Estamos entrando a Purim, y con el llega un mensaje muy importante para nosotros, una enseñanza que si la logramos aprovechar cambiara nuestras vidas para siempre y nos dará una clave fundamental para mejorar nuestro servicio al creador.
La Alegría. Como lo expresa el Rey David en Tehilim (salmo 100,2): “Servid a D-is con alegría…”. Servir al Creador del Universo es la misión última del ser humano, es lo que nuestra alma anhela en cada instante. Pero no se trata de un trabajo común que se rige por un horario y que luego de ese horario se hace lo que se le venga en gana. Por eso dice la Mishna (avot): “por El estas vivo y por El mueres”; o sea que nacer o morir no depende de nuestra decisión, esta es decisión del Todopoderoso; pero en la etapa intermedia entre el nacimiento y la muerte se nos da la libertad de elección para aprovechar este mundo de la mejor manera, que es sacando lo mejor de el, pero al mismo tiempo llenándolo con la voluntad de Quien nos pone aquí con una misión específica. Viéndolo así, Purim nos enseña que a pesar de no tener la noción de la mano del Creador en las situaciones que se dan a diario, El esta ahí moviendo todo para que su creación perfecta siga funcionando en cada instante.
Una vez llego el gran maestro Baal Shem Tov y vio que un árbol arrojaba una de sus hojas sobre el suelo. Al interrogarla para saber el porque había sido desprendida del árbol, respondió simplemente que el árbol se había estremecido y la dejo caer. El tronco al ser interrogado dijo que un repentino viento lo estremeció y causó que la rama soltara la hoja; cuando el sabio le preguntó al viento su intención el contesto que el ángel encargado del viento, le ordeno soplar hacia ese árbol en especial; el ángel simplemente respondió que El Santo Bendito Sea fue el que dio la orden original de todo este proceso.
Al final, la voluntad de El Eterno fue revelada y esa hoja cayó porque al pie del árbol estaba una lombriz herida que estaba siendo quemada por los rayos del sol y D-is ordeno al ángel, que instruyera al viento, para mecer al tronco, que a su vez sacudió la rama para arrojar la hoja y cubrir y proteger a la lombriz de los rayos del sol.
Ahora este cuento nos pone a pensar ¿cuales son nuestros limites de libertad? ¿Y que tan responsable es D-is por lo que nos sucede?
Como vemos, este cuento no habla de Acontecimientos sobrenaturales, ni de grandes milagros. Nos enseña que para hacer las cosas correctamente el único milagro que El Todopoderoso utiliza viene ligado a los fenómenos naturales que vemos a diario (que en realidad son grandes milagros). Y dado que nosotros desconocemos el porque de las cosas, cual es el propósito final de cada situación, es posible que situaciones a las que no les damos la menor importancia tengan resultados vitales, no solo para nuestra vida sino para la estabilidad de nuestro universo en general.
Por lo tanto, el mensaje de Purim es muy sencillo, como veíamos mas arriba, la alegría es vital en nuestra vida, ¿pero la alegría de que? La alegría a la que todos debemos aspirar a diario y a la cual en Purim se nos abre el camino para llegar. El estar lifnei HaShem (en la presencia de D-is). Que más que saber que nuestro Creador esta ahí cada instante, con cada respiro, en cada pensamiento y acción, formándonos, moldeándonos, haciéndonos crecer y mejorar. Sin importar lo que suceda sabemos que cada segundo de nuestra vida, no importa si es de inmensa felicidad o de profundo dolor (D-is no lo permita) estamos acercándonos a la divinidad.
Y utilizar nuestra libertad para mejorarnos nosotros y mejorar el mundo para la pronta venida de nuestro Santo Mashiaj (pronto en nuestros días).
Solamente pensemos si El Creador del universo se preocupa tanto por una simple lombriz cuanto no se preocupara por nosotros.
Shabat Shalom y Purim Sameaj!!
Jonathan, ¡¡Texto inspirador!! Gracias. adelante con el grupo, seria muy bueno que estuvieramos pendientes y aportando ideas para el encuentro virtual que se está preparando.
Que texto tan hermozo, es como una brisa suave para el espiritu.