Estamos a cuatro semanas del comienzo del año nuevo universal, conocido en hebreo como Rosh Hashaná, lo cual se traduciría al castellano como la “cabeza del año”. Es por medio de lo aprendido en teoría así como de la observación constatada por este servidor, que me parece adecuado, con la ayuda de Hashem, Bendito sea, compartir con ustedes, amigos de Fulvida, Fundación B’nei Noaj y las respectivas filiales locales, unos consejos para que el 5777 sea un año de mucha prosperidad y bendición.
Teshuvá para regresar
La transliteración de este título sonaría redundante, pues el vocablo teshuvá en hebreo se traduciría como retorno, entonces el título vendría siendo algo así como “retorno para regresar”. ¿Será que realmente es una redundancia o hay algo más? En realidad no hay tal redundancia y en un momento explicaré por qué: En hebreo la palabra teshuvá se traduciría al castellano como arrepentimiento, pero el arrepentimiento no tiene que ser un acto de contricción y de tristeza sino más bien, ¡todo lo contrario!
Así es, no se trata de alegrarse del mal cometido, sino de alegrarse del hecho de que tenemos una nueva oportunidad para regresar, pero el regreso no se da por el camino de la tristeza sino por el camino de la felicidad.
En tanto que las religiones tradicionales cristianas y musulmanas asocian el arrepentimiento con castigos corporales, persecuciones por parte de la comunidad, auto-persecuciones y cargos de consciencia, el judaísmo y el noajismo no precisan de estos medios, los cuales más bien alejan a la persona del Eterno, sí, así cómo lo lees, ¡El Eterno no quiere mártires ni llorones que duren días, meses o años autorecriminándose cosas que ya pasaron!
Poco a poco te explicaré, Dios-mediante, el tema del por qué no te tienes que recriminar lo pasado, y con la ayuda del Eterno, Bendito Sea, te explicaré más a fondo esto que hoy compartimos.
Ya casi comienza Shabbat, lo cual no implica que los noájidas tengamos que celebrarlo al estilo de los judíos, pues una cosa es la heredad judaica y otra la noájica, sin embargo, se puede recordar el Séptimo con una rica cena y aprovechar para unir más a la familia, con el fin de que haya alegría en el hogar y felicidad.
¡Pero esto no tiene sentido!
Hay cosas las cuales no le parecen lógicas a nuestro intelecto, porque estamos viendo solo un lado de un prisma. Te voy a poner un ejemplo para entender esto mejor: Imagínate un cubo el cual tiene seis caras por ser tridimensional: Largo, ancho y profundidad.
Si el cubo está en cuarto oscuro y solo se le ve una de las caras, el observador pensará que no es un cubo sino un cuadrado, porque solo puede observar una de las caras, pero si se encendiera la luz del dormitorio, efectivamente podría ver que no era un cuadrado sino un cubo.
En el momento en el cual el observador pensó que el cubo era en realidad un cuadrado, era porque lo estaba viendo con base a una concepción bidimensional, es decir, largo y ancho, pero cuando se encendió la luz del dormitorio, él pudo observar que el cuadrado era en realidad un cubo.
Algo similar sucede con las leyes espirituales y las leyes físicas. Hay mandamientos que son solo para que el pueblo judío los realice, porque la composición espiritual es distinta a la de un no judío. Algún malintencionado por ahí podría decir: “Eso es una manipulación por parte de los judíos para que nosotros no cumplamos con las mitzvot de ellos y no tengamos la bendición que ellos reciben”.
¡Esto sería completamente incierto! Te diré por qué: Cada quien tiene una misión distinta en este mundo, lo cual nos permite trabajar en pos de lograr paz y armonía en la tierra. Cada identidad espiritual necesita alimento distinto, por tanto, no se le puede dar comida de adulto a un niño y no porque una persona sea un niño ello significa que se le desprecia por esto, ¡todo lo contrario! ¡Más bien sus hermanos mayores y los adultos tienen la obligación de cuidarlo y de enseñarle!
Hay muchas personas quienes no quieren seguir estos principios y terminan enredándose en sus propias conclusiones las cuales luego los llevan, en muchísimas ocasiones, a desconectarse de la realidad. No hay nada malo en recordar el Séptimo día, pues fue cuando el Creador descansó, se puede descansar pero en el entendido de que se hace como una actividad lógica que nos permita recuperar fuerzas y no como un mandamiento, como sí está obligado un judío.
El Rabino David Miller, de bendita memoria, adujo que sería bueno que más personas descansaran en el Séptimo día similar a como lo hacen los judíos, pues un día de descanso absoluto de las labores le serviría mucho para la paz física y mental de las personas en general, además de la recuperación de energías que tanta falta nos hace, especialmente cuando hemos tenido fines de semana ajetreados y los lunes llegamos al trabajo más cansados que el propio viernes.
Eso sí, no nos confundamos, una cosa es descansar de las labores de manera similar a como lo hacen los judíos y otra es hacerlo igual a como ellos lo hacen. No se trata de encender velas ni de rezar los mismos rezos, etc., sino más bien de un momento para rezar ciertas oraciones que nos podrían acercar más a nuestro Creador. En esta página encontrarás más información sobre cómo se puede recordar el Séptimo sin caer en fanatismos ni emulaciones innecesarias, las cuales a la postre más bien terminan siendo perjudiciales.
Ahora que he mencionado este punto, el cual consideré de suma importancia para no caer en confusiones las cuales más bien generarían más mal que bien, procederé ahora a darte unos consejos para que esta semana venidera los apliques y de esta forma puedas prepararte mejor para Rosh Hashaná.
