MI VERDADERA IDENTIDAD

Es hermoso ser testigo del nacimiento de un nuevo día,  de cómo gradualmente las tinieblas se van disipando para dar paso a esa luz que inunda cada rincón, cada espacio.  Al mismo tiempo ves cómo todo va despertando a tu alrededor.  Hace muchos años acostumbro levantarme muy temprano para orar.  La paz, la quietud, el sentimiento de gratitud a Dios por ese nuevo día que empieza, se conjugan para crear una oración profunda, emotiva al Creador, agradeciendo su Bondad, su Misericordia para conmigo.

Cuando despierto a eso de las 05:00 horas, mi familia aún duerme plácidamente,  ajenos a la realidad que les circunda están sumidos en sus sueños.

A veces despertar de un profundo sueño es una difícil tarea, sobre todo cuando sumido en tus ocupaciones cotidianas te acuestas muy tarde en la noche.

Siempre comparo el estar profundamente dormido con una conciencia obnubilada, cansada, alejada de la realidad.  De igual manera, las tinieblas de la noche se me asemejan a todo aquello que obnubila la mente, a las doctrinas religiosas que se alimentan del miedo, que colocan una venda en tus ojos para que no veas la luz que existe fuera de ellas.

Por otra parte, el génesis de un nuevo día lo equiparo al despertar a una nueva identidad espiritual, a permitir que la luz de la verdad que viene de Dios inunde cada rincón de tu ser, de tu alma, de tu mente, de tu todo.

Por muchísimos años permanecí dormido, estuve en tinieblas, la espesa oscuridad espiritual me atormentaba,  me sentía cansado, no quería despertar, pero estaba incómodo con ese estado de cosas.  Me sentía prisionero de conceptos doctrinales que no cuadraban en la lógica, que me exigían cuestionarlos a la luz de la Voluntad de Dios.

Tuve que sacudirme violentamente para levantarme, para que la venda cayera de una vez por todas.  Por fin vi la luz en toda su intensidad, esa hermosa luz me causó dolor, pues mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad.  Sabía que me había liberado de las pesadas cadenas de las religiones.  Supe que era Noájida, que El Eterno había dispuesto en Su Sabiduría que esa era MI VERDADERA IDENTIDAD y que debía actuar conforme a ella.

Sabes? La felicidad te embarga, tus ojos lloran conmovidos por ese despertar espiritual, tu corazón salta de alegría porque ya no está aprisionado por el miedo que te siembran los líderes de la idolatría.  Tu intelecto despierta, por fin va a ser utilizado, ya no es un títere, ya no es manipulable, ahora está ávido de conocimiento, del verdadero conocimiento que proviene de Dios y no de doctrinas fabricadas por hombres deshonestos y llenos de avaricia.

Pienso que si no comparto esta felicidad soy egoista, pues este maravilloso regalo espiritual no puedes guardarlo, es una lámpara que debe iluminar y para que ilumine debes colocarla en un lugar alto, no esconderla bajo la cama.  Te comprometes a despertar a tu familia, a tus vecinos, a todos los que estén a tu alcance de esa pesadilla llamada religión, das tu testimonio a los que quieren escucharlo, vives ejemplarmente pues allí está la clave para que otros te sigan, les muestras que ya las cadenas de la infamia cayeron y que por la Voluntad de Hashem eres totalmente libre de la influencia enfermiza de esos «líderes espirituales» a los que seguias ciegamente.

Es un trabajo arduo, pero sabes que dará fruto.

10 comentarios sobre “MI VERDADERA IDENTIDAD”

  1. Gracias Jonathan por tus palabras. En realidad no existe intelecto alguno cuando se pertenece a las religiones, pues justamente ellas se encargan de que no lo uses.

  2. Hermoso texto, así es amigo no hay que quedarse con el despertar, sino que también hay que vivir el día a día y en las cosas cotidianas o no, compartir un poco de la luz que yace en cada uno para la felicidad del otro. Gracias!!!

  3. Sr. Antonio Flores : lo felicito por su texto, sin hacer daño a su texto, le comento que tambien debemos de tener cuidado en caer en el camino de los misioneros, nosotros los Noájidas tenemos el trabajo de ayudar al conocimiento , pero no de comportarnos como los misioneros, espero que me haya explicado.. y la verdad que lo vuelvo a felicitar por su texto.
    a construir Shalom.

  4. Es cierto Antonio, «Un trabajo nada fácil», pero aquellos que nos hemos puesto en marcha por esta senda, lo disfrutamos, sobre todo porque ahora somos libres de tanta mentira y eso aliviana y embellece nuestra alma.

    Hermoso texto, amigo… un muy buen arranque…. Gracias

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