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VIDA DESPUES DE LA MUERTE (Historia personal)


Hoy quiero compartir algo que paso  luego de morir.  Solo recuerdo que fue un proceso un tanto lento, luego de que a través de ese túnel divise una luz, era sumamente radiante y sus destellos parecían impregnar mi ser de una extraña y a la vez profunda tranquilidad.

Mientras me acercaba a esa luz pude sentir y experimentar dolor, tristeza y alegría.  Sentí  dolor cuando escuche las voces de mis seres queridos quienes lloraban mi partida, pero me invadió la tristeza cuando los vi resignados a dejarme ir, sentí tristeza al prensar que ellos aún no podían contemplar y disfrutar de esa luz que se hacía cada vez más intensa, ¡Quise que ellos pudieran vivir esa experiencia!

No se exactamente cuánto tiempo paso, lo cierto es que a medida que me acercaba a esa luz me sentía más feliz. Escuchaba voces y vi pasar mi vida como una película; había voces que me invitaban a seguir hacia esa luz y escuchaba también aquellos que me llamaban para regresar; pero yo ¡No quería volver! Porque entonces sentía una profunda necesidad de llegar a la luz.

La película de mi vida,  aquella que vi pasar se detuvo por momentos.  Es curioso, pero ahora entendía claramente cosas que en vida no comprendí.  Vi mis errores y como muchas veces creí equivocadamente encontrar a Dios y hacer lo correcto; todo era tan claro, Dios no estaba en una iglesia, pero tampoco en  las religiones, sectas, movimiento e ideologías  y toda la basura que llenan la mente con falsas creencias y dogmas solo de hombres. 

Fue en ese momento cuando entendí que Dios escapaba a las pobre ideas que se venden en el catolicismo, cristianismo, hinduismo, budismo y tantos “ismos” que lejos de llevar a la verdad confunden y engañan.

Quise volver para decirle eso a mis seres amados, yo estaba bien y no tenía que elevar sus plegarias a sus falsas ideas de dioses , pues eso era idolatría.  Intente gritarles y llamarlos, pero no me oían;  parecían sordos pues sus creencias erradas  tapaban sus oídos , sus mentes y lo peor “ensuciaban su alma”, y ahora yo lo veía.

 Al llegar al final del túnel me vi en medio de un hermoso lugar, había tanta luz y un gran arco con sus siete colores parecían peldaños para alcanzar a Dios.  No sabría como describirte  lo que ví y lo que viví en ese lugar, preferiría que tú lo vieras y también lo vivieras.

 Esto no ocurrió en un quirófano, en la cama de un hospital, ó en mi cama; no ocurrió en un accidente natural, y en ningún  momento mi respiración, mi corazón ó mis signos vitales dejaron de funcionar.  La verdad, mi muerte fue aún viviendo.  Morí a las religiones y a las mentiras que ofrece el mundo para encontrar a Dios.  Y la luz la encontré cerca al judío; pero no cuando quise ser uno de ellos, sino cuando recibí el legado que Dios mismo le había dejado para mí.

 El noajismo es esa vida que nos espera a los gentiles cuando morimos para vivir, en esta vida, conociendo y disfrutando de la verdad, la Única que nos acerca a nuestro Creador.  ¿Por qué esperar a morir realmente, para lamentarse después?  Vive ahora, vive  a plenitud, busca tu esencia, busca la verdad, busca a Dios, al Todopoderoso, pues Él quiere que vivas.