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Pacifismo en contexto del EGO

Pacifismo: “Doctrina que se opone a la guerra y a cualquier tipo de violencia y defiende el uso de la serenidad y el raciocinio para el logro de la paz.”
Diccionario Espasa-Calpe 2005.

Bello ideal, querible, loable, pero es solamente una bonita fantasía en este mundo dominado por el EGO, constantemente sacudido por el uso de sus herramientas y sus derivados.
Ese pacifismo es una meta a alcanzar, un ejercicio a realizar, un camino por recorrer. ¿Cómo oponerse a vivir de acuerdo a su credo?
Pero, pretender hacer de ese pacifismo ideal un hecho en las actuales circunstancias, no es otra cosa que una ilusión inventada por el propio EGO para mantener al individuo y al colectivo en impotencia, en desconexión con la realidad.

Tratemos de comunicar auténticamente, promover el entendimiento, ceder sin quebrantar límites, actuar con bondad Y justicia, negociar con la intención de que todos ganen o al menos las pérdidas inevitables sean mitigadas, no nos encarcelemos al fanatismo, rechacemos la inquina y el rencor, perdonemos, pidamos perdón, tratemos de no reaccionar de manera automática desde el EGO, evitemos el enfrentamiento innecesario, comprendamos y evaluemos con dulzura, en una palabra hagamos lo posible para construir shalom de manera permanente interna y externamente.
Pero, no olvidemos que mientras el EGO siga al mando, nuestro pacifismo debe estar acompañado por las armas (en principio, intelectuales), para empuñarlas con nobleza y justicia en defensa de la vida y la integridad. Hagamos llamados al shalom, que la respuesta estricta sea solamente como defensa y en situaciones extremas, pero no permitamos que el mal siga sembrando su sombra, que la corrupción se mantenga en el trono, que el caos imponga su agenda.

El AMOR es la respuesta que diluye al EGO, y el amor no es solamente bondad, dejadez, dejar pasar. Sino también el límite, la respuesta dura y cortante, que posibilita la vida de manera íntegra. A veces la paciencia es la respuesta, en otras es la acción que detiene con brusquedad al causante del mal.
En palabras del profeta:

«Un retoño brotará del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto.
(2) Sobre él reposará el espíritu del Eterno: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor del Eterno.
(3) Él se deleitará en el temor del Eterno. No juzgará por lo que vean sus ojos, ni arbitrará por lo que oigan sus oídos;
(4) sino que juzgará con justicia a los pobres, y con equidad arbitrará a favor de los afligidos de la tierra. Golpeará la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios dará muerte al impío.
(5) La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad lo será de su cintura.
(6) Entonces el lobo habitará con el cordero, y el leopardo se recostará con el cabrito. El ternero y el cachorro del león crecerán juntos, y un niño pequeño los conducirá.
(7) La vaca y la osa pacerán, y sus crías se recostarán juntas. El león comerá paja como el buey.
(8) Un niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y el recién destetado extenderá su mano sobre el escondrijo de la víbora.
(9) No harán daño ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar.
(10) Acontecerá en aquel día que las naciones buscarán a aquel que es la raíz de Isaí y que estará en pie como una bandera para los pueblos, y su morada será gloriosa.»
(Ieshaiá / Isaías 11:1-10)

Para que el pacifismo ideal acontezca, es necesario un camino que lo complemente y se acompaña por la fuerza, los límites estrictos que se defienden con poder y no con blandura ilusoriamente pacífica. Algún día será posible construir shalom en un mundo de shalom:

«Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa del Eterno será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él todas las naciones.
(3) Muchos pueblos vendrán y dirán: ‘Venid, subamos al monte del Eterno, a la casa del Elokim de Iaacov [Jacob], para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas.’ Porque de Tzión [Sion] saldrá la Torá, y de Ierushalaim [Jerusalén] la palabra del Eterno.
(4) Él juzgará entre las naciones y arbitrará entre muchos pueblos. Y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
(5) ¡Oh casa de Iaacov [Jacob], venid y caminemos a la luz del Eterno!»
(Ieshaiá / Isaías 2:2-5)

No dejemos de construir shalom, con bondad Y justicia, con ambas, pues al dejar una de lado, el desequilibrio es el resultado.
El límite es necesario.
Que nuestra respuesta dura no provenga de nuestro EGO, ¡he ahí una tarea para titanes! Pero, es posible. Precisamos trabajar para conocernos, entender los mecanismos del EGO, aprender alternativas saludables, aplicarlas.

Cabalá Luriánica y CTerapia

Advertencia previa.
No es apropiado hacer “teología”, tratemos de no incurrir en errores ni de provocar el error en el lector.
Procuremos mantenernos dentro de estrictos límites, en la medida de lo posible.

Somos seres mutidimensionales, formados por espiritual, mental, social, emocional y físico.
Este ser complejo que somos presenta tres Yoes:

  • Yo Esencial: la NESHAMÁ, o espíritu. Es aquello que somos en esencia, desde antes de nacer y luego de partir de este mundo. Es la “chispa” divina que perdura sin mutaciones, sin afectarse por nuestra conducta.
    Es la conexión constante con el Eterno y con todo lo creado, en existencia temporal actual o no. En su misterio está la unidad del todo.
    Su lenguaje es el AMOR.
    Es nuestra identidad más pura. La que no depende de lo que nos aportaron otros, ni de lo que hacemos en vida, sino solamente depende del Eterno, que es su proveedor y sostén.
    Opera como una voz silenciosa, siempre presente, pero tenue. No se manifiesta en estruendos, ni aparece con fuerza. Como si estuviera escondida, se retrae y pareciera no tener existencia. Los científicos no tienen cómo saber de ella, no hay patrones para medirla ni cuantificarla. Se puede pasar toda la existencia sin tener conciencia de ella, aunque tal vez en algunas ocasiones se la sienta pero sin lograr definirla con palabras ni limitarla con imágenes. Es nuestra más perfecta identidad y sin embargo se nos escabulle hasta parecer inexistente.
  • Yo Auténtico: formado por la NESHAMÁ y nuestra identidad genética. Es la materialización del encuentro de lo eterno con lo transitorio. Hasta el día de hoy no es modificable, una vez obtenida de sus fuentes (Dios, nuestros padres) es una realidad que nos acompaña a lo largo de nutro pasaje terrenal. Es la base sobre la que se construye todo el resto de nuestro ser, lo que determina en buena medida nuestras posibilidades y potencialidades.
  • Yo Vivido: que se forma a través de las interacciones (concretas, o virtuales, o imaginarias) que vamos atravesando desde el útero y hasta nuestra muerte. Se compone de las máscaras que nos imponen, las que asumimos y las que ideamos por nuestra cuenta. Alguna de ellas puede estar en sintonía con el Yo Esencial, o estar alienado a él. Cuanta mayor cantidad de máscaras distorsionan la representación de la NESHAMÁ, mayor es el conflicto, la confusión, el dolor. La actividad del EGO, cuando sale de su limitada y correcta órbita de influencia, lleva a adquirir máscaras contradictorias, que repelen la LUZ de la NESHAMÁ y la constriñen detrás de muros formados de cáscaras, sin por ello afectar en lo más mínimo su intensidad o pureza, pero dejando a la persona en sensación de desamparo y exilio, aún más ignorante de su Yo Esencial. A través de la TESHUVÁ se diluyen las cortezas que entorpecen el pasaje de la LUZ, permitiendo armonizar áreas del Yo Vivido con su Esencia.

Esta identidad compleja que somos durante nuestra estadía en este mundo, puede servir como espejo de una realidad superior y trascendente.

