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¿Para qué ser libres?

A propósito de los dias de la fiesta judia de Pesaj, en la cual el pueblo judío celebra su fiesta por mandato Divino, y tiempo durante el cual los gentiles podemos sin ser obligatorio, en palabras de nuestro Moré Yehuda «vivirlos de una manera diferente al resto de las semanas normales.» , es de gran utilidad meditar en el término «Libertad». Seguir leyendo ¿Para qué ser libres?

La distraccion del ego hacia el constructor de Shalom.

Suele suceder muchas veces que la fatiga nos cubre para no relizar nuestra tarea primordial en el mundo. Que la pereza o la distraccion nos gusta o nos atrae más que trabajar como socios en la sagrada tarea de construir Shalom, el ego lucha  hasta tal punto de dejar a la persona dormida de su mision y totalmente descuidada de su objetivo, pues tal es su proposito.

Quiero compartir un dicho de los Sabios con respecto al estudio de Torá por parte del judio del cual se puede extraer una rica enseñanza para el que quiera mas luz en su vida y más construccion de Shalom.

Los sabios enseñan para los judios que deben estudiar Torá aunque no tengan ganas y que es mas propicio ese momento que cualquier otro. ¿Que aprendemos de este consejo?:

Seguramente has conocido o te ha pasado personalmente rechazar el Noajismo a primera vista. Has visto como muchos hacen vagar a sus miradas para escapar de la responsabilidad. Tambien te ha pasado o has visto que se siente un pequeño disgusto por tu herencia o cosas similares.

¿Porque pasa esto?

Nuestro peor enemigo, ese que no cesa, ese que trabaja a full, ese que no duerme, que no se cansa, que arduamente se esfuerza en hacernos tropezar, ese es nuestro ego, nuestro más íntimo y peor enemigo.

¿Que tiene que ver el en todo esto?

Querido lector, cuando el ego descubre que tienes un gran potencial para construir, cuando ve que tu puedes hacer mucho por tu identidad espiritual, cuando nota que puedes despertar muchas conciencias y que te esforzaras en trabajar y no fracasar en la sagrada tarea de construir shalom, nuestro pequeño a- ene -migo nos distrae, nos causa pereza, nos corre la mirada para que veamos y nos concentremos en otra cosa, lucha, se esfuerza al máximo para que no acarrees esa luz que puedes irradiar y hacer brillar en este apreciado mundo.

Y muchas veces lo logra, sobran los ejemplos de los que abandonan el Pacto con Dios, de los que dan la espalda, de los que se esfuman, de los que se vuelven polvo, de los que tristemente utilizan su potencial en vivir una pequeña y aburrida vida de diversion. Triste por ellos que pierden la batalla o se dejan vencer por no luchar.

Es por esto que los Sabios, en el caso de los judios, aconsejan estudiar aunque no se tenga ganas porque esas ganas que faltan las causa el ego, aquel que nota que el crecimiento del que estudia traera más luz.

Y es tambien por esto que se escribe este post, para que aquellos que estan flojos se den cuenta de que tienen mucha fuerza y que el ego les hace creer lo contrario.

Si piensas que no eres un buen Noajida, pues no te creas o no creas al ego. Pues ello significa que tienes mucho potencial para dar y hacer de este mundo una morada para Dios.

Pd: No tenia ganas de escribir el post, pero noten como salió. Cariños!


«Si aún no eres parte de la comunidad de Fieles a Dios,

nota que eres la pieza del rompecabezas que falta»

El noajismo y el espaguetti

Italia, su espaguetti, tagliatelli, fetuccini, , linguini, fusilli lunghi, bucatini, pappardelle, tonnarelli… qué maravilla…!  Ni qué decir de los tortellini, tortelloni, canelones, lasagna, ravioli.

No dejemos a un lado sus salsas: Salsa al Pesto, salsa Segrisola, salsa de Tomate Italiana, salsa boloñesa, salsa vegetal para pasta, salsa Scarparos, y un largo etcétera.

Pero… ¿qué tiene que ver el noajismo con todo esto?

