El niño que preguntaba demasiado

El niño es naturalmente curioso. Le nacen preguntas, porque quiere ir conociendo el mundo que le rodea, que lo forma, que está dentro de él.
Quiere aprender de sí mismo, de otros, de lo que sea.
Así pregunta, y pregunta y vuelve a preguntar.
A veces sus interrogantes son muy simples: “¿Esto qué es?”, “Cómo se dice?”.
Otras puede resultar un poco más complicado: “¿De dónde vienen los niños?”, “¿Qué me pasa cuando me muero?”.
Preguntar es bueno, es necesario, es saludable, es indispensable.
Ojalá y los niños no dejaran de preguntar, de querer, de interesarse, de buscar, de descubrir. Ojalá y les alentáramos a ello, les sirviéramos de plataforma y referencia.
Pero, lo cierto es lo contrario.
Hay cuatro (al menos) conductas de los adultos que van extinguiendo la llama sagrada de la sana curiosidad, y van sometiendo al niño a la esclavitud de la necedad, a la torpeza del fanatismo, a la ceguera de la fe, a la repetición memoriosa de frases que dejan contento al adulto, al silencio.
Estas son esas cuatro conductas lamentables.

1- Silenciar las interrogantes con violencia, física, verbal, gestual. Sean agresiones concretas o amenazas de tales. Sea que uno se encargue de castigar a que pregunta, o el castigo venga por otro lado (demonios, dioses, policía, el padre, el “viejo de la bolsa”, etc).
Al niño se le prohíbe preguntar, se le exige callar, se hace burlas de su actitud pesquisante, se le desvaloriza por no saber, se prioriza el programa en la tele a conversar con él, se desestima sus dudas por “infantiles” o de tonto. Se pretende hacer del silencio una virtud, una muestra de fidelidad y devoción. Caldo de cultivo para sectas, religiones, relaciones tóxicas, acosos morales y una serie dolora y tremenda de experiencias nefastas que el niño (aun cuando crezca) no sabrá denunciar, ni cotejar, ni romper con ellas.
Éstas son algunas de las formas violentas para apagar la llama de la santa reflexión. No habrá más dudas para no sufrir, para no pasar por mayores dolores. Porque les duele el cuerpo, el alma, todo y prefieren ser mudos y tontos antes que llorar y sufrir.

2- Se le dicen mentiras como forma de silenciar sus dudas. Se le inventan cuentos, fantasías, historias irreales, que el niño puede o no percibir en el momento como tales, pero que tarde o temprano descubrirá que los mayores en los que confiaba le mintieron. Entre el Papá Noel y el niño Jesús, el papá que no murió sino que está de viaje, la mamá que no está gravemente enferma sino que solamente le duele la cabeza, las abejitas y las florcitas en vez de una explicación de la concepción humana acorde a su edad, junto a toda la sarta de disparates, delirios y patrañas que los mayores disparan sobre el niño para no enfrentarse con sus propios temores o tabúes.
Una cosa es el momento de compartir un cuentito, tipo de hadas; otro cuando se disfruta de imaginar, por ejemplo figuras en la nubes; otro cuando el padre inventa divertidas andanzas que para todos es evidente no tienen realidad. Muy diferente es cuando el adulto transmite rosarios de embustes, consagrados socialmente o de cuño propio, con ánimo de responder a preguntas sinceras y legítimas de los niños. Aunque la intención sea no causar dolor al niño, no perturbarle con lo que el adulto considera problemático, siempre se está sembrando dolor en el alma del niño y confusión.
Sí, ésta es forma de violencia, pero más velada, y que llena de miedos y angustias, además de generar desconfianza en el mundo adulto y en la intimidad que se puede alcanzar con un otro.

