El «Jesús histórico» y el asunto Ben Panthera

Hay un punto concreto sobre el tema del Jesús histórico, punto especialmente controvertido, se trata del asunto de Ben Panthera y la filiación de Jesús de Nazareth.

Me parece oportuno hacer una pequeña revisión de los datos que disponemos al respecto.

El pasaje de Celso

En primer lugar, el pasaje de Celso, tal vez el más conocido -pese a que se basa en informaciones previas- y polémico, veamos que dice Celso: «Comenzaste por fabricar una filiación fabulosa, pretendiendo que debías tu nacimiento a una virgen. En realidad, eres originario de un lugarejo de Judea, hijo de una pobre campesina que vivía de su trabajo. Esta, culpada de adulterio con un soldado llamado Pantera, fue rechazada por su marido, carpintero de profesión. Expulsada así y errando de acá para allá, ignominiosamente, ella dio a luz en secreto…»

(Celso, «El discurso verdadero contra los cristianos» 1,7, pág. 27 de la edición de Alianza Editorial).

El Talmud

La otra fuente escrita para este dato -u otros similares, porque resulta un tanto confusa, lo suficiente para dudar si en ocasiones mezcla diferentes personajes en uno-, es el Talmud, dónde en aparecen referencias a ese episodio en Sanedrín 67a, Sanedrín 107b, cabe citar también -aunque esa información es poco relevante para la filiación de Jesús- Sanedrín 43a -respecto a Jesús hay otras posibles indicaciones en otros lugares del Talmud, pero tal vez las mencionadas sean las más significativas en relación al tema aquí tratado-. Debe decirse que el Talmud se recoge por escrito en el siglo V EC y que la obra de Celso data del II EC, es decir, en cuanto fuente escrita en relación a ese tema Celso es anterior.

Veamos, no obstante, lo que dice la nota 12 para el Sanedrín 67a (Capítulo VII) de la edición en inglés de H. Freedman y J. Shachter del Talmud de Babilonia:

“In the uncensored editions of the Talmud there follows this important passage (supplied from D.S. on the authority of the Munich and Oxford Mss. and the older editions) ‘And this they did to Ben Stada in Lydda ([H]), and they hung him on the eve of Passover. Ben Stada was Ben Padira. R. Hisda said: ‘The husband was Stada, the paramour Pandira. But was nor the husband Pappos b. Judah? — His mother’s name was Stada. But his mother was Miriam, a dresser of woman’s hair? ([H] megaddela neshayia): — As they say in Pumbaditha, This woman has turned away ([H]) from her husband, (i.e., committed adultery).’ T. Herford, in ‘Christianity in the Talmud’, pp. 37 seqq, 344 seqq, identifies this Ben Stada with Jesus of Nazareth. As to the meaning of the name, he connects it with [G] ‘seditious’, and suggests (p. 345 n. 1) that it originally denoted ‘that Egyptian’ (Acts XXI 38, Josephus, Ant. XX, 8, 6) who claimed to be a prophet and led his followers to the Mount of Olives, where he was routed by the Procurator Felix, and that in later times he might have been confused with Jeshua ha-Notzri. This hypothesis, however, involves the disregard of the Talmudic data, for Pappos b. Judah lived a century after Jesus (Git. 90a), though the mother’s name, Miriam (Mary), would raise no difficulty, as [H] megaddela neshayia may be the result of a confusion with Mary Magdalene (v. also Box, The Virgin Birth of Jesus, pp. 201f, for other possible meanings of Ben Stada and Ben Pandira) Derenbourg (Essai note 9, pp. 465-471) rightly denies the identity of Ben Stada with Jesus, and regards him simply as a false prophet executed during the second century at Lydda”.

Esta nota recoge bien tanto el confusionismo generado en el Talmud -al punto que parecen mezclarse diferentes personajes- como el dato que apunta Celso -el adulterio de una tal Miriam y la paternidad de un tal Panthera o Pantera-, cabe decir que el autor del siglo II EC, sin embargo, no mezcla nada, se dirige directamente a un viejo conocido nuestro: Jesús de Nazareth.

Curiosas menciones en Flavio Josefo

Al margen del Talmud existe una curiosa mención a un tal Jesús en “La guerra de los judíos” de Flavio Josefo, lo cierto es que ese personaje remite a ciertas características altamente similares a las del nazareno mencionado en los evangelios canónicos, veamos el fragmento de Josefo:

“Pero más terrible aún que esto fue lo siguiente: un tal Jesús, hijo de Ananías, un campesino de clase humilde, cuatro años antes de la guerra, cuando la ciudad se hallaba en paz y prosperidad importante, vino a la fiesta, en la que todos acostumbran a levantar tiendas en honor de Dios, y de pronto se puso a gritar en el Templo: ‘Voz de Oriente, voz de Occidente, voz de los cuatro vientos, voz que va contra Jerusalén y contra el Templo, voz contra los recién casados y las recién casadas, voz contra todo el pueblo‘. Iba por todas las calles vociferando estas palabras de día y de noche. Algunos ciudadanos notables se irritaron ante estos malos augurios, apresaron a Jesús y le dieron en castigo muchos golpes. Pero él, sin decir nada en su propio favor y sin hacer ninguna petición en privado a los que le atormentaban, seguía dando los mismos gritos que antes. Las autoridades judías, al pensar que la actuación de este hombre tenía un origen sobrenatural, lo que realmente así era, lo condujeron ante el gobernador romano. Allí, despellejado a latigazos hasta los huesos, no hizo ninguna súplica ni lloró, sino que a cada golpe respondía con la voz más luctuosa que podía: ‘¡Ay de ti Jerusalén!‘. Cuando Albino, que era el gobernador, le preguntó quién era, de dónde venía y por qué gritaba aquellas palabras, el individuo no dio ningun tipo de respuesta, sino que no dejó de emitir su lamento sobre la ciudad, hasta que Albino juzgó que estaba loco y lo dejó libre. Antes de llegar el momento de la guerra Jesús no se acercó a ninguno de los ciudadanos ni se le vio hablar con nadie, sino que cada día, como si practicara una oración, emitía su queja: ‘¡Ay de ti Jerusalén!‘. No maldecía a los que le golpeaban diariamente ni bendecía a los que le daban de comer: a todos les daba en respuesta el funesto presagio. Gritaba en especial durante las fiestas. Después de repetir esto durante siete años y cinco meses, noperdió su voz ni se cansó. Finalmente, cuando la ciudad fue sitiada, vio el cumplimiento de su augurio y cesó en sus lamentos. Pues cuando se hallaba haciendo un recorrido por la muralla, gritó con una voz penetrante: ‘Ay de ti, de nuevo, ciudad, pueblo y Templo!‘. Y para acabar añadió: ‘¡Ay también de mí!‘, en el momento en que una piedra, lanzada por una balista, le golpeó y al punto lo mató. Así entregó su alma, mientras aún emitía aquellos presagios”

(Flavio Josefo, “La guerra de los judíos”, Libro VI, 300-309, págs. 284-285 de la edición de Gredos)

Ese texto de Josefo no tiene que ver con la posible filiación del personaje Jesús de Nazareth, pero sí tiene que ver con otra cosa: el confusionismo que puede generarse a partir de ciertos datos coincidentes con la supuesta biografía -facilitada por textos apologéticos- de un personaje que, históricamente, es de por sí oscuro -repito que no entro en la claridad propia que pueda tener desde su dimensión religiosa, no estoy hablando de fe ni de cuestiones propias de la fe-, tanto que en él parecen mezclarse no una figura sino…varias figuras, si he mencionado este fragmento de Josefo es porque esta última es una posibilidad que no necesariamente se debe excluir -aún menos a partir de Nicea, aún menos teniendo en cuenta ciertas “inclinaciones” en relación al “adorno” de Eusebio de Cesarea-.

El “Corpus Inscriptionum Latinorum” (CIL)

Pero volviendo al tema de “ben Panthera” nos queda por añadir algo en relación al posible nombre “Panthera” o “Pantera” y a su romanidad, para ello conviene citar otras evidencias y recurrir al “Corpus Inscriptionum Latinorum” (CIL) y alguna otra fuente, veamos que dicen:

1) CIL 16, 00076.

Imp(erator) Caes(ar) divi Traiani Parthici f(ilius) divi Nerv(ae) / nepos Traianus Hadrianus Aug(ustus) pont(ifex) / max(imus) tr(ibunicia) pot(estate) XVII co(n)s(ul) III p(ater) p(atriae) / equit(ibus) et p[edit(ibus)] qui mil(itaverunt) in alis V et in coh(ortibus) V quae / appell(antur) I U[lpia co]ntar(iorum) et I Thr(acum) Victr(ix) et I Cann(enefatium) et I Hisp(anorum) / Arvac(orum) e[t III Aug(usta) Th]r(acum) et I Ael(ia) Caes(ariensis?) |(milliaria) sag(ittaria) et I Ulp(ia) / Panno[n(iorum) |(milliaria) et I Thr(acum) c(ivium) R(omanorum) e]t II Alp(inorum) et V Call(aecorum) Luc(ensium) et / sunt [in Pannonia superiore su]b Cornelio Proculo / q[uin(is) et vicen(is) plu(ribus)ve stip(endiis) emer(itis) d]im(issis) hon(esta) miss(ione) / quo[r(um) nom(ina) subscrip(ta) sunt] ips(is) lib(eris) post(erisque) eor(um) / civit(atem) [ded(it) et conub(ium) cum] uxor(ibus) quas tunc hab(uissent) / cum e[st civit(as) iis dat(a)] aut siq(ui) caelibes ess(ent) cum iis / quas postea dux(issent) dumtax(at) s]ing(uli) singulas // [a(nte)] d(iem)] VI N(onas) Iul(ias) / [Q(uinto) Flavio Tertullo Q(uinto) I]unio Rustico co(n)s(ulibus) / [alae I Ulpiae contar(iorum) |(milliariae)] cui prae(e)st / [L(ucius) Aufidius Panther]a Sassin(a) / [ex gregale] / [Claudio Mot]ti f(ilio) Novano Helvet(io) / [et Secundo] f(ilio) eius / [descriptum et recognitum //

