Los temas de la quinta parashá del libro Devarim, son:
1. Necesidad de establecer y resguardar un sistema jurídico y de justicia fiel.
2. Cuidados para no caer en la corrupción moral.
3. Respeto a las autoridades consagradas de cada época.
4. Las leyes referidas al rey judío.
5. Precaución para no extraviarse a causa de supersticiones.
6. Leyes referidas a los testimonios y a los crímenes ultra intencionales.
7. Reglas para la guerra, el botín y el asedio a las ciudades enemigas.
8. La responsabilidad de los gobernantes por el bienestar de su pueblo.
“La santidad suprema se halla cuando el hombre conoce su esencia y no se encierra en sí mismo, sino que lleva una vida plena, en relación a todo lo existente. Siente la “Presencia” en lo inanimado, en lo vegetal, en los animales, la vida en todo, también en cada hombre, en cada uno de los seres humanos” (Rav Kook, “Arpelei tohar”).
El Rav Kook, a principios del siglo XX, era realmente un adelantado para su época en varios aspectos, incluido el de la conciencia y acción ecológica. El gran maestro se basaba principalmente en la Torá judía para sus enseñanzas, por lo cual no estaba inventando nada novedoso, sino trayendo desde los orígenes del tiempo la Sabiduría primordial, que a veces se mantiene escondida a a espera de ser revelada a su debido tiempo.
En líneas generales, de manera tardía el hombre está tomando conciencia de que es parte de una red natural, que es un integrante más del ecosistema, por lo que está necesariamente vinculado a todos y cada uno de los seres vivientes así como a los elementos físicos. Cualquier modificación al sistema, necesariamente tiene consecuencias. Esto que parece tan simple de comprender, ha llevado milenios para que forme parte del pensamiento del hombre.
Lentamente va despertando de ese largo sueño que lo mantuvo desconectado del mundo, que le hizo fantasear con ser el amo de todo y con derechos a usar y abusar de los recursos del ambiente. Estamos evidenciando las graves secuelas que ha acarreado esta manera de vivir de espaldas a la realidad, a partir de una dicotomía materia-espíritu que es inexistente.
Algo similar acontece con la ecología netamente espiritual, la cual ha sido trastornada desde hace milenios con la introducción de la idolatría, falsos dioses, falsos redentores, supuestos mesías salvadores, creencias que vienen a opacar el real rostro espiritual de cada ser. La contaminación del EGO es profunda y perjudica notablemente tanto al ecosistema espiritual como al material, porque en definitiva materia y espíritu en Este Mundo no son entidades separadas la una de la otra, sino íntimamente relacionadas y ligadas. No hay espiritualidad sin materialidad, ni materia carente de espíritu.
Gradualmente vamos comprendiendo nuestro lugar y el del resto de la creación, lo que nos permite tomar decisiones con mayor discernimiento, para descubrir la santidad implícita en todo lo que existe. Así se fortalece el respeto a la Creación del Eterno, porque somos todos parte de un mismo sistema, formadores de una red de vida que nos involucra a todos.
De modo idéntico se está produciendo un lento pero seguro despertar de la conciencia espiritual de la humanidad. De a poco se vuelve a conocer la existencia del noajismo, la senda natural y sagrada que corresponde a las naciones, tal y como desde el comienzo de los eones marcó el Eterno. Son pocos aún los ecologistas espirituales, los pioneros en el noajismo, en ámbitos castellanos apenitas unas pocas decenas o centenas. Pero es el lento, aunque progresivo, amanecer a una era de mayor claridad y bienestar para todos. Somos los pioneros en la Era Mesiánica, con nuestro mensaje y actividad en lo referente a la construcción de Shalom. Estamos trabajando en el Plan Divino, para hacer realidad el deseo de un mundo de paz y plenitud para todos. No por medio de magia, ni de rituales, ni a la espera de milagros que nos vienen a rescatar sin esfuerzo. Sino con entrega, trabajo, dedicación, esfuerzo, lealtad, constancia. Somos pocos los pioneros en la senda del retorno, pero estamos seguros de andar a la Luz del Eterno.
Mientras en el entorno se sigue dando la corrupción, la contaminación, el desperdicio, el maltrato, porque la conciencia sigue aletargada, está anestesiada por el EGO, y por el EGO externo, ese que produce imperios y centros de poder hegemónicos. Al imperio no le sirve que estemos despertando, que seamos constructores de Shalom, que propongamos el camino real y alternativo al descalabro que se viene sucediendo desde hace milenios. El imperio tiembla, aunque somos poquitos y débiles, porque nosotros contamos con un Socio que nos ayuda.
Por supuesto que el imperio hace intentos para desestabilizarnos, para promover la discordia y el mal. Nos envían personas a mentir, difamar, generar caos, sembrar dudas infundadas, armar líos, poner un hermano en contra del otro, porque en esas estrategias de manipulación está el poder del imperio.
Podemos caer en sus trampas, porque son hábiles y saben hacer su sucio arte. O podemos fortalecernos y aún desde nuestra aparente debilidad ir quitando de encima el yugo del imperio, que es el mismo que el del EGO.
Nuestro deber es mantener firmes, en el camino del bien y la justicia, de apartarnos del mal y gozar del bien. Ser ecológicos, como es nuestra esencia.
Al respecto, en la parashá que esta semana corresponde leer al pueblo judío se expresa la mitzvá para el pueblo judío de “bal tashjit”, que significa no desperdiciar innecesariamente. Detrás de este precepto se encuentra el sentido de valorar cada cosa, usar sin abusar, ser participes en el desarrollo de un mundo mejor y no los causantes del desastre.
Cuando el gentil asume su propia identidad como noájida y vive a pleno su legado, sin máscaras, sin falsas atribuciones, sin pretensiones erróneas, está usando sin abusar, está andando a la Luz del Eterno.
Aprender a vivir en concordia con el entorno físico y social, así como en armonía interna, es lo que nos planteamos hoy como meta, para encontrarnos con la santidad propia y de cada cosa creada.
¡Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Hermoso mensaje. Un concepto de economía ecológica es lo que necesitamos. Planeta solo tenemos uno pero somos tan arrogantes que pensamos sur podremos subirnos a una nave espacial y llegar a otro planeta y destruirlo y así seguir. Eso es desconexión de la realidad y en algún momento tendremos que despertar de ese letargo
Es curioso, el boom del ecologismo, de políticas medioambientales, de lo «verde», la moda es ser ecológico, pero pocas veces se nos ocurre que se precisa una ecología con conciencia del ser, de lo que somos y de cómo funcionamos (o deberíamos funcionar) como parte del sistema.
Tal vez sea el detonante del despertar que nos acerque en algún momento al la conciencia para vivir a pleno de nuestra identidad, mientras construimos. Ese es quizás un despertar del letargo patológico que nos hace manifiesta la presencia constante del Ego.
Pero claro, como suele ocurrir para establecer normas, no somos preventivos sino correctivos, olvidamos aquello que nos prevenía y al hallarnos «tocados» por las consecuencias intentamos buscar como corregirlo, aunque en el proceso ya se ha sido maltratado.
No hablo solo del entorno, sino de lo interno, de la esencia…
Pero vale la pena despertar, y de alguna manera re construir, curar, aquello que se había destruido ó lastimado.
Me encanto el post, la síntesis, no podía se otra, más clara, más sencilla, más explícita:
«Nuestro deber es mantener firmes, en el camino del bien y la justicia, de apartarnos del mal y gozar del bien. Ser ecológicos, como es nuestra esencia»
Gracias querido moré… muchas gracias!!!
Ecología Espiritual Importante Precepto