hecho, Él ES la Verdad. Por ello, a nosotros, meros mortales, solo nos corresponde un atisbo de la Verdad. Sin embargo, debemos ser cuidadosos para no arruinar esa chispa con insolencia, presunción, falsedad, ignorancia, etc.

La asna estaría indicando, seguramente sin saberlo y sin conciencia, que Bileam estaba enfrentándose a la familia de esos tres grandes hombres, los patriarcas de la familia judía.
Y la única reacción del más grande profeta de los gentiles, ¿cuál fue?
Enojarse, azotar, enceguecerse, atontarse, aferrarse a su odio y desprecio, huir de la realidad, ahogarse en su propia maldad.
Tenía la oportunidad de corregirse, de ser él quien volviera a la senda correcta, y no pretender corregir al asna en su andar mucho más “espiritual” que el del profeta.
Pero, no.
No tuvo la capacidad, la voluntad, el deseo, Bileam para ser mejor que su animal de carga.

Esto nos deja una enseñanza práctica.
Al principio tenemos muchas opciones para elegir, como si tuviéramos todo el campo abierto ante nosotros.
Al optar por una senda, las opciones se van reduciendo.
Es de sabio y prudente evaluar, analizar, tener una visión crítica de nuestro pasaje. Para ver si es necesario modificar el rumbo, hacer una pequeña corrección, o seguir con decisión firme por allí. Pero no como un necio, no encerrado en celdita mental, sino con la libertad que está a nuestra disposición.
Luego, las opciones se reducen aún más, hasta que solo tenemos la actual. Incluso allí es imprescindible tener la conciencia y claridad para evaluar y analizar, con racionalidad y honestidad, para entender si es necesario hacer un alto, o retornar o seguir por el mismo camino.

No actuar como Bileam, terco, necio, embrutecido, corrompido por sus malos deseos.
Sino ser, un poco, como la asna; quien tuvo la suficiente sagacidad para percibir el peligro y tomar las acciones necesarias para prevenirlo. Quien elegía por lo que fuera perjudicial, hasta cuando ya parecía que no había nada más para elegir.

Elegir como asna o como gran profeta, ¿qué escoges tú?

El profeta poderoso, ¿no?

Bileam era un gran profeta, de un altísimo nivel profético.
No hubo, y dudo de que haya, algún otro gentil que le alcance en su grado de recepción de la LUZ celestial. Equiparado con Moshé Rabeinu, el máximo profeta de la nación judía, e incluso dicen algunos que lo superaba como profeta.
Por si no bastara con ese don supremo, también era muy ingenioso y estudiado, tenía gran renombre, era acaudalado, su poder se extendía mucho más allá de las fronteras de su país.
Tenía todo y sin embargo, tampoco supo vivir con nobleza.
¿Sabes por qué?
Porque estaba hundido en odio, envidia y le faltaba compromiso para con el bienestar del prójimo.
Había estado ilusionado con ser el intermediario en la recepción de la Torá, en ser el gurú de una nación dedicada a adorar al Eterno; pero de repente, la historia se construyó de otra manera. Fueron los descendientes de Abraham e Itzjac e Iaacov los que se revelaron como nación de Dios.
Fue el ignoto Moshé quien escaló hasta el máximo grado en servicio al Padre.
Esto descompuso al profeta gentil, lo amargó, lo encerró en su celdita mental fabricada y custodiada por su EGO.

