Saber reconocer. Reconocer es de grandes.
Veamos un ejemplo:
Si las estadísticas son correctas, los Judíos constituyen el uno por ciento de la raza humana. Es como una nebulosa partícula de polvo dentro del polvo estelar perdido en la grandeza de la Vía Láctea.
Realmente no debería escucharse casi nada acerca del judío, sin embargo, se oye acerca de él, y siempre se ha oído. Es tan prominente en el planeta como cualquier otra persona, y su importancia comercial está extremadamente fuera de proporción dado su pequeñísimo tamaño.
Sus contribuciones a la lista de grandes nombres en el mundo en literatura, ciencia, arte, música, finanzas, medicina, aprendizaje tenaz, etc. están también fuera de proporción por la mínima cantidad de sus miembros. Ha peleado de una manera excepcional en el mundo, en todas las épocas; y lo ha hecho siempre con las manos atadas.Podría ser infructuoso y tener una buena excusa para serlo.
Los imperios egipcios, babilonios y persas, crecieron, llenaron el planeta con sonido y esplendor, y después desaparecieron como parte de un sueño. Después aparecieron los griegos y los romanos e hicieron mucho ruido pero también desaparecieron.
Otros pueblos, asimismo, han crecido y mantenido su antorcha prendida por algún tiempo, pero finalmente se les apagó y ahora viven en la obscuridad o ya no existen. El judío estuvo ahí, observó todo y les ganó a todos, pues ahora es lo que siempre fue, no ha mostrado decadencia ni pérdidas por los años, ni se han debilitado sus partes, tampoco han disminuido sus energías; se han mantenido alertas y su mente agresiva no se ha adormecido.
Todo es mortal excepto el judío; todas las demás fuerzas pasan, pero él se mantiene. ¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?
Mark Twain
Dios, tal es el secreto (a voces)
jaja, al amigo Twain, se le habra ocurrido tan simple y concreta respuesta?