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Resp. 1043 – El entorno que nos rodea

Mauricio Gallego nos consulta:

Buena noche Moré, ¿ es lo mas indicado alejarnos de un lugar cuyo entorno sea hostil, violento, egoísta, lleno de mentira e hipocresía y que esto nos conlleve a afectar nuestro comportamiento personal, ya sea el trabajo, nuestro sector, la ciudad o país, o tal vez deberíamos permanecer allí y luchar para tratar de cambiar ese entorno con la verdad y el amor del noajismo aunque estas situaciones opriman la felicidad de nuestro espíritu?
Mauricio Gallego, 28, técnico de maquinaria textil, Valencia-Venezuela

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¿Dulce–truco?

Hoy quisiera que me acompañarás a divagar un poco. No tengo una idea clara del tema, ni de adonde quiero llegar, ni qué quiero compartir o enseñar, pero es un texto que tengo el deseo de elaborar y tratar contigo. Se que tiene referencia al terror, al miedo, a las trampas, a los engaños, al EGO, a finales de octubre, porque estamos en vísperas de Halloween, sobre la cual ya hemos escrito y no nos adentraremos en esta “festividad” en esta ocasión. Te invito a que busques lo que tenemos publicado si deseas. Mucho o poco podemos opinar de esta fiesta de origen, probablemente, pagano, que se ha tornado moda y gran negocio para chocolateros, carameleros, vendedores de disfraces, cotillón, etc.

Por estas fechas se inundan nuestros sentidos de promociones de terror, invitaciones a cenas de horror, sugerencias de disfraces, películas, series de TV, niños en las calles mendigando golosinas, etc.
¿Cuáles son los objetos o sujeto que se nos presentan como aterrorizantes?
Hagamos una pequeña lista de esta galería del terror:

  1. Zombis,
  2. vampiros,
  3. fantasmas,
  4. monstruos,
  5. asesinos sicóticos,
  6. psicópatas,
  7. aparatos asesinos,
  8. brujas,
  9. animales salvajes,
  10. insectos asquerosos,
  11. mocos,
  12. momias,
  13. alienígenas,
  14. seres deformes,
  15. personas a las que les falta algún miembro,
  16. arañas,
  17. telas de araña,
  18. enmascarados siniestros,
  19. payasos macabros,
  20. muñecos espeluznantes,
  21. calaveras,
  22. niñitos con cara de bueno pero muy malvados,
  23. colgados,
  24. verdugos,
  25. personajes de cine o TV reconocidamente perversos,
  26. cráneos,
  27. manos amputadas,
  28. cuchillos,
  29. hachas,
  30. sierras eléctricas,
  31. picanas,
  32. camas de clavos,
  33. instrumentos de tortura,
  34. robots descontrolados,
  35. ogros,
  36. enanos,
  37. posesos o endemoniados,
  38. dioses mitológicos del mal,
  39. gente desfigurada,
  40. casas embrujadas,
  41. cementerios,
  42. hombres lobo,
  43. locos,
  44. científicos locos,
  45. gatos negros,
  46. sapos,
  47. cucarachas,
  48. serpientes,
  49. ratas,
  50. escobas,
  51. calabazas,
  52. Frankenstein,
  53. morgues,
  54. pasillos desiertos de hospitales,
  55. pulpos,
  56. tiburones,
  57. tridentes,
  58. espadas,
  59. calderos,
  60. noche,
  61. oscuridad,
  62. cuevas…

Hemos hecho una gran labor recopilando estos ítems.
Probablemente nos estamos olvidando de algunos otros, que surgirán como recordatorio de nuestra impotencia, de nuestra sumisión al EGO.

Por supuesto que hay otros terrores que no se asocian con esta festividad pagana, pero son tan intensos y a menudo más reales que las cuestiones de fantasía que hemos señalado:

  1. Terroristas,
  2. mercenarios,
  3. déspotas,
  4. mercaderes de la fe,
  5. misioneros,
  6. fanáticos religiosos,
  7. sectarios,
  8. políticos corruptos,
  9. jueces infames,
  10. criminales de toda ralea,
  11. paladines del imperialismo político-militar-religioso,
  12. instigadores al mal,
  13. promotores de la idolatría,
  14. murmuradores,
  15. capitalistas faltos de ética,
  16. esclavistas,
  17. abusadores,
  18. traficantes,
  19. tratantes de blancas,
  20. secuestradores,
  21. progresistas cegados por la necedad ideológica…

Ciertamente, esta lista también podría continuarse y claramente son peligros más reales, pero muchas veces excusados y promovidos por las masas.