Miremos:

Supongamos que en Italia hace miles de años sucedió un evento magno, un evento en el cual el pueblo italiano recibió el gran libro del espaguetti. Dicho libro contiene los ingredientes para preparar un espaguetti único, sin igual, imposible de imitar.

Además el libro cuenta con recetas de salsas, las mejores, inigualables, para chuparse los dedos…! Ni la receta de la Nona los iguala…!

Imaginemos que la entrega del libro del espaguetti fue la manera oficial en que Italia se convirtió en sinónimo de pasta. Fue allí donde se marcó el momento histórico en que dicha nación quedó marcada como la representante por excelencia en materia de espaguetti.

Sin embargo, siglos antes, imaginemos, ya los italianos sabian hacer pasta, pero no fue hasta ese entonces en que habian sido seleccionados para ser los representantes de una tradición que seria transmitida de generación en generación. Hasta convertirse en su signo distintivo.

Por otro lado, todas las demás naciones tambien sabian hacer espaguetti, pero no al estilo italiano. Ellos, las naciones,  sabian preparar la pasta con una receta menos complicada, una salsa un tanto más básica si se quiere.

No obstante, solo los italianos desarrollarian a lo largo de los siglos un cumulo de conocimientos relativos a la pasta y a las salsas que llegaria a constituirse en su bandera, en su legado, en su tradición.

Las demás naciones tambien comerian uno que otro espaguetti, una que otra salsa, pero no seria su principal tradición, ya que a tales pueblos no les fue dado el gran libro del espaguetti.

Dejemos a un lado el espaguetti, pensemos en el noajismo.

El pueblo hebreo fue y es el receptor de una voluntad Divina, fueron elegidos como depositarios de la Torá. Su signo distintivo es la Torá. Si en Italia la principal tradición es el espaguetti, si en la India la principal tradición son las especias, si en el Reino Unido la principal tradición es el té, si en Argentina la principal tradición son los cortes de carne… en Israel, la principal tradición es la transmisión de la Torá.

Italia es experta en transmitir de generación en generación la receta del espaguetti. El pueblo hebreo es experto en transmitir de generación en generación el conocimiento de la Torá.

Así como nos acercamos a un cheff italiano, así como confiamos en la receta de la nona, porque ellos son los expertos en la materia, pues su tradición milenaria lo avala, DEL MISMO MODO debemos aprender a confiar en lo que los maestros de Torá enseñan respecto a la identidad noájida, ya que ésta (sin ser obligación) reposa en el seno de la tradición judia, sin que esto signifique que el noajismo en su esencia sea judio.

Lo que significa es que el pueblo judío, cuando aun no habia sido elegido como depositario de la Torá, ya tenia amplia experiencia en la práctica de los mandamientos dados a Noaj. Y dicho conocimiento quedó en la memoria nacional, quedó grabado en la Tradición.

Por tanto, son los maestros de Torá los «Top Cheff» los únicos confiables respecto al tema noájida.

Si logramos entender la idea arriba expuesta, quizás logremos entender por qué los Siete Mandamientos de Noaj no están explicitos en la Torá del mismo modo en que están los llamados Diez Mandamientos.

Si logramos entender tal idea, podremos comenzar a entender por qué para los noájidas no hay un «recetario», un libro lleno de mandamientos y explicaciones dadas por Dios.

Nosotros, los demás paises, podemos comer espaguetti, prepararlo incluso al estilo italiano, pero la verdadera pasta italiana solamente la preparan los italianos que recibieron la receta que se transmitió de generación a generación. Lo máximo que podemos hacer es cocinar la pasta, hacer la salsa, pero dificilmente tendrá el sabor caracteristico de Italia, porque ellos son los expertos en la materia, ellos cuentan con una tradicion milenaria al respecto. Nadie ha preparado más pasta que ellos. Nadie ha comido más pasta que ellos.

Lo mismo sucede con el pueblo judío. Los maestros de Torá son los expertos en la materia, y a menos que confiemos en lo que nos están diciendo, los noájidas terminaremos con una crisis de identidad sumamente destructiva.

Pero, ¿cómo confiar en lo que los maestros de Torá nos están diciendo?, ¿Cómo saber que no es un plan orquestado por unos cuantos rabinos para mantener a los gentiles lejos del asunto judio?

