Quien cumple con la Tzedaká
de manera desinteresada, con genuina generosidad,
siempre recibe beneficios de su acto de bondad,
quizás en Este Mundo,
sin dudas en el Reino Celestial.
(Tzedaká = donar dinero para causas justas.)
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Quien cumple con la Tzedaká
de manera desinteresada, con genuina generosidad,
siempre recibe beneficios de su acto de bondad,
quizás en Este Mundo,
sin dudas en el Reino Celestial.
(Tzedaká = donar dinero para causas justas.)
Cuando se está dando dinero como Tzedaká,
el donante está sembrando frutos de placer para el Mundo Venidero y promoviendo una vida más saludable en Este Mundo.
(Tzedaká = donar dinero para causas justas.)
La vida por el camino del medio, la del equilibrio.
Dar al prójimo con generosidad y cariño es bueno,
mientras esto no provoque un daño a quien da.
Quien se priva de lo que necesita para vivir
con tal de beneficiar a otro,
no está amándose ni amando,
solamente está actuando con imprudente ceguera.
Las acciones de la vida están
sometidas al efecto boomerang,
lo que lanzamos, tarde o temprano, nos retorna.
Cuanto más consagremos a otros,
tanto más recibiremos.
La persona que se siente vacía por dentro,
tiene terror de lo simple.
Se llena de complicaciones y complejidades
para tratar de ocultar su oquedad interna.
Prefiero una persona simple que es responsable,
a una instruida que huye de la realidad.
El autoritario presiona, amenaza, cohíbe, demanda, espanta y es aborrecido.
El que posee autoridad hace sentir confianza a los que están bajo su guía, los estimula a desarrollarse, juzga con bondad y es humilde.
Cuando tu hijo no te hace caso, ¿por qué te enojas y le gritas?
¿Porque te apena que él se esté equivocando, o porque te das cuenta de que no tienes verdadera autoridad sobre él?
Si te apenas por él, ¿por qué le gritas, por qué te enojas?
¿Acaso te harás más caso de esta manera?
¿Acaso comprenderá a los gritos que tú le amas?
Y si te alteras porque no tienes autoridad, al enojarte y gritar lo único que demuestras es que no lo quieres sinceramente y que no posees el don de la autoridad.
Corrige a tu hijo con amor.
Que tus reprensiones estén motivadas exclusivamente en el deseo
de ayudarlo a crecer con mayor armonía.
El Eterno te pide fidelidad, respeto y amor.
Las tres se manifiestan de una sola manera:
al cumplir lo mejor que puedas con los mandamientos que Él te ha dado.