Como te mencioné más arriba, no tenía una idea al escribir este texto, ni alguna enseñanza en particular, solamente un deseo de compartir algunos pensamientos contigo.

¿Me ayudas a darle un poco de sentido a todo esto?
Gracias, hasta luego.

Resp. 1035 – ¿Cómo se observa el séptimo mandamiento noájida?

Glacouture nos consulta:

Reciba un saludo cordial, Sr. Ribco.

1- ¿De qué manera se cumple en la práctica cotidiana, el mandamiento de establecer cortes de justicia?
2-  Es una ley que, al parecer, requiere el trabajo colectivo para cumplirla;
3- un mandamiento que obliga a integrar a la sociedad;
4-  ¿un individuo por sí solo puede observar esta ley?

Muchas gracias por su orientación.
Gerardo Lacouture, 47, psicólogo, Costa Rica

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Resp. 1032 – Porque Jam actuo de esa forma con Noe su padre?

BELEM nos consulta:

El dia de ayer leí en fulvida el porque Noe maldijo a Canaan, mi pregunta es,
1- porque Jam tenia tanto odio hacia su padre Noe?
2- simplemente era malo?
3- estaba contaminado por que vivio en esa era?
4- como puede Jam violar y castrar a su padre Noe?
Belem Garcia, 32 años, Lic. en Administracion, Mexico

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Resp. 1030 – usar shabatt para borracheras y juergas?

juan lira nos consulta:

buen dia, me llamo juan de dios
1- soy un creyente libre, independiente;
2- ¿sera correcto que la mayoria de la gente haga del dia sagrado un dia de farras y borracheras?
3- esto se ve en todas partes,
4- obviamente no toda la gente, pero si mucha gente.
5- estas cosas y muchas mas me alejaron hace mucho tiempo del cristianismo,
6-  y hoy camino con Dios de manera libre e independiente.
gracias, y paz.

juan lira navarrete, 42 años, conductor profesional, santiago de chile

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Dar y recibir, en su medida

La lectura pública del pueblo judío de Torá de esta semana comienza con las palabras:

"Estas son las generaciones de Noaj / Noé … la tierra estaba llena de corrupción…"
(Bereshit /Génesis 6:9-11).

Se brinda explícitamente una razón para la catástrofe que vendrá:  "la tierra estaba llena de corrupción".

El Midrash y el Talmud (Bereshit Raba tratado de Sanhedrin) dice que los habitantes de la tierra estaban sumidos en idolatría, asesinato, el robo y el hurto, además de que habían pervertido los modos sexuales (orgías, swingers, infidelidad, prostitución como forma de idolatría, incluso teniendo relaciones sexuales entre diferentes especies).
Para ser precisos, los seis mandamientos universales en vigor, de los siete dados por Dios a Adam, eran violentados a cada rato por aquellas personas.
La degradación era cada día peor y peor.
Las advertencias no surtían efecto, la corrupción avanzaba a pasos agigantados.
Los pocos que sobresalían de esa masa enfermiza, prontamente eran desaparecidos, por las buenas o las malas.
Sí, la tierra estaba podrida por la acción del hombre.
Como si viéramos el espejo de la actualidad, por ejemplo, en donde la gente torpemente iguala a un rehén inocente sometido a vejámenes como si fuera idéntico a 1027 humanos bestiales, asesinos a sangre fría, instrumentos de terrorismo del imperialismo árabe-musulmán, que están presos por justicia imparcial.
Así también era aquella generación en bancarrota, liderada por mafiosos, plagada de “religiosos”, llena de mentiras para adormilar las conciencias y continuar con la depravación y depredación.
Era un mundo espantoso, como estamos haciendo con el nuestro.

Ahora, interrumpamos las malas noticias de antaño y procedamos a aprender algo muy interesante.

Sabemos que el ser humano es un organismo intercomunicado que da y recibe.
Ambas funciones son indispensables para una vida saludable, equilibrada, de desarrollo, de trascendencia.
Ni siquiera somos conscientes del continuo mecanismo de vida que a cada instante nos sostiene y se produce en este dar y recibir. Nos ventilamos, inhalamos y exhalamos, estamos en un flujo permanente de intercambio de gases. Pero no solamente, estamos también sometidos a otro tipo de procesos, pensemos en la temperatura, presión, contacto, etc.
En esto no intervenimos voluntariamente, sumemos a los intercambios que hacemos de forma más o menos consciente.
Damos y recibimos.
Ambos importantes y buenos.
No debemos creer como esos religiosos que ven en el recibir algo “del mundo”, de “la carne”, materialista y por tanto malo. ¡Nada que ver! Es parte de nuestra naturaleza, es tal como nos diseñó Dios.
Dar y recibir en su justa medida.
Porque pensemos, que pasa si nos restringimos fuera de límites saludables, tanto en el dar como en el recibir.
Si no pudiéramos contener nuestros esfínteres excretores, por ejemplo; o nos negáramos a expeler la materia fecal; o nos prohibiéramos respirar, etc.
Es imprescindible entenderlo, dar y recibir son buenas, todo en su justa medida.

