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Improvisando

El sábado anterior fuí a visitar a David a la salida de su trabajo, para pasar un rato ameno, en medio de las complicaciones y obligaciones cotidianas, pizza mediante que amablemente me invitó (!la próxima yo David!jeje). Y bueno, hablamos de todo un poco, de cosas de Fulvida, y de otras generales y cotidianas, alimentando nuestro sentido noájico (¿acaso no es tan simple como eso?).

Así charlamos sobre su idea de tríptico, sobre el cual posteó hace uno o dos días, le ofrecí ayuda con fotocopias en cantidad, donde le puedo pedir ayuda a algún ex compañero de mi trabajo anterior. Luego lo acompañé a elegir un regalo para su papá porque cumplió años y me dí cuenta que David NO SABÍA QUÉ REGALARLE (jajaja), así recorrimos tiendas de ropa, librerías,etc., y él se sentía apesadumbrado porque creía que yo me estaba cansando, pero nada que ver. La pasé muy bien y eso que sólo se trataba de compartir unas cuantas horas, nos reímos con los libros, muchos de los cuales eran idolátricos hasta la médula, otros en cierta medida rozaban el noajismo aunque inconcientemente, y acá fué donde pensabamos qué bueno sería poder editar un libro de noajismo de la talla de los que posteó rquezada, para que pudiera estar en la Feria del Libro que se hace en Buenos Aires cada año (hay que buscar todas las alternativas posibles).

En algún momento le comenté sobre el tema de robar, que según mi punto de vista es MAS GRAVE de lo que ya aparenta, y tomé el ejemplo de alguien que con esfuerzo y trabajo, logra comprarse una campera, sólo para que al levantarse temprano para ir al trabajo sufra menos el frío. Tanto le habrá costado comprarse esa campera; un mes, dos meses de trabajo, esfuerzo, sueño, cansancio, dinero, problemas cotidianos, etc,etc,etc,…para que luego venga un ñato con un cuchillo a revolver a arrebatárselo. Es decir, el tipo no sólo le roba la campera, sino el esfuerzo, uno o dos meses de su vida que ya no vuelven…le roba más que la campera, le roba parte de su vida.

O que la sociedad tiene tan metido e inculcado las costumbres idolátricas o erróneas, decía David, que al actuar en lo cotidiano, de alguna u otra manera se recurre a tales cosas, por más inconsciente que uno actúe. Ejemplo de esto podría ser que en chiste se aludiera a que el judío es tacaño, o que no gasta el dinero, cosas que tuvieron origen en gente que odia a los mismos. Algo que habría que erradicar.

Hablando de estas y varias cosas, estando en el restaurant o caminando en la calle, David notó y luego yo que las personas a nuestro alrededor seguramente nada sabían, de esto, de ser noájida, y lo comparamos un poco con Matrix (la película) en donde siguen mucho durmiendo sin saber de la realidad. Reconocimos que es mucho todavía el trabajo por hacer, y que es apremiante; cada uno dentro de sus posibilidades, para hacer que otros despierten, pero sin perder la calma ni ser fascineroso, inquisidor, o intolerante; sino paciente, amoroso, respetuoso, y por qué no, fuerte.

De cada cosa que hablamos surgieron ideas, las cuales esperamos pronto las podamos llevar a cabo, a pesar a veces de falta de tiempo o recursos materiales, que obviamente son necesarios.

Y algo curioso: al volver ya, estábamos en el tren de regreso, y un pobre mendigo en silla de ruedas se puso casi a nuestro lado, al instante mientras seguíamos charlando, depositamos unas monedas en su latita y seguimos charlando. Al poco rato el mendigo empieza a hablar a todos, deseándonos felicidad, recomendándonos el estudio, gracias a Di-s…y hasta que dijo »gracias a Jesús»…a lo que ni David ni yo pudimos evitar esbozar una sonrisa cómplice aunque no estoy seguro en qué sentido, pero es como si dijéramos: noooo! jajajaja. Y David me dijo en broma: »bueno, al menos las monedas se las dimos antes que lo mencionara», y yo no me animé a pedirle que me devuelva la moneda (broma!). Rara situación si las hay.

