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Limitaciones y posibilidades

Lo material nos limita.
Así como el resto de nuestras dimensiones terrenales: emocional, social y mental.
Pero la dimensión espiritual nos libera.

Algunas limitaciones son concretas, ineludibles.
Por ejemplo, el paso del tiempo, de acuerdo a como lo vivimos en este mundo.
O cuando se requieren ciertos requisitos para un trabajo y no calificamos para ellos.
O si no somos ciudadanos de una nación, carecemos de ciertos derechos inherentes a ellos.
O el no poder controlar ni siquiera las cosas más ínfimas y banales de nuestro entorno, y de nuestro ser; siendo sometidos a todo tipo de avatares.
O la muerte, que en su faceta terrenal es la máxima impotencia posible.
Y así en decenas, miles, de circunstancias y situaciones.
La impotencia forma parte constante de nuestro ser, y forma una gran parte de nuestro Yo Vivido.

Y existen limitaciones que se generan en nuestro sistema de creencias.
El EGO jugando con nosotros nos impone falacias como realidades, encerrándonos en una celdita mental que nos niega la felicidad.
Por ejemplo, aquel que pudiera ser un excelente vendedor, pero se cree incapaz, inepto, infradotado y en base a esa realidad fabricada ni siquiera toca timbre a quien pudiera ser su comprador.
La chica a la cual le mandaron creer que como mujer no puede intervenir en ciertas áreas profesionales, y por ello se queda rezagada, amargada, con una falsa sonrisa atendiendo los quehaceres del hogar.
O la persona sumamente capacitada intelectualmente, pero a quien el EGO secuestro el pensamiento, llevándole a verse como un tonto, ignorante, merecedor de hostigamientos por su tara mental.
Y así podríamos sumar infinidad de ejemplos que probablemente te suenen conocidos muchos de ellos.

Conocer nuestras limitaciones reales nos permite emprender soluciones alternativas, o admitir la impotencia y dejar fluir aquello que no puede ser controlado.
Conocer nuestras limitaciones creídas y dar los pasos necesarios para quitarnos el yugo del EGO, nos alienta a avanzar en una aventura de mayor conciencia y felicidad.
Conocer la diferencia entre ambas, nos permite ser menos esclavos.

Para seguir meditando y creciendo:

«(5) Asimismo, yo he escuchado el gemido de los Hijos de Israel, a quienes los egipcios esclavizan, y me he acordado de mi pacto.
(6) Por tanto, di a los Hijos de Israel: ‘Yo soy el Eterno. Yo os sacaré de debajo de las cargas de Egipto y os salvaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros.
(7) Os tomaré como pueblo mío, y yo seré vuestro Elohim. Vosotros sabréis que yo soy el Eterno vuestro Elokim, que os libra de las cargas de Egipto.
(8) Yo os llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Avraham [Abraham], a Itzjac [Isaac] y a Iaacov [Jacob]. Yo os la daré en posesión. Yo el Eterno.’
(9) De esta manera habló Moshé [Moisés] a los Hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moshé [Moisés], a causa de la angustia de ánimo y del duro trabajo.»
(Shemot / Éxodo 6:5-9)

La despedida del patriarca, un legado de vida

El patriarca Iaacov/Israel se sabe próximo a su deceso, entonces se encarga de lo trascendente:

«(28) Todos éstos llegaron a ser las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo al bendecirlos; a cada uno lo bendijo con su respectiva bendición.
(29) Luego les mandó diciendo: ‘Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo;
(30) en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, la cual compró Avraham [Abraham] a Efrón el heteo, junto con el campo, para posesión de sepultura.
(31) Allí sepultaron a Avraham [Abraham] y a Sara su mujer, allí sepultaron a Itzjac [Isaac] y a Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea.
(32) El campo y la cueva que está en él fueron adquiridos de los hijos de Het.’
(33) Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.»
(Bereshit / Génesis 49:28-33)

Bendice a sus hijos, a cada uno de acuerdo a sus cualidades, a cómo se iría desarrollando en tribus.
Una bendición específica, la adecuada, que contemplaba desde la inspiración divina las necesidades y realidades del hijo y descendencia.
Una perspectiva positiva y realista, de vida.
Es comprensible esta despedida, este legado sagrado.

Sin embargo, sus últimas palabras parecen un poco extrañas.
No se dirigen a reforzar el ritualismo, ni prácticas “religiosas”, ni una identidad tribal en particular.
Ni es un pomposo estudio acerca de la divinidad y cuestiones teológicas.
Ni una prédica moralista cargada de imperativos religiosos.
Ni un quebrado corazón recurriendo a los últimos ardides del EGO para obtener compasión.
Ni un lastimero adiós a esta vida.
Miremos bien sus palabras.

Es un extenso recordatorio, lleno de detalles que parecen realmente innecesarios para estar rememorando precisamente en este preciso momento.
Vamos, relee el párrafo y admite junto conmigo que parece un tanto raro que el patriarca moribundo gaste su último aliento en lo que está contando.
Pero entonces, recordamos que Dios había prometido dos cosas a Avraham: descendencia y la tierra de Israel.
Y hacemos rápidamente el enlace mental con lo que está sucediendo en este momento.
Iaacov se encargó de guiar con sus bendiciones a sus hijos, la descendencia del pacto sagrado.
Y tenía que conducir las mentes y corazones a afianzar la idea de que la alianza eterna también incluye la tierra para que moren en paz y plenitud.
Por ello se enfoca en mencionar tanto detalle, en recordar historias antiguas conocidas, en ser exacto en las descripciones; por amor a su tierra, para que esa sana pasión se preserve y fortalezca en sus continuadores.