Volvamos a la generación del Diluvio, la hermana gemela de la nuestra.
Dijimos idolatría, asesinato, depravación y robo.
Voy a pedirte que nos centremos un momento en los dos últimos.

El robo es un acto de "recibir" de otro sin su consentimiento, al tomar de otro estoy en cierta forma “recibiendo”.
Se podría decir que el robo es la corrupción del recibir.

La depravación sexual se puede entender como un acto de "dar", particularmente si lo vemos desde la posición “masculina” o activa.
Se está dando la semilla de la vida, aunque probablemente no sea fructificada en una nueva vida. En la posición activa se procura brindar placer al otro, si bien se lo obtiene también como efecto secundario. Es un proceder de la esencia masculina, al menos desde el punto de vista cabalística, el gozar por haber dado placer a otro.

En ambas acciones, robar y depravación, hay un desajuste entre el donante y el receptor.

Su EGO se apañó para deformar el dar y recibir para transformarlo en una viciosa herramienta de esclavitud.
Se convirtieron en receptores egoístas, que procuran llevar a la impotencia a otro, dominarlo, someterlo, privarlo de lo que le corresponde.
Así también con el dar fuera de cauce, en donde se es dador egoísta, se trata de dominar y someter a otro, aunque en apariencia a veces el otro pueda estar conforme con lo que ocurre (o no pueda o quiera expresar su disconformidad).
Tanto en este dar como en este recibir se está actuando a instancias del EGO, no a favor de la bondad, no por justicia, no con armonía, sino por EGO.
Ese EGO que se nos presenta como salvador, como un dios interno, como una fuerza poderosa, como un amo controlador, pero que no es más que un payaso impotente que usurpa nuestro liderazgo y nos pone en posición dudosa y de impotencia.

Con el EGO al poder, el egoísmo es la meta, lo que sienta bases para el abuso desenfrenado.
Sea en el interior de cada uno, en el microcosmos familiar, en el ecosistema mundial, en el universo.
Cuando el EGO es el que controla, estamos en la senda del dolor.

Por supuesto que Dios nos ha dado dos poderosas herramientas para canalizar al EGO, dejarlo en su lugar, tenerlo como siervo y no como amo.
Por una parte nos ha dado una esencia espiritual intachable, nada puede perjudicarla. Es lo que somos eternamente. Es nuestro lazo de Luz. Es nuestra conexión sagrada con Dios y con todo lo creado. Está en nosotros, somos nosotros, es esa vocecita constante y dulce que nos llama, pero que atareados, consumidos por el EGO no alcanzamos a escuchar o a comprender.
Por otra parte, Él nos ha dado los mandamientos. Los siete principios universales para los gentiles, los 613 para el pueblo judío. Son el manual de vida, de bendición, de “salvación”, en este mundo y para la eternidad.
Cuando la esencia espiritual resplandece a través de las acciones sintonizadas con los mandamientos, el EGO pierde el poder, el egoísmo deja de consumir a la persona, el equilibrio interno se posibilita, lo que brinda la ocasión para el equilibrio del ecosistema general.

Podemos dar y recibir de forma desajustada, entonces nos corrompemos, corrompemos al mundo.
Podemos atender a nuestra propia esencia espiritual, sea de gentil o de judío, dotarla de “alas” por medio de las acciones afines a los mandamientos correspondientes, entonces brindamos un crecimiento y shalom multidimensional a nuestro ser, al entorno, al cosmos.

Noé fue encomendado a construir un arca, una embarcación que contenía un mundo en miniatura.
Noé se vio obligado a entregarse totalmente al cuidado de cada uno de los animales, así como los humanos, que estaban instalados en el arca.
No tenía tiempo ni excusa para dejarse conquistar por el EGO.
Su deber era salvar al mundo, y lo estaba haciendo.
Estaba armonizado con su esencia espiritual, alumbrado por la Luz del Eterno, porque cumplía cabalmente con lo que le correspondía.
Toda su existencia era un trabajo constante de alimentación y de cuidado de las criaturas a su cargo, cada uno según sus necesidades específicas y horarios, y al mismo tiempo un acto de protección para él y su familia. Había límites claros, eran respetado. 
Así que por un lado, que estaba siendo protegido de las fuerzas externas de la inundación, y por otro lado, su función principal era ser protector de los demás, y por tanto de sí mismo.

