Archivo de la categoría: Identidad noajica

¿Pecado? Y la mentira evangélica

Soy de la ciudad de Puno, Perú Edad 23 años estudiante de ingeniería civil conocí del noajismo hace 6 meses.

Mis buenos Saludos a Ful Vida
1- Yo asistía a una iglesia evangélica en busca de la verdad,
2- ahí me enseñaron que para Dios
3- pecado es pecado
4- y que solo aceptando a cristo tienes gracia en Dios;
5- también me enseñaron que los judíos eran radicales
6- y el que cometía un pecado tenia un castigo brutal.
7- Mi pregunta es ¿ En las leyes noajidas se aplica el concepto de pecado es pecado?
8- osea para Dios ¿Golpear es lo mismo que matar?
9-  ¿Robar un pan es lo mismo que robar un banco?.
William David (desde FULVIDA.com)

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El séptimo día universal

Hace unos días escribí y publiqué el texto llamado: “Del caos al orden”, el cual contiene el siguiente pasaje:

“Observemos que el día séptimo, Shabbat del Eterno, es el período que estamos transitando actualmente.
La Era Mesiánica implica el comienzo de una nueva “semana”, un nuevo orden de la realidad, más perfeccionada.”

Recién un querido amigo me preguntó: “Según el párrafo, ¿toda la historia de la humanidad esta dentro de un período de tiempo que se entienda como un «gran día sétimo»?”.

La respuesta es un claro y rotunda SÍ.
Cada uno de los seis “días” anteriores, que como dijimos son períodos indeterminados de tiempo extensamente largo, finaliza con una misma fórmula: “baiehi erev baiehi boker”, que se traduce habitualmente como “fue el anochecer y fue la mañana”, pero que nosotros aprendimos que es más correcto comprenderlo como “fue el caos y fue el discernimiento”.
Pero, del día séptimo no encontramos tal fórmula.
Por tanto, estamos en el proceso que va del caos al orden que corresponden a este tramo de la evolución de la creación.
Aún no hemos finalizado este día séptimo.
Cuando lo hagamos, el nuevo tiempo será la Era Mesiánica.

Esto que te estoy comentando ahora no es una mera opinión personal, sino que el propio texto santo de la Torá lo expresa negro sobre blanco:

«Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes.
Finalizó Elohim en el séptimo día la obra que había estado haciendo, y cesó en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
Y Elohim bendijo y santificó el séptimo día, porque en él cesó de toda Su obra, que Elokim creó para hacerse.»
(Bereshit / Génesis 2:1-3)

El Eterno cesó de crear, pero dejó la obra creada para hacerse.
Es decir, tenemos nosotros que tomar la posta y continuar el proceso de creación.
Hay todo un mundo por desarrollar a partir de lo que Él nos ha otorgado.
Porque Él, está “descansando”, es decir, se abstiene de realizar obra creativa.
Nos dejó a cargo, tal como los gentiles pueden realizar “melajá” en Shabat (día séptimo, de no labor creativa por parte de los judíos), pero los judíos deben abstenerse de realizarla.
Nosotros estamos encomendados por Él para continuar la tarea, completarla, llevar al mundo –en aquello que está a nuestro alcance- desde el caos al orden, en la faceta que corresponde a este período de la creación.

Cuando el día séptimo finalice, cuando el “sol caiga” y esté comenzado la noche del día siguiente, estaremos listos para comprobar si hemos hecho nuestra tarea, o si entraremos a la nueva semana en falta.
El Socio evaluará y entonces veremos si comenzamos la Era Mesiánica de modo apacible, por haber hecho nuestra parte en la Obra; o seremos zarandeados por las circunstancias, que deberán acomodar la realidad a la nueva Realidad.

Si somos atentos, estamos ya en el ocaso del séptimo día, la semana está finalizando.
El retorno de los hijos de Israel a su patria es una gran señal, así como un Estado fuerte e independiente augura el comienzo de la nueva etapa.
Los que están trastornados por sus EGOs, los que creen poder oponerse a Dios (que también es su Dios), harán lo posible para mantener el caos, para que el nuevo día no comience.
Pero, es imposible detener el proceso.
Podemos ser parte constructora de SHALOM, o entorpecerlo, sea como sea, habrá SHALOM.