El Eterno no había prometido una Torá a los patriarcas, ni mandamientos, ni rituales, ni un templo sagrado, ni un plan para ser “salvos” de pecados, ni la vida luego de la vida.
Él prometió y pactó la descendencia y la propiedad de la tierra de Israel.
Lo cual reiteró cabalmente cuando los israelitas salían de Egipto:

«(8) Yo he descendido para librarlos de la mano de los egipcios y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y amplia, una tierra que fluye leche y miel, al lugar de los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.»
(Shemot / Éxodo 3:8)

«(6) Por tanto, di a los Hijos de Israel: ‘Yo soy el Eterno. Yo os sacaré de debajo de las cargas de Egipto y os salvaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros.
(7) Os tomaré como pueblo mío, y yo seré vuestro Elohim. Vosotros sabréis que yo soy el Eterno vuestro Elokim, que os libra de las cargas de Egipto.
(8) Yo os llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Avraham [Abraham], a Itzjac [Isaac] y a Iaacov [Jacob]. Yo os la daré en posesión. Yo el Eterno.'»
(Shemot / Éxodo 6:6-8)

Y no son las únicas ocasiones en que encontramos similar mensaje: la redención de Israel se completa con ellos viviendo en la tierra de Israel redimida.
Siendo así, ¿cómo y dónde entra la Torá y los mandamientos?

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com, compartido aquí por contar con interesantes enseñanzas para los noájidas. ¿Sabes cuáles?).

El silencio de Iosef

«(14) Después que había sepultado a su padre, Iosef [José] volvió a Egipto junto con sus hermanos y todos los que fueron con él para sepultar a su padre.
(15) Y viendo los hermanos de Iosef [José] que su padre había muerto, dijeron: -Quizás Iosef [José] nos tenga rencor y nos devuelva todo el mal que le ocasionamos.
(16) Y enviaron a decir a Iosef [José]: -Tu padre nos mandó antes de su muerte que te dijéramos:
(17) ‘Así diréis a Iosef [José]: ‘Por favor, perdona la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal.» Por eso, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Elohim de tu padre. Iosef [José] lloró mientras le hablaban.
(18) Entonces lloraron también sus hermanos, y postrándose delante de él le dijeron: -Aquí nos tienes como siervos tuyos.
(19) Pero Iosef [José] les respondió: -No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Elohim?
(20) Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Elohim lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso.
(21) Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así les confortó y les habló al corazón.»
(Bereshit / Génesis 50:14-21)

Según cuenta la Tradición, en su vuelta a Egipto Iosef quiso pasar por el pozo donde fuera lanzado por sus hermanos hace cuarenta años atrás. Se quedó allí en silencio, reflexionando, mirando el sitio del pasado horror. Tal vez una lágrima surbaca su rostro, no lo sé.
Los hermanos estaban aterrorizados, supusieron que el silencio se debía a la ira vengativa de Iosef, quien ahora estaba libre para tomar represalias en contra de ellos. Es que, siguieron suponiendo, mientras el padre estaba con vida ellos estaban protegidos, pero ahora había caído esa defensa, por lo cual se encontraban a disposición de la tortura que les quisiera imponer su poderoso hermano Iosef. Había sufrido muchísmo a causa de ellos, y hasta ahora no había siquiera mostrado un poquito de venganza, por lo cual, seguramente se había acumulado y sería espantosa.
Ellos no preguntaron, no se atrevieron, por ello hablaron-murmuraron entre ellos, desconfiados,
Si hubieran empleado la Comunicación Auténtica en lugar de las volteretas del EGO, probablemente habrían descubierto que la mente de Iosef lejos estaba de rencores y venganzas, por el contario, estaba agradeciendo al Eterno que lo había rescatado y llevado al éxito. Ese pozo fue un stio oscuro y angustiante por muchos años, pero finalmente Iosef había logrado la redención, también emocional, y era eso lo que estaba reconociendo ante el Señor.
Pero, los hermanos escogieron el camino oscuro, como habitualmente hacemos los mortales, empujados o arrastrados por el EGO, ocultamos la LUZ de la NESHAMÁ, en las grandes o pequeñas cosas.