Afuera había gobernado el EGO, con la corrupción.
El dar y recibir trastocados, enfermos, mortales.
En el Arca estaba el EGO bajo la bota del hombre, aquel que actuaba en sintonía con la Voluntad de Dios.
Por ello el dar y recibir eran ajustados, cabales, saludables.

Noé debía de aprender para luego ser capaz de reconstruir una humanidad basada en un equilibrio satisfactorio de dar y recibir.
Pero, al poco tiempo que descendió del buque, cuando aflojó su compromiso con “la causa”, el EGO nuevamente hizo trampas y lo llevó al abismo.
Recordemos, no estamos libres del EGO, nunca. Ni siquiera los sabios, ni los “santos”, todos cargamos el EGO, porque somos en parte EGO.
Noaj había recién recibido nuevamente los Siete Mandamientos, vislumbró la señal del arcoíris que lo simboliza, pero había salido del Arca, volvió a la vida “llana”.
Pensó que ya tenía el poder sobre el EGO, que podía ser libre y sin atención a las trampas del mismo.
Pero se equivocó:

Gen 9:20  Entonces Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña.
Gen 9:21  Y bebió el vino y se embriagó, y se desnudó en medio de su tienda.

Sí, la corrupción en el dar y recibir.
Le dio a la tierra la semilla de la vid, plantó, cuidó, cosechó, produjo vino y se emborrachó. Eso lo llevó a… bueno, es otro tema…
Tuvo sus buenas intenciones, pero poco fundamentadas.
El EGO se los comió a través de la bebida.

Para crear un equilibrio armonioso debemos estar seguros de que así como nosotros nos protegemos y a nuestros seres queridos, de hacerlo con el universo.
A fin de dar hay que saber recibir, y para poder recibir correctamente debemos aprender el arte de dar, de esta manera se completa el circuito del flujo de la vida.

Podemos construir un Arca de vida, que nos lleve, que nos contenga, que nos canalice, que nos haga crecer.
Nos convertimos en un arca, una embarcación, en donde hay reciprocidad en la energía de dar y recibir el flujo sin problemas a través de nosotros, creando un universo armonioso, equilibrado.

Podemos hacerlo, debemos hacerlo.
Es nuestra tarea en esta vida.

Arca publicitaria

  hola tio yehudi, me llamo … y tengo 13 años… a mi papa le gusta leer
lo que escribes e intenta enseñarme lo escrito en el tanaj pero a mi me
cuesta trabajo creer que el arca de Noé fuera cierto ya que es imposible
meter tanto bicho en tan pocos metros cuadrados, y sería imposible
geneticamente que luego dieran una raza sana a partir de una sola pareja…
gracias por tu atencion

L.H.
España

Shalom.
Gracias por participar con tan interesante pregunta, y muchas más gracias por llamarme "tío Yehudi", es un orgullo.

Antes de entrar de lleno a responderte, te pediré que te contestes a las siguientes preguntas:

  1. Si Dios tenía el poder de enviar el Diluvio, y el poder de preservar con vida, en paz y armonía a los moradores del arca, ¿para qué se precisaba un arca? ¿Acaso no era suficiente con que Dios ordenara a las aguas no caer en determinado paraje (ni sumergirlo), y que allí fuera el refugio natural para los sobrevivientes?

  2. Si Dios tenía el poder de crear la vida a partir de la nada (en verdad, de crear todo a partir de nada), ¿no podía exterminar todos los seres animados y realizar una segunda y mejorada creación?