Luego David se despidió, bajó del tren, para seguir con su vida familiar, igual que yo. ¡Qué simple y lindo!

Bueno, sólo tenía ganas de improvisar contando algo ameno y cotidiano, que no sé si contruye o no, pero al menos quise dar a conocer la simpleza con que podemos llevar nuetras vidas, y el aprendizaje que somos capaces todos de llevar a partir de una charla común. Shalom.

PD: seguimos hablando a medida que comenten. Bendiciones.

PD 2: hubiera escrito esto en la sección »charlemos», pero como era algo extenso y no tan rápido de leer, lo posteé. Más bendiciones.

Lo que el Eterno nos da

Muchas veces escucho la expresión (al menos en Argentina) : »Di-s le da pan a quien no tiene dientes», en alusión a que cierta persona puede gozar de placeres supuestamente inmerecidos. Pero, ¿qué sabemos nosotros si es así realmente?, más bien suena a queja contra El, como si hubiera actuado con injusticia, porque tal vez a nosotros no nos toca una vida más cómoda, o más »suertuda», a pesar de los esfuerzos que hagamos…o tal vez porque creemos que lo merecemos.

La cuestión es nunca bajar los brazos para conseguir aquello que queremos, siempre y cuando no contradiga los Mandamientos Universales, ni atente contra lo ordenado por Di-s hacia nosotros; confiar en nuestras capacidades para conseguir nuestras metas, y confiar por supuesto en que Di-s nos brindará una mano (sentido figurado), como el drogadicto al que todos ayudan porque la persona sí quiere salir de la adicción; pero también se trata de ser feliz con lo que Di-s nos da, sean defectos y virtudes, porque si nos hizo de tal o cual manera, sólo El sabe por qué así nos hizo, pero nosotros podemos saber el PARA QUÉ nos hizo así. Entonces sólo debemos confiar en nuestro Creador y por supuesto en nosotros mismos.

Por lo tanto a la frase anterior yo replicaría diciendo: »Di-s nos da pan que nuestros dientes pueden morder»

Shalom.

Sebastián.

La razón y la pasión

»Hay que anteponer la razón a la pasión»

Si comparáramos nuestra forma de vida o nuestro andar con manejar un auto, se podría decir que la pasión, ese impulso tan humano, tan nuestro, sería el motor, el combustible y el acelerador del auto. Pues es lo que le da vitalidad y movimiento al ser, por la pasión o los impulsos es como generalmente nos dejamos llevar en numerosas ocasiones, entregándonos a todo el sentir de nuestro corazón, sean sentimientos buenos o malos. Pero, si el auto solamente contara con motor y combustible, el auto no tardará en chocarse contra un árbol o una pared. No es que sea mala la pasión, pero si sólo se utiliza esto, iremos de golpe en golpe.

Por eso es necesaria la razón, a la que se puede comparar con la dirección o volante del vehículo, también la caja de velocidades que regulan nuestro actuar y también por supuesto, los frenos. De esta manera, logramos evitar precipitarnos en nuestras acciones, frente a situaciones adversas, o hasta en las provechosas, pues muchas veces sucede que nos viene algo bueno que al final termina no siéndolo.

Por lo tanto se puede decir que el hombre necesita de estas dos cosas, porque en verdad son primordiales, son regalos de nuestro Creador, pero debemos aprender a administrar bien nuestras cualidades y virtudes. La pasión es tan necesaria como la razón, pero ésta última debería ser aplicada primero, porque es la principal característica que nos diferencia de otros seres vivos, así nos hizo nuestro Di-s. Shalom.

Sebastián.

Fazer o Bem

Tenho presenciado nos últimos tempos algumas pessoas dizerem:» Eu faço isso…Eu faço aquilo…Eu ajudo…Eu sou um exemplo… Hoje eu fiz isso…Amanhã eu farei aquilo, etc» Todas as afirmações numa clara alusão a que fazem o BEM. Ótimo..Parabéns…Felicitaciones..Kol HaKavod.

Mas pergunto, somente isso é o bastante? Além do mais,  quando ajudamos a alguém, estamos na verdade é sendo ajudados. Fazer o BEM é uma via de mão dupla.