Ya en Egipto los miedos de los hermanos crecieron.
Es que, durante décadas habían sido invitados a la mesa de su gobernante hermano, pero ahora ya las invitaciones no se extendieron más.
Esto aumento las sospechas de ellos, confirmando así indirectamente que las intenciones de Iosef eran de pesadilla hacia ellos. No sabían cuando, pero estaba ciertos de que tarde o temprano lloverían castigos indescriptibles sobre ellos a causa de sus delitos del pasado.
Si hubieran preguntado, Iosef les habría dicho que no los invitaba para no generar inútiles controversias. Pues, mientas Iaacov vivía él ocupaba la cabecera. Ahora, ¿quién se sentaría en la parte principal a la mesa? ¿Reubén, por ser el primogénito? ¿Yehudá, por ser el escogido para liderarlos? ¿Iosef, por ser el regente de Egipto? Era un conflicto al cual no quería llevar a la familia, por lo menos no en ese momento, por lo cual decidió en silencio dejar de organizar eventos que reunieran a la familia. Decisión errada o correcta, como sea, es la que tomó.
Los hermanos no sabían, pero actuaban movidos por sus prejuicios. En lugar de usar la Comunicación Auténtica, le pidieron a una de las madres de la nación que hablara con Iosef, que le mintiera, una “mentirita blanca”, pero mentira al fin. Aquello que el padre había ordenado que Iosef los perdonara. Eso nunca había sido dicho por Iaacov, quien murió sin saber quien había vendido a Iosef como esclavo a Egipto.
Y Iosef reconoció de inmediato la mentira, se dio cuenta de la manipulación, entendió el miedo que anidaba en el corazón de sus hermanos, entendió que de su parte tampoco había sido del todo claro y sincero. Él también olvidó usar las Comunicación Auténtica con ellos, por eso lloró, acosado por su propio EGO.
Luego, sí camino con la LUZ, cuando dijo e hizo: “Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así les confortó y les habló al corazón.»”.

¡Cuán importante es la Comunicación Auténtica!
¡De cuántos errores, malentendidos, altercados, disputas, guerras, violencia, sufrimiento y otros espantos más nos libraríamos si acudiéramos a ella de manera más cotidiana!
Puede parece más sencillo y económico responder desde el EGO, pero finalmente, es el esfuerzo de mantenerse en la senda de la LUZ la que reporta SHALOM y plenitud de bienestar.

Recuerda, construir SHALOM en todo momento, a través de pensamientos/palabras/actitudes/acciones de bondad Y justicia.
Así disfrutaremos del paraíso terrenal, de la mejor versión de nosotros mismos.
Esa es la cienca del espíritu, la Cabalá santa para la vida cotidiana.

Para deleitarte en la LUZ

Todo ser humano es NESHAMÁ, espíritu, por tanto conectado de manera permanente con el Eterno y todo lo creado.
Esa LUZ irradia de manera constante en nuestro ser, pero no la disfrutamos a pleno en nuestra existencia terrenal por dos motivos:

a) velos que interpone el Eterno, pues como entidades materiales no estamos capacitados para recibir el completo influjo de la LUZ;
b) manchas y cáscaras que se producen como efecto de pecar, salir del camino correcto que cada uno tiene marcado de acuerdo a su identidad espiritual (noájica o judía).

Si quisiéramos deleitarnos más de la LUZ del Creador, aquella que estamos posibilitados para recibir en esta vida, ¿qué podríamos hacer?

Te sugiero algunas respuestas, escoge aquellas que consideres más adecuadas:

1) Desconectarte del mundo, recluirte y llevar una vida extremadamente rigurosa y limitada de placeres sensuales (mundanos).
2) Dedicarte a extensas horas de meditación, rezo, silencio, enfocándote en lo que sientes es tu interioridad.
3) Sumergirte en repetición de textos que consideras sagrados, llenarte con palabras aunque no las comprendas, repetir lemas aunque no los entiendas; porque lo importante es la intención.
4) Rodearte de gente que cree en cosas parecidas a tus creencias, hacer actividades con esos “hermanos” de fe, mantener una vida de rituales codificados por esa agrupación a la que te enrolas.
5) Adquirir libros, audios, videos, amuletos, objetos varios; presentarte en lecturas, conferencias, encuentros, similares; de entidades cabalísticas, jasideas o afines (o que presuman de serlo); porque te sientes lleno con ese pan místico que te venden y devoras.
6) Conocer y cumplir cabalmente los mandamientos que te corresponden, de acuerdo a tu identidad espiritual (noájica o judía); respetando con idéntica energía los mandatos que refieren a las relaciones sociales, tanto como los que se vinculan con el Eterno y Sus cosas.
7) Adentrarte en costumbres, prácticas, creencias, vivencias judías, y si son llevadas al máximo rigor posible mejor (aunque no sea necesario desde un punto de vista estrictamente legal y ético). Tanto si eres judío como si eres gentil.
8) Construir SHALOM en todo momento, con acciones de bondad Y justicia. Sea en pensamientos, palabras, acciones o actitudes.
9) Hacer buenas obras sin mirar a quien.
10) Predicar a viva voz tus creencias “religiosas”, conminando a conocidos y desconocidos a compartirlas y a “convertirlos” a ellas.
11) Teniendo fe.
12) Estudiando los temas referentes a NESHAMÁ y al EGO, como por ejemplo los que aparecen publicados en http://serjudio.com/category/exclusivo/cterapia. Y luego, aplicando los consejos para tratar de llevar una vida más saludable, integrada, bendita, etc.
13) Conocerte mejor para encontrar mecanismos saludables para reaccionar y para activar en el mundo.
14) Disfrutando de lo permitido y apartándote de lo prohibido.
15) Haciendo TESHUVÁ.
16) Desafiándote a crecer a pesar de tu pereza para salir de tu zonita de confort.
17) Poniendo en redes sociales (Facebook, Twitter, etc.) fotos, mensajes, frases, videos que a ti te inspiran tu vena religiosa.
18) Yendo a la iglesia, centro de Kabbalah, iglesias disfrazadas de sinagogas (mesiánicas, netzaritas, seudo anusim, etc.), antros de la Nueva Era, etc.
19) Sirviendo al pastor, seudo rabino, seudo jajam, y negándote a cuestionarlo o requerirle honestidad.
20) Teniendo la certeza de que ya estás conectado y eres un ser de luz.

