¿Cuántas veces hemos sido presa de “prisiones imaginarias”…?
La prisión en una rama
Un rey recibió como obsequio especial dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasado un tiempo, el entrenador informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y otros sabios para que vieran al halcón, pero ninguno logró que abandonara su rama y volara.
El monarca comunicó públicamente que ofrecería una gran recompensa a la persona que hiciera volar al halcón.
Grande fue su sorpresa cuando a la mañana siguiente vio al halcón volando ágilmente por los jardines.
El rey ordenó: “Traedme al autor de este milagro”.
Sus subalternos trajeron ante él a un humilde campesino, de ropas pobres pero correctas, mirada firme pero mansa, manos de hombre esforzado por trabajar.
El rey le preguntó: “¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres un mago? No tienes aspecto de mago… ¡dime cuál es el secreto!”.
Con voz calma y silenciosa el campesino respondió: “No ha sido magia ni milagro, mi Señor. Solo corté la rama a la que el halcón se aferraba y éste voló.”
Fuente: http://fulvida.com/ajenos/israel/inicios-y-reinicios
Quiero compartir contigo lo que aprendí de esta historia, cuando nos vemos ejemplificados en la misma con los halcones, podríamos descubrir que:
La rama puede ser vista como nuestro Ego, útil para sostenernos y evitar caer de pequeños e indefensos, pero que con el paso del tiempo nos mantiene presas de un poder imaginario.
Las alas, nuestras alas serían aquello que hemos recibido para ser felices, para volar, para crecer, para trascender. Son nuestras alas:
- Creados a imagen del Creador,
- bellos y claros preceptos de vida, 7 para los gentiles y 613 para los judíos
- la vida misma,
- el mundo
- una misión
pero que preferimos olvidar ó ignorar su existencia, por creernos seguros bajo “la falsa seguridad que el ego ofrece”, y que limita “aunque sin poder” nuestra libertad hacia la felicidad.
“No basta con cortar la rama, hace falta comprender que tenemos alas … y usarlas sabiendo que hemos sido creados para ello”
Un abrazo.
pd: la imagen que acompaña el post, me parecio perfecta! somos grandes y tan pequeño nuestro ego, pero…
muy bueno!
Gracias!
excelente.
Gracias Eli , una foto muy familiar en el siglo XXI.
Qué linda fábula y moraleja. Gracias Eli.
Tienes razón Eli, interesante tu interpretación, me recuerda algo parecido que usamos en planificación, se trata de terminar con la vaca, asumiendo la vaca como todo aquello que nos mantiene amarrados a algo y no nos deja crecer.
Eli tienes un percepcion sabia de las cosas y mas de la actualidad y me gusto tu reflexion GRACIAS SALUDOS Y MIL ABRAZOS
Fabian, gracias… por tu observación, espero te sea útil… en éste hogar contamos con un «Maestro», y allí aprendemos todos aquellos que valoramos la sabiduría.
Un abrazo!
eli, yo tbn aprendo de casi todos uds.
hasta de los necios q vienen a molestar hay mucho para aprender.
tambien de los jovenes recien llegados que llenos de impetu estan aprendiendo como el joven fabian.
pero tambien mucho mas de la gente instruida, amable, constante, leal, constructora de shalom como ud.