Permíteme que te resuma muy brevemente la doctrina del rabino cabalista Itzjac Luria Z”L, conocido como el Ari, quien diagramó un sistema, al que se conoce como Cabalá Luriánica (con la cual podemos coincidir o no).
Habla del «tzimtzum», que en hebreo significa contracción.
El Universo se manifiesta a causa del recogimiento de Dios, que hace “espacio” para dar lugar al mundo.
Así, el mundo no aloja a Dios, pues Él se retiró para permitir que existiera la creación.
Su energía, LUZ, emana y atraviesa Su obra.
Pero, ocurre la  «shevirat hakelim», la ruptura de las vasijas. De acuerdo a esta doctrina, la luz está, cual «nitzotzot», chispas, que son recubiertas por «kelipot», caparazones o cáscaras.
Toda la creación está en exilio, hasta que las chispas sean unificadas en el proceso llamado «Tikún», rectificación o reparación. El hombre es el encargado de esta tarea reparatoria, al asociarse al Eterno en la tarea de creación continua.
Dios puede hacerlo por Sí mismo, por supuesto, pero es parte de Su plan el darle al hombre esta tarea trascendente, para que el bienestar que reciba el hombre no sea solamente como dádiva motivada en la gracia Divina, sino como justa y meritoria recompensa por su noble accionar. Entonces, lo que el hombre disfruta aquí y en la eternidad deja de ser una limosna que avergüenza, para ser una porción noble y justa.
Así pues, cuando el hombre cumple con los mandamientos que le competen (los judíos de los 613 preceptos para Israel, los gentiles cada uno de los Siete Mandamientos para las Naciones), está recuperando una chispa Divina y retornándola a su sagrado origen. Tanto en las grandes obras como en las cuestiones menudas y cotidianas, en tanto la acción personal sea a la luz de los mandamientos que corresponden a cada uno, se está diluyendo kelipot y posibilitando el mayor esplendor de la LUZ divina en uno y en el Cosmos.
¿Qué es la redención?
El fin del exilio, la unificación del mundo, el resplandor de la LUZ divina sobre el universo.

Entonces, una vida dedicada a la construcción de shalom, con acciones de bondad Y justicia, no es solamente una vida moral y ética, sino una verdadera terapia personal así como colectiva, que redunda en una reparación a nivel cósmico.
De poco valen las liturgias y palabrería, las procesiones y reuniones zalameras, las doctrinas jeroglíficas y la sectarización, los ropajes extraños y el estudio de doctrinas entreveradas, el seguir líderes religiosos y repetir lemas cursis, la impostura religiosa y la fe.
Lo que precisamos es una actividad terapéutica concreta y verdadera, una que nos unifique en nuestro ser así como con el prójimo, con el universo y con Dios.

Algunas preguntas para reflexionar:

  1. La idolatría, en todas sus formas, también las religiosas monoteístas (incluso las que se disfrazan de judaísmo, cabalismo, jasidismo, noajismo, etc.), ¿ayuda o perjudica el trabajo del tikún personal y del colectivo?
  2. La fe estéril de obras, ¿aporta a la misión sagrada de restaurar la LUZ del Eterno en nuestro interior, en la sociedad y en el universo?
  3. El conducirse según los modos del EGO, ¿establecen la unidad fundamental o suman cáscaras y confusión?
  4. Aprender y/o difundir  lo “religioso”, “teológico”, “metafísico”, que no suma a la obra de reparación, ¿debe ser promovido o mantenido a raya?
  5. Actuar de acuerdo a lo que uno cree sentir de Dios sin hacer caso al código espiritual contenido en los mandamientos acordes a la propia identidad espiritual, ¿es el camino que aproxima a Dios?
  6. ¿Podrías establecer un paralelismo entre nuestros diferentes Yoes y las manifestaciones de Dios (y los dioses, falsos, obviamente)?
  7. ¿Qué estarías dispuesto a hacer para mejorar tu proceso de tikún?

Habladores

Hay gente que se la pasa hablando de otros.
Que hicieron, que no, que dijeron, que no, donde fueron, donde quedaron, con quien están, con quien no, etcéteras al infinito y más allá.
Siempre de otros, centrados en los otros, girando alrededor de otros, pero haciendo creer que ellos son el eje de la galaxia.

Dedican su escaso tiempo de vida a la charlatanería, a la vanidad, a la falsedad, a la mentira, al engaño, a la habladuría, al revelar lo privado que debiera permanecer así, a causar daño y a seguir dañándose a sí mismos.
Hablan, murmuran, planifican, molestan, interrumpen, opinan, confunden, siembran caos, atemorizan, asesinan con sus palabras.

Probablemente teman irse de las reuniones sociales, no sea cosa que cuando se vayan los otros empiecen a hablar de ellos.
Temen los silencios, porque no tienen control directo sobre el curso de pensamiento del otro.
Temen no estar al tanto de los chismes, porque algo pueden estar tramando en su contra.
Temen de muchas cosas, lo que los hace ocuparse de los demás en constantes charlas, monólogos de a dos, discursos, planes, etc.
Temen.

A veces, ese otro del que se la pasan hablando resultan ser ellos mismos.
Son la gente yo-yo, porque todo tiene que empezar en yo y terminar en yo.
Si uno comenta algo, ellos enseguida hacen de esas palabras un disparador para hablar de yo.
En todo se meten, todo saben, y lo que no, lo inventan sin hacerse mucho drama.
Ese yo del que tanto parecieran disfrutar hablar, es un yo ajeno a ellos. Es un personaje, una máscara, una cáscara.
Nada real, aunque esté lleno de experiencias ocurridas en la vida material.

Hablan, opinan, comentan, planifican, saben, decretan, se burlan, prometen, incumplen, hablan más, murmuran, cansan con sus parloteos.
Se rodean de otros como ellos, y cuando pueden ser abalanzan sobre gente que por obligación o supuesta buena educación no tienen más remedio que soportar sus infamias y agresiones sonoras.

Hablan, gastan saliva con energía, construyen y destruyen mundos virtuales y reales.
Conspiran, aterrorizan, amenazan, atacan, hablan.

Es su manera de sobrevivir, de ir sobrellevando la vida, de dejar que los días corran hasta que lleguen al foso y al silencio del sepulcro. Luego, su NESHAMÁ “disfrutará” de esos recuerdos vacíos, necios, nulos, dolorosos, angustiantes, secos, mustios, pútridos, mal olientes, asquerosos, dañinos. Esa es la porción que siembran para cosechar y hornear su pan en la eternidad. (Recordemos que tras la muerte en este plano, la NESHAMÁ pasa hasta un año terrestre en “descontaminación”, debiendo soportar de manera descarnada y veraz los males por los cuales no se ha hecho TESHUVÁ).
Una vida muerta y que asesina, una muerte muerta que es lamentable.

Son pobres diablos, ¿verdad?

Lindos Límites

Poner límites, respetarlos, hacer que el otro los respete, son asuntos necesarios e indispensables. Podríamos decir que nuestra existencia digna y saludable se basa en ellos.

Tal como las paredes delimitan un hogar del mundo externo, o una habitación del resto de la morada, también tu mundo interno debe estar resguardado detrás de saludables muros, con sus puertas y ventanas para posibilitar el sano contacto, pero no tan abierto que se pierda la noción del dentro/fuera.
Tu espacio, es eso exactamente, tu espacio.
El espacio del otro, es el espacio del otro.
En medio, aquello que es para compartir.

El límite suele ser el NO.
Hasta aquí llegas, más allá no tienes derecho a pasar.
Eso que dices traspasa lo permisible, guarda silencio.
Aquello no te pertenece y no está bien que lo tomes, déjalo.
Esto no me hace sentir bien, detente.