Quero dizer,  na verdade,  que em paralelo a fazer o bem temos que tentar ser justos. Pelo menos tentar. Não há nada que seja mais cruel do que presenciarmos injustiças e ficarmos calados. Se calamos somos cúmplices.

Amigos, vamos tentar exercer no dia-a-dia mais que a simples bondade. Vamos tentar agir com parcimônia e senso de justiça. Vamos cuidar mais de nossas palavras, pois como dizem os sábios de Israel «Palavras são flechas atiradas ao vento.» Não podemos nos dar ao luxo de sairmos acusando pessoas injustamente, pois tal comportamento deriva-se, principalmente, da inveja(envídia), e a inveja  deriva-se da baixa auto-estima. Portanto, devemos sempre, antes de falar algo, nos preocuparmos se aquilo que falamos poderá prejudicar uma pessoa. Mesmo se aquilo que falamos sobre alguém for uma verdade. Falar mal de alguém acontece mesmo quando falamos verdades e a coisa fica mais grave ainda quando falamos mentiras.

Bem, proponho, para que vivamos melhor, que criemos em Fulvida um Tribunal de Justicia que possa vir a julgar os casos de discórdia,  de desrespeito, de lashon hará, e outros, que porventura venham a acontecer.

Afinal, uma das Siete Leys é estabelecer Cortes de Justicia. Ou não?

Um afetuoso shalom para todos.

Bueno es agradecer

Cantó y enseñó el inspirado salmista:

«Bueno es agradecer al Eterno,
cantar a Tu nombre, oh Altísimo.

Anunciar por la mañana Tu misericordia
y Tu confianza en las noches»
(Tehilim / Salmos 92:2-3)

Bueno es agradecer al Eterno.
Bueno es agradecer, a todos.
Especialmente al prójimo, porque Hashem no precisa de nuestro sincero y humilde «gracias», pero tal vez el compañero sí. El prójimo es persona, padece, necesita, y en ocasiones lo que precisa es el reconocimiento/agradecimiento.

Malo, muy malo es faltar al agradecimiento.
Pésimo es traicionar al que nos ha entregado bondad.

Pero bueno, muy bueno es cantar las gracias por TODO lo que recibimos de parte del Eterno.
Anunciamos por la mañana, cuando estamos bien, cuando nos rodea la armonía, cuando andamos alumbrados, anunciamos entonces la misericordia celestial. Pues estamos complacidos, gratificados, satisfechos.

Sin embargo, en las noches, durante el exilio, en momentos de dolor, cuando la amargura y el desconcierto nos rodean, no podemos dejar de reconocer que Hashem confía en nosotros. Sí, así como lo oyes, Él confía en ti, aunque estés rodeado de oscuridad, aunque tus actos sean de sombras, aunque te comportes como rebelde (y cuánto más como leal), él confía en ti.
Por eso sobrevives a la noche, superas la angustia, no te corroe hasta la extinción el abismo.
Porque el deposita Su confianza en ti.
¿Lo defraudarás, además de todo?

Estás en la noche, pero no estás en soledad, porque Hashem está contigo
No solamente como un circunstancial vecino, sino apoyándote, confiando en ti, para que te levantes luego del tropiezo y continúes tu marcha.

Bueno es agradecer al Eterno.
Bueno es agradecer por todo, por lo que valoramos como bien, por lo que nos parece malo.

Bueno es agradecer.

¡Dólares gratis, léelo!

El sistema educativo, particularmente en Venezuela, ha venido caracterizándose por su deficiente capacidad a la hora de transmitir Valores a las generaciones de relevo.

Miedo, por parte de los maestros, a corregir aquellas actitudes irreverentes que ponen en riesgo el sano desenvolvimiento de la jornada educativa, indiferencia frente a las actitudes violentas de y entre el alumnado, sinvergüencería de parte de los padres y representantes que ven a los docentes como los enemigos de sus hijos, son algunas de las constantes que se presentan en el ámbito pedagógico.

Como docente en ejercicio, he tenido que presenciar y experimentar en carne propia malos tratos provenientes de aquellos que se nos han asignado para formar como “el futuro del país”. Desde las más leves hasta las más graves faltas.