Allí estaba encarcelado y no reaccionó para iluminar con la LUZ de la NESHAMÁ su vida, sino que se mantuvo a la sombra del mal.
Sin dudas era extremadamente religioso, no cesaba de decir “amén”, “aleluya”, “gloria a Dios”, “alabanzas”, “adorar al Altísimo” y cosas por el estilo.
Y sí, era honesto en su religiosidad. No la usaba como máscara para esconder a un ateo, o a un politeísta olvidadizo del Eterno, ni como muletilla para no sentirse abrumado.
Era religioso al 100%.
Pero, recordemos que la religión es el travestismo de la espiritualidad. Es decir, a mayor religión menor espíritu.
Porque, la religión es una creación del EGO, que está destinada a mantener a los “fieles” esclavizados y no en el camino de la NESHAMÁ; ya que no hay peor mentira que aquella que se hace pasar por verdad.
Así estaba quien pudiera haber sido el buen Bileam, enroscado al EGO, o el EGO enroscado a él.
Lleno de religión pero vacío de espíritu, lleno de rituales y habladurías acerca de Dios pero con muy poco amor (que es la práctica de hechos favorables de manera desinteresada) hacia el prójimo.

Su envidia, su rencor, su escaso agradecimiento, terminó venciéndolo.
Hoy no se lo recuerda por sus notables contribuciones al despertar de la conciencia de la humanidad, sino por ser el sabio brujo que hasta su asna era más perspicaz que él.

¿Cuál hubiera sido su reparación?
Sin dudas, eliminar la religión de su vida.
Dedicarse al Eterno con amor, con lealtad, con verdad, con virtud, y no por medio de servilismo al EGO disfrazado de piedad.
Y, particularmente, modificando su conducta y actitud hacia el prójimo, para construir SHALOM por medio de acciones de bondad y justicia.
Una gotita de amargo sabor arruinó su cáliz rebosante de buen vino.
Que nos sirva de enseñanza.

Amar a Dios

Dijo Hilel el sabio, en su lección del mandamiento judío en la Torá “ama a tu prójimo como a ti mismo, yo soy el Eterno”: “Lo que te resulte odioso a ti, no se lo hagas a tu prójimo”.
Y añadió que esa era la médula de la Torá, su esencia, que el resto es un comentario, el cual el judío debe estudiar y cuando sea adecuado realizar.

Humildemente yo me planteo: Quizás la mejor manera para expresar nuestro amor pasional por Dios sea amar al prójimo plenamente, lo que significa construir shalom con acciones concretas de bondad Y justicia, en lugar de preocuparse por cuestiones teológicas o de inferencias e imaginaciones “bíblicas”.

Amar a Dios al amar a Sus criaturas, cuidándolas, ayudándolas a alcanzar su máximo nivel.
AmarLo por ser leal a Su Voluntad, conociendo y cumpliendo con lo que Él quiere de cada uno.
Amar a Dios, más allá de los balbuceos egoístas de cualquier religión, carente de pretensiones y exigencias, simplemente amarLo tal como Él exactamente ha dicho que lo hiciéramos.

Si le pegas a tu asna

«Entonces el Eterno abrió los ojos a Balaam, y él vio al enviado del Eterno de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano.
Balaam se inclinó y se postró sobre su rostro.
El enviado del Eterno le dijo: -¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? He aquí, yo he salido como adversario, porque tu camino es perverso delante de mí. El asna me ha visto y se ha apartado de mi presencia estas tres veces. Si no se hubiera apartado de mí, yo te habría matado a ti, y a ella habría dejado viva.
Entonces Balaam dijo al enviado del Eterno: -He pecado. Es que yo no sabía que te habías puesto en el camino, contra mí. Pero ahora, si esto te parece mal, yo me volveré.»
(Bemidbar / Números 22:31-34)

Te recomiendo leer los versículos previos para tener una idea de lo que está aconteciendo aquí, en su versión hebrea original o en una traducción fidedigna judía y leal a la tradición.

