¿En quién confías?

El tema de creer o confiar en Dios ha sido tratado ya en otras oportunidades, sin embargo no está demás dar una opinión, algo para compartir, que nos enriquezca al meditar en ello.

El More Yehuda nos ha enseñado que una cosa es creer en Dios y otra cosa muy diferente es confiar en El, creer está en la base de la confianza en Dios, creer es pensar que las cosas pueden ser  de determinada manera pero sin una certeza absoluta, confiar es saber que efectivamente son así.

Emuna y Bitajon en el idioma de la creación, pero bueno estos dos conceptos están explicados con mucho detalle en este texto del More Yehuda

http://serjudio.com/mitzvot-y-costumbres/mandamientos/saber-o-creer-que-dios-existe

Ahora algo que me gustaría, es tomar un derivado de estos conceptos, un derivado que es de uso cotidiano y gran importancia, y no me refiero a creer o confiar en Dios, sino a creer o confiar en nuestros semejantes.

Como extrapolar estos conceptos hacia las relaciones humanas o el plano de lo social como nosotros le decimos, de hecho es casi de la misma manera.

Una cosa es creer que alguien hará algo y otra muy diferente es saber que lo hará, es decir, podemos creer que tal o cual persona puede hacer algo, o podemos saber que lo hará, tu puedes pensar o puedes creer que alguien te será fiel, leal, puedes creerlo pero solo creerlo, pero para saberlo se necesita algo más.

A través del tiempo en diversos sucesos te das cuenta de que un amigo, una pareja, un conocido ha sido leal contigo, si en un suceso futuro habrá de suceder algo que nuevamente ponga a prueba su lealtad tu sabrás o confiaras que así como ha sido volverá a ser, es decir que su lealtad será reafirmada, claro que nosotros como seres humanos somos falibles, torpes e inconstantes, y pedir perfección es un ser humano es un error garrafal, las personas nos equivocamos aunque una cosa es equivocarse por torpeza o ignorancia y otra cosa muy diferente es actuar mal adrede, obviamente con Dios las cosas no son así pues El es perfecto, firme, fuerte, real .

Pero alcanzas a ver cómo se puede cultivar la confianza verdadera entre nosotros.

Con hechos concretos y reales en concordancia con lo bueno, no con promesas vacías y vanas o palabras huecas.

Podemos hacer que la gente crea en nosotros no hay duda, pero hacer que confíen en nosotros, que sepan que efectivamente así serán las cosas requiere de un respaldo, un algo que anteceda al presente, para que sepamos o tengamos una certeza aun mayor de que así serán las cosas.

Una persona que cumple su palabra que se conduce con verdad es digna de confianza.

Creer o confiar en alguien depende de cómo ha sido su comportamiento, sus hechos en la realidad.

Por ejemplo en la pareja tu puedes creer que tu cónyuge o novia/o será de tal o cual manera, o puedes saber que efectivamente así será, para que una relación sea saludable y de bienestar para ambos, deberíamos de tratar de cultivar la confianza, con constancia en nuestros hechos y a partir de ello ir haciendo bases sólidas donde se construya una relación en base a la confianza y también en el respeto.

Es muy común escuchar que en la pareja debe de haber confianza, muchos dicen confía en tu pareja, cultiva la confianza, pero hacerlo sin bases ni fundamentos, de la noche a la mañana, no es más que una idea tonta e incoherente, sin dudas que debe de existir confianza en el matrimonio o noviazgo para este funcione de la mejor manera, de eso no hay duda, pero hay que saber cómo poder construirla, confianza sin fundamentos no es más que ceguera, necedad o adormecimiento intelectual, que puede redundar en terribles consecuencias, al estilo de la fe ciega y estúpida en el payaso colgado de la cruz, que muy bien sabemos cuántos numerosos y grandes males le ha acarreado a la humanidad.

Creer por creer, sin meditar, razonar o analizar, es una locura sin más.

“El que crea en mi será salvo y el que no, será condenado”

Una petición absurda e ilógica del pobre y patético personaje de la cruz.

Muy al contrario de lo profetizado para el pueblo judío en la sagrada e inmutable Tora, exclusivo para el pueblo judío, pero que en lo que se refiere a maduración y ética universal nosotros podemos aprender algo.

«Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elokim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. »
(Irmiá / Jeremías 31:32-33)

Dice que conocerán al Eterno, no dice que creerán en El porque si, o que necesita que crean en El, dice que Lo conocerán, y como pueden conocer al Eterno, obviamente no viéndolo sino a través de Sus actos de Su conducta, por Su manera de conducirse para con ellos, igual que nos conocemos unos a otros.

Dios no hace pedidos estúpidos o peticiones absurdas que conduzcan hacia sendas oscuras y de dolor, Dios el Eterno instruye a las personas para que piensen y despierten, El no pide fe ciega o absurda que conduce hacia la ceguera intelectual y pobreza espiritual, el exige de las personas superación y refinamiento, no mediocridad y conformismo.

Y si así es con Dios, no puede ser menos con nosotros, para podernos relacionar con los demás de forma sana y constructiva, es necesario enseñarnos a ser confiables, dejar de ser esclavos de nuestro ego, tal vez no sea tarea sencilla ni instantánea DE UN DIA PARA OTRO, pero sin dudas es posible lograrlo, con dedicación, practica y mucho estudio de por medio.

En resumen para confiar en alguien se necesita que lo conozcamos a través de sus actos y si estos son en concordancia con el bien y lo bueno, estamos en camino de construir verdadera confianza y establecer relaciones sanas y cordiales entre todos.

Hacer el bien para que podamos confiar unos en otros.

Un abrazo, gracias por leer estas palabras ¡hasta pronto!

4 comentarios sobre “¿En quién confías?”

  1. Gracias amigo. El usar la palabra «Creer en Dios» introduce conjeturas en nuestra relación con el Eterno. El Moré nos los ha enseñado y gracias a usted por reforzarlo en esta oportunidad.

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