Si deseas, ¿nos cuentas las opciones que has escogido?
Tal vez tengas otras en mente, ¿quisieras compartirlas?
Estaré atento a tus comentarios, aquí debajo, en la zona destinada a los mismos.

¿Donde está dios?

Más que una pregunta, parece ser un grito de auxilio.

La respuesta que se nos ha ofrecido, desde un punto de vista sicológico y ético, es que no existe tal desconexión con dios, sino que lo que existe es una barrera natural a la alta dimensión espiritual (1) ; barrera que se le denomina EGO, que funcionó como salvavidas debido a la inutilidad del hombre de enfrentarse a su propia existencia en su nacimiento. Pero esa función con los años no decreció permitiendo el fortalecimiento de otras facultades humanas, sino que el hombre se acostumbró a ejercer actos ególatras, y desde ahí, hizo su personalidad, un Yo Vivido.

Esa personalidad, ese Yo Vivido, es tan falsa como limitada. Pero agradecería que en comentarios postearan los muchos artículos que se han dedicado a ese tema, para una mejor comprensión.

Desde esa perspectiva, la pregunta, o el grito de auxilio, podríamos descalificarla con válida o sana, pues desde la falsa personalidad lo que estaríamos preguntando, en realidad, es sobre el porqué las cosas no marchan tal y como uno la espera, o dicho de otro modo, por qué no se cumple lo que se considera subjetivamente bueno para uno mismo.

Por otro lado, se nos educó para saber que existe un ser que todo lo puede y todo lo sabe. Que hay que adorarlo y tenerlo contento, so pena de que las cosas no salgan bien, o cosas peores.

Ese concepto divino, reforzado con la distorsión de la personalidad, es la ecuación mental perfecta para fomentar una crisis existencial que razonamos más o menos así: si ese ser que todo lo puede y todo lo sabe, ¿Por qué no nos auxilia en el cumplimiento de la propia voluntad de lo que consideramos bueno para nosotros mismos?

Si aceptáramos que tenemos personalidad seriamente damnificada por el instinto reptiliano acompañado por una distorsión de la realidad que nos hace creer en dioses super poderosos y complacientes de los hombres que los adoran y temen, podríamos superar un poco la crisis que produce los malos ratos o las malas experiencias, para empezar a empoderarnos de nuestra voluntad y empezar a actuar responsabilidad.

Pero el interés por tales temas se ve opacado por el interés sobre temas religiosos que refuerzan las crisis existenciales haciendo más fuerte la prisión mental; y mientras más fuerte es la prisión mental, a menos persona se degrada el humano. Este año civil me ha tocado ver como personas con grandes convicciones religiosas, por las circunstancias vividas, han renunciado a ellas y a cualquier concepto de dios.

Pero lo insano que les he notado no ha sido tal renuncia, sino el desapego a lo que profesaban como moralmente bueno. Es decir, con su conducta se han divorciado de las leyes civiles y universales, para transformarse en acreedores de persecuciones judiciales.

El derrumbamiento de su vida con su conducta ha sido un cataclismo no solo para ellos, sino para sus observadores, pues resulta impensable tal metamorfosis. ¿Y donde esta dios?, se preguntan y nos preguntamos, pues sus convicciones que parecían estar fundamentadas en ese ser mandarín de los cielos, resultaron ser vapor de humo.

En definitiva, cualquier percepción sobre dios que particularmente se posea, es en realidad, una falacia, una fantasía, una idea equivocada de la realidad debido a la falsa construcción de la personalidad, del Yo Vivido, que degenero nuestro primitivo EGO.

Si atendiéramos especial atención a La prohibición a la idolatría y La prohibición a la blasfemia, notaríamos que ambos principios literalmente no demandan al humano un acto de veneración o de bendición respectivamente. Ni demandan creer, ni garantizan dones humanos para lubricar las impotencias de la existencia. Si la cultura, civilización, evolución y tradición contribuyó a la canalización de nuestro instinto sexual, las prohibiciones mencionadas deberían contribuir a la formación de hábitos sanos a nuestros impulsos idolátricos.

Apartarse, alejarse, desunirse, independizarse de cualquier concepto sobre dios que se tenga, para empoderarse de la propia existencia sin darle existencia a otros seres pareciera ser el objetivo de los dos primeros, y nobles, principios. Refuerzan la libertad humana como fundamento esencial de su propia espiritualidad (2) , ya que la libertad de acción en los actos humanos se limita a no idolatrar ni blasfemar para no caer en la superstición si se adora o bendice aunque sea con buenas intenciones. Estas prohibiciones son para el propio beneficio del hombre, no para el beneficio o beneplácito de nadie más.

