Buen día.
Sería interesante saber cómo esta pregunta puede a usted ayudarle a ser más fiel a su identidad espiritual de noájida, es decir, de gentil que tiene conciencia de los mandamientos que le ha dado Dios para que cumpla y lo hace así.
Porque, le confieso, no veo cómo se relaciona esta curiosidad «bíblica» con alguna cuestión provechosa para alentar la vida espiritual del noájida.

Ahora, sobre profetas VERDADEROS.
Yo no sé si usted sabe que en Israel los hubo y en cantidad.
Nos han quedado documentos de casi 50 de ellos, quizás usted lo ha escuchado nombrar alguna vez: Josué, Samuel, Isaías, Ezequiel, Jeremías, Elías, Malaquías, Jagueo, Debora, y la lista sigue.
Entonces, ¿cuál es exactamente la pregunta?

Porque leo en su contexto el párrafo que usted cuestiona, y no veo cúal pudiera ser la duda que le inspiró a enviar su mensaje:

«Cuando hayas entrado en la tierra que el Eterno tu Elohim te da, no aprenderás a hacer las abominaciones de aquellas naciones: No sea hallado en ti quien haga pasar por fuego a su hijo o a su hija, ni quien sea hechicero, ni agorero, ni encantador, ni quien hace sortilegios, ni quien pregunte a los espíritus, ni adivino, ni quien consulte a los muertos.
Porque cualquiera que hace estas cosas es una abominación al Eterno. Y por estas abominaciones el Eterno tu Elohim los echa de delante de ti.
Serás íntegro para con el Eterno tu Elohim.
Estas naciones que vas a desalojar escuchan a quienes conjuran a los espíritus y a los encantadores, pero a ti no te lo ha permitido el Eterno tu Elohim.
Profeta de en medio de ti, de entre tus hermanos como yo, el Eterno tu Elohim te levantará. A él escucharéis. Conforme a todo lo que pediste al Eterno tu Elohim en Horeb el día de la asamblea, diciendo: ‘No vuelva yo a oír la voz del Eterno mi Elokim, ni vuelva yo a ver este gran fuego; no sea que yo muera’; el Eterno me dijo: ‘Está bien lo que han dicho. Profeta les levantaré, de entre sus hermanos como tú; Yo pondré Mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que Yo le mande. Y al hombre que no escuche Mis palabras que él hablará en Mi Nombre, yo le pediré cuentas.'»
(Devarim / Deuteronomio 18:9-19)

El pueblo judío ha escuchado a los profetas del Eterno, al punto que ha preservado sus palabras en la santa compilación que llamamos TANAJ, y a la que los enfermos de idolatría denominaron «antiguo testamento».
Porque no precisamos de falsos profetas, ni de emisarios de dioses inventados, ni de ilusionistas que aprendieron un par de trucos y convencen con sus astucias a las masas. Ni precisamos de imperios que con la fuerza de las armas y el terror de las masacres convierta «infieles».
Simplemente, hemos tenido la nobleza y la dignidad para seguir lealmente los caminos de nuestra propia Tradición, sin pretender convertir a nadie al judaísmo, ni por medio del engaño, ni con amenazas de fuegos infernales, ni con conquistas sangrientas ni de ninguna otra forma.
Si bien es cierto que no siempre el corazón del pueblo estuvo completamente atento a las palabras de Dios a través de Sus profetas, lo comprobable es que hemos tenido el amor y respeto para sobreponernos a nuestras caídas y mantener vivo y vital nuestro legado espiritual, que nos ha transmitido el Eterno a través de Sus portavoces.
No fuimos como los gentiles, quienes teniendo su propia herencia, simple y concreta de solo Siete Mandamientos, no supieron respetarla, ni cumplirla, ni amarla, y prefirieron prostituirse prontamente detrás de todo tipo de creencia, idolatría, tontería pasajera pero que reverencian con fidelidad.
Por el contrario, los judíos a pesar de ser poquitos, débiles, perseguidos, expulsados, maltratados, obligados a renunciar a nuestra cultura y valores, exterminados, vapuleados, burlados, a pesar de todos los pesares, seguimos en pie y con el TANAJ vivo y vital. No fuimos doblegados por ninguno de los imperios ni nos corrompieron ninguna de las religiones. Teniendo muchísimo más trabajo que los gentiles por cumplir, ya que no son solamente siete mandamientos simples y racionales los que nos tocan cumplir, sino una inmensa tarea de llevar a la práctica 613 mandamientos además de estudiar y preservar el sentido de una Torá sumamente compleja y complicada.
613 en lugar de 7, y los mantenemos, los cuidamos, los cumplimos.
Da esa manera podemos cumplir con lo que dijo el profeta, de ser «luz para las naciones». No porque andemos por el mundo obligando a la gente a convertirse al judaísmo, o hacer «guerras santas» para adoctrinar a los «infieles»; sino, que al ver las naciones como el pueblo judío sigue su propio camino espiritual, entonces despertarán las conciencias de los gentiles para encontrar su propio camino, el noájico, y respetarlo, tal como Dios quiere que sea.

Entonces, creo que está claro cual es la función de TODOS los profetas verdaderos, aquellos que son héroes espirituales en la historia de los judíos. Recordar el mensaje del Eterno, alentar a que despertemos y abandonemos la esclavitud del EGO para vivir de acuerdo a la LEY de la NESHAMÁ. Ser leales para con Dios, conociendo Su Voluntad para con nosotros y vivir de acuerdo a ella. Exhortarnos a que no dejemos de construir SHALOM, por medio de acciones concretas de bondad y justicia. Que emprendamos el camino del retorno a nuestra propia identidad, a través del proceso que se denomina TESHUVÁ. Que no tengamos hueca fe, sino acciones concretas que permitan establecer el reino de Dios en este mundo, el paraíso terrenal cuando construyamos SHALOM.

Desde hace unos 2500-2400 años ya no existe la profecía en el mundo. Quedó el mensaje en las páginas del libro judío que llamamos TANAJ.
Sin embargo, siguieron apareciendo falsos profetas, hasta el día de hoy brotan como hongos tóxicos. Algunos de estos farsantes petulantes han sido endiosados por sus seguidores, otros son figuras que inspiran terror y conducen a masacres en su nombre, otros han pasado al olvido como debiera ocurrir con todos ellos y los males que han provocado.

Buen día.
Shalom.
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