«Si puedes destruir, también puedes reparar»
Eso fue lo que dijo el rebe hasídico Najmán de Breslev. Y me recordó a mi primera experiencia clínica, que fue hace aproximadamente dos meses y medio. Verán, soy estudiante, desde hace dos años,de una carrera que en Chile le denominamos kinesiología y a la que en otras partes le dicen terapia física. Allí estuve por tres semanas y ,en general, no tuve un buen desempeño. Al terminar, mi profesor tutor me dio a conocer mi clasificación y hablamos de las causas por las cuales la merecía. Me sentí mal, porque sentí que pdría haber hecho un mejor trabajo. De hecho, mi profesor antes de despedirnos me dijo que tenía la confianza de que podía ser mucho mejor, pues tenía intención y me esforzaba por aprender. En un principio,como mencionaba antes no me alegré mucho por lo que había pasado, pero luego asumí que nada podía hacer para retroceder en el tiempo y cambiar esos detalles que me hicieron rendir así. Pero pronto entendí que tenía que centrarme en los desafíos que vendrían y corregir aquello que sabía estaba mal.
Muchas veces, al equivocarnos, empezamos a sentir culpa por nuestro actuar y, dependiendo de cual sea la magnitud de ese error, llegamos a sentirnos despreciables. La autocrítica siempre es necesaria, ya que nos motiva a mejorar, tanto para nosotros mismos como para los demás. No nos lleva a sólo reconocer un error, sino también a enmendarlo. Tenemos muchas potencialidades por desarrollar que probablemente aún no conozcamos. Sin embargo, nuestros errores y/o pecados opacan la luz con la que podemos brillar y nos paralizan en vez hacernos actuar y persistimos en recordarlos (aun cuando puedan ser sólo parte de nuestra mente) antes que en repararlos. Somos seres humanos y estamos expuestos al error. Toda la vida tendremos que lugar con una u otra debilidad. Esto no implica que tenemos libertad de trasgredir un mandamiento del Eterno cuando se nos antoje por el simple hecho de no ser perfectos.Dios no necesita excusas, porque conoce el corazón de cada ser humano.Pero es un Padre Sabio y Comprensivo que está dispuesto a darnos la posibilidad de comenzar de nuevo, cuando con sinceridad hemos «cambiado» nuestra mente y formas de actuar. Si nos sentimos mal cuando hacemos o creemos hacer algo malo, es porque «sabemos que podemos entregar más de lo que hemos dado». Depende de nosotros si damos o no el paso que cambie las cosas.
Fe de erratas: donde dice «clasificación», debe decir «calificación». Shalom
Otra corrección: en una parte del texto dice:»Me sentí mal, porque sentí que pdría haber hecho un mejor trabajo» y debe decir» me sentí mal porque sabía que podría haber más allí»
Donde dice «pero pronto» se debe omitir el «pero», pues estoy siendo reiterativo. Gracias por su paciencia. Ahora sí. Buenas noches y shalom