La defensa más común del maestro que confronta a sus alumnos es pedirles respeto: “Yo soy tu profesor, merezco respeto”, decimos. Sencillamente porque nuestro radio de acción está bastante limitado. Algunas veces creemos que seria bueno darle “uno solo, pero bien dado, a ver si aprende a respetar”. Lo cual seria inapropiado, pero no dejaría de brindarnos un mórbido gustico a justicia.

Resultado de tanta falta de respeto es una desmotivación a la hora de prepararse para enseñar y al momento de enseñar. Querer salir corriendo del aula, dejar todo atrás, puesto que nadie agradece lo que haces. Aunque para eso te pagan diría alguno.

En la vida siempre tendremos, de manera implícita o explicita, profesores. También fungiremos (o fingiremos) como tales.

A estas alturas de la vida entiendo que formar pataletas y berrinches por lo que el Moré diga, tratarlo como si fuera “un compinche más del barrio”, subestimarlo a la hora de leer sus críticas, darle la espalda cuando no nos gusta lo que hace, creer que es una obligación suya responder todas mis preguntas y brindarme solución a todos mis problemas, eso y más, son graves faltas de respeto.

Lo vine a entender ahora que en Venezuela terminó el año escolar, y experimenté en cierto sentido lo anteriormente mencionado. Por tal razón volví  para trabajar con el Moré Yehudá. Porque como docente me complace encontrarme en la calle a aquél alumno que se mal comportó conmigo, pero que me sigue reconociendo en cualquier lado como su maestro. Y a pesar de todo, aun así, reconoce que mis enseñanzas fueron valiosas.

Ninguno de los que nos concentramos aquí, estamos exentos de dar la espalda, pero de la misma manera, todos estamos en capacidad de volver y corregir, enmendar lo dañado.

Cuando se está en los zapatos del otro, es relativamente fácil entender al otro.

La conclusión: como dicen las mamás “hijo, respete a su profesor”.

Nota: no hay dólares gratis, despierte.

Moré

La Palabra que Dios dictó y que fielmente escribió Moshé (Moisés) se denomina Torá. Estos son los Cinco Tomos de Moshé, el Pentateuco, la base fundamental e inmodificable del judaísmo y la fuente de vitalidad del noajismo.
Es la Torá lo único que expresa directamente la Palabra de Dios, sin mediaciones, sin confusiones, sin dudas.
No ocurre lo mismo con los libros de los profetas, mucho menos con los libros de inspiración divina (tales como Salmos, Cantares, Daniel, entre otros). Pues estos libros si bien parten de profecías o de inspiraciones del Eterno, no son las palabras dictadas directamente por Dios, sino a través de sus santos varones, fieles y fidedignos, pero humanos al fin.
Así pues, la Torá ES la única Palabra de Dios.

Él le ha dado al pueblo judío, en exclusividad, la Torá, en dos vertientes: la Escrita (los cinco tomos que comprenden Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y la Oral, que es la Tradición fiel mantenida por los sabios, rabinos y el pueblo judío que se ha mantenido leal al Eterno y Su Palabra.

Torá erróneamente ha sido traducida como «Ley», por el nefasto inventor ajeno, generalmente cristiano, que se atrevió a blasfemar creando espurias obras que se pretenden traducciones del santo y eterno legado del pueblo judío.

Pero, en los hechos la Torá es mucho más que Ley.

La palabra Torá significa «instrucción». Es el manual de vidas, que instruye fielmente cómo vivir en Este Mundo y alcanzar la plenitud en la Posteridad.

La voz Torá también se relaciona profundamente, en el idioma original, con el vocablo «Luz», pues además es la única Luz válida para el espíritu.

Ninguna creencia, idea, costumbre que no provenga de la Torá es espiritual.
(Por lo que el rebelde nuevo testamento no tiene ni un ápice de espiritualidad, tal como tampoco el Corán, los versos del Zen, las doctrinas budistas, etc. NADA de esto es espiritual, por más extraños rituales y pomposas palabras empleen).

Pero, hay una palabra más que está unida de raíz con la palabra Torá, y es «Moré».
Moré se traduce como maestro. Pero en su sentido original es el que instruye en Torá, el que muestra el camino de Luz, el que está capacitado para andar sin tropiezos y ayudar a otros a caminar por la buena senda.