Si tú no eres quien mantiene tus límites, ¿no habrá sujetos que intentarán cruzar hacia regiones que comprometen tu integridad?
No pienses que solamente aquellos mal intencionadas se aprovecharán de tu debilidad, de tu falta de determinación,
sino que hay gente que con toda la buena onda viven quebrantando fronteras, usurpando roles, atribuyéndose acciones, haciendo y deshaciendo, y te repito, con toda la buena onda y sin ninguna mala intención a la vista. Pero, el hecho es que también traspasan esa red invisible que marca lo que les corresponde de aquello que no.
Por ejemplo, esa madre solícita, que se desvive por su hija, corre a atenderla incluso en lo que nadie la quiere ni precisa, no pierde oportunidad de dar su punto de vista sobre temas que no conoce ni le competen, actúa como mucama-cocinera-portera-guardaespaldas-nurse-orientadora-modista-etcétera en vez de quedarse en su sitio y ser simplemente “mamá”. Si nos pusiéramos a rebuscar, seguramente encontraríamos el punto oscuro que la mueve a esa conducta, pero quedémonos con lo evidente, con lo consciente, ella desea el bienestar de su hija y no se da cuenta que está violentándola, faltándole el respeto, pisoteando su dignidad, negándole su individualidad, desoyendo sus pedidos, pasando una y otra vez los límites. ¿Se está haciendo un favor, y a su hija?

El romper los límites es violento y genera violencia.
A veces la reacción violenta no se exterioriza, no se manifiesta, sino que se guarda. En silencio, o con una sonrisa amarga pero cómplice, se admite ese atrevimiento. La energía negativa se atesora en el interior y provoca desgastes, enfermedades, malestares, sentimientos tóxicos. Hay rencor, desavenencias, enojos, resentimiento, frustración, celos, fallutería, falsedad, separaciones, etc. Impotencia, mucha impotencia y ya sabes qué viene detrás de ella… ¿no?
Pareciera ser más simple dejarse avasallar, no decir nada, mantenerse callada para que el atrevido haga y deshaga según su parecer.
Pareciera que decir NO es doloroso, complicado, con resultados devastadores.
Pero, lo cierto es lo contrario.
Tal vez en el primer momento haya un impacto, cuando el insolente se tope con el muro. Por ahí eso le duele y le molesta. Quizás se queje y reclame se le “respete” en su atrevimiento habitual, en su intento por introducirse en donde no es bienvenido.
Y por ahí, la víctima sea cómplice y le habilite el paso, aunque no lo quiera, aunque sufra con ello, pero cree que será menor el inconveniente si no tiene que tolerar la insoportable acometida del descarado. Por ahí ya se ha acostumbrado a que así sea, y no se cree con fuerzas o derechos para cambiarlo. Tal vez supone que si se deja pisotear recibirá de alguna forma cariño, aprobación, atención o algún otro beneficio (que de darse, triste y pobre es).
La zona de confort es eso, una zona confortable, pero que tapa un profundo malestar, una espantosa carga que se prefiere obviar por el pequeño confort que se tiene a mano.
En verdad, se está ayudando a que el sufrimiento sea mayor y que la cosa explote en algún momento con resultados terribles.

Tienes el derecho a tus límites, y la obligación de imponerlos. En tu relación de pareja, con tus padres, con tus hijos, con tus amigos, con tus jefes, con tus colegas, con tus… en todo.
Di NO ahora, y se firme en tu disposición.
No comprometas tu dignidad, tu salud, tu existencia, ante la insistente demanda de atención del atrevido. Sea que éste venga con intenciones amables como si no. Porque, sea cual fuera el motivo, la conducta es la misma, irrespetar tu ser, atravesar tus fronteras sin autoridad ni autorización, avasallarte y adquirir una apariencia de poder que no le pertenece.

Pero, el otro no se conforma con el NO.
Parece ser sordo, necio, una tormenta sin control.
Le pides que ordene lo que ensucia, ensucia más.
Le solicitas que no use tus productos, ya no encuentres ninguno sin usar.
Le ruegas que no lave y ordene tu ropa, y como si nadie hubiera hablado levanta las prendas y las lava y luego ordena.
Le indicas que no quieres llamarle todos los días, y dos o tres veces por día te llama con la excusa que sea.
Dijiste NO y NO y NO, pero del otro lado no existe comprensión, como si tú no existieras, como si tu deseo no tuviera existencia.

Ya lo enseñamos muchas veces, te lo repito ahora: tú solo controlas una pequeña porción de la realidad, muy pequeña. El otro está fuera de tu control. Aunque manipularas, aunque ejercieras presiones y amenazas hasta obtener lo que quieres, igualmente tú no controlas al otro ni puedes provocar en él cambios.
Aquello que no puedes controlar, entonces, no quieras controlarlo. Mejor déjalo fluir mientras haces tu parte, lo que sí está en tu dominio hacer.

¿Qué hacer?

  1. Acepta que al primero que debes poner límites es a ti mismo.
  2. Delimita con claridad lo que permitirás y lo que no. Que sea preciso, concreto, claro, sin darle oportunidad al mal entendido.
  3. Tal vez algunos límites no los puedas marcar hoy, por el motivo que sea, pero no los dejes en el olvido, evalúa la oportunidad para llevarlos a la práctica.
  4. Ten conciencia del costo que habrá por poner límites.
  5. Calcula cuanto es beneficioso un límite más lejos, con una zona de tolerancia para negociar.
  6. Comunica a quien corresponde con exactitud que no tolerarás. Usa la Comunicación Auténtica, no otro modo. No lo comuniques en medio de una disputa, ni cuando se está en conflicto por una falta de límites. Espera a que haya posibilidad de hablar en calma, con tranquilidad, sin la rencilla para ver quien domina.
  7. No amenaces, no insultes, simplemente establece tus fronteras y que sean adecuadas, ni muy lejos ni muy cerca.
  8. Admite que el otro querrá hacer otra cosa, creerá que puede seguir despachándose según su deseo con lo que es tuyo. Admite eso, pero no lo aceptes ni te hagas cómplice permitiéndolo.
  9. Cuando el otro inevitablemente traspase tu límite, señálalo con vehemencia, pero sin agresión, sin violencia, sin alterarte emocionalmente (en la medida de lo posible). Cancela las respuestas del EGO para que tengas tú el poder incluso allí en donde te sientas en impotencia.
  10. No te sumes a la acción negativa, si el otro no respeta el límite y por tanto a ti, no sigas haciendo lo que hacías hasta ahora. Busca la respuesta que sea justa y buena, de construcción de Shalom. El otro probablemente no comprenderá tu cambio, se reirá, se burlará, se hará el ofendido, agredirá, recurrirá a lo que sabe hacer: actuar bajo el mando del EGO.
  11. Sé firme en tu NO. No importa cuanto el otro insista, cuanto el otro no haga caso y mantenga sus conductas insolentes. De ti depende que el muro de tu NO siga firme e incólume.

¿Cuál será la reacción, dentro del bien y la justicia, ante el atrevimiento recurrente del otro?
¿Te animas a quererte un poco más y a ponerte en pie para luchar por tu integridad?
¿Estás dispuesto a pagar el precio para ser libre y gozar de aquello que está para tu disfrute?
¿Qué excusas seguirás inventando para no hacer los cambios necesarios para vivir mejor?

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Hagamos nuestra parte en la tarea de convertir este mundo en el paraíso terrenal.

Felicidad de hijos y padres

Nuestra NESHAMÁ (esencia espiritual, Yo Esencial, espíritu) nos dirige hacia el encuentro con el Padre Celestial, a la unidad con todo lo creado.
Por ella anhelamos la verdadera dicha, la felicidad. Esa que proviene de alcanzar altas metas, en shalom, con plenitud.
No el falso resplandor que proviene de aprovecharse de otros, ni de abusar de una cuotita de poder, ni el obtener ventajas que perjudican injustamente, ni la burla, ni otras manifestaciones del EGO. Porque esto, aunque genere algún grado de placer, o haga aparecer una risa o risotada, no son felicidad real, tan solo la apariencia de ella.