Me llama la atención muchas cosas de todo el relato, pero de este breve pasaje en particular hay algo que destella con fuerza en su extrañeza: ¿acaso no tiene el emisario celestial nada mejor para decir que “¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces?”?
Se supone que el ángel estaba en una misión especial, para enderezar la conducta de este gran profeta gentil, que tenía mucha fe en Dios, y sin embargo era pecador.
Se supone que si el enviado estaba en el camino insistentemente, debería haber mencionado algo de lo que Balaam haría pronto, cuando cumpliera su mercenario contrato para maldecir a Israel.
Pero no, en el texto de la Torá vemos que no habla ni una letra de ello (aunque el midrash dice que sí), sino que resulta ser un ángel de la protectora de animales, puesto que es del maltrato animal que lo escuchamos decir algo.
Y sin embargo, él estaba en la senda del profeta antes de que éste castigara injustamente al leal animal. Entonces, ¿dónde quedó el gran mensaje espiritual que seguramente tenía para pronunciar el ángel? ¿Adónde fue la lección acerca de la moral, y la ética, y el amor al pueblo de Dios, y el no desear el mal al inocente, y el andar por la vida construyendo SHALOM? ¿Dónde quedó una tremenda enseñanza acerca de no odiar al santo pueblo de Israel ni provocarle a daños?
¡Todo eso se perdió, si es que alguna vez estuvo, para ser reemplazado por la pregunta: “¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces?”!

Aún más confusión añade el dato que aporta el midrash, cuando cuenta que el ángel se encargó de que la asna falleciera ahí mismo, para que no la convirtieran los tontos en una deidad y para que se disminuyera la vergüenza que sufriría Balaam.
Así pues, no era de la protectora de animales, ¿o sí?

Es todo tan raro, y me sigue atormentando la duda: ¿no tenía algo mejor para decir el ángel al revelarse a ojos del gran sabio gentil?

Con placer y ansioso espero tus ideas al respecto.

La vara o la palabra

«Y habló el Eterno a Moshé [Moisés] diciendo:
-Toma la vara, y tú y Aarón tu hermano reunid a la congregación y hablad a la roca ante los ojos de ellos. Ella dará agua. Sacarás agua de la roca para ellos, y darás de beber a la congregación y a su ganado.
(Bemidbar / Números 20:7-8)

Innumerables son las preguntas y comentarios que podemos trabajar en este breve párrafo, pero solo nos detendremos en un pequeño punto.

Moshé podía conseguir el agua golpeando la roca con el bastón, y en ese caso la congregación bebería como ganado (sus animales).
O podía hacer brotar el líquido hablando con la roca, para que ella la diera sin acción violenta de parte del líder, y así la congregación sería “santificada”, crecería en conexión con el Eterno.

Ambas opciones estaban a disposición de Moshé, pues con las dos la terrible sed sería calmada.
Pero, una de ellas solamente apagaría la necesidad del cuerpo, en tanto que la otra serviría para ello y para perfeccionamiento pentadimiensional.

Los motivos para que Moshé haya hecho lo que hizo, no es cuestión de este texto.
Prefiero que veamos rápidamente una enseñanza práctica, que espero ayude a beneficiarte en la vida cotidiana.

Ante una dificultad, cuando estamos frustrados, nos topamos con una impotencia, nosotros también podemos reaccionar automáticamente, dejándonos llevar por la ira, el prejuicio, el hastío, la amargura, el egoísmo, la inconsciencia, el cerrarnos y tragar el mal con la excusa de no generar problemas, lo que sea que explique/justifique el uso de la violencia en cualquiera de sus formas.

O, aunque parezca que cuesta un poco más, podemos respirar, contener la reacción automática, admitir nuestros sentimientos, y entonces decidir con la mejor conciencia aquello que consideramos que es más beneficioso y favorable para uno y los otros. Por ejemplo, usar la Comunicación Auténtica, tal cual se le pidió a Moshé que hiciera. ¡Hablar con una piedra! Si eso resultaba, ¿cómo no va a hacerlo con el prójimo?

EGO o NESHAMÁ,
amargura o LUZ,
conflicto o AMOR,
¿está en tus manos?

