El Síndrome de Estocolmo y yo

En el 1973, cuatro empleados de un banco en Estocolmo, Suecia, fueron tomados como rehenes, a punta de pistola por dos asaltantes. Encerrados junto a sus captores en la bóveda del banco durante seis días, los cuatro cautivos desarrollaron una afinidad tal con los dos criminales, que se resistieron a los intentos de ser liberados, intercedieron por ellos ante el primer ministro sueco Olaf Palme, se negaron a testificar en el juicio e incluso ayudaron a costear los honorarios del abogado de defensa. Desde entonces, el fenómeno sicológico del secuestrado que toma partido con su secuestrador (y que se haría aún más famoso con el caso de Patty Hearst y su afiliación a sus captores, el Ejército Simbionés de Liberación) se conoce como el Síndrome de Estocolmo, y ha servido de base para la identificación de otros trastornos, como el Síndrome de la Mujer Maltratada.

Leyendo algunos de los comentarios a uno de mis recientes post “Carta de mi abuela”, hice memoria del día en que me causó molestia las imágenes de uno de los exponentes y promotores del seudo judaísmo mesiánico ‘netzarita’.

En aquella ocasión me enojé con el Moré, le reclamé, le dije que su actitud era cobarde, puesto que nadie que procurara construir shalom debía hacer mofa de los idolatras y sus asuntos.

Por el bien de la unidad de Fulvida, el moré eliminó dichas imágenes.

En una segunda ocasión, varios meses después, yo mismo publiqué unas imágenes donde ridiculizaba al mismo personaje a quien en la ocasión anterior el moré hizo referencia. Esta vez fui yo quien recibió la molestia de varios noájidas, incluso la publicación de una carta de una de las comunidades noajidas de Venezuela. Así que pedí al Moré eliminar el post por el bien de la fundación.

Nuevamente, en el post arriba mencionado, he notado molestias respecto a los chistes que se hacen acerca de las falsas religiones o las ACTITUDES de las personas que forman parte de las mismas.

Esto me dio para pensar algunas cosas MUY PERSONALES:

  1. Hoy día acepto que mi reclamo al moré fue porque en aquel momento sentía cierta nostalgia por aquel camino del error por donde un día anduve.
  2. Argumentaba para mi mismo: “De una u otra forma ese camino me ayudó”, “Sin ese camino, jamás hubiese llegado al noajismo”, “Sus líderes tenían buenas intenciones, y solo pretendían ayudarme”.
  3. El hecho de saberme noajida no era garante de limpiar mi alma de cualquier elemento que me hiciera sentir afinidad por la idolatría.
  4. Seria todo un trabajo desintoxicarme de los “sentimientos bonitos” que me generaba acordarme de los días en que estuve en el laberinto de la idolatría.
  5. Era natural que mostrara desacuerdo con el Moré respecto a la concepción del mandamiento “burlarse de la idolatría”, puesto que como uno de sus promotores llegué a amar ese camino y verlo como la ruta a la salvación.
  6. Me sería difícil entender cómo burlarme de aquello que me “regeneró” cuando yo estaba necesitado, deprimido, arruinado, etc.
  7. Por último, pero no menos relevante, el cariño especial que sentía por quienes fungieron como mis “maestros”, y que ahora estaban siendo objeto de burla, era algo que no se borraría de la noche a la mañana.

Finalmente, quiero dejar claro, que lo anteriormente expuesto me describe única y exclusivamente a mí, en mi experiencia, en mi vida.

No pretendo describir a nadie que frecuenta fulvida.com o que haya participado con sus comentarios en alguna de las dos ocasiones en que he publicado burlas hacia la idolatría.

Saludos, respetos y cariños.

8 comentarios sobre “El Síndrome de Estocolmo y yo”

  1. En el sindrome de estocolmo, la reacción patológica del secuestrado ocurre en respuesta a cuatro condiciones:

    1. su percepción de que el secuestrador tiene la capacidad de matarlo o causarle daño físico,

    2. la sensación de que no tiene cómo escapar,

    3. el aislamiento del mundo exterior, de manera que sólo tiene acceso a la perspectiva del secuestrador,

    4. y la impresión de que quien lo amenaza muestra señales de bondad.
    Qué curioso que son las mismas cosas que sentí cuando recién estaba saliendo de la idolatria.

  2. Bueno es aceptable que en algunas ocaciones nos enojemos , mas es inaceptable referirse a un maestro con palabras de «que posee una actitud cobarde». La actitud del More es humilde , de incalculable conocimiento y ademas infunde mucho respeto.

  3. asi es uriel,
    luego de eso tuve que agachar la cabeza,
    y pedir disculpas.
    Lo que hice llamando asi al moré fue una muestra más de cuánto apego sentia por el viejo camino, aun creyendome libre de los harapos de la idolatria.
    saludos y gracias por tu comentario.

  4. el trabajo de la depuracion personal es intenso y no se hace de la noche a la mañana.

    tal vez sin darnos cuenta muchas veces aun cuando decimos que estamos libres de todo eso que nos hace daño actuamos teniendo nuevamente apegos a aquello que decimos que nos daña.

    saludos!!!!!

  5. Todavia sigo pensando, no me termine de desarrollar la idea aun…
    Por momentos pienso que de ambas partes tienen razon, en el post del chiste de la abuela.
    Mantengo la idea del more en otro asunto, «no es lo mismo la critica que la criticoneria», en ese mismo sentido trato de hacer balanza en este tema e imagino a una delgada linea que separa el «respeto a quien, pero me burlo de…» (se entiende?), es como decir, no es lo mismo el debate (definamoslo como el intercambiar opiniones, ideas o pensamientos) que la discucion (digamos… debatir, pero en tonos mas airados, lo cual ya pierde la idea de debate y ya cada parte quiere «ganar» a su oponente)…
     
    Por otro lado, es inevitable que no deje de pensar en el episodio del profeta Elias, cuando en pleno desafio a los sacerdotes, este se burlaba abiertamente de los dioses de estos…
    Todavia sigo pensandolo, quizas debieramos plantear que es correcto eticamente y cual es la correcta burla en cumplimiento del mandamiento… no lo se, como dije, voy a seguir pensando.
    Saludos.

  6. Andres, muy cierto lo que planteas, es una linea delgada.
    Por otro lado, que tal si tomaramos el episodio del profeta Elias y los sacerdotes, y lo adaptamos, asi:
    -cambiando profeta elias por profe jonathan
    – sacerdotes de baal por idolatras cristianos.
    quedaria algo asi:
    «Y sucedió que ya al mediodía, el profe ortiz se burlaba de los cristianos y decía: Clamad en voz alta, pues es el colgado es un dios; tal vez estará meditando o se habrá desviado, o estará de viaje, quizá esté dormido y habrá que despertarlo.»
    Es obvio que ante el texto legítimo (y no la mala traduccion que tomo para adaptar la situacion) nadie se atreveria a cuestionar al profeta Elias,
    PERO,
    y en mi adaptación?
    cómo se ve el profe ortiz burlandose de los cristianos que creen honestamente en su dios?
    sobrarian los comentarios del tipo:
    «no deberia burlarse, más bien deberia enseñarles»
    «no veo qué gana burlandose de los cristianos y sus practicas, asi no se construye shalom»,
    etc.

     

  7. Hay muchas clases de burla y yo no veo la suya como zarcastica o mordaz que quiera hacer daño algun tipo de desviado , mas bien la veo como instructiva con un interes de debelar los males de la reliogiosidad idolatrica.

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