Aprovechemos el séptimo día universal que está finalizando, para completar humildemente nuestra tarea: construir SHALOM con acciones concretas de bondad Y justicia.

De pecados y perdones

1- tengo una duda bastante importante de judaismo,
2a- imaginemos que un hombre quees ignorante y no sabe bien la Tanakh, y no se sabe bien los mandamientos de Moshé
2b- ni las leyes de Noaj,
3- y un dia, una sola vez en su vida, la única blasfemia que le hace al creador es él diciendo «te lo juro por d**s que no miento»( pero si miente)
4- pero tiempo más tarde aprende bien la Tanakh,
5- y ama a al creador sobre todas las cosas,
6-  y después recuerda ese pecado que hizo y se arrepiente demasiado y quiere ser perdonado( por su puesto no lo volverá a hacer)
7- ¿en este caso el Creador puede perdonar a este hombre ignorante si se arrepiente mucho de corazón
8- y dejarlo entrar al paraíso?
9- gracias,
10 – yo sé que ustedes siempre tiene respuestas correctas. :)
Moshé Rafael

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Tú noájida

Hay personas gentiles que toman conciencia de que han estado por una senda que no les corresponde a su identidad espiritual.
¡Descubren que son noájidas!
No porque pertenecen a una secta u organización noájica, o porque son parte de una “nueva religión” llamada noajismo, sino porque han nacido noájidas, con esa esencia espiritual, y es hora de vivir de acuerdo a ella, tal como el Padre Celestial quiere.

Pero, se topan con lo que creen obstáculos.
No tienen “iglesias” o “sinagogas” noájidas en su ciudad.
Ni un rabino, o un “rabino” noájida.
Ni algún maestro iluminado que les marque sus pasos.
Ni pastores de ovejas en un rebaño religioso.
Ni un pesado texto sagrado al cual recurrir
Ni un grupo de “hermanos y hermanas” para seducirse y presionarse mutuamente.
Ni clases dominicales, o cualquier otro día.
Ni deberes rituales que cumplir so pena de ser tratados como herejes.
Ni engañadores a los cuales mantener con diezmos y otras dádivas injustas.
En pocas palabras, no encuentran instituciones que los limiten y adiestren y adoctrinen y esclavicen, tal como seguramente era su costumbre como personas religiosas.

Entonces, se sienten perdidos, vacíos, débiles, en riesgo, dudosos, sin saber.
Y buscan lo que conocen del pasado, y si no lo encuentran lo recrean.
Entonces, se caen de la senda y van nuevamente por caminos divergentes, quizás muy morales y religiosos, pero apartándose de la rectitud espiritual que habían recién encontrado.

O están los que se confunden y se creen en obligación de llenarse de cosas judías, o seudo tales, o de convertirse a judío, o de afanarse en rodearse de objetos, lemas y amistades judías o que posen como tales.

O tal vez se quedan paralizados, inmóviles, a la espera de alguna señal celestial que les indique el camino a su “Belén”.
Esperan y piden ayuda en foros de la internet, y siguen esperando, como si tuvieran que tener alguna aprobación sindical o social para vivir de acuerdo a lo que Dios les manda.

El hecho es simple, cuando descubres que has vivido una vida alternativa a la que Dios quiere para ti, y eres gentil, entonces es hora que aprendas las siete leyes espirituales que Dios ha dictado para que cumplas. Luego, las cumples. Con eso ya estás haciendo lo que Dios quiere de ti.
No precisas fantasías, ni magia, ni organizaciones multinacionales, ni avivados que te estafen, ni buena gente con buenas intenciones pero escaso entendimiento que te perjudiquen.
No precisas un rabino que te dé palmaditas, ni abrazos de hermanitos en la fe, ni de reuniones fascinantes, nada de eso precisas.
Solamente conocer los siete mandamientos para las naciones y cumplirlos.

Luego, puedes aprender más cosas, divagar con conocimientos esotéricos (mientras no te corrompas con ellos), añadir acciones positivas que sumen a tus siete mandamientos sin quebrantar ninguna otra regla.
Después puedes juntarte con otros para hacer una comunidad noájica consciente y activa, que ayude a los miembros a fortalecerse y a ayudar a otros a ser rescatados del error.