Como dijo Tebbie el personaje central del film «El violinista en el tejado»: Tradición.

Una tradición que se transmitió entre miles, personas dedicadas enteramente a la comprensión y prácticapasando por la transmisión fiel de dicho conocimiento.

El noajismo no reposa sobre la revelación de un individuo que aguantó hambre durante un mes en el desierto, y luego se apareció diciendo que habia recibido una epifania en la cual le indicaban que él era el elegido.

El noajismo reposa sobre algo sumamente firme, potente, fuerte, una cadena de conocimientos llamada Tradición. No una tradición noájida, ya que tal cosa no existe. No podemos ir a buscar en la Torá las raices hebreas de los gentiles tal como lo hace la religión llamada mesianismo o netzaritas.

Lo que si debemos considerar es que es esa Tradición la que contiene la manera correcta de cómo se practican los Siete Mandamientos y sus ramificaciones. No a la manera judia, pero si a la manera de un pueblo que primeramente fue noájida y luego, por su excelencia en el compromiso con su identidad, fue elegido para ser el depositario de mayores resposabilidades, y luego desarrolló su identidad espiritual judia, que nada tiene que ver con la identidad espiritual noájida.

Quizás no logremos comprender la magnitud del asunto, puesto que como gentiles carecemos de ese bagage milenial conque cuenta el pueblo judío. Recordemos que mientras el pueblo hebreo se dedicaba a la práctica asidua de su identidad espiritual, las demas naciones se dedicaban incluso al espaguetti. Lo cual no es malo, ya que hoy en dia todos comemos espaguetti. Y hoy en dia todos podemos conocer qué es el noajismo gracias a una nación que no se pasó milenios cocinando pasta.

Algo debemos aceptar, y creo que en eso estamos de  acuerdo: El experto en asuntos de Torá es el pueblo judío. Y es gracias a ellos que muchos de nosotros hemos despertado la conciencia de nuestra identidad espiritual.

En fin, frente a nosotros dos opciones: Tener confianza, puesto que incluso los Siete Mandamientos de Noaj son parte de los 613 mandamientos que el pueblo judío tiene como responsabilidad guardar, y nos están siendo enseñados por una nación que en su momento se hizo experta en la materia, o

salir corriendo creyendo que los judíos nos quieren dominar y nos están vendiendo una falsa voluntad Divina. Y por tanto, todos debemos hacernos judíos.

De igual modo entonces todos corramos a hacernos italianos ya que quizas el espaguetti que Italia nos enseñó a hacer no sea el verdadero espaguetti.

Pensemos.

El Rey escoge que vivas… ¿y tú qué haces con tu tiempo de vida?

Hoy temprano enseñaba a unos jóvenes la primer plegaria que se debe decir al despertar, el «modé aní», que dice:

«Agradezco ante ti, Rey vivo y eterno, que me devolviste mi espíritu, con compasión amable lo hiciste, pues mucha es tu confianza (en mí).»

Tal el sencillo y profundo rezo con el cual todos (judíos y gentiles) debíeramos comenzar nuestra jornada.
Muchas son las enseñanzas que íbamos compartiendo con los casi cien jovencitos. Palabra tras palabra, profundizando y elevándonos, dando ejemplos y analizando, hallando caminos para conocer, comprender y cumplir.

Entonces, surgió una pregunta: ¿por qué se denomina aquí a Dios como «Rey», y no con cualquiera de Sus nombres o roles con respecto a Su creación?
Entre las varias respuestas que íbamos elaborando con los muchachitos, se mencionó el poder absoluto que disponía el rey (el de carne y hueso) en la época que el rezo fue fijado en sus palabras.

Entonces, nos dimos cuenta de que el Rey de reyes, Dios, nos estaba dejando despertar nuevamente con graciosa y compasiva majestad.
En Sus manos está el poder de cancelarnos la vida en este mundo, cuando Él disponga, sin tener nosotros el mínimo derecho a protestar o negociar Su autoridad y elección.
Por eso, cuando nos despertamos a diario, es de gran persona reconocer Su bondad, Su confianza en mí, pues pudiendo matarme Él escogió dejarme con vida.
Y si Él me deja vivir, por algo es; ya que Dios no hace cosas porque sí o por un antojo del momento. Dios no es hombre para dejarse llevar por pasiones o gustos.
Si despierto y vivo es por elección de Dios, que con Su real autoridad decreta que tenga un tiempo más de vida, para hacer algo positivo con la misma.