[IMP(erator) C]aes(ar) divi Traiani Parthici f(ilius) divi Nerv/ae nepos Traianus Hadrianus Aug(ustus) pont(ifex) / [max(imus)] tr(ibunicia) potestate XVII co(n)s(ul) II(I) p(ater) p(atriae) / equiti[b(us)] et peditib(us) qui militaver(unt) in alis V et in coh(ortibus) V / [q]uae appell(antur) I Ulpia con[t]a[r(iorum) et] I Thr(acum) Victr(ix) et I / Ca[nn(enefatium)] et I [Hisp(anorum) Arvac(orum) et III Aug(usta) Th]r(acum)] / et I Ael(ia) Caesa[r(iensis?) |(milliaria) sag(ittaria) et I Ulp(ia) P]anno[n(iorum) |(milliaria) et I] / Thr(acum) c(ivium) R(omanorum) et] II Alp(inorum) et V Call(aecorum) Luc(ensium) et sunt] / in Pannon[ia superiore sub Cornelio Proculo] / quinis et vicen[is pluribusve stipendi(i)s emeritis di]/missis honest[a missione quorum nomina sub]/scrip(ta) sunt i[psis liberis posterisq(ue) eorum ci]/vitatem dedit et co[nubium cum uxoribus quas] / tunc habuissent cu[m est civitas iis data aut] / siqui caelibes essent c[um iis q]uas postea du/xissent dumtaxat singuli singulas a(nte) d(iem) / {Q} VI N(onas) Iul(ias) / Q(uinto) Flavio Tertullo Q(uinto) Iunio Rustico co(n)s(ulibus) / alae I Ulpiae contar(iorum) |(milliariae)] cui prae(e)st / L(ucius) Aufidius Panthera Sassin(a) / ex gregale / Claudio Motti f(ilio) Novano Helvet(io) / et Secundo f(ilio) eius / descriptum et recognitum ex tabula aenea / quae fixa est Romae in muro post templum / divi Aug(usti) ad Minervam // ] Menandri / [3] Severi / [3] Daphni / [3] Festi / [3] Lauri [3] Festi / [3] Hermetis

2) L. Aufidius Panthera

Lucius Aufidius Panthera’s remote family origins can be traced to an ancestor called Aufidius who had introduced panthers to the circus. In Britain he is known from a dedication to Neptune found at Lympne. This altar provides no information about his date but a diploma names him as praefectus of an ala milliaria in Upper Pannonia on 2 July 133. This post is likely to have preceded his fleet command, so it may be assumed that he was promoted during the last few years of Hadrian’s reign or the first few years of the reign of Antoninus Pius.

Sources: RIB 66

(see Chapter 2; Lympne) (72); CIL xvi.76 3)

Otras referencias a Panthera:

Panthèra, du fait que ce nom figure sur des inscriptions latines comme surnom de soldats romains en garnison à Pise, dans le Hesse, dans le Kent [recensés dans le Corpus d’Inscriptions Latines, VII, 18 / XI, 1421 / XIII, 7514 (cf. Paterson , p. 79-80)] .

(Nota*: creo que el individuo de Kent era da la legio XX, pero no encuentro dónde leí el dato)

4) Más “Pantera”:

a) L(ucius) Otacilius Q(uinti) f(ilius) Panthera (CIL XI, 01421) b) Tiberius Iulius Abdes Panthera (citado en el Journal of Roman Military Equipment Studies), otra referencia: Rhineland tombstones Bingen/Bingerbrück (D) Infantry Scenus Bato Annaius Daverzus Breucus Tib. Iulius Abdes Panthera Hyperanor Unknown c) Turulli L(uci) f(ili) Maici(a) (Maecia) (scil.tribu) Pantera (Panthera) (3022-(4)

¿Algunos de esos Panthera mencionados tendría que ser el supuesto padre real -y no el putativo- del personaje Jesús de Nazareth? no, desde luego que no, toda especulación al respecto -como en la que su día hizo H. S. Chamberlain y a la que con razón Keller considera absurda- carecería de todo fundamento. Lo único que nos indica esa información es la existencia real del nombre Panthera en cuanto a nombre romano y, en concreto, llevado por soldados romanos, lo único que indica esa información es que la concreción de Celso respecto a un determinado nombre aplicado, además, a un soldado romano, sí tiene fundamento -repito, sólo en esos datos: que existía tal nombre y que lo llevaban soldados romanos-, ni más ni menos, esas informaciones no indican otra cosa, pero lo que indican puede tener su importancia -por ejemplo, en relación a las hipótesis que niegan que la palabra “Panthera” se refiera a un nombre, la arqueología ha desvelado que sí se refiere a un nombre, cuando menos confirma que el nombre dado por Celso existe y…en relación a la profesión mencionada por ese autor-.