Pero, ¿qué es lo esencial, lo ético, lo espiritual?
Conocer tu identidad espiritual y amarla y respetarla.
Saber tus siete mandamientos y cumplirlos.
Ser tú mismo, en armonía, al haber encontrado tu identidad espiritual y llevarla a la práctica con tu conducta diaria.

Construye SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia.
¡Vive como noájida, no como un payaso religioso o alguien temeroso a la espera de un salvador mágico!

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Te sugiero: http://fulvida.com/nosotros/empieza-aqui/

Shem–Nombre

SHEM en hebreo quiere decir nombre.
Es una etiqueta que se asocia íntimamente con lo que está nombrando.
La usamos para referirnos a personas o cosas, reconocerlos, distinguir unos de otros.

Uno adjudica nombres a los hijos, a veces con conciencia de la importancia del hecho, otras de manera totalmente infantil y/o superficial.

Algunos precisan un nombre para registrar a sus hijos, entonces disparan lo que se les viene a la mente: Marcelo, Hugo, Estela, Jorge, Ricardo, Manuela, sin darle mucha vuelta, o quizás un poquito y nada más.

Otros, se afilian al nombre X que está de moda, porque es el personaje de una telenovela, o un crack deportivo, o una estrella del espectáculo, o simplemente la onda es llamar a los hijos X; entonces, habrá una generación completa de Onures, Diegos Armandos, Jeniffers, Rickys, Angelinas, Jonathans, etc.

Otras personas toman nombres que suenen bonito/extraño, que rimen, que den placer estético aunque pudiera serlo de forma arbitraria e incluso bizarra, que llamen la atención por el mero hecho de hacerlo, o de alguna cualidad egoísta de los padres. Por respeto a los que portan estos nombres, evito ejemplificar.

Otros quieren demostrar su devoción o pertenencia a sectas, grupos, clubes, partidos, religiones, ideologías y no encuentran mejor manera que colgar un cartel en la frente de sus hijos de por vida. Así habrá Juanes Pablos, Josés Marías, Marías Josés, Jesúses, Kirshnas, Kremlins, Lenins, Husseins, Moishes, Menajemes Mendeles, Adolfos Benitos, Fideles, Mardoqueos, Ishbaales, y sigue tú encontrando ejemplos.

Otros siguen costumbres familiares, como nombrar en honor a un pariente vivo tal como es habitual entre los sefaradim, o de un pariente fallecido entre los ashkenazim. Entonces, por ejemplo tendrás algún Yehuda Arie (como yo) que se llama así por su abuelo paterno que ya había fallecido años antes de mi nacimiento. O verás familias típicas sefaradíes en donde se repite el nombre, por ejemplo Víctor, del abuelo vivo el cual recibe orgullosamente su nieto.
En línea con esto se encuentra la clásica tradición judía de nombrar a los niños con nombres de personajes destacados, luminosos, modelos de buena vida, para que de alguna forma el niño al crecer vaya adquiriendo rasgos positivos, quizás al indagar sobre el origen de su nombre o de aquellos que supieron darle lustre en la historia. Abraham, David, Moshé, Shmuel, Albert, Esther, etc.

Como variante del anterior podrían estar los que quieren saber la etimología del nombre, no sé muy bien con qué intención. Quizás porque suponen que si llaman Alexander al hijo, éste será un gran conquistador (como el Magno) o un gran defensor (según el origen del nombre griego), o si la llaman Sherezade será una belleza increíble (según etimología persa)además de inteligente seductora (como la del cuento clásico). Luego la vida se encargará de demostrar o no esta apuesta.

Hay personas que van en busca de secretos místicos de poder y gloria, por ello rebuscan entre sabios y engrupidos para encontrar aquella etiqueta mágica que adosar a sus hijos, con la excusa de que por medio de ella se les abrirá los tesoros más impresionantes del mundo, o del otro mundo. Esto da pie a que muchos engañados atosiguen a sus engañadores reclamando consejos cabalisteros mágicos a la hora de poner un nombre a sus recién nacidos.
Podría haber alguna dosis de realidad en esto, pero la gran masa está ausente de la realidad, solamente quieren el premio sin el esfuerzo.

