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Buenos Dias Profesor Yehuda Ribco
Le mando un Saludo. la pregunta es esta ¿Es Cierto que Di-s, le dio la Torah a Otros Pueblos Antes que a Moises en el Monte de Sinai?…pero estos Pueblos rechazaron la Torah y por eso nunca Fueron el Pueblo de Di-s? a diferencia de Israel que en el monte de Sinai, todos aceptaron la Torah con mucho gusto.
Carlos Quiroga, 19 Años, Estudiante Adm. Empresas, Cochabamba, Bolivia

Shalom,
«Bendito el que viene en el nombre del Eterno.» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

La Torá fue entregada en exclusividad al pueblo judío, de una vez y para siempre.
No fue dada a las naciones antes, ni compartida después, ni anulada más tarde para ampliarla con «otro» pacto más «nuevo».
La Torá es heredad eterna de Israel, del pueblo judío, es una cuestión que debe quedar claro en el corazón y la mente.

Ahora bien, existe un conocidísimo midrash -relato rabínico- (Pesikta Raba 21) que narra que antes de que el Eterno revelara la Torá a Israel, Él la ofreció (pero de ningún modo entregó) a las 70 naciones del mundo.
Pero todas, y cada una de ellas, encontraron excusas para no aceptar el tesoro, e inmensa responsabilidad y compromiso que conlleva la posesión de la Torá.

La única nación que no puso excusas ni peros fue el pueblo judío, que con total reverencia y humildad reconoció la potestad del Eterno, Su mando, Su Torá.

Por supuesto que este midrash es una alegoría.
El Eterno había dado siete, solamente siete, mandamientos para la humanidad.
Mandamientos básicos, que permiten la vida, que sostienen la sociedad, que previenen la corrupción del alma.
Mandamientos simples para cumplir.
Pero… pero… al igual que ahora, las naciones corrieron detrás de sus deseos, detrás de sus fantasías y ego. Se inventaron dioses, fabricaron religiones, elucubraron mil y una justificación para hacer lo que Dios habñia prohibido a las naciones.

Solamente un pequeño grupo se mantenía, lo mejor que podía, adherido a esos siete mandamientos.

¿Quienes eran?
Pues, los descendientes de Avraham, de Itzjac y de Iaacov: los judíos.
De toda la humanidad nadie más que un pequeñito grupo de judíos esclavizados en Egipto, solo ese grupito se mantenía leal, lo mejor que podía, al camino de los noájidas.
Por esa lealtad, por esa aplicación, por ser siervos del Eterno a pesar de los pesares, es que Dios fue elegido por Israel, por lo que Dios eligió a Israel como Su pueblo a perpetuidad.

La Torá, con sus 613 mandamientos más reglamentos derivados, no podía ser recibida por los pueblos del mundo, pues ellos no eran ni siquiera capaces de cumplir con sus simples, fundamentales 7 mandamientos.

Tal es la realidad.
Israel escogió a Dios, por eso Dios escogió a Israel.
Las naciones escogieron a Jesús, a Buda, a Xangó, a todas las fantasías y perversiones de sus corazones…
¿Qué tienen para reclamar luego?

Desde hace 3320 la Torá es patrimonio y heredad eterna de Israel, e inaccesible por orden divina para los gentiles.

Pero, en Su infinita bondad el Eterno les sigue dejando a los gentiles un camino para el bienestar en Este Mundo y en el Venidero: el camino de los siete mandamientos, el noajismo.
Tal es la porción santa de las naciones. Que pueden aprender, afianzar, compartir y difundir desde nuestro sitio FULVIDA.com.

Si usted es gentil, o sea, no judío, no pierda más su tiempo, no arriesgue su «salvación».
Venga a FULVIDA.com y adquiera el buen pan espiritual que el Eterno ha designado para las naciones.
Un pan simple, pero poderoso.
Un pan accesible, pero que brinda eternidad.

Si es gentil, deje en paz a los judíos, no trate de apropiarse de lo que no le corresponde: la Torá y los 613 mandamientos. Pues, el gentil que usurpa la heredad de Israel, es severamente juzgado por el bondadoso Padre Celestial.

Que sepamos construir Shalom.

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