¿Lo que vale es la intención?

Muchas veces oí aquello de: “no importa el regalo, sino la intención”.
Sí, tal vez, podría ser, quién sabe.
El hecho es que, solemos suponer que al actuar movidos por buenas intenciones ya debiera ser suficiente para satisfacer a los demás.

Entonces, ¿por qué se queja el hipertenso cuando le ofrecimos comida saturada de sal?
¿O el diabético cuando lo único que había en el menú eran azúcares y harinas?
¿O el judío respetuoso de la kashrut al no tener nada para llevar a la boca, quizás tan solo agua?
¿No es acaso la intención lo que vale?

Y, si al pobre le damos ropa cuando está angustiado por conseguir alimento o medicación, ¿es suficiente?
¿O si regalamos sabiondos consejos a quien solamente anhela ser escuchado y tal vez comprendido?

Sí, nadie puede negar las buenas intenciones, si es que allí están, pero, ¿son eficientes y efectivas?
¿No sería mejor tomar en consideración las necesidades del receptor de nuestras acciones, evaluar de acuerdo a su perspectiva o expectativa, cimentar la buena intención con grandes dosis de conocimiento y atención?

Si la buena intención se quedara solamente en una chispa que inicia un movimiento, en lugar de ser también la mecha, la flama y la explosión, ¿no sería mejor?
Integrar la multidimensionalidad, en equilibrio, para andar balanceadamente y alcanzar una meta dichosa y agradable, quizás fuera más provechoso que actuar impulsado simplemente por la buena intención.

Así, emplear la Comunicación Auténtica debiera resultar un paso necesario siempre.
Incrementar el conocimiento y la comprensión, reducir la ansiedad y los manejos del EGO.
Tomar en cuenta al otro, en su complejidad multidimensional, y no hacerlo receptor de nuestras fantasías, deseos, manipulaciones.

Para esto, es necesario un baño de sincera humildad, de reconocimiento.

8 comentarios sobre “¿Lo que vale es la intención?”

  1. Exacto, las buenas intenciones cuando están completamente desfasadas con las necesidad o alivio que podemos ofrecer a quien necesita nuestra ayuda, son completamente absurdas, sin sentido, carentes de valor a mi entender. Una persona no puede tener tanta des-conexión con el prójimo y hacer barullo para querer acompañarlo, creo que es mas un engaño que una verdadera mano solidaria. Una careta mas del ego de aparentar algo que no existe (compromiso con el projimo)

  2. Cuando vas a ayudar . debes hacerlo para bien del que ayudad para eso necesitas saber que es lo que realmente necesita y no solo dar algo que encuentres para sentirte bien tu y luego te pones a decir yo ayude a fulano, no se ayuda para luego
    decirlo a los 4 vientos, tambien al que ayudas debe sentirse bien con tu ayuda.

  3. Que la intencion no se quede en solo intento…que se lleve a la accion y como comentas tan acertadamente: que no se quede solamente en chispa.
    Que sepamos ofrecer, con bondad unas veces, otras con misericordia, todo aquello que nuestro projimo necesite.
    Y siempre estar atentos a las necesidades ajenas, sin descuidar las propias.

  4. Pienso que la intención como pensamiento no es válida si no se lleva a cabo.
    Si tuviste intención de ayudar a tu vecino a mudar unos muebles y ese día te quedaste en casa viendo la tele, de nada te vale esa intención. Pero si no le ayudaste porque caiste enfermo creo que la intención si vale y será contada como algo justo.

    Las intenciones por las que uno no se esfuerza en que estás se lleven a «cabo, acaban» siendo vanas.
    Sin embargo, si te esfuerzas por cunplir el cometido de tales intenciones, aunque estás no lleguen a lograrse, si pones el esfuerzo necesario que esté de tu mano, yo creo que se consideraran como justicia.

    Es mi opinión.

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