El Moré instruye, aconseja, orienta, conduce, guía, enseña, rectifica, critica, corrige, ayuda, sostiene, abraza, aparta y atrae.
El Moré es que ha dedicado su vida al estudio verdadero y profundo de la Torá, para luego conducirse de acuerdo a sus instrucciones e instruir con fidedigna justicia a los que le siguen.

Por tanto, el Moré es el capitán de la nave, el timonel, aquel que conoce el mapa, que sabe navegar, que estudia para no tropezar con escollos ocultos o evidentes.

Por supuesto que el Moré es persona, y no sabe todo, no puede todo, no siempre hace todo bien, pues no hay persona que no yerre.
Pero, la misión del Moré es traer Luz, orientar, cómo pueda y sepa.
Le guste a quien le guste, le pese a quien le pese.
En tanto en la nave hay un Moré, su palabra debe ser admitida. No por sumisión, como si fuera un pastor, sino por reconocimiento a su rol, a sus estudios, a su honestidad intelectual y emocional.
El Moré es el capitán, y quien no acepte su autoridad puede comentar en privado y con respeto al respecto, o puede apartarse, pero no tiene derecho a sabotear la nave para beneficio personal. Pues, la actitud saboteadorea, aunque caristmática y populista, es la de Koraj (Coré), quien se enfrentó al Moré de su generación, para terminar hundido en lo más hondo de sus pecados y horrores.

Cuando el Moré se equivoca, o eso uno considera, debe hacérselo ver, con respeto, en privado, con corrección. Porque eso es lo correcto.

Atención que reitero que no se debe ser una oveja sumisa, no se debe aceptar todo con un «amén hermano». Pero, cada cual tiene un rol, y si todos quieren jugar a ser el timonel, la nave se estrella, la misión se pierde, el conflicto se suscita.

Para terminar, este Moré anhela que lo corrijan, que le enseñen sus discípulos, pero siempre y cuando esto se haga con respeto, no con atrevimiento, con agresividad, con injusticia, con malicia, por las espaldas. Porque actuar de esta manera, no es de constructor de shalom, sino de egolatría: idolatría del ego.

Este Moré es el primero en querer mejorar, en acepar sus errores (cuando realmente lo son), el primero en reconocer que está limitado y no sabe ni puede todo.
Por eso el trabajo y compañía de los amigos y discípulos es fundamental.

Aprendamos a construir Shalom, pues hasta los 120 años, hasta el día de la tumba tenemos cosas para aprender, para mejorar, para construir.

La culpa no es de la vaca, es del «cordero»

Aunque echando la culpa a otros de lo malo que nos sucede trae como consecuencia que la visión del mundo se cierre, menospreciamos la idiosincracia de la vida, reducimos nuestra imaginación y perdemos capacidad de descubrir como avanzar de manera creativa en la vida, hoy no le vamos a echar la culpa a la vaca, puesto que la culpa no es de ella. Asi que señora vaca, no llore más, no fue usted, fue el que le dicen «el cordero».

¡Así es! Pero, y ¿cómo?

Bueno, la culpa es del «cordero» porque:

Por culpa de él, millones de personas se han desentendido de su misión en la vida y se extraviaron en algo llamado religión.

Por culpa de él, millones de judíos fueron humillados con los métodos más aberrados jamás conocidos.

Por culpa de él, millones de personas se han desligado de la vida social, optando por recluirse en sectas que los han aislado de la realidad (cristianos, evangelicos, católicos, seudo judio-mesiánicos, netzaritas, testigos de J, mormones, y un largo etc).

Por culpa de él ,millones de personas se han sentido el excremento de la tierra cuando les restregan en la cara que son unos pecadores perdidos a menos que acepten al «cordero».

Por culpa de él, millones de personas han perdido años valiosos de su vida, por ocuparse en difundir las podridas y retorcidas enseñanzas del «cordero».

Por culpa de él, millones de personas han perdido su dinero, fruto de su esfuerzo, donandolo a los propósitos nefastos del «cordero».

Por culpa de él, millones de personas han muerto creyendo que fueron predestinados antes de la fundación del mundo para cumplir un inexistente propósito «divino» dirigido por el cordero.