Respirar y ser

Por ahí oíste como en el Oriente Lejano se suelen usar técnicas de respiración para meditar, fortalecerse, calmarse, enfocarse, etc. ¡Si hasta conectamos el arte del respirar con la India o por ahí! Como si fueran ellos los dueños e inventores del asunto.

También entre los muchachos New Age se encuentran rituales o recomendaciones que atienden al uso de la respiración como mecanismo de armonía emocional e incluso mental. No es extraño esta ocurrencia, pues mucho de lo New Age tiene raíces orientales, aunque no todo.

Aunque ellos consideren que son instrumentos espirituales, realmente no lo son.
Recordemos que espiritual no es algo agradable a los sentidos, que te hace sentir emocionado positivamente, ni que te llena el alma de alegría. Menos que menos lo espiritual es algo religioso, puesto que religión es la corrupción, la distorsión, la burla de lo espiritual.
Espiritual es cumplir con los mandamientos que te corresponden específicamente a ti cumplir, de acuerdo a tu identidad espiritual (7 si eres gentil, los que te toquen de los 613 de la Torá si eres judío) y a tu lugar en el mundo.

Al venir de esos lares podríamos suponer que es mejor evitar estas ideas del uso de la respiración como instrumento provechoso, pues seguramente están contaminadas con influencias idolátricas o supersticiosas, que nos pueden desviar del buen camino espiritual.
¡Cuántos queriendo hacer bien las cosas, pero solamente usando la buena voluntad pero no el conocimiento, terminan empantanados y lejos del hogar!

En realidad, el origen del uso de la respiración como mecanismo positivo se encuentra en el propio nacimiento del hombre, del ser humano.
Al respecto podemos usar el sagrado texto de la Torá para comprobarlo:  «formó el Eterno Elohim al humano, polvo de la tierra. Y sopló en sus narices aliento de vida, y el humano llegó a ser un ser viviente.» (Bereshit / Génesis 2:7).

Ya sabemos que somos pentadimensionales, y este texto habla de varias de nuestras dimensiones.
Lo material, cuando nos informa que somos un cuerpo terrenal, que por tanto compartimos con el resto de lo terrestre nuestro humilde origen. No somos de una sustancia diferente, más noble, única. No señor, somos idénticos a los animales en lo que a físico se refiere.
Y somos seres vivos, como una bacteria, un hongo, una planta. Tampoco en eso misterioso llamado vida nos diferenciamos notablemente de nuestros hermanos vivos.
Sin embargo, cuando la Torá relata nuestra creación como especie, hace especial énfasis en que el Eterno Elohim sopló en nuestro cuerpo el aliento de vida, al que denomina NISHMAT JAIM, para que de esa manera fuéramos NEFESH JAIA.
NEFESH, que traducimos como alma, es la energía vital, lo que nos permite estar con vida. Es lo mismo que poseen todos los otros seres vivos.
Pero la NESHAMÁ, el espíritu, es algo único de la especie humana, lo que realmente nos distingue del resto de las criaturas terrestres. Porque, si pusiéramos un Homo Sapiens y un Ben Adam uno junto al otro, no notaríamos diferencias. Si los viéramos interactuar, veríamos las mismas cosas. Si se aparearan, habría descendientes. Hasta incluso el Homo Sapiens tenga “religión”, tal como muchos Ben Adam la tienen. Y sin embargo, hay algo que los diferencia y es una brecha que no se puede cerrar, el Homo Sapiens carece de NESHAMÁ, en tanto que el Ben Adam ES NESHAMÁ encarnada que forma junto a las otras cuatro dimensiones a cada ser humano en este mundo.
¿Entiendes el asunto?
¿Te complica mucho en tus esquemas acerca de la creación, la evolución, el origen de las especies, la distinción del hombre de las otras criaturas, etc.?

