En hebreo la palabra Shalom comúnmente se asume como paz; sin embargo estas cuatro letras encierran algo más que la simple paz occidental, la pax latina… Shin, Lamed, Vav y Men sofit son las cuatro letras que conforman el concepto Armonía/Equilibrio; cuando se lee esta palabra con masoretas se advierte que no en balde apunta a la armonía, pues debajo de la Shin hay una "A" y sobre la Vav hay una "O"… Se cumple el principio de arriba-abajo, sobre el cuatro que es el número de lo perfecto, de lo armónico.
Ahora bien, lo perfecto y lo armónico requieren de esfuerzo; ya que nuestros deseos/actitudes siempre tienden a desbocarse hacia un lado de la balanza; es natural, hemos sido condicionados de esa manera. Aquí es donde entra entonces el concepto libertad, pues la libertad es esa pequeña diferencia que hace de un ser social completamente condicionado, una persona que no se limita a re-exteriorizar en su totalidad el condicionamiento que ha sufrido.
Des-aprender, re-emprender, re-tornar, re-empezar es el trabajo constante del hombre (como raza), procurar hacer el Shalom, procurar el equilibrio/perfección es un trabajo diario, de hora en hora, de pensar y actuar, de regresar y corregir; de contemplar y buscar el modo de reparar.
Para asumir este gran reto es que nos han sido otorgado los valores y dones con que D’ nos ha bendecido; para lograrlos D’ ha dado Su Torah a Israel y le asignado el rol de guía, de faro, de lámpara que ilumina el sendero de quienes buscan el Shalom.
Como dice el moré, quiera D’ que pronto sepamos construir Shalom. Pues yo agregaría; quieran las naciones aprender de Israel a construir Shalom.