Como ves, mis preguntas son bastante racionales y lógicas, y te aseguro que si les hallamos una respuesta satisfactoria, quizás encontremos una respuesta para tu difícil inquietud.
Y te aseguro que es aun más difícil si leemos lo que el gran maestro compatriota tuyo, llamado Rabí Moshé ben Najmán (Rambán) enseñó hace muchos siglos: "…para todos… no habría espacio en esa arca…" (comentario a Bereshit / Génesis 6:19)
El respondió que: "…fue un hecho milagroso, que lo pequeño contuvo a lo grande. Y si siendo un milagro preguntaras: ‘¿Por qué no la hizo más pequeña?’ La respuesta la dan nuestros Sabios: ‘No se confía en que los milagros sucederán’…" (Es una traducción libre de mi parte)
Como ves, tenemos una respuesta que quizás a ojos de una joven del siglo XX-XXI no es aceptable, pues, ¿quién vio hoy en día un milagro?
(En un aparte sobre los milagros: de acuerdo a lo que aprendemos de la Torá, que es verdadera, la persona debe hacer su máximo aporte y esfuerzo en obras y acciones constructivas, y recién entonces es que se le abre la ocasión de que suceda un hecho milagroso… los milagros no son gratuitos, hay que trabajar y a veces muy duro por ellos)

Tenemos hasta ahora una gran interrogante llamada milagro, por lo que te pido que releas las preguntas 1 y 2 que te he formulado más arriba, y que ahora le agregues esta otra:

¿No es un hecho más maravilloso y grandioso el Diluvio en sí mismo más que el arca de Noaj?

Yo estoy seguro de que lo es, y sin embargo, sobre esa cuestión no has preguntado…
Y si lo hicieras, la respuesta ya la he dado en un viejo texto, en donde presento que una de las explicaciones racionales para el Diluvio no está lejos de nuestra vida cotidiana… ¿has oído hablar del daño al medio ambiente que inflige la humanidad con sus conductas inadaptadas? ¿Has oído las advertencias apocalípticas que los ambientalistas pregonan cotidianamente? Tal como aquellos antiguos moradores de la Tierra, nosotros también estamos ante una devastación global, provocada por nosotros mismos (esta vez no será un Diluvio, pues Dios prometió que el agua no destruiría nuevamente a la humanidad, pero, hay tantas formas imaginativas de causarnos daño que sólo de pensarlo me da miedo)
Dios permitió que la tragedia ocurriera, aunque hizo mucho para revertir la situación sin limitar la libertad de elección de las personas, pero las personas eligieron su suicidio colectivo…

Ahora te responderé a todo lo que ha quedado pendiente, aunque la respuesta básicamente ya ha sido dada: fue un hecho milagroso.
Dios bien podría haber decidido que, por ejemplo, Tanzania permaneciera seca durante el tiempo que el resto del mundo estuviera sumergido.
Pero… no.
Él le ordenó a Noaj a construir ese barco que media 300 codos de largo (unos 150 metros)
Por lo que el hombre estuvo 120 años para construir su inmensa nave (recuerda que en aquellas épocas la gente tenía vidas más prolongadas)
¿Te parece que los vecinos de Noaj no advirtieron su obra?
Tuvieron tiempo (120 años) y espacio (150 metros de largo) suficiente como para ser curiosos, molestos con sus preguntas, burlones, bravucones, destructores (recuerda que no eran personas precisamente amables, pues por algo estaban condenados a muerte… por sus propias acciones reiteradamente perversas y contrarias a la vida)
Es que ese era el objetivo primordial del arca.
No era para salvar las vidas de Noaj, su familia y los animales.
Era para llamar la atención.
Para que los habitantes de la Tierra advirtieran que se encaminaban al desastre, y que aún tenían la opción de detenerlo.
El arca era un inmenso anuncio publicitario de la catástrofe, lástima que Noaj era muy egoísta y un pésimo publicista… porque, mira que tuvo mucho tiempo y oportunidades como para venderle a las personas la opción del arrepentimiento, ¡y nadie compró!
¿Entiendes ahora la razón del arca?
¿Entiendes porqué Dios, que pudiendo elegir Tanzania, escogió una (relativamente) minúscula arca para salvar la vida sobre la Tierra?
Por lo que el resto de la narración (el Diluvio en sí mismo, cómo hicieron para sobrevivir los moradores del arca, etc.), realmente no tiene la trascendencia principal que sí tiene la oportunidad de enmendarse que desaprovecharon los habitantes corruptos y corruptores de la Tierra.

Y si fueras persistente en tu búsqueda del conocimiento verdadero y me preguntaras cómo hizo Dios para que el hecho milagroso sucediera, mi única respuesta es: no tengo idea, porque si lo supiera, dejaría de ser a mis ojos un hecho milagroso, ¿no?