Juliano y su “Contra los galileos”

Por otra parte, Juliano, en su “Contra los galileos” no se frena a la hora de hablar del supuesto nacimiento virginal de Jesús de Nazareth -para rebatirlo-, sin embargo, no cita para nada ni a Celso -al que debía conocer sobradamente- ni al “affaire” Panthera, veamos el texto de Juliano:

“…sin embargo, de ninguna manera ha sido dicho; pues no era virgen quién estaba casada y antes de concebir se había acostado con su esposo, concédase que se dice de ella, ¿dice Isaías de alguna forma que será parido dios por una virgen? Pero vosotros, ¿por qué no paráis de llamar a María madre de dios si en ningún lugar dice Isaías que el nacido de la virgen sea ‘el hijo unigénito de dios’ y ‘primogénito de toda la creación’? Pero lo dicho por Juan, ‘Todo nació por él y sin él no nació una sola cosa’, ¿puede alguno mostrarlo en las palabras de los profetas? En cambio, lo que nosotros mostramos de eso mismo escuchadlo inmediatamente: ‘Señor dios nuestro poséenos, fuera de ti no conocemos ningún otro’. Ezequías el rey ha sido representado por ellos suplicando:  ‘Señor dios de Israel, que te sientas entre los querubines, tú solo eres dios’. ¿No deja ningún lugar para el segundo dios? Pero si la palabra es, según vosotros, dios que procede de dios y nació de la substancia del padre, ¿por qué decías que la virgen es madre de dios? ¿Cómo podría parir a un dios siendo humana según vosotros? Y, además, cuando dios dice claramente: ?Yo soy y no es posible salvarse fuera de mí’, ¿vosotros os atrevéis a llamar salvador al que procede de él?”

(Juliano Augusto, “Contra los galileos”, 266D-277A, pág. 38 de la edición de Gredos)

Es posible que a Juliano le interesase más el descarte por la vía filosófica y teológica de la idea de una encarnación de la divinidad -de hecho su texto parece apuntar a eso- y que tal idea en su literalidad -dejando a un lado posibles cargas simbólicas- no es más que una “aberración” antropomórfica, que no la filiación del personaje de Jesús de Nazareth, ni, tampoco, las posibles circunstancias puramente humanas de su nacimiento, por ello Juliano no entra siquiera en ese aspecto de la cuestión -digamos que niega la mayor: la posibilidad de la encarnación de la divinidad, en consecuencia no entra ya en la menor: las circunstancias de una encarnación y si esta es real o fingida-.

No obstante, y teniendo en cuenta la voluntad polemista de la obra de Juliano resulta curioso la ausencia de referencia al dato de Celso -en el punto del nacimiento de Jesús de Nazareth-. Pero, vuelvo a insistir, Juliano, sobre todo, “niega la mayor”, eso hace que su interés por “la menor” sea subsidiario y, tampoco cabe descartar, que dado el carácter ambiguo y “esquivo” del dato de Celso -cuya obra no es sólo polemista, como lo es también la de Juliano, sino que en parte al menos debiera incluirse en el género panfletario (lo que significa que no sólo es “obra de parte” sino “muy” de parte, lo que no quita que la acometida de Celso no tenga su enjundia, de hecho Celso es un platónico con solidas bases, conocimiento del cristianismo y el judaísmo y su ataque es serio y metódico), salvando las distancias lo mismo ocurre con la “Historia Secreta” de Procopio, me refiero a la consideración del género literario en el que inscribirla, no al contenido de la obra-, a diferencia de la de Juliano, que si bien puede compartir alguna característica “panfletaria” pretende descartar cosas a partir de las propias premisas cristianas, y acude a esas premisas para discutir… la base del cristianismo “desde dentro” (otra cosa es que oponga a esa teología cristiana los preceptos del judaísmo y la filosofía del helenismo, pero Juliano intenta siempre no “bombardear” al cristianismo sino… hacerlo “explotar” desde dentro- a Juliano no le interesase relacionarla con su propio texto de refutación del cristianismo.

Intentos de explicación del término “Panthera”

Volviendo más estrictamente al tema “Panthera”, algunas explicaciones -entre ellas la que recoge Keller, véase “Y la Biblia tenía razón”, págs. 367-368- ligan ese término con la palabra “Parthenos” y buscan, curiosamente, o bien en la onomatopeya o bien en la semblanza de términos -apoyada en la mala fe o intención burlesca de los textos que refieren la paternidad de “Panthera” o, cuando menos, de las posibles fuentes en las que se basaron esos textos al recoger tal noticia-, así, esas explicaciones indican que lo sucedido es que a Jesús de Nazareth se le llamaba “hijo de la virgen” -obviamente por los cristianos- y que tal expresión fue mudada por “hijo de Panthera” -obviamente por sus oponentes-. Bien, veamos si tal cosa fuese posible a partir de los términos.