Con ambos principios fundamentales atendidos literalmente, notará el lector que la pregunta cambia de rumbo. Ya no sería ¿Dónde está dios?, sino ¿Dónde estoy yo?, pues se reconocería que se tiene una responsabilidad con la propia existencia, y no al revés, que la vida o dios tiene responsabilidad con el individuo.

Se destinaría más tiempo a la búsqueda de sentido, a la respuesta responsable de soluciones de lo que la vida presenta, a la creación de oportunidades de desarrollo, a la aceptación de destinos fatales, a las conductas que dignifican al hombre; y no a la búsquedas de divinidades a quienes someterse para palear las impotencias y así rogar la ejecución de la voluntad privada.

Gozamos de libertad de ser y de actuar (3), no la desaprovechemos.

Gracias por sus comentarios.

 

Vale la pena

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1 y 2. Quisiera tomar el concepto de la logoterapia para indicar que el concepto de dimensión espiritual que utilizo es sinónimo de actos puramente humanos en contraste con actos puramente animales o instintivos (Viktor Frankl. El Hombre en Busca de Sentido Ultimo, pag 41). La espiritualidad, según mi convicción, es lo que reviste de dignidad o trascendencia los actos humanos.

3. Sus siervos (ángeles) se preguntan entre sí: ‘¿Dónde está el lugar de Su Gloria (para reverenciarle)?’.
Los que están enfrente responden bendiciendo: ‘Bendito es el Eterno, desde el lugar de Su Gloria.’
(Iejezkel / Ezequiel 3:12)».

…Y como es evidente, ellos (los jaiot) no emiten respuesta concreta a la pregunta que se hacen: «¿Dónde está la Gloria de Dios?»
…Al estar conscientes de la inmensa majestad del Eterno, al percibir que es inalcanzable su comprensión incluso para las mentes angelicales, la única verdadera respuesta que atinan a darse perpetuamente es: «Bendigamos al Eterno, así reconocemos fielmente que nosotros solamente somos siervos, y Él es Rey eterno, sin nada ni nadie que se Le compare o contraponga».
Reconocimiento que deberíamos hacer constantemente los seres humanos.

(Tomado de http://serjudio.com/rap2401a2450/rap2402.htm )

Iosef de Jánuca

Es sabido que la historia de Iosef, hijo de Iaacov, guarda relaciones muy fuertes con la historia de Purim.
Podemos sorprendernos al descubrir que también las tiene con la próxima festividad de Jánuca.
En una breve sinopsis veremos algunos de los puntos de conexión:

  1. Iosef estaba llamado a la grandeza, pero es esclavizado y oprimido en (y por) el extranjero.
    Judea debía conducir a las naciones por la senda espiritual, al encuentro de Dios, pero es esclavizado y oprimido por el extranjero.
  2. Iosef fue despojado de sus ropajes de distinción y realeza.
    Usurparon de los judíos sus lugares sagrados, introduciendo en ellos corrupción e idolatría.
  3. Iosef a pesar de todo, logró sobresalir de en medio de las dificultades.
    Los judíos continuaban con sus tradiciones, a pesar de soportar terribles prohibiciones en contra y castigos al ser descubiertos.
  4. Iosef fue acusado vilmente de actos aberrantes, luego de haberse resistido a las insinuaciones libertinas.
    A los judíos se les incitaba y provocaba a todo tipo de perversiones, y cuando se resistían eran acusados y maltratados.
  5. Iosef pudo haber sido asesinado mil veces, pero el amo siempre prefirió otro destino  para él.
    Judea era cautiva, podría haber sido exterminada su población, destruido el Templo, echado a los remanentes al exilio; pero el conquistador quería hacer olvidar la Torá, evaporar la personalidad judía, y no dañar adrede físicamente a los judíos o su patria.
  6. Iosef además de esclavo y en país extraño fue encarcelado.
    Los judíos sufrían todo tipo de persecuciones simplemente por querer seguir viviendo como corresponde a los judíos.
  7. Iosef había soñado con grandeza y mantenía su confianza en el Eterno ,aunque todas las cartas parecían echadas en su contra.
    Los judíos seguían soñando y confiando en el Eterno, no decaían en poder ser algún día libres de las ataduras que los atormentaban y así preservar su propia cultura.
  8. Iosef fue útil al conquistador, quien le sacó de la cárcel, dotó de poder, pero a cambio exigió llevara una máscara de pertenecer a la cultura egipcia. Iosef siguió siendo Iosef, aunque por fuera era Tzafnat Paneaj.
    Hubo judíos que gustosamente se helenizaron, otros que por conveniencia o temor se aproximaron al enemigo, y otros que se mantuvieron firmes en la lealtad a su cultura judía.
  9. Eventualmente Iosef exteriorizó su personalidad real, la hebrea, y logró limpiar las oscuridades de Egipto con las luces de su familia.
    Los judíos echaron a los seléucidas de Judea, retomaron el Templo, lo limpiaron y volvieron a los oficios santos allí. Encendieron la luz de la Menorá, que recordamos cada Jánuca.