Ya con esto, nuevamente tenemos una profunda e intensa enseñanza. Podríamos darnos por más que satisfechos con esto.
Pero, del grupo de despiertos alumnos se alzó una voz: ¿si es Dios quien decide cuando dejamos de vivir, cómo se explican los asesinatos?
Realmente, una pregunta brillante para un niño-joven pre-Bar Mitzvá.

La respuesta que brindamos fue simple.
Dios no quiere que el asesino asesine, y eso lo sabemos todo.
No se puede argumentar que el asesino es un instrumento de Dios, un títere que cumple con la voluntad de quitar la vida a aquel que le llegó su hora.
Pero, ¿cómo es que lo sabemos todos?
Pues, porque tanto para judíos como gentiles existe el mandamiento sagrado de no asesinar al inocente.
Algunos no lo reconocen como mandamiento sagrado, sino como ley de la sociedad, o mandato ético, o pauta de vida, o el motivo que fuera.
Pero, para los que anhelamos a Dios y serLe leales, es sabido y comprendido que es un imperativo ético pero al mismo tiempo legislado como mandamiento de origen divino.
Por tanto, Dios ha decretado que la persona viva, por eso le ha dado vida; Dios ha decretado que la persona no muera a manos de un asesino; por tanto, cuando alguien comete un crimen, no es Dios el que determinó el final de una vida inocente, sino que una perrsona rompió el equilibrio cósmico, interrumpió una vida que debía proseguir.
Así pues, quien asesina no solamente está actuando de manera abominable en contra del prójimo, por lo cual es merecedor de los peores castigos de parte del Juez, sino que además deberá ser ajusticiado por quebrar doblemente y voluntariamente la decisión de Dios de que la víctima viva.

Con el mandamiento de no asesinar como ejemplo, se puede extrapolar para el resto de todos los otros mandamientos.

¿Lo entiendes?
Dios dio la ley, marcó el camino, determinó los límites, para que el mundo anduviera de acuerdo al Plan de Dios.
Si las personas acatan los mandamientos (los Siete Universales para los gentiles, los 613 de la Torá para los judíos), entonces el Plan de Dios se cumple a la perfección y podríamos vivir en un verdadero paraíso terrenal.
Pero, cuando la persona quiebra alguno de los mandamientos, está rompiendo el equilibrio del cosmos, está corrompiendo la armonía universal, está sometiendo al Plan a una alternativa que no estaba determinada por Dios.
Esto genera conflictos, dolores, angustias, malestares, alteraciones, y muchos etcéteras más que son pesados y terribles.
Es por ello que existen las justas retribuciones divinas (castigos, como se les suele llamar), que son modos de compensar el desequilibrio.
Existe también la «teshuvá», el arrepentimiento sincero, que procura reencaminar por la senda adecuada los asuntos.

Así pues, para conseguir un mundo de Shalom, cada cual debe conocer sus mandamientos que le corresponde y cumplirlos cabalmente. Sin excusas, sin dejarse llevar por el EGO, sin aditamentos fatales.

Unas últimas aclaraciones.
Por supuesto que Dios es todopoderoso, pero Él limitó Su poder para darnos oportunidad de vivir realmente con libre albedrío. Por tanto, quien quiebra un mandamiento no lo hace llevado por el destino, ni es por obra de Dios, sino que es su propia responsabilidad.

Por supuesto que los «pecados» de las personas y sociedades a simple vista parecen entorpecer el Plan de Dios, llevarlo por otros carriles, en apariencia someter al mundo a un estancamiento o alejamiento de «la» meta a la cual Dios quiere que lleguemos. Es así, pero el Plan de Dios se cumplirá finalmente.

