Luego de que uno tropieza una vez, otra vez y otra vez con el mismo error o varios…puede llegar a pensar de que serviria arrepentirse nuevamente del error, si no será ni la primera vez que cae, ni la última.
Esta escrito: «Reduces al hombre a pulpa y dices: Arrepientanse, hijos del hombre…Salm. 90:3»
Dios a lo largo de la historia siempre a aconsejado el arrepentimiento, que se conforma de:
a – Reconocer el error.
b – Arrepentirse SINCERAMENTE de haber transgredido.
c – Pedirle perdon a Dios por haber actuado en contra de Sus mandamientos.
d – Tratar con todo nuestro esfuerzo y voluntad de no volver a cometer el acto equívoco.
Reconocer el error es lo primordial, admitirlo, saber y reconocer que algo anda mal en uno mismo es lo primero dentro de la Teshuva (arrepentimiento sincero). La sinceridad es muy importante, pues si no hay sinceridad de arrepentimiento, entonces uno ha reconocido el error, admite que algo anda mal, pero en cierta forma sigue y prefiere ser complice del mal. El perdon va de la mano con la sinceridad, pues quien es sincero ya es perdonado, pero es menester de cada uno rogar Su perdon. Y por último, sacar el jugo de la Teshuva, unir fuerzas, voluntad, cumplir los preceptos, dar caridad, estudiar, adquirir conocimiento del tema en cuestión, alejarse de lo prohibido en general y no solo de aquello que se ha transgredido en la ocasión.
Lo cierto es que el hombre tropieza pero no cae, o en palabras de un muy querido amigo mío:
«Un tropezón no es caída»…
Puede pasar que alguien cometa un error y se arrepienta. Luego comete el mismo error y se vuelve a arrepentir…pasa, puede pasar y ha pasado. Nose como juzga Dios, pero si se que hay una herramienta que El mismo ha dado a la humanidad entera: El arrepentimiento, que solo adquiere validez conforme lo explicado anteriormente.
No somos perfectos, y no estoy dando una excusa, pues somos perfectibles, es decir, que debemos utilizar los errores como trampolín de crecimiento, aprender, tomar experiencias positivas de las equivocaciones, y de allí surgirá el desvanecimiento de lo que no anda bien y perjudica nuestras vidas.
Mi querido socio, hay, hubo y habrá siempre una oportunidad, busca el empujón hacia una vida trascendente, no te quedes, utiliza lo que esta dentro de tus posibilidades permitidas en vez de hundirte en la depresión, en la infelicidad, en el fango del error que solo lleva al error.
Mi querido lector, si has tropezado arrepientete mientras haya tiempo, que todavia no has caido.
El leal a Dios es Noajida.
«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta»
bonito mensaje, agreguemos q se pide persona a la persona qhemos ofendido ANTES de pedirle perdon a Dios.
pq Dios no te perdona de aquellos q le hiciste a tu projimo, sino q eres tu quien debe pedir perdon a el, rectificarte, solucionar lo q quebraste y entonces pedir perdon y ayuda de Dios.
cariños nahuel.
Gracias Nahuel, muy bueno!
Gracias amigo , hay gente que no perdona y otros que no piden perdon.
Gracias Moré por añadir ese dato no menor y muy importante. Gracias Jona y Uri por sus valiosos comentarios…
Buen post,
Para recordar, aplicar y vivir como corresponde, y claro esta también «perdonarnos» muchas veces a nosotros mismos.
muchas gracias…