Como padres, parte de esa felicidad se compone del bienestar y felicidad de nuestros hijos.
Cuando actuamos desde el AMOR y no desde el EGO, seguramente estaremos trabajando constantemente para que ellos sigan por una senda luminosa, con avances de todo tipo, con logros, con satisfacción bien merecida. Aunque ello nos quite energía y placer ahora, y aunque les tengamos que obligar a dejar de lado el placer pasajero, sabemos que nuestra finalidad es un bien mayor, uno que favorezca a nuestros hijos.
Por ejemplo, sería mucho más sencillo y menos trabajoso permitir que los niños estuvieran todo el día haciendo lo que les viniera en gana, que ver la tele, que jugar con pantallitas, que estar sin hacer nada, que charlar de naderías con los amigos, a vivir como si no existieran limitaciones ni deberes para cumplir; pero, si los amamos, ¿no les instaremos a acatar límites, a hacerse responsables, a conocer el valor del esfuerzo, a trabajar para conseguir sus sueños, a estudiar, a preguntar y no meramente repetir, a caer y levantarse, a pagar por lo que se obtiene, a respetar las leyes, a construir shalom? ¡Por supuesto que todo esto es pesado y poco divertido! ¿Quién no prefiere pasar el tiempo haciendo nada, obteniendo de “arriba” todo? Pero, sabemos que ese pasar por la vida sin valorar y sin actuar, no es más que eso, un pasar por la vida. Entonces, apagaremos las teles, prohibiremos el uso de pantallitas, marcaremos horarios para la holganza, haremos comprender que las acciones tienen consecuencias aunque no nos gusten ni las queramos, y un largo etcétera compuesto por limitaciones.
Esta actitud restrictiva, probablemente, no sea la más bienvenida por los niños, y tampoco por los grandes. Pero, consideremos las cosas desde una perspectiva “adulta”, ¿cuándo le estamos haciendo el verdadero “favor” a nuestros hijos en su crianza? ¿Y a nosotros en nuestra propia crianza?
Porque, es bueno disfrutar de lo permitido, pero también lo es apartarse de lo prohibido.

Pero, que la restricción actual no impida la felicidad ahora es de suma importancia.
Negar todo a los niños, hacerlos sentir culpa por disfrutar, obligarlos a respetar límites abusivos, no respetar sus tiempos, no querer atender a sus sentimientos, apresurarlos a madurar como si ello fuera posible, hacer de la felicidad una meta a futuro sin posibilidad en el aquí y ahora; todo esto es un atentado en contra del hijo, una manifestación del EGO paterno, una zancadilla invalidante para la posibilidad de superación y felicidad.

De tanto supuesto amor, plagado de precauciones y alertas de peligros, lleno de sobreprotección, carente de responsabilidades reales, no son producto del AMOR ni abonan una vida de amor, sino solo de EGO, de sometimiento, de impotencia, de dudas innecesarias, de miedo, de angustia, de sentimiento de culpa, entre otras compañías poco agradables en el hijo.

Pero marcar límites y hacerlos respetar, con inteligencia, con AMOR, con intención de educar, para que conecte, ¡esa es la manera!
¿Es fácil?
No.
¿Sabemos hacerlo de buenas a primeras?
Supongo que no.
¿Es mejor entonces decantarse por el dejar hacer cualquier cosa, o por la rigidez totalitaria?
Ni una, ni otra.
Un justo término medio es lo necesario para una vida saludable, de felicidad ahora y mañana.
Entre la dureza extrema (DIN) y la laxitud extrema (JESED), por allí deberíamos transitar de manera habitual. (A veces es necesario irse a un extremo, como medida temporaria).

Mesura en todo, en la elección de la escuela, en las horas dedicadas al estudio, en las golosinas que podrá comer, en las actividades extracurriculares, en ordenar la habitación, en evaluarlos en sus errores y aciertos, en la pulcritud, en cada una de las áreas en las que el niño traspasa en su jornada o en los días excepcionales.

Dejemos de lado el EGO, en la medida de lo posible. Algunas ideas:

  • Usemos la Comunicación Auténtica, que incluye en respeto, el escuchar para atender y entender; no solo con el lenguaje verbal, sino en todos los canales de expresión.
  • Valoremos lo que hace el niño, incluso cuando no llegan a colmar nuestras expectativas habrá cosas para destacar positivamente y que refuercen su confianza en nosotros y especialmente en ellos.
  • Seamos empáticos con sus sentimientos.
  • Dejar el estrés fatal y habilitar el juego, la diversión, la libertad, la expresividad, la creatividad, dentro de los límites que sean necesarios.
  • Disfrutar uno mismo con la presencia del hijo.
  • Resguardar de cuestiones innecesarias.
  • Hacer que tome responsabilidades, que contribuya, que no sea solamente receptor pasivo sino un agente activo en el bienestar de la familia, en el suyo propio.
  • Enseñar a agradecer.
  • La vida no son solo besos y abrazos, risas y caricias, regalos y paseos, helados y películas; pero sí, estas cosas también tienen su parte en la formación de una vida feliz (en general).
  • Respetar que ellos son seres independientes (en la medida que ello sea posible), que toman y tomarán sus decisiones, que deberán recorrer su propio camino, el cual a veces no nos gustará.

Todo esto permite que el hijo sienta que es amado, respetado, cuidado, valorado.
Sí, gracias a los límites, y no solamente a través de regalos, facilidades, dejarles hacer nada para recibir de arriba todo.

Construyamos shalom, empezando por uno mismo y siguiendo por los más cercanos.

Enunciados espirituales básicos

Algunos enunciados básicos.

  1. Existen reglas naturales, tanto espirituales como físicas.
  2. Conocer y respetar las reglas permite disfrutar una mejor existencia.
  3. Somos seres multidimensionales.
  4. Nuestra esencia es espiritual (NESHAMÁ, Yo Esencial), ella trasciende los límites de la vida terrenal.
  5. La NESHAMÁ es inmodificable, no se altera por nuestras acciones y omisiones.
  6. Ella es la conexión permanente con el Eterno, es el lazo luminoso que no se quiebra ni se oscurece.
  7. Ella es la conexión con TODO lo creado, sin límites temporales o espaciales.
  8. La fina y silenciosa voz de la NESHAMÁ suena constantemente en nuestro ser, pero no es sencillo reconocerla y atenderla.
  9. Deseamos disfrutar la plenitud en cada dimensión de nuestra existencia.
  10. La memoria de nuestro pasaje terrenal se resguarda, a través de la NESHAMÁ, en un lugar y tiempo sin espacio ni tiempo al que denominamos EDÉN.
  11. Desde el nacimiento opera un mecanismo natural, biológico y automático, el EGO, que tiene como función resguardarnos en situaciones de impotencia.
  12. Sus herramientas son básicas, pero útiles cuando es necesario llamar la atención para recibir auxilio, o reaccionar automáticamente para ponerse a resguardo.
  13. Cuando el EGO actúa fuera de sus límites naturales, se convierte en un dictador, que nos mantiene sometidos a sentimientos de impotencia.
  14. La energía que debiera dedicarse a construir Shalom y así disfrutar de la experiencia multidimensional, se malgasta en servir/combatir al EGO.
  15. El EGO traspasa límites porque nos impulsa a dominar en donde no ejercemos control, y/o a doblegarnos en deficiencia y minusvalía allí en donde debiéramos dominar.
  16. Con nuestras experiencias cotidianas vamos adquiriendo y/o formando máscaras que recubren nuestro Yo Auténtico, se suman para integrar la personalidad, a la que llamamos Yo Vivido.
  17. Hay máscaras que están en sintonía con nuestro Yo Esencial, en tanto otras están en contradicción.
  18. El camino del retorno a nuestra esencia, de armonización entre Yo Vivido y Yo Esencial, se llama TESHUVÁ.
  19. Obtener logros aprobados por el EGO nos puede llevar a momentáneos sentimientos de satisfacción y superioridad, pero son apariencias de poder y éxito.
  20. Otras apariencias son la altanería, la vanidad, el derroche, la prepotencia, la agresión injustificada, la burla, entre otros disfraces de poder que esconden la falta del mismo.
  21. Ubicar al EGO en su natural función y no actuar a su mando, es sinónimo de salud.
  22. Tenemos la misión de construir Shalom en cada momento, por medio de acciones de bondad y justicia.
  23. El ser altruista es una de las claves para derrocar al EGO de su puesto de dictador.
  24. La Comunicación Auténtica es un método fundamental para doblegar al EGO.
  25. Disfrutar de lo permitido y apartarse de lo prohibido, mantiene a raya al EGO.
  26. Conocer y respetar las reglas apropiadas a cada identidad espiritual (noájica o judía) nos permite desarrollar nuestra existencia en lealtad al Creador.
  27. Toda religión es una impostura de espiritualidad, un producto socializado del EGO.
  28. La idolatría se sostiene por valorar por sobre todas las cosas al EGO.
  29. Cuando actuamos movidos por el AMOR, estamos siendo conscientes del enlace entre NESHAMÁ y NESHAMÁ, unificándonos, tal como estamos unidos en el plano espiritual.
  30. El AMOR actúa para beneficiar al prójimo, sin perjudicarse a sí mismo, sin esperar nada a cambio.