Hay otros nexos, pero con estos ya tenemos suficiente para aprender y meditar.
Podríamos hacer el ejercicio de ver cómo se aplican estas situaciones a nuestra realidad, por ejemplo. Si lo haces y descubres algo que quieras compartir aquí, en los comentarios, será un honor leerlo.

Jag urim sameaj

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com, republicado aquí por su interesante aporte a la identidad espiritual del noájida).

Luz Espiritual

Espiritual NO ES:

  • sentimientos,
  • meditación,
  • poses corporales,
  • música introspectiva,
  • música en general,
  • repetición de lemas,
  • memorización de pasajes,
  • pertenencia a una secta,
  • religión,
  • esclavizarse a los mandatos de líderes,
  • hablar de manera ininteligible,
  • murmurar constantes ensalmos, alabanzas, aleluyas o similares,
  • doctrinas esotéricas,
  • mística,
  • alejarse para estar solo y envolverse en contemplaciones de seudo divinidad,
  • vestirse de formas extrañas,
  • tener comportamientos alienados,
  • prácticas supersticiosas.

Espiritual ES:

  • lo que resalta la conexión constante que nos une con el Eterno.

Por tanto:

  • cumplir los mandamientos que nos corresponde (los siete de las naciones si eres gentil; los que te incumban dentro de los 613 para los judíos, si eres judío),
  • construir SHALOM, que es una actitud y acción de bondad Y justicia,
  • estudiar aquello que nos ataña de TORÁ, para apartar errores, consolidar el bien, conocer nuestra porción, dedicarnos a ello.

El mundo, todo en él, es el lugar para ejercer la vida de espiritualidad.
Sea cuando nos abstenemos de lo prohibido,
o andamos con cautela ante lo que pudiera llevarnos al error,
o para rescatar las chispas de divinidad en todo lo creado,
o ejercemos nuestros deberes y potestades de manera leal.

Por tanto, es bueno tomar conciencia de que toda la creación es parte del campo de desarrollo de lo espiritual.
Como una línea sin cortes que une lo más etéreo con lo más grotesco, en todo ese tramo está la posibilidad de expresar nuestra conexión constante con el Padre Celestial.

Algunas sugerencias:

  • estudia aquello que te nutre realmente de TORÁ, y que es apropiado de acuerdo a tu identidad espiritual,
  • conoce tu ser, en su multidimensionalidad,
  • integra tu multidimensionalidad sin quebrantos artificiales,
  • admite tus defectos,
  • acepta tus virtudes,
  • vive construyendo SHALOM, con bondad Y justicia, en todo momento,
  • haz TESHUVÁ,
  • controla aquello que está en tu dominio,
  • no te desgastes en pretender controlar lo que no puedes controlar,
  • deja fluir lo que es improductivo mantener asido,
  • vive aquí y ahora a pleno, con memoria y proyección saludable,
  • disfruta de lo permitido,
  • apártate de lo prohibido,
  • comunícate auténticamente,
  • sé simple,
  • agradece,
  • haz tu parte, es tuya y de nadie más,
  • siembra para recoger en esta vida y en la siguiente, pero no seas como el necio que sirve a su amo solamente a cambio de la magra paga,
  • ampara al desprotegido, pero no lo conviertas en un lisiado emocional,
  • conversa con el Padre Celestial.

Con estas conductas seguramente la Luz de la NESHAMÁ (espíritu) poblará más tu existencia y la de tu entorno, apartará sombras del EGO, te hará crecer en verdad y poder.

Estudio “bíblico”

El ESTUDIO “bíblico” está reservado en exclusiva para los judíos, pues la Torá es heredad de Israel.
Ese estudio NO debe hacerse a fuerza de buenas intenciones, de habituar interpretar libremente, de generar ideas y opiniones según el propio criterio; sino que ha de estar guiado debidamente por el maestro capacitado, conocedor de la materia y de los modos de instrucción, y que provee de la creatividad limitada adecuadamente por el mensaje de la Tradición.
Es decir, no hay un verdadero estudio “bíblico” desprovisto del maestro apropiado, que conoce y respeta las fuentes tradicionales, y a la vez que tiene el ingrediente necesario para crear conocimiento actual.
Hemos publicado en otras ocasiones los párrafos legales y proféticos que confirman y demuestran esto, si tienes interés te pido que tomes el trabajo de buscar en el sitio.

El Eterno admite que el noájida estudie de Torá aquello que le pueda reportar crecimiento en su senda de fidelidad al Eterno.
Si bien la propiedad sigue siendo, y lo es eternamente, de los judíos, es admisible compartir lo adecuado con el noájida respetuoso y consciente de su lugar en la sociedad con el judío en la construcción de un mundo de SHALOM.
Obviamente que si para el judío el estudio debe ser regulado por un maestro idóneo en conocimiento y enseñanza de Torá, mil veces más esto se aplica a la hora en que el gentil desea beber de la rica Fuente de Israel.