El relato de la Torá nos informa que al introducir su hálito de vida el hombre fue hombre, antes era un ser terrenal solamente.
Entonces, podemos aprender técnicas de respiración que se abstengan de toda creencia o alusión idolátrica y/o supersticiosa, pero que nos ayuden a manejar armoniosamente los flujos aéreos para calmarnos, fortalecernos, enfocarnos, aflojar tensiones, ser receptivos, e incluso también prepararnos para actuar espiritualmente (con mayor decisión y fidelidad cumplir los mandamientos que nos corresponden).

Vamos a ver un ejercicio que podrías practicar al menos una vez al día.

Toma aire, siguiendo la técnica que desees y sea practicada por gente que sepa del asunto, para así ayudarte reconocer que estás haciéndolo para despojarte de barreras, quitar obstáculos, y así permitir que la LUZ del Eterno que brilla constantemente en tu NESHAMÁ te alumbre y conduzca por la senda del bien.
Y al expirar imaginar como se desprenden pedazos de las manchas que obstaculizan la LUZ y se van de tu vida, dando espacio a que la LUZ alcance cada rincón. Entonces estarás anímicamente más pacífico, más dispuesto a realizar la TESHUVÁ necesaria, para de esa forma vivir espiritualmente y ya no más en penumbras.
Te vivificas físicamente, emocionalmente, mentalmente, lo que repercutirá socialmente y espiritualmente.
Recuerda, el respirar en sí no es una tarea espiritual, sirve solamente como ayuda para actuar espiritualmente.

Inhalas, se expande tu abdomen, tu tórax, te cargas con energía vital.
Exhalas y te contraes, te relajas, te rindes del deseo de controlar todo y todo el tiempo. Aceptas con humildad, re relajas y fluyes. Admites tus limitaciones, sabes tus fuerzas, y entonces ya no malgastas energía, tiempo, vida en cosas inútiles o perjudiciales, sino que las guardas para lo que realmente es provechoso y bendito.

Relajas tu cuerpo, aflojas tus emociones, descargas tus pensamientos. Liberas la tensión del cuerpo, dejas las mochilas pesadas que no tienes porque estar cargando. No estás a la defensiva, ni preparado para el ataque, ni huyendo. Estás cómodo, te sientes confortable, respiras en paz.
Estás, nada más que eso.
No controlas tus pensamientos, los dejas ir y venir.
No te pegas a nada, no peleas, no quieres controlar, solamente ser estando.
Pero te concentras en respirar como aprendiste a hacerlo para obtener buenos resultados. Y si no te sale, tampoco te perturba, fluyes, haces lo que mejor puedes. Respiras, te llenas de poder por no pretender ser un dios que todo lo puede.

No precisas demostrar nada a nadie, ni hacer nada que aplaudan y te califiquen.
Solo respira, déjate estar, déjate ser.
Tú eres NESHAMÁ en viaje por este mundo, siendo pentadimensional, con sus defectos y ventajas.
Respira y atiende a todo, sin dejarte atrapar por nada.
Date cuenta de lo que te está perturbando, lo que no te deja ser tú, lo que te hace usar disfraces que te alejan de tu Yo Esencial.
Identifica lo que puedes mejorar de tu vida cotidiana, así como aquello que debe ser reparado por medio de la TESHUVÁ. Pero no te quedes atrapado por ello, simplemente apúntalo en tu memoria y sigue sin controlar nada, sin detenerte, simplemente respirando y siendo.

Percibe, disfruta, viaja mientras respiras y llenas tu organismo de buen aire mientras exhalas lo que no te sirve, que arrastra consigo las imágenes de las manchas que han estado bloqueando la LUZ de tu NESHAMÁ.
Acéptate, pero no transes con lo que está mal o es injusto. Eso lo corregirás, porque te comprometes a hacerlo. Pero no en este momento, ahora solo estás siendo, en paz, calmadamente, respirando.

Entrénate en estas habilidades, así podrás entrar en un estado de atención flotante de manera instantánea, cuando lo precises, para que no te derrumbes ante la impotencia, para que no reacciones de manera automáticamente negativa.
Estás trabajando para ser mejor, eso es espiritual.

