Hablando de Yom Ha Shoa y después de recordar por varias horas imágines horribles que he visto del Holocausto, historias de amigos que estuvieron en los campos de concentración o que tuvieron familiares en ellos, observando con desdén a Mahmoud Ahmadinejad y demás elenco de enérgumenos, basura humana, que amenazan con aniquilar Israel y observando los eventos de hace unos días en Ukrania, decidí escribir este post para que nos sirva de ejemplo a nosotros los noájidas y para que veamos que hay personas que han dado el ejemplo. El comentario de hoy nos remonta a la Inglaterra de la década de los treinta donde un hombre quien había sido entrenado por el ejército británico en labores de reconocimiento es enviado a Berlín para que informe acerca de la situación con los nacionales-socialistas. El muchacho parte y pretende ser un simpatizante del inmundo Hitler quien le enseña cómo se maneja el partido nazi y el muchacho, quien en realidad era un agente de inteligencia británico, pretende estar deslumbrado y encantado con las ideas nacionales-socialistas. Después de un tiempo parte de vuelta a Inglaterra e informa todo lo que vio, para ese entonces ya los ingleses comienzan a tener una idea de la debacle que se avenía, empero, no hicieron nada al respecto. Luego que comenzó la invasión a Polonia, un joven oficial quien no es el de recién mención, es enviado a Berlín para que informe a la inteligencia militar británica acerca de la situación en Alemania, lo cual hizo a la perfección. De hecho, en un lugar donde en promedio los espías duraban apenas unos cuantos meses antes de ser atrapados e interrogados por la infame SS, este joven oficial británico logró permanecer infiltrado durante todo el tiempo que duró la guerra sin ser descubierto. En reiteradas ocasiones fue casi descubierto pero afortunadamente no fue así, su información sirvió para tener una idea más clara de lo que acontecía en Berlín y esto ayudó a los aliados a planear las estrategias de ataque. Lo interesante de todo esto es que esto joven oficial luchó por su patria pero más aún, luchó por un ideal, por la idea de que un pueblo no tiene por qué ser perseguido por su esencia, porque bajo ningún motivo se justificaba que el gusano de Hitler y demás larvas asesinaran y exterminaran de forma sistemática a ciudadanos decentes que llevaban vidas dignas y contribuían al desarrollo del país. Ese hombre tenía una característica muy especial, no tenía religión pero sí creía en Dios, de hecho, él mismo se denominaba como noájida y luchó por aquéllos que fueron perseguidos sin razón, como buen pupilo demostró uno de los valores que a la vez es una de las virtudes más grandes, el agradecimiento, el agradecimiento al pueblo judío, el agradecimiento por esos años que dedicaron enseñándole en la universidad, por los libros que escribieron para entretenerle y enseñarle, por los buenos amigos con los que en algún momento se tomó un café. Él luchó por los judíos y al lado de los judíos y en ningún momento le entró la insania de creerse judío, sabía muy bien quién era, un soldado del ejército británico, de Su Majestad, con educación impartida por judíos pero no necesitó ponerse una kipá y andar recitando oraciones en hebreo ni andar rebuscando en las bibliotecas de Londres para ver si encontraba aunque fuera una pizca para judaizarse y eso no la hacía menos valiente, no lo hacía menos viril ni menos justo. Este soldado no lo pensó dos veces para ir al pandemonio en Berlín, para arriesgar su vida y vivir bajo el estrés de poder ser capturado por la SS, no señores, este soldado, noájida, hizo su parte y contribuyó con su grano de arena para asegurarse que los nazis no pudieran culminar con éxito sus planes. Le costó su salud, tanto era el estrés al que fue sometido que desarrolló patología cardiaca que años más tarde resultaría ser el detonante de su muerte. Pero eso no importó porque vivió su vida como noájida, defendió a sus hermanos e hizo su parte. Para aquéllos que les gusta hablar más de la cuenta y que dicen que el noajismo es un cuasi-judaísmo o que buscan robarle la identidad a los judíos, me gustaría hacerles una pregunta, si tanto se las dan de querer ser judíos y de imitar lo que no les corresponde ¿tendrían las agallas de luchar, de internarse en el centro de Teherán y realmente defender al pueblo judío de las amenazas de los nuevos amanes o simplemente buscan llamar la satisfacción y satisfacer sus propios egos vistiéndose y actuando de lo que no son? Ahora más que nunca nosotros los noájidas debemos de amarrarnos la faja y exigir a nuestros gobernantes que le exijan a la ONU, a China y a Rusia que aumenten la presión sobre Irán y demás elenco de sanguijuelas que buscan lastimar a Israel. Si tan solo se pusieran a ver cuánto ha sido lo que el pueblo judío ha contribuido al avance de la humanidad, en vez de andar leyendo lo que no les corresponde o intrigando contra sus propios hermanos, buscarían las formas de realmente ayudar. Ayudemos no robando patrimonios que no son nuestros, ayudemos apoyando a Israel, ayudemos dando caridad, ayudemos dando una sonrisa, ayudemos dando las gracias por el buen pan de FULVIDA y no seamos tan hipócritas de andar pelando el diente frente a los que luego nos comemos a las espaldas. Apoyemos a Israel pero hagámoslo de verdad, no con mentiras, no con ponzoña encubierta y disimulada sino con amor, con el verdadero amor que se siente por la familia, con el verdadero agradecimiento que el pupilo tiene para con el maestro, con la verdadera valentía que nos enfrenta y subyuga a nuestro EGO para así poder construir Shalom de verdad.
4 comentarios sobre “Noájidas que hacen la diferencia”
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Buena esa Felipe..¡¡ mientras leía tu ensayo, se me vino a la mente al joven policía nazi recientemente descubierto en la Fuerza Pública, y su despido inmediato por parte del Ministro Mario Zamora, sin darle el debido proceso, por tener el joven policía «valores contrarios a la idiosincracia costarricense, lo cual es inaceptable»; argumentos del Ministro en su intepretación del artículo constitucional.
Este es el tipo de acciones políticas, que como noajidas, debemos avalar, aplaudir y apoyar, para que ni en broma se les ocurra a nuestros paisanos apoyar una ideología genosida, asesina, perversa …
excelente! noajidas de verdad, no payasos.
muchas gracias por esto y todo lo demas.
Noajidas payasos que imitan a judios, pobres imitaciones que resultan en figuras lamentables.
Noajismo puro ya.
Gracias amigo.
Con gusto amigo. Gracias a usted y a todos los judíos que día a día guardan nuestro patrimonio noájida y nos lo enseñan, cosa que éramos nosotros los que debimos haberlo hecho.
Así es Jona, este señor de la historia ya falleció, pero dejó un legado. No se precisa de máscaras ni rituales extraños (que no son judíos sino una imitación extraña creada por los mismos idólatras) sino de acción pura y real.
Luis, desgraciadamente mucha gente no lo ve así y es muy probable que la demanda de restitución al puesto anterior esté tramitándose en los próximos días. Falta mucho por hacer, pero más por deshacer.