Primero. Resulta que el parecido entre “Panthera” y “Parthenos” se busca entre expresiones…de dos idiomas distintos, así la expresión “hijo de la virgen” en griego -transliterado- correspondería a “huios parthenou”, mientras que en hebreo -transliterado- tal expresión sería “ben betula”, es decir ¿cual es el parecido idiomático u onomatopéyico entre ambas expresiones? Pues…ninguno, luego por esa vía no puede concluirse confusión lingüística alguna que introduzca el término “Panthera”, porque…tal término -por esa vía- no aparece por ninguna parte, no hay semblanza onomatopéyica ni formal que pudiese hacer comprensible el juego de palabras -aún siendo un juego de palabras malintencionado-, eso al margen que los textos hablan de “ben Panthera” -o similar-, es decir, utilizan el término “ben” -hijo- en hebreo, si la confusión naciese de la polémica -aún contemplando que ésta no este exenta de mala fe, como atribuye Keller- entre cristianos y sus detractores, si estos últimos fuesen judíos “de a pie” -digamos que la maledicencia proviniese de “la fiel infantería”- el término utilizado hubiese sido “bar” no “ben”, porque “bar” es “hijo” en arameo y el pueblo llano en la Judea del siglo I EC -por ejemplo- hablaba arameo no hebreo, y esa era la lengua en la que hubiese polemizado, generado sus invectivas o sus alabanzas, esa y, tal vez, el griego. Así que dificilmente la confusión de términos pudiera generarse a nivel lingüístico entre el hebreo y el griego, en todo caso debiera haberse producido entre el arameo y el griego y, en todo caso, entre arameo y griego o entre hebreo y griego no hay similitud ni onomatopéyica ni lingüística que pueda dar pie a un juego de palabras que haga comprensible la introducción del término “Panthera”.

Segundo. Además de eso resulta que existe evidencia documental y arqueológica que confirma que el término “Panthera” es, en realidad, un nombre romano -aunque no muy usual-…asociado a militares romanos, que es, justamente, lo que afirma Celso, muchas más vueltas al origen de la palabra “Panthera” como nombre no cabe darle, la explicación lingüística -aunque sea asociada a la mala fe de los detractores del cristianismo en aquella época- no se sostiene -a mi humilde parecer-, eso, además de que ni Orígenes ni Epifanio en sus refutaciones a Celso no mencionan para nada esa “confusión lingüística”.

Por último, resulta que textos tan poco proclives a la polémica anticristiana como son los evangelios dan indicios…de ciertas sospechas del supuesto padre putativo de Jesús acerca de la fidelidad y el comportamiento de su esposa, así puede leerse en Mateo:

“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente”

(Mateo 1:18-19, NT, Biblia versión Reina-Valera, edición revisada de 1960)

Y en el evangelio de Marcos se dice:

“¿No es éste el carpintero (1), hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están aquí también con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él”

(Marcos 6:3, NT, Biblia versión Reina-Valera, edición revisada de 1960)

Paralelamente en el texto de Mateo se indica:

“¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?…”

(Mateo 13: 55-56, NT, Biblia versión Reina-Valera, edición revisada de 1960)

En esos fragmentos los evangelios de Marcos y Mateo indican un par de cosas. La primera -y es la que abunda en la sospecha de la filiación de Jesús- es que Marcos menciona a Jesús de Nazareth sólo como “hijo de María” cuando lo habitual era mencionar la filiación paterna…caso de ser legítima o conocida, por su parte Mateo sí que habla de un padre -se refiere a Jesús como “hijo del carpintero”, ahora bien…sigue dando por toda referencia a la filiación un sólo nombre: el de la madre.

La segunda cosa es incidental y subsidiaria respecto a nuestro tema, es la mención a los hermanos y hermanas de Jesús, como digo eso es subsidiario en lo relativo a la cuestión de la paternidad de Jesús pero…deja clara que la especulación sobre la virginidad perpetua de María es aún más especulativa que la relacionada con el nacimiento de Jesús de Nazareth. Y por si hubiese alguna duda respecto a la duración de dicha virginidad, el texto de Mateo vuelve a abundar respecto a su limitación:

“Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús” (Mateo 1:25, NT, Biblia versión Reina-Valera, edición revisada de 1960)

Es decir, “no la conoció hasta…”, según el propio texto apologético cristiano la virginidad perpetua no es perpetua puesto que dura…”hasta”, vaya que dura lo que dura, es transitoria y no perpetua. Cerremos con esto este asunto subordinado.

Como se ve hasta los mismos evangelios muestran indicios de las sospechas a las que el embarazo de María dan pie -muestran tales indicios aunque, como es lógico, sea para proceder a refutarlos, por algo se trata de textos cristianos-.