Y seguramente habrá otras maneras variadas estrategias para encontrar nombres a los hijos, para bien o para mal de ellos…
Como también existen las sociedades que admiten el cambio legal de nombres; así como culturas en las cuales la gente adquiere varios nombres y es conocido oficialmente por todos ellos: Itró, suegro de Moshé; el propio Moshé; Abram/Abraham; Iaacov/Israel; entre otros y sin olvidar a Esav/Edom.

Todo muy interesante, ciertamente.
Pero, hay un pequeño detallito a tomar en cuenta, si me permites el consejo.
SHEM en hebreo antiguo, aquel que algunos llaman “bíblico” era nombre, por supuesto, pero quería decir: “la meta y/o la función”.
Los nombres no solamente eran letreros para señalar objetos o personas, sino indicaciones de para que sirven, como se usan, que hacen, hacia donde se dirigen, que buscan en la vida.

En un aparte, me desvío un instante: una de las formas de denominar al Eterno es HASHEM, el Nombre, ¿será casualidad?

Regreso al tema central.
Construye tu SHEM, porque es mejor el SHEM TOV (buen nombre), que el más fino SHEMEN TOV (buen aceite), según dijera el más sabio de los hombres de su época llamado Iedidiá (querido de Dios), al que conocemos como Shelomó/Salomón (el completo, el del SHALOM), en Kohelet/Eclesiastés 7:1.

¿Iguales ante los ojos de dios? ¡¡dios me libre!!

En los tiempos modernos, como consecuencia negativa de la globalización[1] se ha estandarizado y masificado al hombre, reduciéndolo a un objeto de consumo que se rige por las leyes del mercado.

Vivimos intentando alcanza los mismos sueños: estudios universitarios, trabajos bien remunerados, pensiones de jubilación jugosas, viajes de vacaciones en las mismas fechas, paseos domingueros a los mismos malls, el ultimo celular Iphone  o Samsung Galaxy, etc, todo en una perfecta sincronización.

El individuo no importa, lo que realmente tiene valor es la masa, la colectividad, las fuerzas de las muchedumbres que consumen lo mismo.

Pero ese fenómeno de masificación fue primeramente desarrollado por La Religión. Anuló la individualidad de las personas para redirigirlas a una personalidad prefabricada.

La religión le impuso a las masas a un dios para que lo consumiéramos. Impuso normas, reglas, ritos y castigos para mantenernos como rebaños de animales a un mismo ritmo de creencia, de comunicación con dios y con los demás.

Nos creímos iguales porque vendimos la individualidad a cambio de la seguridad del rebaño. Si todos piensan que creer en dios es bueno para el hombre, no cabe la duda, la interrogación o la negación. Porque cualquier intento para recobrar la individualidad o la verdadera identidad tiene que ser tratada como sublevación.

Y aun así, hoy en día, a pesar de que muchos se han purgado de la religión en que fueron educados, sin saberlo siguen sincronizados con ideas venenosas. Equivocadamente creen que emulando los servicios judaicos encontraran consuelo espiritual por el vacío que dejó su divorcio con la religión.

Nada más alejado de la verdad. Si la persona que dio ese paso, tiene la oportunidad que no tuvieron los antepasados: la posibilidad de saber quien se es y que se quiere; de reencontrar la verdadera identidad.

Pero esa identidad no se desenterrará en los fundos de los judíos. Hasta donde se me ha educado, dios hizo separación en los humanos, entre otras cosas, con señales. A los NO JUDIOS les dio un fenómeno natural por señal. A los JUDIOS les dio, entre otras señas, un día. Lo que hagan ese día, sea lunes, domingo, Sabbat o jueves, es asunto judío. A los NO JUDIOS les dio un compendio legal que se debía trasmitir y desarrollar por vía oral. A los JUDIOS les dio otro escrito.

Sería una actitud del religioso entrenado tratar de imitarlos; y si se tiene ahora la oportunidad de educarse con un maestro judío, lo razonable sería aprovechar la oportunidad para redescubrir quien realmente somos.

Y No. No somos iguales ante los ojos de nadie y nunca lo fuimos. Somos diferentes.

 

Alegria

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Globalizaci%C3%B3n

Mas del Ego

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He perdido la cuenta de los artículos que he leído sobre el Ego que se encuentran en este sitio. Cualquier interesado en el tema encuentra acá incontables artículos; de vieja data o recientes, que le cambiarán la perspectiva de lo que es el Ego y su influencia en la vida del hombre.