3- También con toda buena voluntad se le brinda al niño información que supera su capacidad para recibirla y procesarla.
Sea por la calidad compleja del material (por ejemplo explicaciones científicas dichas en lenguaje técnico), o la dureza que conlleva (asuntos emocionales expresados sin filtro), o información que por la falta de desarrollo y madurez el chico no puede elaborar debidamente.
Entonces, el niño se siente desbordado, probablemente más confundido que antes de recibir la respuesta. En vez de conseguir claridad, se ofusca. Siente que debe memorizar palabras que no capta, repetir lo que el adulto desea escuchar, esconder sus dudas, ser un loro amable que no molesta preguntando para saber sino que repite para tranquilizar al que le escucha y así no generarse conflictos mayores. Así se transforma en un alumno estratégico, que da al maestro lo que supone que éste desea recibir. Su meta no es aprender, sino recibir buenas calificaciones para pasar de grado. Su deseo es agradar, y para ello tiene que censurar su anhelo de aprender y solamente repetir la lección, y ser prolijo, y estar “bien educado”, al nivel de esos adultos que con tanta altura le respondieron sus infantiles y buenas dudas.
Un derivado de este es cuando el adulto le da al niño respuestas masticadas, edulcoradas, dietéticas, para que el niño tenga un arsenal de respuestas prefabricadas a mano. Entonces, ya no molesta, porque tiene lo que decir, que es algo hueco, superficial, sin compromiso, pero que aparenta llenar la vista. Y consigue también el silencio.

4- Los adultos no hablan con el niño, no lo amenazan, no lo torturan directamente para que se calle.
No le mienten, no le llenan de temores infundados, no ocultan la verdad para que se calle.
No le saturan de datos incomprensibles, no le exponen a lo que no están aún preparados.
Sino que simplemente lo sientan frente a la tele, o con una consola de videojuegos, o con una tablet, y que se encarguen esos artilugios de “educar” a sus hijos.
Entonces, los niños hacen copy&paste para las tareas de la escuela, y arman presentaciones tediosas y poco interesantes, y compran, y gastan, y se hacen adictos, y dejan de preguntar… si igual, da lo mismo porque nadie escucha.

Es terrible el cuadro que te he expuesto con este artículo.
Me gustaría que me comentaras que te pareció, si te sientes identificado con alguna cosa, qué propones para cambiar las cosas hacia un destino más beneficioso.
Te agradezco por tu atención y tu tiempo.

17 comentarios sobre “El niño que preguntaba demasiado”

      1. Estimado Yehuda, el cambio en las conciencias envenenadas, en esas que al menos se dan la oportunidad de leer estos aportes y que esa chispa que estaba por extinguirse vuelva a encender !!
        El hecho de compartirlo y que logre mover un alma, considero que es promover un gran cambio, en el rumbo, por el cual la mayoria de la gente se va directo al despeñadero !!

  1. Que importante es aprender a no errar tanto, mediante el aprendizaje y la experiencia de otros, de aquellos que no somos padres aun; mediante la lectura de este tipo de artículos.

    Mi opinión no es de padre, por que no lo soy, pero si de hijo, por que aun lo soy. Creo que cuando se le somete al menos a respuestas irreales a sus preguntas para silenciar sus dudas es como tratar al menor como a un objeto y no como persona.

    Definitivamente un niño es la persona ideal para aprender de Comunicación Autentica.

  2. Ayyyy… Los niños , seres tan vulnerables. Algunos explotados con trabajos forzados , en pornografia , reclutados por grupos terroristas. Algunos educados por un computador , una nana……
    Eduquemos a nuestros niños , dediquemosle tiempo , amor , comprensiòn. De nuestra inversion depende si son los delincuentes del mañana o los constructores de Shalom.
    Gracias Morè.

  3. Es una gran verdad lo que dice el articulo.
    A mi me sucede todo el tiempo,ya que siempre busco la mejor manera de responder al niño sus preguntas e inquietudes ,tratando de no crear confusión y mucho menos de crear sentimientos de miedo,nunca he estado de acuerdo con eso.
    Por otro lado creo que es bastante difícil manejar el tema de la televisión y los juegos de entre tensión,ya que es un flagelo que cada día se hace mas común en nuestros niños,pero que hay que saber manejar dicha situación.

