Hace mucho tiempo había un carnicero en un pueblo que se acerco al Rabino para que él le revisara una vaca y le dijera si era Kosher (apta para el consumo) o no. En ese tiempo en Europa para un carnicero ese tema era de mucho temor; pues si el Rab dictaminaba que la vaca no era Kasher, la pérdida monetaria podía dejarlo fuera del negocio. Sus temores se hicieron realidad y la vaca fue declarada no-kasher, aun así el carnicero acepto la decisión sin mucha queja.
Unos meses después, el mismo carnicero se vio en una disputa con uno de sus vecinos, pero la suma de dinero por la que esta vez peleaba no era ni comparable a la de la vaca, ni siquiera ponía en el más mínimo riesgo su estabilidad monetaria. El mismo Rab escuchó la situación y dio su fallo a favor del vecino del carnicero.
Otra vez el carnicero había salido perdiendo, pero esta vez explotó, se puso pálido, se enfureció y reclamo incluso diciendo que no aceptaba la decisión del Rabino. Todos en la ciudad se sorprendieron. ¿Qué sucedió?, hace unos meses en algo más serio para su estabilidad no hubo queja alguna; pero esta vez por una miseria había hecho un alboroto tremendo. Nadie podía entenderlo así que fueron con el Rab para recibir una explicación.
El Rab sonrió tristemente y dijo: “esta es la razón del porque la gente no puede hacer la paz; cuando el carnicero perdió la vaca, aunque era una pérdida económica inmensa, nadie ganó. Pero en este caso, a pesar de que perdió muy poco, su vecino ganó, y eso el carnicero no lo pudo soportar”.
Usualmente cuando tenemos problemas con alguien, nos engañamos a nosotros mismos creyendo que hay situaciones terribles y muchas cosas en juego, cuando en realidad lo que podemos perder es mucho mayor que por lo que estamos peleando; y lo que hacemos en convertirlo en una lucha de egos , y todo se reduce a ¿Quién va a ganar?
Por esa razón antes de tener una discusión con tu esposa, tus padres, amigos, etc.; tomate cinco segundos y pregúntate si discutes para ganar o para solucionar, si quieres construir o destruir, si quieres paz o guerra.
Aprendamos como dice el moré, a construir shalóm porque… “la paz es preferible a todo” (Sifrí Bejucotai).
Que pasen un hermoso septimo día lleno de paz.
que buen post!
como dicen los sabios, tenemos que ser buenos Y justos.
ambas cosas, junto con la lealtad al Eterno, construyen SHALOM!
acabar con esa falso placer llamado «victoria», cada vez que discutimos con alguien, es una tarea diaria.
Gracias por tu tiempo.
Que gran tarea que tenemos… es todo un tema trabajar en nosotros mismos, y hay tanto para aprender… buena historia, que nos desnuda la conciencia frente al Creador.