Confesión proactiva
Dice el gran filósofo y tratadista de la Torá, Moshé ben Maimon, conocido como Maimónides:
“1. Si una persona ha transgredido cualquiera de los preceptos de la Torá, ya sea afirmativo o negativo, deliberadamente o por inadvertencia, al arrepentirse y retornar de su error, debe confesarse ante Dios, bendito sea, pues está escrito: ´Cuando un varón o mujer cometiere… confesarán su pecado que cometieron´(Números V, 6-7). ¿Cómo ha de confesarse una persona? Ha de decir: ´¡Oh Dios! He errado, he obrado mal, me he rebelado contra ti, haciendo tal y tal cosa. Y ahora lo lamento, me avergüenzo de lo que hice y jamás repetiré ese acto. Ese es el principio de la confesión. Cuanto más amplia y detallada sea la confesión, mejor.” (Maimónides. Mishné Torá. Iad Jazaká. Editorial Sinaí. Tel Aviv, Israel. 2008. Página37).
El arrepentimiento es una herramienta de suma importancia con la cual contamos las personas para así poder corregir nuestros errores. El Rabino R S Arush, en su obra, “En el Jardín de la Fe” menciona un concepto muy interesante sobre la auto-confesión y lo expresa así:
“El hombre temeroso de Dios, ciertamente no dejará que el Creador lo juzgue por cada uno de sus pensamientos, palabras y acciones. Por consiguiente, el adelantará su ´Auto-Juicio´, se confesará u arrepentirá, pedirá perdón por todo, y corregirá sus acciones sin esperar un Juicio Divino”. (Arush, Shalom. En el Jardín de la Fe. Instituciones Jut Shel Jesed. Jerusalén, Israel. 2009. Página 319).
Te voy a explicar que, como ya casi estamos a las puertas del año nuevo, estas semanas previas en el mes de Elul deben de ser utilizadas para reflexión y arrepentimiento, pero no arrepentimiento de culpa y fustigación continua plagada de una auto-recriminación, sino de entender que no se puede llorar sobre la leche derramada y que ahora debemos de buscar rectificar nuestros errores y pedirle perdón a quienes hayamos lastimado y a nuestro Creador.
¿Cómo logramos esto? Muy sencillo, con fe, emuná, es decir, entendiendo, tal y como lo dijera R S Arush, que hay ciertas razones por las cuales hemos errado en el pasado:
1. Porque el Creador así lo quiso. Tengamos claro algo, una cosa es lo ocurrido previo al hecho y otra cosa la actitud tomada por nosotros después del hecho. Con esto lo que te quiero decir es que no vamos a usar como justificante el estribillo de que “El Creador así lo quiso” para andar haciendo daño por el mundo y luego justificarnos en la voluntad de Dios, porque ahí sí que estaríamos tratando de tergiversar las cosas y de burlarnos de Dios, de nosotros mismos y de nuestros semejantes, y esto no quedaría impune. Cuando hablamos de que el Creador así lo quiso es que erramos, sea con intención directa de errar, por no haber puesto atención o por pura negligencia, pero en cualquiera de estos casos debemos de tener en mente que ya lo pasado es pasado y no podemos echar marcha atrás. Eso es lo que quiere decir “porque el Creador así lo quiso”. Él, en su infinita Sabiduría nos permitió tomar esa decisión, porque algo teníamos que aprender.
2. Todo es para bien. Otro punto importante es el entender que aquello lo cual nos pueda parecer, en primera instancia, como algo malo, en realidad no lo es, pues todo en este mundo es para bien y eso incluye las buenas o malas acciones que tomemos. Por tanto, no nos debemos de desalentar ni de sentir tristes cuando ya las cosas han ocurrido, tampoco es que nos vamos a regocijar por el mal realizado, pues eso sería de malvados, pero no nos vamos a recriminar cual fiscales fuéramos, nuestros errores una y otra vez, los confesaremos y haremos lo posible para no volver a cometerlos, pero hasta ahí.
3. ¿Qué quiere el Creador de mí? No nos enojemos con los elementos externos de las circunstancias sino que, preguntémonos, ¿qué es lo que quiere el Creador de mí? Cuando voy a la oficina del gobierno y el empleado del mostrador me maltrata, no debo de arremeter contra el empleador sino que debo de entender que el Eterno me está enviando un mensaje a través del funcionario público. Si tu pareja se enoja y hace un berrinche, no debes de enojarte con ella sino de entender que, por algo el Creador quiso que tu pareja su molestara, que no es malo que esté molesta, aunque en el momento pareciera que sí y, luego, lo más importante es preguntarte ¿qué quiere el Creador de ti? ¿Qué te está tratando de decir a través del enojo de tu pareja?
Comienza por hablar con Dios una hora diaria, sí una hora, cuéntale tus problemas, háblale como a un amigo y él te escuchará. No cometas el error de las religiones que piensan que el Eterno es una máquina dispensadora de favores y que está obligado a depararnos lo solicitado, pues no es así, pero, si Él creó todo el Universo, incluyéndote a ti, ¿qué te hace pensar que hay algo imposible para él?
La ventaja de uno ir y confesarse proactivamente ante el Creador sin esperar a que nos castigue por nuestras transgresiones, implica que estamos siendo diligentes en el manejo de nuestra vida y que eso también implicará un mayor nivel de compromiso, no solo para con el Creador sino también para con nosotros mismos y nuestros semejantes.
Ya con esto cierro y te dejo para que reflexiones sobre lo compartido hoy. Mantente feliz y disfruta de este fin de semana, de la semana venidera y de las semanas que estén por venir. Si te mantienes feliz, las cosas te irán mucho mejor. Te deseo una excelente semana.