Hola mis hermanos noájidas, quiero desearles que pasen un feliz y armonioso séptimo día, recuerdo de la Creación, reafirmación del poder del Eterno sobre todo lo creado.
Y para que medites un poco, en familia y con amigos si puedes, te dejo una enseñanza que proviene de la porción de la Torá que es leída por comunidades judías este sábado.
Aprendemos que el trabajador de Israel, en tiempos antiguos, al recoger sus primeros frutos de su trabajo, no se los quedaba, ni pretendía que eran productos de su esfuerzo.
Él reconocía que todo su esfuerzo solamente fructifica cuando el Eterno brinda Su bendición.
Por esto, al momento de cosechar, el fiel no solamente se regocija y canta, sino que además agradece al Padre y por supuesto, brinda su generosidad con el prójimo menos favorecido.
Así pues, amigo mio, ya lo sabes, goza del fruto de tus obras, pero no olvides depositar tu confianza en el Eterno, pues solamente de Él proviene la bendición. Y recuerda agradecerLe sinceramente. Y ten presente, que la mejor manera de alabar y agradecer, es compartir con el prójimo.
Un fuerte abrazo,
del moré Lic. Yehuda Ribco
Presidente Honorario de FULVIDA Internacional