Para terminar, ¿por qué no destruyó Dios todo para crear nuevas especies vivas?
Primera respuesta: Las razones de Dios, que Él no ha comunicado en Su Torá o por medio de los profetas verdaderos, ¿quién las sabe?
Segunda respuesta: Para que nos sirva de enseñanza. Cuando tienes para comer solamente sopa, y no tiene sabor; tú no vas y la tiras, lo que haces (seguramente) es echarle una pizca de sal. Cuando el estudio no te marcha, no tiras los libros y decides ser una pordiosera de carrera; sino que te empeñas el doble, o de otra manera (seguramente) para entrarle a la materia que te es dificultosa. Los mayores, si de casados hallan problemas en la pareja, lo más prudente no es romper los lazos y olvidarse de lo anterior; (probablemente) lo más maduro y constructivo sea encontrar los modos de crecer en conjunto.
Es lo aprendemos de Dios, que no hizo una nueva creación de seres vivos, sino que nos dio una segunda oportunidad, una chance para mejorar y no caer en los mismos errores del pasado.
Es una muestra de confianza de Dios hacia nosotros… ¿la hemos sabido aprovechar? No lo sé…

Finalmente, que de una pareja no salga una raza sana, no tengo idea si es así como dices. Pero, si lo fuera, todo está en manos de Dios.

Espero que mis respuestas te sirvan para hallar más preguntas, y más caminos que recorrer en tu avance hacia el crecimiento.
Y ojalá gracias a esto puedas comprender que las narraciones de la Torá, si bien verídicas y certeras, no tienen como finalidad el contarnos historia, ni darnos datos precisos como los de las ciencias; sino educarnos en los caminos de crecimiento y amor.
Si hice algo por esto, cumplí mi misión como "tío Yehudi".
Te deseo lo mejor.

Sus comentarios son bienvenidos, y recuerden que quedo a las órdenes.
Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom

Yehuda Ribco

http://serjudio.com/rap851_900/rap889.htm

Dos modos de proceder

El gran maestro Shlomo Carlebaj enseñaba:

 

«Noaj construyó su arca durante 120 años y fue incapaz de lograr que siquiera uno se arrepintiera de sus maldades.
Lo que sucedía era que Noaj no respetaba a sus contemporáneos.
Les gritaba: «Ustedes son asquerosos y criminales. En unos pocos años todos ustedes se van a ahogar en el mar… jajaa.»

No hacía así el patriarca judío Avraham.
Él respetaba a cada uno de los seres humanos.

Noaj era un extraño para la gente de su generación.
En la entrada de su casa había un cartel que decía: «Aquí vive el gran Noaj, el más grande de los justos».

Avraham, por el contrario, se acerca a todas las personas con humildad y respeto cariñoso.»

Tú, noájida querido, ¿cual de las sendas escoges para tu vida?
¿La que resultó errónea y fatal de Noaj?
¿O la de apertura y justicia bondadosa de Avraham?

Queda en ti la respuesta.

Simplemente miedo

Vivir con miedo, con desasosiego, con inseguridad. Podríamos pensar que es un mal de nuestra época pero es algo intemporal.

El ser humano vive con temor por que todo es incierto a nuestro alrededor, lo ha sido siempre, ahora y antes. Con mejores épocas o con peores pero siempre con incertidumbre.

¿Que hacer cuando no se sabe que hacer?

Guerras, crisis, enfermedades, hambre, ¿quién sabe que más?

En los medios de comunicación se transmite miedo y manipulación… pero tampoco eso es nuevo.

La gente, la masa, vivimos como podemos… o como queremos en la medida de lo que es posible.

Cada día nos bombardean con una andanada; más paro, más deuda, más impuestos…menos humanidad.

Nos atemorizamos, quizás nos deprimamos pero sobre todo y en la mayoría de los casos nos paralizamos. Al no saber que hacer, no hacemos nada.

Cuando todo va mal, no hacer nada puede ser igual a dejar que todo siga igual; que todo vaya a peor.

El pensar que en general “hacen lo que quieren”, “nos manejan como quieren”, y nuevamente el “no podemos hacer nada”, es el primer paso a despersonalizar muchos problemas concretos y conjuntarlos como una masa ingente e incontrolable y por lo tanto justificarnos a permanecer en la inactividad caminando a la deriva y siguiendo el rumbo que otros marcan para nuestras vidas.

¿Vivimos con miedo?, ¿con temores? No con un terror visceral, más bien con desasosiego, con intranquilidad permanente, con sensación de impotencia.

Pensemos un momento, ¿Quiénes son ellos? Los que manipulan, los que nos dirigen, los que marcan tu vida.

Pensemos… “ellos” son en realidad “nosotros”.

