Es domingo, y en Bogotá Colombia, ya son las 9 de la mañana, desde el primer piso de aquel centro comercial veo una cara conocida en el punto de encuentro; hasta el momento sólo se han realizado unas pocas reuniones, pero hoy nuevamente se abre una oportunidad para compartir con algunos noájidas que también han empezado este proceso de conocer su identidad, y juntos aprenderemos, reiremos, compartiremos experiencias, será un rato agradable y gracias a ello creceremos juntos.
No hay líderes, ni iglesias, ni congregaciones, no hay un orden religioso ó algo por el estilo, solo un sincero deseo por hacer del noajismo una realidad; primero en nuestras vidas y luego en lo posible, ayudar a otros para que lo conozcan.
No somos una secta, ni un nuevo grupo religioso, ó nueva corriente, somos Fulvida, sí; ese es nuestro hogar, Fulvida Colombia es sólo una extensión, tal como “las muchas filiales” , que un día surgirán en diferentes partes del mundo, donde se hace inevitable el despertar de algunos noájidas; que buscan encontrarse con “aquello que es correcto” a su identidad espiritual.
El tema del día, bien podría ser los mandamientos universales, el libro “el camino de gentil justo”, una película, una salida a un parque, un asado, ó quizás proponer organizar un evento con un experto conferencista en noajismo, (como nuestro apreciado moré Yehuda Ribco), ¿Por qué no?
Ya sea un encuentro, una reunión, una salida, una conferencia ó simposio noájida, ó simplemente el compartir un café, “todas son oportunidades, dónde siempre tendremos mucho para aprender, más aún cuando hemos aceptado vivir y actuar del lado que nos corresponde”, esa es la belleza del noajismo.
En nuestro último encuentro, ese domingo hablamos de la oración, de la posibilidad que como noájidas tenemos para entablar esa relación íntima con el Creador, quizás algunos no habían escuchado antes acerca del “Shema”, quizás la declaración más importante para nuestros hermanos judíos, y que de alguna forma el noájida tiene la posibilidad de compartirla; pues al hacerlo también reconocemos entre otras cosas la grandeza, unidad, soberanía, y certeza de que Dios, el Dios de Israel, “Es”, que es Uno, y que también le reconocemos como nuestro Dios.
También compartíamos el poema conocido como Adon Olam,
“Es un poema litúrgico tradicional, atribuido al sabio rabino Salomón ibn Gabirol (Siglo XI, España). En este poema se señalan algunas de las creencias esenciales del judaísmo y noajismo en lo referente a la relación del Hombre, y su limitada percepción, con el Todopoderoso.” Extraído, del libro de Rezos para noájidas. Autor: Moré Yehudá Ribco
Fue realmente una invitación, a incluir esta declaración de “confianza y de reconocimiento” en nuestro encuentro diario, en ese “momento de intimidad con Él: Dios, El Eterno, nuestro Hacedor, ó con “el Señor del mundo”.
Y también otras cosas quedaron sobre la mesa, y esperamos que podamos contar con nuevos encuentros, otras “Reuniones por una Colombia más noájida”. Aun esperamos por más noájidas que deseen vivir su bella identidad.
“Te estamos Esperando, para que seas también un constructor de Shalom”
Un Abrazo