Por supuesto que nada de lo que hagamos o dejemos de hacer afecta a Dios o Lo cambia o Lo anula o Lo imposibilita, Él está absolutamente más allá de toda interferencia o accidente. No vive en nuestra realidad, no es afectado por tiempo, espacio o accidentes. Lo que hacemos de acuerdo a nuestro libre albedrío es nuestra obra, pero nada sorprende a Dios, nada lo hace cambiar, nada lo mueve a nada… aunque a veces lo digamos así o lo pensemos.

Finalizando, cuántas cosas tan profundas y elevadas es posible estudiar cuando la persona es humilde, receptiva, sincera, respetuosa, anhelante del saber.

Parashá Vaiakel: una comunidad unida a la luz del pacto

Esta semana el pueblo judío lee públicamente de la Torá las dos últimas porciones del segundo libro, denominado Shemot, conocido en español como «Éxodo».
Como siempre mencionamos, son numerosas las lecciones que se pueden aprender y derivar del sagrado texto -heredad y patrimonio eterno de la nación judía-, también aplicables y apropiadas para la bella espiritualidad noájica.

Prestemos atención a una de estas perlas del conocimiento y la ética.
Dice en el principio de la porción:

«Moshé [Moisés] hizo reunir a toda la congregación de los Hijos de Israel y les dijo: ‘Éstas son las cosas que el Eterno ha mandado que hagáis«
(Shemot / Éxodo 35:1)

Los mandamientos e instrucciones que vienen a continuación son adecuados exclusivamente para las personas judías, pues refieren al cumplimiento del Shabbat y la santidad que vincula a ese día con la nación judía; por tanto, no es un asunto de estudio o de particular interés práctico para los noájidas.
(Pudiera ser de interés teórico, para nutrir el intelecto o saciar la curiosidad, pero no es nuestro objetivo ahora hacer tales cosas; por otra parte, cuando el gentil se interesa tanto en lo ajeno, sea algo santo o perverso, igualmente ese interés pudiera llevarlo a confundir la preciosa identidad noájida y llevarle a pretender usurpar la propiedad exclusiva que Dios ha dado para los judíos o a andar por caminos oscuros y carentes de verdad.)

En la frase que citamos sí hay una impresionante lección de vida, una pauta ética y espiritual que todos debiéramos conocer, comprender y aplicar cabalmente en nuestro quehacer cotidiano.

Fíjate bien, no se dirige el mandato de Dios hacia pastores de congregación, ni líderes, ni profetas, ni personas reveladas, ni a santos, ni a consagrados, sino que Dios comunica Su Voluntad a TODOS los miembros de la comunidad.
Si bien hay mandamientos (de los 613 para la nación judía) que son para determinado sector del pueblo, o para tales o cuales circunstancias, en su fundamento el conjunto de los mandamientos que el Eterno dio a Israel son para TODA la nación judía.

Esto tiene una enorme similitud con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, y al mismo tiempo una gran diferencia.
La diferencia está en que los 613 mandamientos de los judíos, son responsabilidad de la nación judía; no es el individuo judío particular quien está obligado al cumplimiento del conjunto de los 613, sino solamente de aquellos de los 613 que le corresponden legalmente.
Esto es, si una persona no es de la casta sacerdotal, no tiene ni debe de cumplir los mandamientos que incumben a los miembros de la casta sacerdotal. Si una persona no es agricultora, no debe cumplir aquellos preceptos que refieren a la actividad agrícola, ni sentirse en falta o pecado por no hacerlos… ¡no le corresponden!
Pero, de los 613 que sí le tocan, entonces sobre ese subconjunto es responsable de cumplirlos.
Los 613 mandamientos son para la nación judía y es ella, como una unidad, la que debe procurar su cumplimiento; de forma que cada individuo cumpla con aquellos que debe cumplir y no con lo que es de otro.
Esta es la gran diferencia con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, pues no se dieron los Siete para que la responsabilidad del cumplimiento recaiga sobre una nación o un conjunto, sino que cada uno de los noájidas es el receptor y el responsable de vivir de acuerdo a los Siete.
Por ejemplo, No es admisible que el noájida se excuse diciendo que el roba pero hay otros en la sociedad que no roban, ya que el mandamiento le fue dado a cada gentil para que lo cumpla.
Así pues, el pueblo judío es el receptor y responsable de los 613 mandamientos; en tanto que cada individuo gentil es el receptor y responsable de cumplir cada uno de los Siete.
Ésta es la diferencia.