Por culpa de él, millones de personas han vivido pensando que son ‘salvos’, que están ‘limpios de pecado’, libres de sus irresponsabilidades por que creen que «el cordero» les quita la culpa, y así no asumen las consecuencias de sus actos con la responsabilidad que deberian.

Por culpa de él, millones de familias se han dividido: los mundanos y «los salvos por el cordero».

Por culpa de él, en nombre él, gracias a él, por él, muchos han sufrido la muerte física y espiritual.

Por culpa de él, millones han optado por el escapismo, anhelando irse al ‘cielo’, dejando de lado la relevancia de sus vidas aqui en la tierra.

Por culpa de él, millones se desviaron hacia una falsa humildad, viviendo llenos de mugre, poniendo la otra mejilla, «sembrando» sus bienes, despojandose de sus pertenencias, creyendo que eso es ser espiritual.

Por culpa de él, millones de mujeres hermosas dejaron de lado el labial, el tinte de cabello, la ropa bonita, porque habia que lucir «virginal» para ser la esposa del «cordero», y trajo como consecuencia que muchos esposos optaran por ser infieles y mirar hacia afuera donde estaban las bonitas, quedando asi muchos hogares destruidos.

Por culpa de él, millones de jóvenes cambiaron el nombre de sus hormonas, ahora les llaman ‘satanas’. Todo lo que huela a adrenalina es satanizado.

Por culpa de él, millones dejaron de disfrutar su sexualidad, viviendo ‘castos’, con tal de agradar al «cordero».

Por culpa de él, millones de personas, luego que fueron decepcionadas por sus pastores, tomaron la via del libertinaje, cayendo en la prostitucion, homosexualismo, drogas, alcohol, vicios, vicios, vicios…

Por culpa de él, millones se hicieron pasar por judíos sin serlo, cambiaron sus nombres, sus vestimentas, sus costumbres, todo por «el cordero».

Por culpa de él, millones usan frases como: gloria a dios, dios le bendiga hermano, en bendición hermana; creyendo que por decirlas serán más espirituales.

¡Por culpa de él!

Así que, seamos sinceros, la vaca es inocente. La culpa el del ser más despreciable que ha podido existir (si en realidad existió, no creo), ese criminal yeshu -jesús.

No vale la pena desgastar, consumir, usar, debilitar, extenuar, marchitar energias en ese despreciable ser que ha convertido a muchos humanos en automatas que a todo responden sí y amén.

Después de todo, es innegable que la culpa sí es de él.

Nota: El único cordero que me gusta es el que viene acompañado de arroz, papas y ensalada.

El Formulario

El asunto no es decir las cosas, sino como se dicen. No hay palabras mal dichas sino mal interpretadas. ¡Vaya clichés! Excusas que usamos para escudarnos cuando se nos recalca un error por algo que dijimos.

Enojos, iras, frustraciones, y demás actitudes infantiles frente a nuestro corrector, son muestras que en eso de la era de la comunicación no estamos muy al tanto.

Y es que alguien dijo alguna vez que: «la intención es lo que cuenta…» y dimos fe de que asi era. Magna excusa para no concentrarnos en buscar la excelencia en nuestra vida.

Algunos luego que «fracasan» en sus intentos de decir de manera escrita lo que piensa y sienten, optan por dejar de hacerlo y mucho menos por esmerarse en apreder a hacerlo. Se inclinan más a hizar la bandera de la acción, de las obras, del hacer.

No es que hacer no sea importante, lo es. Pero saber decir es hoy tan necesario como saber hacer, porque el decir forma parte importante de la tarea humana.

Así que no se trata solamente de martirizarnos con lo qué hacer, sino saber decir por qué lo hacemos, por qué lo creemos, por qué lo pensamos, por qué lo sentimos.

El dia a dia, la rutina, el vaivén diario, demanda cada vez más el uso de adecuadas y correctas formas de expresión y/o entendimiento.

Muestra de esto es los tropiezos aun prevalecientes en algunas ocasiones para comprender y llenar un simple formulario que indica que aun no se ha hecho lo preciso por dominar con gracia esta demanda actual que es la comunicación.