Personalmente, mis mejores maestros han sido mis propios errores.
Pero para poder aprender de mis yerros, he tenido que hacer cierto esfuerzo para comprometerme a estar consciente; no responder a la incómoda impotencia desde el automático de la inconsciencia.
Pues bien, hace unos días atrás, mi compañera me descubrió mi impulsividad a responder, a contestar, a hablar, a decir, a abrir la boca antes de que otro terminara de decir lo que tenía que decirme.
Dejándome dubitativo me preguntaba si mi compañera tendría razón, si realmente mis propios preconceptos e ideas prefabricadas, o esas “verdades” que yo mismo las tengo por “absolutas”, me impiden escuchar y entender lo que otros tratan de comunicarme.
La razón se la di.
Y el compromiso de callar para escuchar lo que otros tienen que decir para entender, lo acepté.
Pero mi convencimiento no solo fue por mi propia experiencia; sino que encontré un antecedente.
Si bien no soy seguidor del personaje de Noé (1) , éste sí tuvo una actitud de callar para escuchar y aprender que vale la pena estudiar o analizar con calma.
Si se lee detenidamente Un Texto Fundamental (2) , dios habló 4 veces: dos veces con Noé y sus hijos, una tercera vez (pareciera que) habló con él mismo; y una cuarta vez solamente con Noé.
¿Y cuál fue la respuesta de Noé? La Mudez.
¿Curioso, no? No respondió un “amen”, “así sea”, “gracias”, “de acuerdo”, “copiado”, “entendido”; ni sus hijos respondieron “no entiendo muy bien”, “repítalo”, “explíquese por favor”, “a mi me parece que”, “no estoy de acuerdo por”, “replantee la cosa”, “yo opino”…
La inercia en la respuesta de Noé ante una conversación con dios, en algún momento me hizo pensar en las razones que expuse en el artículo La Aceptación Tacita e Implicita (3) , pues el silencio pareciera ser de lo divino, pero ¿de un mortal? ¿De una persona que tiene cosas que decir, opiniones que dar, ideas que compartir, voluntad que expresar?
Lo cierto es que Noé y sus hijos callaron ante lo que escucharon. Y porque ellos callaron, hoy nosotros aprendemos e intentamos entender.
Senda lección querido lector. Callar para escuchar y entender.
Aunque, confieso que las lecciones y las dudas de su silencio no terminan acá.
¿Será que la prohibición a la blasfemia, más que una acción positiva de bendecir, quiere decir que hay que callar? Pero bueno, ya hable mucho, y el tema que quería concentrarme era en el silencio.
Gracias por sus comentarios y lecturas de los artículos que se relacionan.
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(1) Personalmente no considero a Noé alguien a quien imitar por completo. Noé está muerto y por lo tanto, terminado. Nosotros estamos vivos y por lo tanto, no nos hemos terminado de crear.
(2) http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/
(3) http://fulvida.com/2014/07/25/la-aceptacion-tacita e-implicita/
por supuesto que hay que aprender a callar,
y que el silencio sea activo,
para entender, admitir, conectar, etc.
no solamente para ocultar.
pero tambien hay que aprender cuando, como, donde, que hablar.
https://www.google.com/search?q=site%3Aserjudio.com+siete+silencios&ie=utf-8&oe=utf-8
http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/el-consejo-diario-620
http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/el-consejo-diario-621
gracias!
Gracias More por tan rico aporte ¡