De lo anterior es evidente que cualquier gentil que presuma de liderazgo bíblico, se imponga como maestro de Torá, imparta sus doctrinas al respecto, opine y pretenda enseñar doctamente; es una persona que está errada, tal vez llevada por buenas intenciones, pero carente del contenido y la cualidad necesarias. En el peor de los casos es un adorador del EGO, el cual es el responsable del surgimiento de todas las religiones, que contaminan la pureza humana, esclavizan al hombre y la sociedad, someten al mal a los inocentes, y usurpan la espiritualidad con religión.
Si tú eres seguidor de las nefastas enseñanzas de esos falsos profetas, “apóstoles”, “rohes”, “rabinos mesiánicos”, pastores, o cosas similares; debes saber que estás andando por una senda espantosa, de idolatría, de aberración abominable, de odio al Señor y carcoma de Salvación.

Que quede muy claro, para no recurrir a fuentes envenenadas a la hora de buscar el conocimiento luminoso y de vida de la Torá.
Aquel que busca el agua sagrada, que emana de la Fuente de santidad, no irá a recoger el hediondo barro en pozos secos, o apenas mojados, de los pregoneros de la religión. A tenerlo en cuenta, sin dejarse impresionar por palabras altisonantes, vestimentas enjundiosas, supuestos poderes proféticos, o cualquier otra trampa que el EGO prepara a los pies del incauto para que caiga en el sometimiento de la religión, en cualquiera de sus facetas, incluso en la que parece santidad judía.

¿Cuál sería la meta acorde para un verdadero estudio bíblico?
Varias son las finalidades, mencionaré solo algunas.

  • Conocer la Voluntad del Eterno, la que fue expresada por medio de Sus profetas.
  • Aprender los caminos armoniosos para aquel que desea vivir de acuerdo a los mandamientos del Eterno, aquellos que corresponden a cada uno de acuerdo a su identidad espiritual (noájica o judía).
  • Tomar conciencia del propio rol en la Obra del Eterno, para así laborar con esmero de acuerdo a lo que es apropiado.
  • Evitar caer en las manipulaciones de las religiones, que emplean el texto bíblico, a veces sumamente cambiado, con intenciones de mantener a las personas esclavizadas a creencias vacías de santidad y llenas de corrupción.
  • Recibir el consejo que lleva al autoconocimiento, al crecimiento en todas las áreas, a la eliminación de conflictos. Tal como si fuera un manual sagrado de psicología, pues quien mejor que el Autor del hombre para escribir el manual de la verdadera ayuda a la liberación del hombre.
  • Saber lo que es prohibido y permitido para el leal al Eterno, sea judío o noájida, y así conectarse plenamente a la vida cotidiana, mejorar las relaciones humanas, crecer como individuo, aportar a los demás positivamente.
  • Reconocer al Autor, para agradecerLe en verdad.
  • Fortalecer la propia identidad espiritual, sea la noájica o la judía, y así estar guarecido de la religión y su esclavitud infernal, que lleva al hombre a salvajadas tremendas, entre las que se incluye la negación del hombre, para negar a Dios.

La herida en el miembro

La noche antes de encontrarse con su hermano, Iaacov lucha contra un “hombre”.
Varias son las identidades que le han atribuido a esa presencia contenciosa, entre otras con su EGO (Ietzer haRá).
Iaacov esta vez no escapó, ni elaboró excusas, ni evitó con estratagemas, sino que se enfrentó a lo que le aterraba y esclavizaba.
Fue una batalla dura, pero finalmente prevaleció. Una de sus victorias fue adquirir un nuevo nombre, el que lo identificaría como triunfador, ISRAEL.
Sin embargo, la batalla también resultó en una herida que le acompañaría, porque se perjudicó su nervio ciático, en hebreo denominado “guid hanashé”.
Es esa zona que desde entonces los hijos del pueblo judío no deben consumir del animal kasher.

Es muy interesante saber que nashé, como es denominado ese nervio, se asocia directamente con el nombre de uno de los que serían sus nietos y posteriormente una de las tribus de la nación judía: Menashé.
Nombre que significa: “’Elohim me ha hecho olvidar todo mi sufrimiento y toda la casa de mi padre.’” (Bereshit / Génesis 41:51).
Vemos que simbólicamente, o no, el guid hanashé es el órgano del olvido. Allí fue herido Iaacov cuando luchó contra su EGO.
¿Por qué?
O mejor aún, ¿para qué?

Una de las respuestas es para que aprendamos a recordar cuando es meritorio hacerlo y para que no se nos obligue a recordar por las malas.
Mejor tener conciencia antes, sea de las memorias positivas o negativas, y tomarlas como modelo para una conducta constructora de SHALOM; en lugar de permitir que el olvido, la pereza, la desidia, la torpeza nos lleven al error y que se nos despierte la conciencia a través del sufrimiento.

Quedó herido el miembro del olvido, para que lo tengamos presente y no permitamos a la tonta desmemoria conducirnos hacia la oscuridad.
Seamos atentos a las historias de nuestro pasado, colectivo, familiar, personal, para estar sensibles a la  hora de felicitar, festejar, agradecer, pagar; también para ser cautelosos, sabios, compasivos, firmes, poderosos, emocionados.

Que no nos obliguen a recordar por las malas.
Que no nos despierten los golpes.
Tengamos memoria y con ella construyamos SHALOM.