La gran similitud es que el llamado es para TODOS los que forman parte de la comunidad judía.
No solamente para sabios, lindos, ricos, inteligentes, religiosos, hombres, sino que estaban incluidos TODOS y TODAS. Grandes, chicos, los que sabían, los que sabían menos, los que cumplían más, los que cumplían menos, etc.
Los 613 mandamientos, el mensaje de la Torá para los judíos, es para TODOS.
Lo mismo con los Siete Mandamientos para las naciones. Todos y cada uno de los gentiles es quien ha recibido la orden de parte de Dios de cumplir con estos Siete. Todos y todas son los que precisan de los Siete para saciar su alma, nutrir su espiritualidad, equilibrar su vida, armonizar la existencia, construir Shalom, equipar su hogar en la vida venidera.
Todos los gentiles están obligados por un pacto eterno y sagrado con Dios para cumplir con los Siete Mandamientos, tal como es el propio Dios que se encarga de anunciar:

«Entonces Elokim habló a Noaj [Noé] y a sus hijos con él, diciendo:
‘He aquí que Yo establezco Mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros
«
(Bereshit / Génesis 9:8-9)

Así pues, debes estar feliz, eres noájida, lo sabes y vives como tal.
Tienes un sagrado pacto con Dios, por siempre, sin excusas, sin cambios.
Es el pacto de los Siete Mandamientos, que te provee de bienestar, te inunda con bendición, te premia con una buena vida en la eternidad.
Tú eres el receptor y el responsable de cumplir con ese pacto sagrado que tienes como gentil con Dios.
Si te buscas justificaciones, te inventas religiones, veneras redentores, te haces el distraído, te disfrazas de judío, repites frases judaicas sin ton ni son, adulas al nazareno, etc., si haces cualquiera de las cosas que Dios no te ha pedido que hagas para nutrir tu espiritualidad y dar sentido a tu vida, entonces estás en el camino del fracaso, en el caos, rodeado de sombras y abismo.

Tienes un pacto sagrado y eterno con Dios, el noajismo.
Para vivirlo como individuo, para formar comunidades unidas y trabajar todos y todas por la construcción de Shalom.



El Llamado al despertar

Las Causas Naturales.

En el mundo nada escapa a la voluntad de Dios, aún lo natural proviene de Él, por más que las personas atribuyan tal mérito a la madre naturaleza. Sin embargo no conocemos los misterios de Dios y el porque de su accionar con el mundo, por consiguiente no tenemos la capacidad para discernir lo que Él hace. Así como un insecto jamás comprenderá ni podrá resolver los problemas matemáticos, ni entender su profundidad y propósito.

Pero la Tora nos deja un relato universal sobre el llamamiento o despertar de la conciencia Noajida conocido mundialmente como el Diluvio, del cual podemos comprender parcialmente cual es en parte el objetivo de Dios al enviar catástrofes naturales al mundo.

Otra historia relatada en la biblia es el libro de Jonás, donde demuestran dichas palabras que Dios mandaría destrucción a una ciudad si los habitantes no se arrepentían de sus malos hábitos y se encomendaban a vivir como seres humanos, cumpliendo con el código de leyes que Dios otorgó a la humanidad, únicas leyes que otorgan paz, amor, bondad al mundo y una vida llena de dicha y felicidad.

Catástrofes naturales hoy en día.

Últimamente han ocurrido catástrofes muy seguidas: terremoto en Haití, Chile, sismos en la Argentina, Ola de Frío en Europa, Inundaciones en Brasil, Argentina, etc. y cuantas catástrofes más están ocurriendo en la actualidad para despertar la conciencia que duerme en cada ser humano. Damnificados, perjudicados, heridos, desaparecidos, fallecidos son algunas de las consecuencias que suceden a raíz de las catástrofes.

Pero cabe la pregunta: ¿Porque pasa esto?

Reitero, si bien no entendemos el asunto completo lo entendemos parcialmente. ¿A que me refiero?