TZJOK – Risa, burla y construcción de shalom

«(12) Y Sara se reía (TZAJAKÁ) dentro de sí, diciendo: ‘Después que he envejecido, ¿tendré placer, siendo también anciano mi señor?’
(13) Entonces el Eterno dijo a Avraham [Abraham]: -¿Por qué se ríe (TZAJAKÁ) Sara, diciendo: ‘¿Realmente he de dar a luz siendo vieja?’
(14) ¿Acaso existe para el Eterno alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, después del tiempo que dura el embarazo, y Sara habrá tenido un hijo.
(15) Entonces Sara, porque tuvo miedo, negó diciendo: -No me he reído (TZAJAKTI). Pero él dijo: -No, sino que sí te has reído (TZAJAKT).»
(Bereshit / Génesis 18:12-15)

«(14) Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de casarse con sus hijas, y les dijo: -¡Levantaos, salid de este lugar, porque el Eterno va a destruir la ciudad! Pero a sus yernos les pareció que bromeaba (JIMETZAJEK).»
(Bereshit / Génesis 19:14)

«(8) El niño creció y fue destetado. Y Avraham [Abraham] hizo un gran banquete el día que ITZJAK [Isaac] fue destetado.
(9) Sara vio al hijo de Agar la egipcia, que ésta le había dado a luz a Avraham [Abraham], que se burlaba (METZAJEK).»
(Bereshit / Génesis 21:8-9)

Supongo que has advertido que puse algunas palabras en fonética y mayúsculas.
Todas se relacionan con el verbo LITZJOK, que puede traducirse como: reír, bromear, burlarse, ridiculizar.
Como verás son muy diversos sus sentidos, aprendamos un poco de esto.

La palabra JOK es decreto, en el hebreo del TANAJ también significaba límite.
TZ-JOK es aquello que traspasa el límite y produce un efecto de risa.
Este romper con los límites puede ser positivo o negativo.

En el primer caso citado, se está ante una sorpresa agradable, que rompe con la monotonía natural. Una señora mayor, hasta ahora estéril y ya sin perspectivas de concebir, gestar y parir, recibe la inesperada noticia que dará a luz pronto, en nueve meses. Esto produjo un efecto risueño en la mujer, ¿era una de risa amarga, como mueca que ríe para no llorar; o de la risa agradecida por el tesoro encontrado sin esperarlo?
De acuerdo a la tradición, ella ya estaba embarazada, pero conscientemente no lo sabía. Al escuchar las palabras que anunciaban el nacimiento de su vástago, ella río en lo profundo, en un lugar fuera de la consciencia que ya tenía conocimiento de esta circunstancia feliz. Por ello dice el verso que río dentro de sí, en lo profundo, tan profundo que ni ella llegó a darse cuenta de que estaba feliz por esta sorpresa bienvenida. Tan ignorante estaba que ella confesó sinceramente que no se había reído, pero entonces el Eterno le confirma que sí, que ella río, y que tenía buenos motivos para haberlo hecho.
Fue, entonces, una risa agraciada, como el que gana el premio mayor de la lotería, a pesar de que creía que había extraviado el boleto.
En este modelo de risa positiva, el traspasar los límites no implica violación de reglas establecidas, ni actos reñidos con el bien y la justicia, sino todo lo contrario. Es como el que ayuda al enfermo visitándolo pero también animándolo, para que no se siga sintiendo sometido a la impotencia de la dolencia. O como el que alegra una reunión social, donde el esquematismo y el aburrimiento eran la norma. Acciones positivas, valiosas, respetuosas, que vienen a demostrar que otra pisada es posible, otra mirada está presente, una que llena de vitalidad, de energía, de recursos vitales.

Hay gente que considera la risa de Sara como burlona, que rechaza por imposible la promesa de que será madre en unos meses.
Si éste fuera el motivo de su risa, entonces no hay sorpresa agradable, ni conocimiento inconsciente de una verdad oculta, sino simplemente una forma de manifestar la impotencia. Sería, este tipo de risa, un derivado de algunas de las herramientas naturales del EGO, que viene a tapar la impotencia y servir para hacerse notar y así obtener alguna gratificación. ¿Cuál sería en esta situación en particular? No lo tengo claro. Quizás el consuelo y apoyo de su marido, o una señal milagrosa de que las palabras no eran simples promesas que se desvanecerían, o que alguien la confortara ante su esterilidad de otra manera, no con ilusiones que no tenían sustento en la realidad predecible por ella.

En el segundo caso, el de Lot contando a sus yernos que se venía una inesperada e increíble devastación sobre la ciudad, y que ellos debían escapar lo antes posible.
Allí los yernos tomaron el anuncio como si fuera una broma, nada serio.
En cierta forma, es comprensible la actitud de los muchachos, pues, ¿dónde se había escuchado antes que una ciudad pudiera ser borrada del mapa en pocos instantes? Hasta donde sabemos, no habían bombas atómicas, nadie conocía el poder destructivo que nosotros sí hemos visto y contribuido a crear. Ni siquiera tenían idea que se pudiera erradicar una ciudad con la lluvia masiva de bombas y otros elementos destructivos. Aunque otras catástrofes ya pudieran haber ocurrido, digamos volcanes destructores como el Vesubio (que igual fue bastante posterior), tsunamis o similares, terremotos, en la zona del Mar Muerto no podía suceder nada de ello. Así pues, lo que Lot les estaba anunciando, ni más ni menos que una catástrofe “apocalíptica”, era a todas luces algo imposible, delirante.
Por tanto, los yernos tomaron la advertencia como el discurso de un loco, o el mal chiste de un pésimo cómico.
Ellos consideraron que él se burlaba, ellos se burlaron de él.
¿Cómo tomar seriamente cuestiones que no tienen ni un poquito de seriedad?
Desde esta perspectiva, no tenemos lo qué objetar a los muchachos. ¿No nos comportaríamos de manera similar a ellos ante un anuncio parecido? ¿O somos de esos que venden/regalan todo porque algún extraviado predicador anuncia que se viene el fin del mundo no se que día de que mes de cual año?