Ideas y personas tóxicas

Se podría decir que Koraj tenía todo para estar satisfecho y agradecido e incluso feliz. Era valorado y querido por muchas personas; poseía innumerables riquezas que le permitían un muy buen pasar material; su familia era adorable y distinguida; era famoso por su ingenio; primo de Moshé y Aarón y tenía un cargo en los servicios del santuario.
¿Qué más podía querer o soñar?
Y sin embargo, no estaba conforme.
Él pretendía mucho más, aunque para lograrlo tuviera que contradecir lo que ordenó el Eterno, o generar disturbios, o engañar a la gente, o sacrificar la vida/seguridad propia y de su familia y seguidores, o lo que fuera necesario.
Es decir, por ese pequeño puntito que no tenía y desesperadamente quería, estaba dispuesto a perderlo todo.
Parecía que para Koraj primero estaba Koraj y sus deseos. Pero, cuando analizamos nos damos cuenta de que al actuar así, Koraj se perdía en las nubes producidas por su ambición. No era Koraj quien se beneficiaría de la pasión desbordada de Koraj.
Nos hace recordar una famosa enseñanza de nuestra tradición:
Rabí Eleazar Hakapar dice: La envidia, la codicia, y la búsqueda de honores sacan al hombre del mundo.” (Pirke Avot 4:21).
Para peor, se asesoraba con los terribles Datan y Aviram, quienes eran conocidos por sus repetidas imprudencias y traiciones.
Ellos junto a doscientos cincuenta líderes israelitas impulsaron una revolución en contra de la autoridad de Moshé y Aarón, aduciendo que Aarón no tenía derecho para ejercer las funciones del Cohen Hagadol (Sumo Sacerdote). Ese era el cargo que anhelaba Koraj para sí, ¿oh casualidad?
Para lograr la adhesión del pueblo introdujo quejas y críticas populistas, como haciendo creer que su interés honesto era el bien de los despojados, lo cual no era cierto.
Al final, aquellos dispuestos a trepar subversivamente, terminaron tragados por la tierra, con sus seguidores y todas sus pertenencias, pero los hijos de Koraj se salvaron.
Algunos integrantes del pueblo se disgustan por esto, ya que culpan a Moshé en lugar de admitir que el verdadero causante fue Koraj y sus seguidores. Por ello, Hashem permite que una plaga cause el deceso de miles de personas.
A pesar de haber sido inculpado injustamente, Moshé ruega a favor del pueblo, e indica a Aarón que expíe el pecado de ellos, por lo cual la plaga finaliza.
Aquí no terminó el asunto, sino que continuaron los coletazos de estos dramáticos momentos, los cuales te invito a estudiar luego, así como que descubras el resto de los interesantes temas que presenta esta parashá.

Luz y tinieblas

«Dijo Elohim: ‘Sea luz’ y fue luz.
Vio Elohim la luz que es buena y separó Elohim entre la luz y entre las tinieblas.»
(Bereshit / Génesis 1:3-4)

Tanto se puede estudiar y aprender, ¡tanto!
Y no me refiero a cuestiones metafísicas, o que intentan descorrer el velo de lo acontecido en un tiempo sin nombre ni memoria; estoy pensando en aquellas cosas que pueden servirnos para vivir mejor aquí y ahora, con plenitud, bondad, shalom. Una vida con sentido, trascendente, y que por lo tanto nos abre un existencia en el más allá con mayor deleite y bienestar.

Por ejemplo: si Elohim declara que la luz es buena, ¿por qué separarla de la oscuridad?
¿No hubiera sido mejor si en lugar de dar cabida a las tinieblas se hubiera permitido que la luz colmara todo el espacio, llenando así de lo que es bueno completamente la realidad?

