Extraído de la «Enciclopedia Judaica Castellana», publicado en México en 1949.
En su quinto tomo, de la vasta obra, en la entrada «GENTIL», leemos:
«… Pese al tono intransigente, tanto de la Biblia como de la literatura rabínica, contra la práctica idolátrica de los extranjeros, éstos (gentiles) gozaban de la protección de las leyes hebreas, de las previsiones para pobres; los profetas exigían que se les tratara (a los gentiles) con bondad; y algunos (gentiles) figuran como modelo de fidelidad (Eliezer), de virtud (Rut), de piedad (Job)…
Los gentiles piadosos (jaside umot olam) tienen parte de la vida futura, según el Talmud (Sanhedrin 105a).
… Duras condiciones de vida (contra los judíos por parte de gentiles) dejaron nuevos sedimentos de desconfianza contra los enemigos de los judíos, pero éstos desaparecen cuando el gentil es de tendencia amigable.
Rabi Meir dice que si un gentil quiere aprender Torá para observar sus propios preceptos morales (los mandamientos de los Hijos de Noé), es tan bueno como el propio Sumo Sacerdote (Avoda Zará 26a).
Las obligaciones morales para con un gentil son tan santas como tratándose de judíos…»
Nuevamente contemplamos que desde hace mucho tiempo, siglos, milenios, está muy claro el rol sagrado que pertenece a los hijos de las naciones, a los gentiles.
Está perfectamente delimitado su precioso lugar en la tarea de construcción de Shalom.
No es un «invento» nuevo.
No es una moda de las últimas épocas, ni un impedimento para que los gentiles alcancen su salvación y bendición.
Todo lo contrario, es el camino real, marcado con amor y sabiduría por el Padre Celestial para que Sus hijos de entre las naciones puedan desarrollar su máximo potencial y lograr verdadero éxito en este mundo y placer perpetuo en el mundo eterno.