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NI MACHISMO, NI FEMINISMO: NOAJISMO

 

“Hombres y mujeres hablamos idiomas diferentes” ¿Es eso cierto?

Los hombres se quejan de que “no las entienden”, y las mujeres a su vez de lo que “ellos no entienden” de nosotras.

Hemos optado  por  “quejarnos” en algún momento de lo que “a nuestros ojos” es diferente.  Y estas  quejas suelen aumentar dentro de la pareja y más aún cuando deciden lanzarse a asumir el reto “para nada fácil” de formar un hogar.  Es precisamente allí, la relación de pareja un entorno muy propicio para descubrir: que el mundo no gira en torno a uno mismo, como el Ego quizás lo habrá hecho creer muchas veces, sino que de frente, ó a nuestro lado, “hay otro”, que tiene su propio ego, y que además es: realmente diferente.

Cada ser es único e irrepetible, somos quizás un pincelazo en la obra de la creación, que nos habla de la magnificencia de nuestro Hacedor, y en esa obra sólo podemos intentar comprender cuán maravilloso es Él.  Quien con su infinita sabiduría creo hombres y mujeres, y eso fue: bueno;  y pese a nuestra vista a veces distorsionada sigue siendo:   bueno. 

Los hombres son de marte, y las mujeres son… ¡extrañas!

Ni son de marte los hombres, ni extrañas las mujeres como me dijo un amigo.  Solamente somos, y en verdad más allá de las diferencias fisiológicas existen particularidades de cada género que estaría bien verlas, y recordar que existen.

Se ha escrito sobre nuestras diferencias, sobre el modo en que reaccionamos, sobre lo que los hombres esperan de las mujeres, y lo que ellas esperan de ellos, pero se ha olvidado incluir al EGO, tal y como lo hemos visto.

Entonces los hombres se ven envueltos en ideas “machistas”, centrados en sí mismos y por consiguiente presa de su impotencia y delirios de poder.  Pero “ellos” no son los únicos presas del Ego, las mujeres de otro lado, con el ego propio se suman a causas “feministas” de liberación, de posicionamiento en “roles”,  de demanda de derechos, se inventan excusas para ponerse máscaras, caretas, que las hagan fuertes, y dejar claro que no existe el “sexo débil”.    Todo esto como  si en verdad existiera un sexo fuerte, superior, ó en escalas diferentes.   

Y al final tanto hombres y mujeres, caemos en una guerra inexistente de géneros, y construimos un mundo donde hay lugar para: el que abusa, y el que permite el abuso, el que domina, y el que es dominado, el que gana y el que pierde, el fuerte y el débil,… excusas, solamente excusas para mantener al Ego.

Entonces Hombres y Mujeres hablamos idiomas diferentes, cuando seguimos el juego del Ego.  Pero puedo decirte algo, a modo personal, el problema radica en que no sabemos quiénes somos, no entendemos nuestra identidad física como hombres y mujeres, y menos nuestra identidad  espiritual, caemos en las trampas del Ego, y muchas veces “no sabemos hablar”, no respetamos al otro, y no exigimos respeto, no somos claros, ó sinceros, y al final no nos comunicamos, exigimos y no damos, pedimos, pero no obtenemos.  No somos asertivos, y el individuo es esclavo de su EGO, y por ende no hay una coexistencia armoniosa con el otro.   

Puedes darte cuenta de ello, te invito paraqué lo descubras siguiendo este link:  http://fulvida.com/id-noajica/identidad/declogo  y de paso tienes una increíble herramienta en éste hogar basta que busques acerca de “la comunicación autentica”  CA.

Y al fin de cuentas hombres y mujeres seguimos siendo diferentes, es así desde el principio, pero que quede algo claro, cito las palabras del Moré en una de sus sabias respuestas:

Están mujeres y hombres a la par, cada uno con sus particularidades y potencialidades.
Ni machismo, ni feminismo: noajismo

Son precisamente nuestras diferencias las que nos complementan, diferencias importantes, necesarias y útiles, basta que hablemos  el mismo idioma, que bien puede entenderse cuando aceptamos y vivimos  nuestra identidad como noájidas, siete preceptos dados tanto a “hombres y mujeres”, y juntos bajo el mismo plano; pero con la mirada puesta en el Eterno, convertirnos en socios de algo maravilloso “Construir Shalom”, en todo momento, en todo lugar, para hacer de éste mundo, un mundo mejor.

Un abrazo amigos,

Pd:  No tengo nada en contra del libro “Los hombres son de Marte, y las mujeres de Venus” de John Gray,  por el contrario me parece un buen libro, y lo recomiendo.  Cito una frase del mismo:

“Cuando los hombres y las mujeres son capaces de respetar y aceptar sus diferencias, el amor tiene entonces la oportunidad de florecer”