El objetivo es sensibilizar, despertar solidaridad, importancia al mundo pero por sobre todo al prójimo, dar caridad, ser unidos, ser un apoyo para el otro y a la vez el despertar Noajico. El mundo debe recordar que están en un mundo, donde hay vidas importantes, una misión especial para cada uno.

Es hora de que las personas se desconecten un poco de la rutina, del trabajo, del egoísmo, de la idolatría, de cada cosa que no aporta bien al mundo. Es hora de que cada ser humano busque llenar ese vacio que grita en alta voz llenarse.

Les pondré un ejemplo para que vean como algunas personas no cambian a pesar de que se les desmorone la vivienda, se les desaparezca familiares, pierdan amigos y pase lo que les pase.

Uno de nuestros preceptos que Dios nos otorgo como ley espiritual es la prohibición del robo y el cumplirlo conlleva una ardua tarea en la actualidad pero a la vez nos deja paz, armonía interior, recompensa divina y muchas más ganancias. Ahora veamos y es muy conocido el hecho de que algunos habitantes de chile (por poner un ej. actual) dejándose llevar por su ego, para engordarlo, por que «la están pasando mal», ¿que es lo que hacen? roban, saquean, dañan a otros. Cuando Dios busca y les advierte que pueden vivir en paz y en armonía con Él, cumpliendo sus preceptos, ellos (algunos) hacen correr sus pies al mal, escapan de las responsabilidades, se atan vendas en los ojos y siguen dándose entre ellos el daño que están recibiendo. Y que decir de aquellos que pierden tiempo, dinero, buscando ser judíos, buscando sentirse judíos, cuando la tarea es otra y algo mas importante que ello.

Dios constantemente advierte y la historia lo demuestra, pero aun así la historia también registra hechos que debieron suceder para que las personas despierten de sus sueños, de sus fantasías y quieran vivir una vida, además de hacernos entender que «algo» se esconde detrás de una catástrofe.

Pero no solo esta en las manos de Dios el querer despertar a otros, es nuestro trabajo como socios en la sagrada tarea de construir Shalom ayudar a despertar a quienes quieren mejorar y empezar a vivir la vida sin podridas religiones, bastardos que buscan al dios dinero, ignorantes que niegan la existencia de Dios y malhechores que destruirían el mundo por solo tener las comodidades para ellos solos.

No solo es un llamado para ellos sino también para nosotros junto con la oportunidad de ayudar y crecer.

Una vida de paz, armonía, solidaridad, felicidad, belleza, bondad, amor nos esta esperando, pero debemos ayudar para que la misma acelere. Dios esta esperando y nosotros:

¿Cuanto queremos esperar?

Ya es hora de trabajar, de dejar las excusas en un rincón olvidadas, de olvidar los peros y las fantasías locas, de tirar la vergüenza a la basura, de desenmascarar a los que adoran a los diezmos y juegan con los sentimientos y voluntad de la gente hacia Dios, de poner manos a la obra y dejar los bostezos perezosos, es hora de que seas un constructor de Shalom…

O no?

“”¡Si aún no eres parte de la comunidad de Fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta!””



Dejar un legado

Ser noajida o gentil justo implica, entre otras cosas, lograr un justo balance de los cinco planos de la vida. Alcanzar el equilibrio es todo un reto, no imposible, pero requiere de mucho trabajo en nuestra personalidad con el fin de desarrollar nuestra identidad a plenitud y lograr traducirla en acciones perdurables.

Una de nuestras responsabilidades está relacionada con lo que dejaremos luego de nuestra partida al Otro Mundo.

¿Qué legado, como individuos, pensamos dejar a los nuestros?

¿Qué legado, como grupo, pensamos dejar a las próximas generaciones?

¿Cómo queremos ser recordados?

¿Como una generación que colocó sus esperanzas en terceros para hacer brillar su identidad, o como una generación que hizo lo mejor con lo que tenia a mano?

Desde la vida en casa, el trabajo, la familia, a la vida virtual, a las reuniones con amigos, a los eventos grandes, etc…

Ser noájida,  ¿para qué?

Un legado que trascienda.