El trabajo y la familia.

La competencia, el consumismo, el miedo a perder el empleo, el esfuerzo q significa alimentar una imagen, y mantener un status. Hacen q una persona se esfuerce mas allá de sus límites, transformando el trabajo en una fuente de frustración, estrés, y hasta de esclavitud, dejando en los últimos lugares la familia , la salud y bienestar emocional.

Estos son errores de una sociedad enseguida por la avaricia y el poder, se han transformado en máquinas de hacer dinero. Desconociendo o queriendo ignorar el propósito del D-S  ETERNO en la creación del ser humano.

Por eso es conveniente aprender a separar el trabajo de la vida personal, en un equilibrio armónico. Durante las jornadas de trabajo  ser eficientes, responsables, amigables con los compañeros, manteniendo una actitud positiva. Y finalizadas las horas de trabajo, ir a casa para disfrutar de un merecido descanso en familia.

Todos queremos que  nuestro entorno inmediato sea un lugar mas agradable para vivir, donde la convivencia  con otras personas nos signifique una experiencia reconfortante y satisfactoria y que podamos relacionarnos con gentileza, tolerancia y respeto hacia nuestras diferencias.

Muchas veces el exceso de trabajo, las responsabilidades y los compromisos hacen q olvidemos la importancia que tiene para nuestros hijos una caricia, un abrazo q los haga sentir queridos e importantes este gesto amoroso va a influir positivamente en su desarrollo y en la felicidad del hogar.

 

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