  4. Me gustó mucho este artículo ya que como padre me servirá de guía para evitar extinguir la sana curiosidad de mis hijos cuando llegue el momento de las preguntas constantes.

    Por experiencia quiero comentar que últimamente existen programas de TV para niños y juegos interactivos
    que les ayudan a desarrollar su memoria, comunicación, lenguaje, etc. y pienso que lo importante es sentarse con ellos y participar de los programas que ven así como de los juegos en la tablet que tengan y tratar de buscar lo educativo y divertido aunque nos consuma mucho tiempo.

    Todos los que tenemos hijos sabemos que cada minuto que les dediquemos les causará un gran impacto en su personalidad y desarrollo, por eso no podemos dejarlos a la deriva en esta
    era electrónica en la que vivimos sino que debemos ser el faro que los guíe, de esa manera ellos también harán lo mismo con sus hijos y esa buena costumbre ayudara eventualmente a cambiar muchas malas actitudes que tal vez por ignorancia o impotencia desgraciadamente
    heredamos de nuestros padres y madres.

    Muchas gracias amigo Yehudá por dedicar tiempo para nuestro
    crecimiento, que El Eterno quiera retribuirte.

    Ahora a compartir esta enseñanza con mi esposa y amigos.

  5. En mi pais muchos niños hasta de 4 años son obligados a vender caramelos a las 3 de la mañana por sus padres que luego (supongo) estos se alcoholicen, yo vi uno y lo sostuve para que no cayera y mi sentimiento de impotencia de impotencia fue terrible ¿que podia hacer? era una avenida de discotecas, ¿llevarmelo? ¿denunciar a los padres? mi pais esta lleno de esas atrocidades.

  6. Hola Lic.!! la verdad sin palabras; en algunas cosa me identifico, pero hemos puesto manos a la obra para romper con este circulo, en mi hogar los niños tienen la encomienda de preguntarnos todo, de investigar lo que les tratamos de exlicar, de dudar todo , y dar a conocer sus dudas sin temor, cosa que tmb les pedimos apliquen en su escuela, les digo que no tendre las respuesta a muchas de sus dudas, pero las consultamos juntos y todos aprenderemos, el uso de los dispositivos electronicos se ha ido disminuyendo cuando solo se usan para distracción o juego(consolas de video juegos , celulares, etc…) no se los evito, pero si negocio su uso.
    Además es un lujo y un honor poderlos educar y compartir el tiempo con ellos, amo la familia que el Eterno me proporciona.
    saludos.

  7. Muy buen artículo; agreguemos también que algunos padres no quieren quedar como ignorantes al decir al niño no se….y entonces inventan o repiten lo que se dice.

    1. Los padres que engañan a sus hijos estan sembrando caos , ayer concidencialmente mi hijo me preguntaba algo , como no supe, inmediatamente investigamos. Entiendo que todo mundo no tiene a la mano una computadora y todo lo que se encuentra en el internet no es de fiar , pero la pregunta fue acerca de gramatica.

      Como decia con mentir no se gana nada , pero si se puede ganar mucho , cuando un padre posee las herramientas para direccionar al niño en diferentes temas. El ser ignorante no crea esa confianza en nuestros hijos , por el contrario esto puede permitir que ellos busquen «ayuda» en el lugar incorrecto (sin generalizar) y que piensen de manera apaciguada » Que me exige mi padre si el es bruto».

  8. ahhhh, los niños! nos enseñan tanto…

    Mi hijo mayor, suele deslumbrarse por las maravillas que le rodean, es decir por todo…y el menor de la mano, disfruta la maravilla de descubrir.

    Cuando respondo a los por qué de mis hijos, aprendo más, me hacen pensar en qué momento deje de hacerme esas preguntas, que quizás nos hacen mas conscientes y sensibles frente a la realidad…

    Pero cuando les oigo repetir una respuesta, y darla como cierta, … entiendo la responsabilidad de ser sinceros, de no vender fantasías a sus mentes, y vaya si me sorprende la capacidad de análisis que tantos adultos suelen desvalorar, ignorar y apagar.

    Un abrazo, gran texto querido moré!

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