La huída de Iaacov hacía Israel

Cuando leemos:

«Iaacov [Jacob] engañó a Labán el arameo al no decirle que se iba.»
(Bereshit / Génesis 31:20)

Quizás podríamos suponer que al patriarca Iaacov le faltó valor para enfrentar a su tío/suegro para declararle que lo dejaba, para volverse a su hogar en la tierra prometida por Dios a su familia.
Si no, ¿por qué habría de huir cual si fuera un ladrón?
Sería la observación llana, obvia, casi infantil de la acción.
Y tal vez sea la respuesta correcta que explique esta conducta.

Pero Iaacov Abinu no era un niño, no actuaba como tal. Él tenía astucia pero también integridad. Podía engañar sin ruborizarse pero también reclamar por rectitud.
Bien pronto luego de este párrafo él pondría de manifiesto su lucha interna, entre su EGO y su NESHAMÁ, en el episodio en el cual lucha una noche con un ángel. Combate del cual saldría victoriosa su Esencia, dejando en claro que los rostros que había estado usando en verdad ocultaban una NESHAMÁ pura, que estaba a cargo de su vida.
Así pues, no podemos quedarnos con la sencilla explicación de imaginarlo un patancito abrumado por el miedo, que escapa para cuidar su dinero y su vida.

Tal vez no temía por él, ni por sus posesiones legalmente habidas, sino por otros que pudieran resultar perjudicados por el proceder odioso del arameo.
Eso es exactamente lo que Iaacov expresa:

» -Yo tuve miedo, pensando que quizás me arrebatarías a tus hijas.»
(Bereshit / Génesis 31:31)

Está claro que Iaacov no estaba angustiado por sí mismo, sino por lo que pudiera ocurrirle a la gente inocente e indefensa a su cargo.
Y si prestamos atención al texto, el temor del patriarca no es alejado de la realidad, pues Labán declara:

«-Las hijas son mis hijas, los hijos son mis hijos y las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que tú ves es mío! ¿Qué puedo hacer hoy a estas hijas mías o a sus hijos que ellas han dado a luz?»
(Bereshit / Génesis 31:43)

En la egoísta mente de Labán todo le pertenecía, incapaz de reconocer los límites, de aceptar el derecho, de vivir con justicia.
Para él, nada era de Iaacov, ni tampoco de sus hijas.
Según creía Labán, todo lo que estaba allí, lo material y lo humano, lo que conformaba la familia y posesiones de Iaacov.
¿Cómo lidiar con un sujeto así, explicarle y que acepte que la realidad es otra?

Iaacov venía curtido de dos décadas de soportar hostigamientos, maltratos, engaños, burlas, acosos, robos por parte de Labán y sus hijos.
Tenía muy claro que si le revelaba amablemente su proyecto de partir en paz y rodeado por su familia, así como con sus bienes, Labán lo impediría a cómo diera lugar. Sea a través de estafas, amenazas, agresiones, o cualquier otro mecanismo malvado a su disposición.

Podría haber iniciado una apelación judicial Iaacov reclamando por su derecho a retornar a su patria, acompañado por su familia y por su bienes.
Pero, no solamente la ONU actual está decidida a causar daños a Israel, sino también los jueces en la localidad de Labán se confabularían para beneficiar al pillo Labán en detrimento de la justicia y del derecho. Porque, cuando el EGO está a cargo, no hay bondad ni justicia, sino solamente ataques desde la impotencia para someter al ser/colectivo y así mantener cercada a la NESHAMÁ detrás de las murallas de oscuridad que siembra el pecado.

No, Iaacov no podía esperar que el tribunal actuara con rectitud, estaba decididamente corrompido por la lujuria que proveía el arameo ricachón. Por lo cual, Iaacov debía afrontar la lucha frontal, que no temía, pero la cual resultaría en daños tremendos contra su familia y bienes. O podía actuar con astucia y evitar así males mayores.
Claro, la moralina pamplinesca, seudo progresista y santurrona tendría motivos para acusarlo por su desviado proceder, ¡pero de qué vale la imputación de los corruptos y éticamente pervertidos!
Hay momentos en los cuales se debe hacer lo que se debe hacer, sin esperar la miserable aprobación del infame o del apático.

Y eso hizo el patriarca de Israel, tomó la decisión que evaluó como menos dañosa para todos los implicados.
Creemos que acertó, aunque a primera vista surja la recriminación infantil con la que comenzamos este encuentro.

Pero el Eterno dejó bien en claro:

«Aquella noche Elohim vino en sueños a Labán el arameo, y le dijo: ‘Ten cuidado, no hables a Iaacov [Jacob] ni bien ni mal.'»
(Bereshit / Génesis 31:24)

Si Iaacov hubiera actuado incorrectamente, ¿no habría tenido Labán el derecho divino y humano para “al menos” recriminarle su acción?
Evidentemente que así es.
Pero, Elohim pone en claro que él no tiene ningún derecho aquí, nada para reclamar, ni siquiera algo para elogiar.
Silencio debería haber sido el único discurso de Labán ante “la ONU” al respecto de Israel.
Pero, Labán no pudo con su malgenio e incumplió la orden directa del Creador para tratar de embaucar nuevamente a Israel y llevarlo a la perdición.
Pero esa, ya es otra historia.

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com pero con valor noájico por eso compartido aquí también).