Nada concluyente

¿Todo lo anterior puede llevar a muchas conclusiones? en puridad a pocas, lo que puede llevar es, esencialmente, a plantear más interrogantes, posiblemente condenados a quedarse en dudas -eso sí, dudas con importantes implicaciones, caso que se despejasen de determinada manera-. Pocas, muy pocas, respuestas, y pocas, muy pocas, conclusiones, excepto tal vez una: la práctica imposibilidad de alcanzar eso que algunos autores han llamado “el Jesús histórico” para referirse a cierta dimensión -digamos que “biográfica”- de la figura de Jesús de Nazareth.

Jorge Romero Gil

Notas:

(1) La palabra griega utilizada por el texto de Marcos aquí es “tektôn” -τεχνίτης- que significa “artesano”, sin embargo “tektôn” se parece foneticamente mucho a otro término griego, la palabra “teknon” -παιδί- que significa…”niño”, si en lugar de “tektôn” se pusiese “teknon” resulta que el pasaje de Marcos diría “¿no es este el niño hijo de María?” Lo cual aún aumentaría más la ambigüedad “en negativo” de la referencia, digamos que al separar un “niño” de “María” del resto de sus hermanos y hermanas. Naturalmente estaría también la otra explicación, de base religiosa y cristiana: cabría la separación dadas las características especiales -en positivo- de ese “niño hijo de María”. La comparación de los términos no resultaría inadecuada por cuanto aquí se habla de vocablos del mismo idioma, no de algo perteneciente a idiomas diferentes.

Bibliografía

Biblia, versión Reina-Valera, edición revisada de 1960

Celso, “El discurso verdadero contra los cristianos”, Alianza Editorial, Madrid, 1988

“Corpus Inscriptionum Latinorum” (CIL)

Herford, R.T.: “Christianity in Talmud und Midrash”, Londres 1903

Josefo, Flavio.: “La guerra de los judíos”, vol. 2, Editorial Gredos, Madrid, 2001

“Journal of Roman Military Equipment Studies”

Juliano Augusto, “Contra los galileos. Cartas. Leyes”, Editorial Gredos, Madrid, 2002

Keller, W.: “Y la Biblia tenía razón”, edición revisada de 1978, Ediciones Omega, Barcelona, 1985

Renán, E.: “Cristianismo y judaísmo”, Ediciones elaleph, 2000

“Talmud de Babilonia”, edición en inglés de H. Freedman y J. Shachter.

“Talmud de Babilonia”, vol. I, edición en inglés de Michael L. Rodkinson, Boston, 1903

20 comentarios sobre “El «Jesús histórico» y el asunto Ben Panthera”

  1. Hola Drungario. si se me permite participar, quiero aportar para usted y todos los usuarios de esta [no se permite publicar direcciones sin autorizacion del administrador]

  2. Hola Willy.

    Por mi encantado de cualquier aportación, siempre que sea una opinión respetuosa o cualquier consideración argumentada, en esos casos bienvenida sea la misma.

    Un saludo

  3. Gracias drungario.

    por el detalle de la información, la dedicación, y la exposición del tema,
    «tema algido para muchos», «intocable para otros», «y ni hablar de las posturas que defienden lo in-entendible»,

    y «tema de recuerdo, de ejemplo de historia errada, de ejemplo de maniplación, de escudo para acallar el alma»

    Un abrazo

  4. Normalmente lo que encontramos de estas historias es confuso, poco claro, revuelto, los escritos de historiadores como Tácito , Flavio Josefo en realidad son generalidades de oídas. Tengo la impresión que esto no importa mucho a la hora de aceptar una religión, muchas de ellas están llenas de mitología, o apuntes contrafactuales que finalmente se aceptan como verdades absolutas y sobre los cuales ejercer fe. Hoy mismo ocurren hechos de carácter histórico y cada quien levanta sus propias tesis sobre esos hechos, finalmente parece ser que no tenemos ninguna claridad ni siquiera del momento que acaba de pasar, Thomas Carlyle , el historiador inglés del siglo XIX llego a decir que “ la historia es la destilación del rumor” , con esa base es imposible construir verdad.

  5. “ la historia es la destilación del rumor” me encanto.
    junto a aquello de q la historia la escriben los vencedores
    o aquella otra del maldito q dijo sabiamente q la mentira reiterada termina siendo tomada como verdad…

  6. «Cada quien cuenta la feria dependiendo como le fue en ella…»

    Amigo drungario, ¿las cartas paulinas qué papel juegan en toda esta película? ¿son anteriores o posteriores a los evangelios? ¿sirven para el Jesús histórico o solo para endiosar una figura humana? Pienso que podría enriquecer más el texto con ello, pero lo dejo a su juicio.

    Gracias,

  7. Hola Nathanael,

    Tengo que salir y ya llego tarde -para variar- así que un poco a vuelapluma. Las cartas cartas paulinas las hay de dos tipos, las que se consideran de autoría paulina y las que se descarta claramente la misma -por ejemplo, «Hebreos», entre otras-, eso se ve -aunque no se dice ni se explica- en algunas biblias, si uno hojea la versión Reina-Valera de 1960 verá que algunas epistolas de «Pablo» comienza por «Epístola de San Pablo a…» y otras dice «Epístola a…» sic, sin más, justo esas son las descartadas.