Se pueden intentar varias respuestas a estas interesantes cuestiones, pero me limitaré a pocas ideas, que como dije, sirvan de manera práctica en nuestra vida cotidiana.

1- Si solamente existiera luz, sin siquiera un lugarcito para las sombras, entonces no habría posibilidad de ninguna otra cosa. Todo sería luz. Por tanto, no habría forma posible para todo el resto de lo creado, incluyéndonos nosotros.
Moraleja: agradezcamos tanto por la luz como por la oscuridad, pues ambas son necesarias.

2- El declarar la luz como buena no implica necesariamente que las tinieblas sean malas, o que no sean buenas.
No está declarado nada aquí acerca de la calidad de la oscuridad.
¿Quizás sea buena también?
¿Quizás su bondad sea tan evidente que por ello fue innecesario que el Eterno lo declarara?
¿Quizás no sea buena, pero tampoco mala?
¿Quizás es mala, pero su presencia indispensable, y por tanto de cierta forma buena?
Yo no sé si esto es cierto o no, pero vale la pregunta para no quedarnos pegados con el preconcepto de que si la luz es buena, necesariamente la tiniebla no lo es.
Enseñanza: no prejuzgues, pregunta y busca la comprensión aunque no llegues a la verdad.

3- De no haber contrastes, contradicciones, polos, sería imposible destacar la virtud de la carencia.
Moraleja: para disfrutar es necesario conocer la falta.

4- El Eterno es quien juzga lo que es bueno de aquello que no lo es.
Enseñanza: debemos tener en cuenta lo que Él nos reveló a través de sus profetas fieles. La moral depende de las modas humanas; pero la ética tiene una base espiritual, proviene de Dios. Cuando entran en contradicción la moral con la ética, debemos atender a ésta última.

5- El Eterno es el creador de todo, de las tinieblas así como de la luz, de lo bueno como de la falta de bien; y sin embargo no quiere que se mezclen y se conviertan en un caos, en algo sin distinción ni provecho. Para cada cosa hay un tiempo y lugar.
Moraleja: cuando se debe sembrar, no es tiempo de cosechar. Cuando estamos recolectando, no es momento de repartir las ganancias que todavía no llegaron.

6- Si la luz fuera símbolo de lo espiritual y la oscuridad de lo que no lo es, la conclusión podría ser que ambas son necesarias.
Enseñanza: si bien la luz es la declarada buena, y por tanto la que debe “alumbrar” nuestros pasos para andar por un bello camino; también la oscuridad tiene su valor, siempre y cuando quede al servicio de la luz.

Bien, hasta aquí unas poquitas y simples ideas, ¿se te ocurran algunas otras que quisieras compartir con nosotros?

Motivo para actuar bien

El RAMJAL menciona tres clases de personas que actúan bien, quien lo hace:

  • por miedo al castigo;
  • para obtener una recompensa;
  • únicamente motivado por lo ético/espiritual.

Obviamente que todas estas personas son meritorias, pero su nivel de mérito varía de acuerdo a lo que los mueve.

De hecho, solamente la persona que se conduce de acuerdo a la ética/espíritu, está a más a salvo de desviarse adrede de la buena senda. Porque, el que huye del castigo, si encuentra la manera de que sus hechos no sean presentados en su contra, o de deslindar la responsabilidad, ¿por qué no habría de actuar mal? Realmente no está interesado en el bien ni en la justicia, sino simplemente en no padecer.
El que solamente hace lo bueno para tener ventajas, probablemente dejaría el bien hacer al informársele que no existen premios, o que por alguna cuestión no los recibirá de acuerdo a su deseo. También, en caso de estar ya satisfecho y no tener nada más por delante, ¿cuál sería el motor para sus buenos actos?
Ambos, además corren un gran riesgo, el de amargar su humor, enojarse con la vida, y por tanto dejar de lado lo bueno para hacer lo que les viene en gana.
Por su parte, la persona que está firme en su lealtad al bien porque es lo bueno y justo, lo que debe ser hecho, difícilmente traicione su identidad ética/espiritual.