Nosotros manipulamos, nosotros robamos, nosotros mentimos, nosotros nos desentendemos de los demás, de los que necesitan ayuda, de los que van perdidos y sin rumbo. Cuando digo nosotros, no quiero decir tú (que estas leyendo estas líneas), entiéndase de una forma amplia “nosotros” como esa masa de la cual formamos parte.

 

Cuando se camina en pos del egoísmo, el resultado es dolor. Para uno o para los demás.

 

El que sean los grandes dirigentes o lo haga el vecino o el tendero o quienquiera que sea, no es más que una cuestión de oportunidad y por lo tanto de mayor o menor alcance, con más o con menos implicados.

Por ejemplo, si fumo en una habitación con tres personas, perjudicaré a menos que si fumo en un salón con cincuenta personas. Y si esas cincuenta fuman en un cuarto ¿os imagináis cuanto humo?

¿Cuál sería ciertamente el acto que provocaría el mal?

 

La incertidumbre que al principio mencionaba sobre la causa de la mayoría de nuestras preocupaciones es en realidad algo maravilloso. Es el marco para que gocemos de algo tan extraordinario como  el libre albedrío.

Para que podamos tomar nuestras decisiones y moldear la realidad acorde con lo que debe de ser.

 

Para nuestros desvelos y ansiedades también hay cura, es sencilla. Hacer lo correcto.

 

Cuando haces lo correcto y eres consciente de ello, acallas ese rumor producido por el deambular de ideas difusas, de incertidumbres y titubeos.

Dejas de ser una “masa” y te conviertes en un individuo.

¿Hacer lo correcto?

Seguir las Leyes que nos dio el Eterno, construir Shalom, disfrutar del regalo de vivir cada día y saber agradecerlo y compartirlo.

 

¿Quiere eso decir que entonces no tendrás más miedos y temores?, no. Los tendrás por que es lo normal. Pero sabrás qué hacer, hacia donde caminar, no te sentirás perdido.

 

Mientras otros desperdician su tiempo, su momento, en conflictos sin solución, en cavilaciones eternas, en problemas fútiles, en objetivos equivocados, en temores infundados o incontrolables, en creencias imaginarias,  tu tienes la gran oportunidad de marcar el ritmo.

 

Sabes que lo primero es lo primero, sabes el orden de las cosas, tienes el recuadro para enmarcar tu vida. Ahora depende de ti seguirlo, en todo, en parte, o en nada. Esa es tu decisión… pero conoces el sendero que te deja ver la luz y alumbrar a los demás.

 

Aprovecha tu oportunidad de convertirte en la letra de una estrofa memorable en esta gran Obra.

 

 

 

 

 

 

Sucot e Israel

De las cuestiones que Dios ordenó a los judíos, hay dos que ponen en juego a todo el cuerpo.
No son acciones que impliquen necesariamente conciencia, ni estar atentos a algo en particular, sino simplemente con ubicar el cuerpo en cierto lugar.
Esas dos cuestiones son: el mandamiento de residir en una Sucá durante la festividad de Sucot y la de residir en la tierra de Israel.
Si uno está, anda, se sienta, duerme, trabaja, descansa, come, conversa, cualquier cosa que haga dentro de la Sucá (durante la festividad de Sucot), está cumpliendo con una mitzvá, uno de los 613 mandamientos que Dios ha ordenado al pueblo judío.
De manera similar, el judío al estar en la tierra de Israel, por ese simple hecho, por esa ubicación espacial, ya está conectando su ser a la Fuente de Vidas, está armonizando su existencia con el Cosmos.

Resulta simpático darse cuenta que hasta al dormir, en la cumbre de la inconsciencia, igualmente se está actuando según prescrito por Dios.
Resulta paradójico que aún siendo ateo, o peor aún, contrario a la Tradición, el judío que reside en la tierra de Israel está actuando –en ese aspecto- en coherencia con la Voluntad de Dios.

Pero así está establecido, son cuestiones que involucran la ubicación del cuerpo, no la conciencia, ni el deseo, ni la voluntad, ni el sentido, ni la opinión personal.
Si eres judío y pones tu cuerpo bajo el techo de la Sucá en Sucot, estás haciendo lo correcto, aunque no hicieras otra cosa más en ese momento, ni bendijeras, ni rezaras, ni tomarás en tu mano objetos rituales, incluso aunque ni siquiera sepas que estás cumpliendo con un mandamiento que Dios ha dado al pueblo judío.
Eres judío y estás en la tierra de Israel, igualmente.