Aquí el límite de la cordura parecía haberse quebrado. Si no somos tan extremos, es la barrera de lo cotidiano, la inmutable rutina de lo que vuelve a repetirse y que se cree que no cambiará nunca.
Se rompe lo conocido y esperable para que surja algo así como el chiste, con su inesperada presencia, que dispara la risa.
Por supuesto que hay chistes empleados de manera positiva y otros que son mera tortura, una manera burda para lastimar a otros.

Cuando nos detenemos a pensar cómo surge esta risa, y tomamos en cuenta al EGO y sus herramientas, podríamos hacer una pequeña consideración.
La rotura de lo previsible, pone al testigo o al participante en una situación repentina e inesperada de impotencia.
¿Por qué?
Porque se está ante un acontecimiento diferente al esperado o esperable, donde no se tiene preparada la reacción habitual. Se encuentra la persona en un estado de impotencia momentánea, dependiendo de la gravedad de la rotura del límite y del contexto, será la profundidad de la reacción desde el EGO.
Por ejemplo, el corredor que tropieza y cae, no tarda ni un segundo en reincorporarse, sonreír para el público y seguir corriendo, aunque le duela y quisiera detenerse para observar si está lastimado o al menos reponerse del golpe. Su risa fingida para los otros, así como su demostración de fortaleza no son más que reacciones que provienen del EGO. Debe aparentar cierta potencia en el instante que ha caído en impotencia. A no ser que se obtenga una ventaja por manifestar la debilidad, o que realmente no pueda hacer otra cosa, lo probable es que se aparente que no ha habido inconveniente y que un tropiezo no es una caída.

¿Por qué ríe si se lastimó y le dolió?
¿Por qué ríe el que es víctima de burla y hace de cuenta que no le molesta o hasta agradece que se burlen de él?
¿Por qué eludir los hechos y aparentar cuando el límite saludable se ha roto y debiera responderse con Comunicación Auténtica y construcción de shalom y no desde el EGO?

Son cuestiones que dejo pendientes, para que medites, si crees que te puede servir para algo.

Pasemos al tercer caso que citamos de la Torá al comienzo, Ishmael es un joven que lleva una vida bastante corrupta y pretende llevar a su medio hermano por el mismo camino de depravación.
Emplea las diferentes técnicas a mano para manipularlo. Hostiga a Itzjak, se burla, le presiona, le obliga a realizar acciones que el otro no quiere a todo sea con el fin de recibir aceptación social. Este Ishmael era un completo bravucón, pendenciero, manipulador, astuto en el arte de timar y corromper.
Su misión era quebrar reglas, romper límites, esto era lo que le hacía sentir vivo y con una dosis de poder.
En su caso la risotada es burlona, ofensiva, apoyada en el pecado, incitadora a la rebeldía.
El aprovechador que agrede con instrumentos que debieran servir para la paz; el engañador que hace creer en algo pero esconde lo opuesto; lo siniestro disfrazado de alegría; la religión que suplanta a la espiritualidad. Son algunas de las formas de la burla rebelde, que lastima, que maltrata, que anula, que cohíbe, avergüenza, mata.

Por supuesto que aquí hay una rotura del límite y la risa lo manifiesta burlonamente, negativamente.
La persona que emplea este instrumento para el mal, el burlón, seguramente no es alguien poderoso, aunque detente la fuerza. Seguramente es alguien hundido en la impotencia, aunque se presente como una autoridad y tenga la capacidad de dañarte de alguna manera. En el fondo, en el espejo del alma, no es más que un pobre desgraciado que tiene la necesidad de agredir a otros para tener un poco de sentimiento de no-impotencia. Es un pobre desgraciado, que si no continúa dañando y dañándose es merecedor de misericordia junto al justo castigo; pero, que si persiste en su actitud y conducta nefasta, solamente es digno de castigo justo que lo desnude de su disfraz de poder para dejarlo a la vista en su real impotencia, tal vez así encuentre el camino a su esencia y deje el mal para construir shalom.

Podríamos seguir exponiendo, pero por ahora ha sido suficiente. Tal vez en otra ocasión continuemos.
Simplemente, una reflexión final.

Si quieres ser feliz, ayuda al prójimo a que sea feliz. No te centres en fabricar tu felicidad, porque ésta vendrá como resultado automático de tu obrar altruista, y no por atiborrarte de cosas.
En vez de pretender dominar lo que está fuera de tu alcance, haz tu parte, y disfruta de lo que es legal y tienes permitido.
Si hiciste a conciencia tu parte, si actuaste con altruismo, si comunicaste auténticamente, si construiste shalom por medio de acciones de bondad Y justicia, disfrutarás de shalom, de solaz, de regocijo. Sí, ocurrirán cosas negativas a diario, o casi; estarás chocando contra tus limitaciones todo el tiempo; te toparás con gente indigna, burlona, perversa, trastornada, malvada, equivocada, que querrán robarte tu porción de felicidad, puedes ser colaborador en sus intentos, o asumir que solamente controlas un poquito de la realidad, es ese poquito lo que tienes que controlar, el resto deja que fluya. Confía en el Eterno, pero no disculpes la mala acción de la gente con excusas tales como “todo es para bien”, cuando es tu deber llevar a juicio a los que han quebrado el orden y no cooperan con restablecerlo.
No seas cómplice o autor de tu infelicidad, ni uses la risa para el mal.
Ríe y sonríe, con autenticidad, con tranquilidad, con el bien hacer.

Educar al hijo sin EGO

Ya explicamos en muchas oportunidades el difícil trance que es el momento del nacimiento para todo humano.
Contamos con las útiles herramientas naturales del EGO para auxiliarnos, para atraer la atención y con ella el cuidado de los adultos de nuestro entorno.
Enseñamos también cómo esas herramientas van conquistando posiciones que no les corresponden, permitiendo así que la persona quede prisionera de celditas mentales, con respuestas esquemáticas y poco flexibles, lo que empobrece a la persona, la hunde en sentimientos de impotencia mayor, cosa que a su vez dispara nuevamente de manera automática a las herramientas del EGO.
Es un escabroso círculo de sufrimiento, de sentimientos ingratos, de violencia, fastidio, rencor, enojo, sentimientos de culpa, etc.

¿Qué pasaría si los padres, o aquellos adultos que cuidan y crían al niño, van haciendo caso omiso a las llamadas de atención que provienen del EGO del niño, en tanto refuerzan de manera firme las que se originan en el AMOR?
¿Si en lugar de ellos reaccionar desde el EGO, con abusos, agresiones, disgustos, impaciencia, incomunicación, etc., fueran proactivos y constructivos en sus relaciones con el niño?
Es decir, dotaran al niño de amor, atención, cuidado, respeto, seguridad, límites justos, metas apropiadas, estímulo positivo, modelos saludables a seguir, etc., evitando en la medida de lo posible todo lo que proviniera del propio EGO o del niño?

En verdad, no sabemos el resultado de nuestras acciones o de las omisiones.
Solamente controlamos aquella pequeña porción que podemos controlar, y pretender otra cosa, es estar sometidos al dominio del EGO.
Por lo cual, no podemos asegurar que, en esta tarea sagrada de criar hijos, si hacemos X la consecuencia siempre será Y. Pero, esta indeterminación no debe ser excusa para no hacer nuestra parte correspondiente, elegir adecuadamente, tomar buen recaudo para evaluar con conocimiento y confianza para escoger el que consideramos mejor camino.
Entonces, podemos suponer que si evitamos al máximo las trampas del EGO, el resultado será una persona más estable emocionalmente, con una mejor predisposición para encarar la vida como un constructor de SHALOM, afianzado en elecciones desde el bien y la justicia. Podemos suponer este resultado, pero nunca tendremos la certeza plena de que así será.