Con las primeras lecturas, y de primera entrada, tratará el tema como uno más de los montones que se encuentran; como un elemento que es ajeno al lector, o bien, que el Ego es un algo que pueda manejar con la voluntad. Le parecerá que cuando se refiere al Ego propio, es un algo que puede minimizar o anular con su sola capacidad volitiva.

Nada más alejado de la realidad; pero esas son las primeras impresiones. El Ego como algo ajeno al lector o de fácil docilidad o anulación.

Con el tiempo de estudio detallado, el lector se dará cuenta de su error de apreciación, pues mientras más se analiza detalladamente, descubrirá que El Ego humano, más que un concepto filosófico, psicológico o psiquiátrico, es una dualidad de función en la persona (amigo y enemigo a la vez); ya que pasa de auxiliar la vida del hombre, a una identidad de la persona (Yo Vivido), sin que el hombre sea consciente de ello.

De a poco, se llega a descubrir su influencia en los pensamientos, sentimientos y acciones; influencia que creó una identidad irreal, un “yo vivido” que no es realmente el “yo soy”.

En lo personal, he aprendido que ese activo natural no es enemigo del hombre, mucho menos un ente externo al hombre; simplemente una función humana (y de otras especies) que le auxilió en la impotencia primera del nacimiento.

Una función que es clara y, naturalmente, noble: mantener la vida ante la impotencia real. En nuestro caso, por nacer sin ninguna defensa natural para enfrentar los elementos, más que aquellos cuidados que nos pueden brindar las personas a quienes logramos llamar la atención.

Partiendo de que El Ego es una función natural, podrá entonces el lector hacer una primera diferenciación con el egoísmo [1], es decir, no se está refiriendo únicamente al deseo desmedido individual, sino que a un recurso humano para sobrevivir.

Esa función se complejiza y extralimita sus funciones naturales sin que la persona esté consciente de eso. La extralimitación de dicha función natural es la que produce la desviación del hombre; primeramente la persona repite conductas de para llamar la atención de otros, o bien, para desconectarse de la realidad, produciendo hábitos [2] que con el tiempo crean una falsa identidad a la que se le denomina “yo vivido”. Segundo, que desde esa falsa identidad, el hombre empieza su relación con el mundo, la sociedad y la vida.

Llegado a este punto de comprensión, puede el lector concluir que el tema no se refiere a una lucha entre “el bien o el mal” como es tratada por la religión. Tampoco como un tema de seudo espiritualidad barato y sin sentido, sino que a un tema de urgencia necesidad para poder desarrollarse como persona con la real identidad que le corresponde, libre e independiente de los malos hábitos que los impulsos primeros ocasionaron.

Sea que el Ego del hombre tenga su origen o sus raíces cerebrales [3], físicas [4], o bien, en zonas abstractas por donde transita la psiquis humana [5] lo cierto es que esta función extralimitada ha degenerado una falsa identidad en la persona, lo que conlleva a falsos pensamientos, falsos sentimientos, falsas ideas y preconceptos y falsas motivaciones de las acciones.

Responsabilizar al Ego de los problemas del hombre, a mi juicio, sería un error ya que como función natural cumple su destino de auxiliarle en el momento crucial de completa y total indefensión. Tampoco la extralimitación de su función natural se podría definir como defecto humano y así responsabilizar por tal defecto al creador del hombre (dios o la evolución). Se extralimita por ignorancia del hombre de sus otros mecanismos para enfrentar la realidad que no sea desde su mismo Ego.

Lo que impera es una ignorancia (individual y social) en materia del Ego, su función y su extralimitación. Insistir en su análisis es educar a la persona en hacerle comprender que los hábitos por las conductas repetidas de las impotencias sentidas le han creado una falsa identidad, un “alguien” que no es la persona.