¿Cómo hacer para ser una persona ética?

Porque Tú estás conmigo

Dice el inspirado salmista (23:4):

«Aunque ande por valle de sombra de muerte, no temeré mal, porque Tú estás conmigo«

En este mundo estamos tan limitados, reducidos a padecer constante impotencia.
Estamos en un valle ensombrecido por la presencia de la muerte, que es la máxima expresión del no-poder.

Nuestro potencial, que es la capacidad de superarnos, nos puede llevar un pasito más allá, un peldaño más arriba, pero el tope pronto nos estorba el progreso.
Es un hecho, este mundo es de limitaciones.
Incluso el pensamiento entrenado para razonar, fortalecido por la imaginación productiva, aceitado para expandirse, finalmente tiene un muro que lo contiene.
Solamente el espíritu se vincula con lo infinito, con el poder sin límite.
Pero, el espíritu es solamente una de nuestras dimensiones en tanto moradores de esta realidad mundana, por lo cual, aceptar nuestra impotencia es parte del poder.

Mira que paradoja, morir es la máxima de las impotencias, pero al mismo tiempo es cuando dejamos la impotencia de este mundo para existir en la plenitud del mundo venidero.
Sin embargo, no tenemos ni permiso ni derecho para apurar nuestra partida, sino que debemos mantenernos aquí hasta que nos llegue el momento de trascender.

Entonces, tengamos presente que no tengo control de lo que no puedo controlar, aunque llore, grite, patalee o niegue la realidad: mi dominio es limitado y hay una infinitud de factores y elementos que no pueden ser determinados ni por mis deseos, caprichos, pensamientos, oraciones, necesidades, trueques, trucos, negociados, etc.
Debo internalizar mi impotencia, analizarla y aceptarla; porque al hacerlo obtengo una cuota de poder.

En nuestra debilidad vivamos la vida, plenamente, en la medida de nuestras posibilidades. Dentro de lo permitido, apartándonos de lo prohibido.
Tengamos la conciencia de que es el Eterno quien tiene el control, porque al saberlo podremos calmar nuestra angustia aun cuando andamos por valles de sombras o de muerte.
Él no hará magia para cumplir nuestro caprichos, no aparecerá en un unicornio para salvarnos, aunque recemos mucho, aunque Le prometamos hasta lo inconcebible, Él no está para servirnos ni para darnos un sobrenatural poder sobre nuestra impotencia.
Pero, saber que Él está, que no nos abandona, que finalmente encontraremos la paz en Su seno, nos puede dar ánimo, entereza emocional y aclarar un poco nuestras ideas.

Así, podremos esforzarnos y ser valientes, disminuir nuestro miedo, para enfocarnos en la tarea de construir SHALOM con acciones de bondad Y justicia.
No temeremos el mal, aunque choquemos con el muro de la impotencia.
Y, si toca sufrir, lo haremos, pero con la capacidad para reponernos en la medida de lo posible y con la voluntad para elaborar un sentido trascendente de nuestra momento, sea de éxito o de fracaso.

Entonces, haz tu parte, eso es lo que Dios espera de ti.
Él hará la Suya.

Ser Sus hijos no nos libra de atravesar valles de sombras o de muerte y puede que sintamos miedo aterrador, pánico o desesperación y es en ese momento que debemos confiar en que Él es nuestro pastor fiel, que nos conduce sin abandonarnos.
Seamos nosotros quien no Lo abandonamos, pero especialmente quienes no NOS abandonamos a la impotencia y las reacciones erróneas para sobreponernos a ella.
¡No cambies a Dios por religión (ni siquiera por la de algunos judíos que desvían la senda espiritual con el pretexto de ser espirituales)!
¡No cambies Su compañía por espejismos y la falsedad de la fe!
¡Haz tu parte, construyendo SHALOM!