Entonces, un niño que se siente amado y no asfixiado por las conductas del EGO de sus padres o adultos que le crían, tiene más posibilidades de reducir la influencia del EGO en su vida, por tanto, se supone que ser más libre, más fuerte, mejor preparado para ver el mundo con la mirada realista-optimista, disfrutar de lo permitido, construir SHALOM.
Sus mayores servirán como modelo para de identificación, apropiarse de sus valores éticos, de sus maneras de comportarse, de sus ideas, para continuar por la misma senda que ellos.

Reitero, no es una ciencia exacta que puede predecir el futuro, millones son los factores en juego, que se nos escapan del control, por lo cual solo nos queda hacer nuestra mejor parte, para luego confiar en que lo que hacemos, más el resto de factores darán un resultado bienhechor.

Podemos afirmar los aspectos valiosos del niño, porque le brindamos aceptación, respeto, seguridad, confianza, un espejo en el cual mirarse con sinceridad, y le ayudamos a adquirir instrumentos intelectuales y emocionales para decodificar correctamente el mundo. Que sean personas plenas, no sombras quejumbrosas, ovejas de un rebaño, repetidores de lemas, autómatas de mandatos que no les pertenecen, fanáticos de cualquier moda, etc.
Darles tal certeza en ellos que no teman al fracaso, ni crean que solamente el éxito es la clave de la felicidad.
Permitirles experimentar, también el sufrimiento y la caída, para luego brindarles el apoyo para restablecerse, volver a levantarse, y ser más fuertes y mejores.
Que no sean esclavos del miedo ni de la culpa, sino que acepten sus limitaciones pero no las usen como excusas, y admitan sus errores y faltas para enmendarlas en un proceso de TESHUVÁ.
Que sepan dialogar, y no solamente decretar o ser sumisas almas de poderes ajenos.
Que no tengan miedo de decir “no”, cuando “no” sea la respuesta correcta.
Que no teman decir “sí”, cuando quieran algo que sea lícito y permitido para ellos.
Que aprendan a disfrutar, sin culpas, sin rencores, sin ahogos.
Que tengan conciencia de que son parte de un sistema mucho más grande y que tienen una parte para cumplir.
Que reconozcan la Presencia del Padre Celestial y sean dichosos hijos y siervos del Él.
Esto enseñarles, con el ejemplo y también con la prédica, enseñarles y otras cuestiones más que no hemos mencionado ahora.

Que el niño no sea la almohada que recibe los golpes de nuestra frustración e infelicidad.
No usarlos como pelotita de ping pong, para pelearnos con el cónyuge o ex.
Que no perciban que no les queremos, sino tan solo toleramos.
Que no esté ahí para consolarte en tus indolencias y limitaciones.
Que no sea tu víctima.
En resumen, que no sientan el peso del EGO, habiendo tanto AMOR que se puede dar y recibir de manera gratuita, digna, dichosa, saludable.

Por ahí tienes la excusa de que contigo no hicieron así.
O de que tus creencias te encierran dentro de una conducta repetitiva que no tolera el error, ni la falta, y aquel que se desvía es condenado.
O supones que nada de esto es relevante, sino solamente tus deseos egoístas.
Tienes la opción de escoger lo que harás, pero no tienes la opción de maltratar a tu hijo, porque NO ES tuyo…

Y, recuerda una última cosa, tú también eres ese hijo, al que puedes ayudar a salir de su celdita para que disfrute de este mundo y de la posteridad.

¿EGO localizado?

El EGO NO ES una metáfora, es el nombre que –en lo personal- asigno a una específica zona y determinadas funciones del cerebro (¿solamente humano? creo que no). Ya hemos compartido en otras oportunidades ubicación y designación que emplean las neurociencias. También se le puede llamar por su nombre tradicional, Ietzer haRá, tratando de no confundirlo con las imágenes que se han tejido a su alrededor que tenían una función explicativa.

El EGO es parte normal y natural de la especie humana, no es una construcción social ni depende de elecciones personales, sociales o culturales. Así como tenemos, por regla general, dos brazos o nariz, también contamos con esa sección del cerebro a la que llamamos EGO.

Dicho lo cual, debemos recordar que sobre la base biológica del EGO se forma también un hábito, a causa de las sucesivas reiteraciones de ciertos comportamientos que se convierten así en respuestas automáticas, inconscientes, que se disparan sin recurrir a la voluntad personal o a la elección del momento.

Entonces, el EGO dispara reacciones automáticas, tanto por estar codificadas de manera natural en nuestra naturaleza, como por ser hábitos que hemos ido adquiriendo con la repetición de conductas.

Está bien que así sea, el EGO NO es un enemigo, siempre y cuando no esté ocupando lugares y funciones que no le competen.
Por ejemplo, como mecanismo reactivo en situaciones de real impotencia, cuando lo que se precisa es una respuesta automática, veloz, entonces el EGO es nuestro mejor aliado. Para eso precisamente fue diseñado por nuestro Creador.
Pero, cuando es una situación de impotencia sentida, donde no hay una agresión material concreta, entonces las reacciones del EGO no resuelven (por lo general), sino que seguramente amplifican el problema, enroscan en una espiral de confusión, caos y malestar.

Visto lo cual, ¿podríamos decir que el EGO varía de acuerdo al país, región, ciudad, barrio, vehículo en el cual te movilizas, etc.?

Me parece que el EGO y su actuación seguiría siendo el mismo, allí en donde estemos, pero lo que varía podría ser:

  • los estímulos que lo disparan,
  • las costumbres que incentivan e intensifican su uso en ocasiones no acordes a su naturaleza.

En principio, y sin mucho análisis, cuando se vive en una casa campestre, sin el estrés típico de las grandes ciudades, es muy posible que no nos agredan tantos estímulos negativos, que nos hacen sentir en impotencia. Por supuesto que estaremos en situaciones de real impotencia, y de impotencia sentida, hasta en el lugar más pacífico y paradisíaco. No precisamos de otras personas para ser débiles o sentirnos ineptos. Nosotros mismos, cada uno de nosotros, nos encargamos de limitarnos, o la realidad nos impone su presencia con nuestras limitaciones. Pero, cuando uno se aparta de las tensiones de los centros urbanos, de las disputas por tonterías pasajeras, por demostrar que se tiene poder, por alcanzar metas sociales que poca relevancia verdadera tienen, entonces las agresiones reducen su número y alcance.

Además, cuando uno se ha criado, o se ha mudado, a una zona donde se enseña a vivir en armonía consigo mismo, con el prójimo, con el ambiente; donde se prioriza el verdadero trabajo espiritual y no las apariencias, de cualquier tipo; donde se lleva una existencia de aceptación de los límites y esfuerzo en superarse; donde se relaciona a través de la Comunicación Auténtica; donde se construye Shalom constantemente a través de conductas de bondad Y justicia; entonces, es más que probable que el EGO esté circunscripto a sus funciones específicas y necesarias, y poco avance en conquistar áreas que no le pertenecen. ¿Hay comunidades así?

Mira que diferente sería el avance del EGO cuando se está en medio del estrés de la ciudad, con ruidos, apuros, malos olores, escenas desagradables, inseguridad, miedos, exigencias, hacinamiento; y por si fuera poco, educados para reaccionar instintivamente, a los gritos, insultando, manipulando, pegando, amenazando, destruyendo, mintiendo, etc.

Tanto en la sociedad ideal como en la otra el EGO sigue existiendo, sigue siendo ese componente natural de nuestra especie, pero en una y otra se manifiesta de maneras diferentes. En una como aliado, en la otra como adversario.