    La datación aproximada de Saulo lo situa entre Tiberio y Nerón, es anterior a la confección de los evangelios, ergo… sus cartas son anteriores a los mismos, cuando se refiere a las «Escrituras» se refiere a su muy extraña y confusa interpretación del Tanaj pero… se refiere al Tanaj, sin ser descartable que aluda también a otros escritos en plena confección, pero ningún evangelio es de composición anterior al año 70 EC, cuando menos nadie considera eso -exceptis excipiendis-.

    Saludos

  8. Yo propondría un experimento- Pidamos a un grupo de dibujantes que no se conozcan entre sí que falsifiquen un billete de 10 dólares. Seguramente las falsificaciones serán muy parecidas ya que todos tratarán de imitar el verdadero billete de 10 dólares.
    Ahora pidamos a lo dibujantes que inventen o falsifiquen un billete de 11 dólares.
    Con toda seguridad no se parecerán, ya que como no existe el original cada cual se lo inventará a su manera.
    Pues hay registrados unos 300 evangelios y unas cuantas epístolas.
    El personaje descrito no es igual en todos. Para unos, los docetas, no era un ser humano. solo lo aparentaba. Para los gnósticos era un ser divino procreado que fingió ser un humano para hacerse visible. Para otros, epistolares Juan II, era un hombre de carne y hueso. Para Pablo carece de biografía y de doctrina, solo anuncia una venida a cambiar el mundo. Para los evangelios canónicos, carece de doctrina y solo encarna una misión, la de establecer el llamado reino de los cielos. Para el cristianismo que salió de Nicea es la segunda persona de la trinidad.etc.etc.
    Al igual que ocurre con los billetes, cuando no coinciden y son dispares es porque no copian del original. Luego o el original no existió o si alguien se inspiró en algún ser real, el cristianismo se puede explicar mejor sin ese ser real.
    Pero es que los supuestos testigos oculares no dan jamás un testimonio ocular, sino interpretaciones sesgadas del Tanaj.

  9. Sigo:
    Pablo afirma que su evangelio no lo recibió de ningún hombre, sino que se los inspiró Dios. Según esto, Pablo desprecia toda narración de un posible testigo ocular.
    Cuando Pedro quiere demostrar a su audiencia que Jesús resucitó, en modo alguno dice: Ahí tenéis el sepulcro vacío y todos estos testigos incluidos los guardias del sepulcro. Si los guardias afirman que esta vacío porque robamos su cadáver mientras dormían, ¿se les ha juzgado y sentenciado por dormirse estando de guardia?
    ¿No visteis que se rasgó el velo del templo, se oscureció el Sol y resucitaron muchos muertos?
    Pues nada de esto dice Pedro. Nada que sean hechos objetivos de los que haya testigos. Toda la demostración que da es una mala interpretación del salmo 16 en el que se dice que no permitirás que tu siervo vea la corrupción. Para no ver la corrupción es suficiente ir a Egipto y que te momifiquen.
    Además la iglesia llama apóstol a todo aquel que fue testigo de la resurrección. Según esa definición, los únicos testigos serán los guardias del sepulcro que estaban allí.
    Los demás no vieron resucitar a nadie, solo vieron un fantasma o alguien que se le parecía tan poco que no lo reconocían y que dijo ser el.

  10. Sigo:
    Por todo lo que he dicho en mis dos mensajes anteriores, el personaje Jesús, más que una historia protagoniza un proceso de invención de muchas historias. El proceso no terminó nunca, ya que el Vaticano todavía en el siglo XX proclamó el dogma de la asunción de María, y en el siglo XIX el de la inmaculada concepción de la misma.
    Pero volviendo a los evangelios, en ellos se contiene supuestos hechos que no se sostienen. La matanza de los inocentes es ignorada por todos los historiadores. Su predicación y milagros son ignorados por Filón que vivió por ese tiempo en Jerusalén. La supuesta resurrección, oscurecimiento del Sol y resurrección de muchos muertos en Jerusalén es demasiado estridente para que no lo mencione ningún historiador. Incluso el más antiguo evangelio, el de Marcos, ignora todos esos hechos, su nacimiento y de la resurrección solo dice que el sepulcro estaba vacío.
    Orígenes en el siglo II afirma que conoce 24 versiones de los evangelios y en todas ellas hay falsedades y hechos imposibles. La censura ejercida por la Iglesia durante siglos así como el monopolio de poder le permitía controlar todo lo que se escribió. Que es capaz de mentir está demostrado en el famoso documento de donación de Constantino que el mismo secretario del Vaticano, Lorenzo Valla, denunció como falsificación y gracias a esa falsificación se apoderó de Italia. Luego ni son aceptables los evangelios como historia ni se puede presumir que no hayan sido manipulados muchas veces.

