La Desiderata

La desiderata de la felicidad, escrita en 1927 por Max Ehrmann. De origen Alemán, nació en una familia acomodada, en los Estados Unidos de Norte América. Estudio Inglés en la Universidad De Pauw, y Filosofía en Harvard. Se dedicó a la Abogacía en su ciudad natal: Terre Haute, Indiana. A la edad de 41 años se jubiló, para dedicarse a la escritura de ensayos y poemas. Murió en el año de 1945.


 

Escucha entonces la sabiduría del sabio:

“Camina plácidamente entre el ruido y las prisas, y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.

Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.

Di tu verdad tranquila y claramente; Y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante. Ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas, pues son vejaciones para el espíritu.

Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes.

Interésate en tu propia carrera, por muy humilde que sea; es un verdadero tesoro en las cambiantes vicisitudes del tiempo.

Sé cauto en tus negocios, porque el mundo está lleno de engaños.

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar; mucha gente lucha por altos ideales

y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tu mismo. Especialmente no finjas afectos.

Tampoco seas cínico respecto al amor, porque frente a toda aridez y desencanto, el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con cariño el consejo de los años, renunciando con elegancia a las cosas de juventud.

Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia, pero no te angusties con fantasías.

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Más allá de una sana disciplina, sé amable contigo mismo.

Eres una criatura del universo, al igual que los árboles y las estrellas; tienes derecho a estar aquí.

Y, te resulte o no evidente, sin duda el universo se desenvuelve como debe. Por lo tanto, mantente en paz con Dios, de cualquier modo que Le concibas, y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantente en paz con tu alma en la ruidosa confusión de la vida.

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos, éste sigue siendo un hermoso mundo.

Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz.

 

5 comentarios sobre “La Desiderata”

  1. Tiene razón Uriel.
    Estoy seguro que si cotejaramos los consejos diarios del Moré con las ideas de la Desiderata, habria mucha coincidencia.

    Me alegra haber encontrado este texto, porque muestra que hay sabiduria para la vida producto de las mentes de las naciones.

  2. Ese texto lo copie y lo imprimi en word, esta genial el mensaje. Gracias por compartirla profesor Ortiz, claro, con las referencias que hay en el texto. SHALOM

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