Ahora, me pregunto, ¿será posible construir sociedad, familias, individuos, donde se lleve una existencia más cercana al ideal? O, ¿estamos condenados a seguir repitiendo los patrones distorsionados de existencia, que soportamos desde Adán y Eva hasta la fecha?

Me encantará leer tus opiniones, comentarios, preguntas, todas las cuales no se si responderé, pero seguramente leeré y tendré en cuenta.

Hábitos de éxito

En múltiples encuentros anteriores hemos descrito al EGO, sus funciones, origen, límites, los peligros que conlleva, etc.
Por tanto, ya conocemos acerca de las herramientas activas y la pasiva del EGO ante la sensación de impotencia, a lo que éstas llevan, los mecanismos que se disparan, los hábitos que se forman, etc. Hemos brindado numerosas alternativas al dominio del EGO, describimos otras maneras de accionar, señalamos que no hay un destino cruel fijo en esto, entre otras enseñanzas.

A veces pudiera parecer que reiteramos sin aportar nada nuevo, en otras vamos dejando más pistas del tema que finalmente conlleva un mejor conocimiento de sí mismo, del prójimo, de las relaciones que se tejen entre personas y sociedades, lo que posibilitaría una vida de mayor plenitud, bendición y trascendencia.
Tenemos la convicción de que no repetimos para aburrir, o por no tener otra cosa que brindar al amable lector, sino que cada ocasión tiene más datos, nuevas piezas para descubrir el rompecabezas y llevar a la senda de la vida correcta. Tal vez lo hacemos con mayor o menor destreza, no lo podemos evaluar, pero la mesa está servida con lo que consideramos buen alimento multidimensional. Si hay algo que sirve para llevar una vida de Luz, espiritual, seguramente que es el aprendizaje y aplicación de estos temas.

Un buen amigo, que estaba estudiando este texto, me preguntó al respecto: “¿Ante esa sensación, la persona tiene el poder de elegir como reaccionar, hasta revertir el hábito?”.
Estuvimos conversando un rato sobre esto, ampliando el conocimiento teórico pero especialmente el llevar a la práctica lo estudiado. Lo comparto para que pudiera ser de provecho para ti también.

De manera natural, así estamos creados, el EGO dispara sus reacciones automáticas, involuntarias, que son más veloces que el control consciente que se puede ejercer.
Emplean una vía rápida, que se adelanta en milésimas de segundos al pensamiento racional, evaluador.
Precisamente es este automatismo y rapidez lo que sirven como mecanismo defensivo, pues para ello fueron creadas.
Si cada vez que estuviéramos en real estado de impotencia tuviéramos que emplear la senda más lenta, para evaluar, razonar, considerar, terminaríamos muertos o gravemente heridos.
En una real situación de impotencia, lo necesario es el EGO actuando con sus primitivas pero efectivas herramientas.

Sin embargo, cuando la impotencia es sentida, por tanto no existe en la realidad compartida; o de existir la impotencia no conlleva un real peligro, las reacciones automáticas suelen aumentar la impotencia, sumar a la confusión, incrementar los problemas, atascar en vez de salvar.
Te pongo un ejemplo de ambas situaciones, para tratar de explicarme con más claridad.
Se viene encima tuyo un camión, tienes un segundo, probablemente de manera automática reacciones dando un grito y pegues un salto para apartarte de la colisión fatal.
¿Quién actuó?
El EGO, en su exacta y provechosa función.
Tu jefe te da más trabajo, te habla de manera abusiva, no te paga en fecha, te hace sentir una piltrafa y te hace trabajar sin pausa, reaccionas desde el EGO insultándolo y dándole una sonora bofetada que le vuela un par de dientes.
¿Quién actuó?
El EGO, provocando una cadena de acontecimientos que se salen de lo esperable y saludable.
¿Qué debieras haber hecho en el segundo caso?
Haber tomado las riendas de tu vida y escogido racionalmente una respuesta que evaluaras como la mejor, lo que NO incluye las herramientas del EGO.

Pero, ¿es posible romper este dominio del EGO? Como excelentemente preguntó el amigo.
Si es una reacción natural automática, si es además un hábito formado por la repetición incesante de comportamientos, si emplea una ruta propia más veloz que el pensamiento racional… ¿qué hacer para no seguir a merced del EGO?

Así como se forma el hábito negativo, puede formarse el positivo.
Repetir comportamientos saludables lleva a formar hábitos saludables.
Esto es, educarnos para controlar lo que exteriorizaremos, así como aprender a no dejar guardado dentro de uno la energía negativa.
Repito,
aprender a no exteriorizar lo que automáticamente brota del EGO,
aprender a no atesorar lo negativo en nuestro interior.

Entonces, en una situación de impotencia sentida el impulso del EGO emerge de las profundidad a velocidad de rayo,
con el trabajo necesario, constante, paciente, comprensivo,
tenemos que llegar a identificar la reacción, reconocerla, darnos cuenta de que algo la está provocando,
y no dejar que se manifieste hacia el exterior.
La retenemos unos instantes, lo suficiente para dejar que la otra zona del cerebro, la que es racional, codifique una respuesta constructiva, con menor influencia del EGO.
Es imprescindible aprender acerca del Comunicación Auténtica (entre otras cosas), y no cansarse en usarla. Porque, con la CA tenemos el canal para expresar nuestro disgusto, amargura, enojo, etc., sin agredir, sin exponernos, sin menoscabar la sinceridad ni la oportunidad del entendimiento. Por supuesto que el otro también participa, y si no está dispuesto a comunicar auténticamente, entonces será de nuestra parte el beneficio y alguna contrariedad.

Luego, no en ese momento, tendremos que manejar la energía que retuvimos para cambiarla a influjo positivo o retornarla de manera neutral a nuestro interior, pero nunca atesorar energía negativa, que termina dañándonos sí o sí.

Una gran estrategia, además, es tratar de encontrar alternativas que expliquen las conductas, NO que excusen el daño o la malicia, pero si que abran la posibilidad de no encerrarse en una idea fija, perniciosa, que agota las posibilidades de cambio y mejoramiento.

A veces, es necesario hablar «fuerte» con ciertas personas, que no entienden otro idioma más que el del EGO.
cuando esto ocurre hay que actuarlo, no sentirlo realmente,
para no caer en una espiral de impotencia, que le debilita más.
Igualmente, incluso allí no dejar de lado la Comunicación Auténtica, porque recuerda, la destrucción a veces es parte de la construcción, y la guerra en ocasiones es la única manera de alcanzar la paz.
¿Es lo que debemos escoger como primera opción?
Seguramente no; es la ultimísima puerta que debemos traspasar, si no tenemos otra forma.

Así, es cuestión de entrenarse pero con base teórica que afirme con claridad los conceptos y las acciones.

Debemos entender que aquel que manifiesta las reacciones del EGO, que menos trabajo ha realizado sobre sí mismo, probablemente es alguien muy sensible a sentirse impotente, a creerse impotente en cualquiera de sus variantes. A mayor creencia de fragilidad, mayores reacciones defensivas surgidas desde el pozo del EGO.
Sin embargo, aquel que se siente, cree, sabe poderoso, entonces tenderá menos a recurrir a las herramientas del EGO.
Seguramente que el automatismo estará presente, pero con menor intensidad en su manifestación externa.

Entonces, aprender cuáles son los puntos débiles y cuáles los fuertes propios, nos lleva a tener mayor dominio sobre nuestra existencia. Para lo cual, es necesario hacer un estudio de sí mismo, de las conductas, de los patrones de conducta, de los hábitos, de los modos de llamar la atención, de los mandatos internalizados, etc.

Bien, por ahora hasta aquí.
¿A qué conclusión práctica, para mejorar tu vida en plenitud, puedes obtener de estas sencillas enseñanzas?