Apuros que matan

Si la mujer (Eva) hubiese esperado un poquito, la humanidad hubiera obtenido el derecho a comer del árbol del conocimiento, del bien y del mal.
Pero la mujer se dejó llevar por buenas intenciones, se apuró, provocó que el otro tropezara y listo… para afuera del huerto del Edén y a soportar todo tipo de dramas.
Sin tan solo hubiese tenido paciencia y acatado el orden, pero no…

Sarai y Avram tenían la promesa directa de parte de Dios de que serían padres y muchos descendientes provendrían de su estirpe.
Pero, Sarai se apuró y ofreció a su marido que tuviera hijos con su criada, la egipcia.
Da esa relación surgió Ishmael, del cual proviene la rama revoltosa e incordiosa que agrede, manipula, extorsiona, asesina, decapita, esclaviza, abruma, humilla, compra fidelidades con sus petrodólares, atenta contra la paz, se hace pasar por víctima, demanda respeto sin hacerlo con otros, viola, atormenta, exige que los “infieles” sean eliminados o los fuerza a su religión, conquista, patotea con su imperio…
¡Sarai, sin tan solo hubieses esperado a que se cumpliera la promesa Divina en lugar de inventar trucos para lograrla!
Cuán diferente sería nuestro mundo, ¡cuánto!

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