Para muchos esta identidad no ha pasado desapercibida, por lo cual identifican a la festividad de Sucot no solamente con los años de residencia de los judíos en el desierto, tras la salida de Egipto, siendo protegidos y sostenidos por Dios. Sino que también lo perciben como un compromiso para alcanzar la tierra de promisión, a afincarse en ella, a establecer en ella un estilo de vida de santidad.
Es lo que hicieron los antepasados judíos cuando hace 3300 años tomaron posesión de la tierra y se afincaron en ella para perpetuidad.
Es lo que sustenta el ideal mesiánico, de retorno de los hijos a los límites del hogar sagrado, de hacer florecer la tierra, de desplegar todo el potencial de la triple alianza sagrada: pueblo judío, tierra judía y Torá judía. Porque cuando hablamos de mesianismo, cuando añoramos una Era Mesiánica, estamos pensando centralmente en el pueblo judío, en la tierra de Israel viviendo de acuerdo a las reglas pautadas por la Torá dada por Dios a los judíos. Ciertamente el efecto positivo y redentor de este enlace sagrado será percibido por todo el mundo, en cada rincón brotará la espiritualidad pura, el amor a Dios y sus cosas, el noajismo a pleno para los gentiles. Pero esto como efecto secundario al real enfoque de lo que respecta a la Era Mesiánica.

Estas palabras que parecen ideales fantásticos hacia el futuro, anhelos soñadores del presente, o míticos relatos del pasado de la nación judía, ciertamente tienen sus paralelos en el mundo, en las naciones, en procesos históricos bien conocidos en general.

Atiende a estos comaprativos:
Pesaj es la liberación del yugo extranjero e imperialista.
Shavuot es la Jura de la Constitución nacional.
Sucot es la independencia de la patria.

Los que vivimos en América y conocemos un poco de nuestra historia, podemos reconocer que estos han sido pasos que en mayor o menor medida han dado nuestras naciones para conformarse en lo que son actualmente.
Habíamos estado sometidos al imperialismo europeo, hicimos nuestras guerras de liberación.
Pudimos establecer códigos de vida propios, muchas veces constituciones nacionales o estatales.
Declaramos y sostuvimos –más o menos, en realidad- nuestra independencia de poderes extranjeros.
Allá por fines del siglo 18 y durante el siglo 19 muchos nos libramos del mandato oprobioso de España, de Inglaterra, de Portugal, de Holanda (me olvido seguramente de alguno), aún penamos bajo la bota imperialista romana-cristiana, árabe-musulmana, socialista y por supuesto la de otros imperios codiciosos. Las gestas libertadores se reproducían por toda América.
Supimos hacer nuestros Cabildos, nuestras asambleas constituyentes, nuestras legislaciones, etc.
Supimos proclamar la independencia de poderes colonialistas, de intervenciones extranjeras, aunque luego nos sometimos por viles necesidades, por negociados de políticos corruptos, por la ceguera moral de muchos, por el EGO entorpecedor de las masas, por el populacherismo, pero al menos supimos desear ser libres, iguales, independientes.

De manera similar, pero con miles de años de anticipación, aconteció para los hijos de la nación hebrea.
Para aquella gesta redentora no solamente trabajamos nosotros, en realidad bastante poco, sino que fuimos guiados y protegidos por el Todopoderoso.
Sin embargo, con el correr del tiempo fuimos pudiendo hacer nuestra parte, con tropiezos, con dudas, con vacilaciones, con retrasos, con apurones, pero finalmente el pueblo judío estableció su patria en su tierra (esa tierra que desde siempre ha sido pretendida por otros y ahora está a punto de ser robada nuevamente por el imperialismo extranjero, cuya punta de lanza son los que se hacen llamar “palestinos”, pueblo inexistente, invención imperialista en su lucha contra los judíos, que es su lucha contra Dios).

Podemos hacer nuestra parte, cada uno su parte. Ni más, ni menos.
Está en nosotros el conectarnos a través de nuestras acciones positivas.
Podemos establecer nuestra Sucá, endeble, débil, fácilmente desarmable, al tiempo que confiamos en que es Dios el que la refuerza y sostiene.

Los judíos tienen su tarea particular en el plan de Dios para la redención de la humanidad, pero también tienen la propia los gentiles.
Por medio del judaísmo, para unos, y del noajismo para los otros es que estableceremos un mundo de Shalom. Que no sea solamente un bello ideal, una fantasía soñadora, algo parecido a una canción de John Lennon, sino una realidad concreta, vibrante, es posible.

A levantar cada uno nuestra Sucá interior, a librarnos del EGO, a tomar para nosotros el cumplimiento de la Torá que nos corresponde, a construir una patria interna de plenitud y Shalom.