  11. Estos tres comentarios de facior merecen estar dentro una publicación, en la página principal hay un enlace que dice: Publica aquí
    No olvidar hacer separaciones entre párrafos para que facilite la lectura, gracias por este buen aporte.

  12. Gracias Jorge por publicar temas sobre la «identidad» de jesus. A titulo personal, siempre pense sobre su existencia, pero no sobre su divinidad.

    Algo que me ha quedado claro, es que no existe documento historico que individualice al jesus cristiano; su identidad, y la de sus padres, fue creación de la tradicion cristiana.

    Ayer, leyendo un articulo de un periodico de circulación nacional, me acordaba de usted, pues el articulista indicaba sobre la inexactitud de los personajes de una fiesta cristiana recientemente celebrada en mi pais, y que fue creada por la tradicion cristiana de este pais. (si me dan permiso, publico el link del articulo).

    Si se me permite, el desaprender implica saber la verdad respecto a la religion heredada, y la verdad es que la religion heredada fue construida por nombres, personajes, mitos y cuentos construidos por la tradicion impuesta por unos pocos.

  13. Hola Luis Diego,

    Yo he pasado de la nula creencia en la divinidad de la persona -cosa que, en cualquier caso, solo se puede sostener por fe, servidor nunca la tuvo, diría que ni de niño, solo que un niño no se plantea demasiado esas cuestiones- al cada vez mayor convencimiento de que no hay persona sino personaje. Pienso que los indicios apuntan hacia allí, lo que sucede es que hasta el presente -nunca se sabe si pueden aparecer datos nuevos- el asunto no puede establecerse más allá del nivel indiciario.

    Bultmann, que era teólogo además de investigador serio, decía que no se podía ir más allá de una nebulosa figura de un predicador itinerante y carismático sin que se pudiese fijar que hizo o que dijo. Yo doy un paso más allá en función de los indicios, puesto que los indicios indican diferentes «personalidades» cabe pensar en diferentes personas, uno podría ser el predicador itinerante de Bultmann, otro el agitador que viene de Egipto, otro el personaje vinculado a ciertos círculos de la élite, otro el discípulo rebelde de un rabino… Demasiados perfiles para una sola persona tras el personaje. Si a eso le añadimos las evidentes características míticas y arquetípicas -nacimiento virginal, fecha del nacimiento, el asunto de la estrella, el aspecto sacrificial, etc.- y otros rasgos «sospechosos» como el mismo nombre del personaje -su significado etimológico de «El salvador»- que conectan bien -aunque no probadamente- con entornos gnósticos pues… da que pensar.

  14. Interesante tránsito Jorge, desde la nula creencia en la divinidad hasta la convicción de la construcción de un personaje. A mí me ha intrigado siempre lo siguiente: ¿cómo intelectuales de alto vuelo, gente docta, cree y defiende estos complejos contructos de hace dos siglos?, puedo entender las personas incultas, la gente despreocupada que trasmite una herencia cultural, pero no comprendo el porqué personas ilustradas se adhieren a esas bases religiosas, y aún a los dogmas de fe. A veces me pregunto ¿existe realmente la fe?, yo no lo sé, quizás.

  15. Hola curioso,

    Y sigo transitando por los caminos de la Historia, actualmente barajo que cristianismo y gnosticismo tienen la misma matriz, pienso que en el gnosticismo hay que buscar el origen del cristianismo, no en el judaísmo.

    Por los caminos de la fe he transitado poco, en realidad nunca la tuve, como explicaba cuando uno es niño no se da cuenta de eso -hace lo que tiene que hacer y no se preocupa demasiado de metafísicas, más bien de jugar- cuando se hace adulto sí, personalmente no me afectó -el entorno también me ayudaba, el mío era católico pero puramente sociológico, en España se llamaba a eso ser «católico no practicante»-, sencillamente asumí que no creía ciertas cosas y… no me preocupó no creerlas -a Lutero le preocupó mucho y hay que ver la que organizó-.

    Pienso que sí existe la fe, pero debe ser un «clik» personal el que la mueve, una necesidad, quién la siente supedita todo a ella, y obviará lo que la razón o los conocimientos puedan oponer a ella -o lo adaptará o lo rechazará-.

    Saludos

  16. Me inclino más por la hipótesis de que se trata de un personaje y no de una persona. Un personaje que incluso se ha ido ajustando según ha sido necesario, para adaptarlo a los tiempos que corren. De hecho, la constante histórica es la creación y consolidación de personajes míticos que permiten cohesionar un culto o incluso una nacionalidad. Sin estos personajes míticos, sería imposible el control de las masas. Para poner un ejemplo, la misma imprecisión y vaguedad hay en torno al Mahoma histórico, no obstante que es un personaje más cercano y respecto del que supuestamente hubo testigos más cercanos. Lo mismo puede decirse del Buda, Abraham, Moisés, Hércules, Mitra, Zoroastro, Quetzalcóatl u Osiris. Todos hombres mitificados para ajustarse a la creencia de la época.

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