La falta de control o la impotencia, -que hace que la función natural entre en acción, que a la postre degenera la identidad por la repetición de conductas- es el detonante que debe concientizar y vigilar el estudioso del Ego. No solo el señor Yehuda Ribco insiste en que es la falta de poder, control o dominio sobre la realidad, la vida o los cambios que ella dispone, son insoportables para la persona al punto de desviarlo de su identidad real. Otros pensadores así los han propuesto:

“…La historia social del hombre se inició al emerger éste de un estado de unidad indiferenciada  con el mundo natural, para adquirir conciencia de sí mismo como de una entidad separada y distinta de la naturaleza y de los hombres que lo rodeaban… El individuo permanecía estrechamente ligado al mundo social y natural del cual había emergido; mientras tenía conciencia de sí mismo, si bien parcialmente, como de una entidad distinta, no dejaba al propio tiempo de sentirse parte del mundo circundante…otro aspecto del proceso de individuación consiste en el aumento de la soledad… En la medida en que el niño emerge de ese mundo se da cuenta de su soledad, de ser una entidad separada de todos los demás. Esa separación de un mundo que, en comparación con la propia existencia del individuo, es fuerte  y poderoso en forma abrumadora, y a menudo  es también amenazador y peligroso, crea un sentimiento de angustia e impotencia…Surge el impulso de abandonar la propia personalidad…”  [6]    (el resaltado es intencional)

En palabras propias, la evolución del hombre y de la sociedad individualizo a la persona y a su vez la separó (o mejor dicho, la responsabilizó) para ponerlo de cara a la vida, a la realidad, al mundo. Magno hecho aterrorizó al ser humano al punto de que éste no pudiera responder desde su verdadera (y desconocida) identidad, sino que, por ignorancia, sucumbió a lo que narcotizó en la infancia, degenerando en una falsa identidad.

No es culpa del hombre su falta de conciencia del fenómeno que le ocurre cada vez que experimenta la falta de poder, pero es su responsabilidad adquirirla, si es que pretende descubrir su verdadera personalidad para responderse y responderle al mundo y a la vida.

Estar consiente no solamente implica conocer lo que nos ha sucedido. Pues es imposible conocer y esperar vegetativamente. Estar consiente es el acto más espiritual que pueda tener la persona [7] porque implica conocimiento, experimentación y aplicación a la misma vez.

Ser consiente es no suponer [8] que es dios quien nos debe de revelar nuestros secretos, o que es el mesías quien debe de hacerlo. O que a través de la magia del rezo o la fe o creencia hueca en dios se logrará descubrir la real identidad. O creerse que es aceptar la Tora Noajida ciegamente la que devolverá a la persona su desconocido “yo”.

En definitiva, implica un estudio concienzudo de uno mismo. Tal vez se logre comprender que el espíritu de las Leyes de la Humanidad era “si corriges tus malos hábitos ególatras descubres tu identidad”.

Solo me resta agradecer su lectura y comentario. Y mi sincero deseo de Buena Suerte al lector interesado en el tema del Ego, de la identidad, de la espiritualidad.

[1] “… egoísmo (atender el propio interés sin importarle lo que ocurre con los demás o el entorno), egocentrismo (creerse el centro del mundo y despreciar lo que ocurre a los demás), egolatría (veneración religiosa de uno mismo)..” http://fulvida.com/2012/05/30/el-mesas-de-tu-vida/

[2] “…conductas aprendidas que se han convertido en hábitos, y como tales se disparan de manera involuntaria, inconsciente. Son estos hábitos los que se deben modificar, muchos de ellos extirpar, otros contener, evaporar…” http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/para-erradicar-la-idolatra

[3] “…En su origen, el EGO es una instancia absolutamente individual, pues es la denominación que le damos a una función instintiva de supervivencia que se aloja en la zona “reptiliana” de nuestro cerebro..”  http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/ego-colectivo-y-era-mesinica

[4]“…El primer banco de memoria es nuestro cuerpo.  El primero en aprender es nuestro cuerpo. El primero en responder, incluso en edad adulta, es el cuerpo. Cuando nacemos, cuando nos vemos sumergidos en un océano de plena impotencia, es el cuerpo el que padece, el que memoriza el trauma espantoso. Es el cuerpo el que mantiene el recuerdo, no con palabras, no con imágenes, no con vínculos lógicos y racionales, no de forma consciente, pero el cuerpo guarda aquellos momentos y los revive…” http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/el-cuerpo-conoce

 

[5] «…Entre la conciencia y la esencia se interpone una barrera formada por el EGO, con sus máscaras multiformes, con sus apetitos normales pero que cuando exceden el límite se convierten en problemas…» http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/el-deseo-como-apego-a-la-idolatra

[6] El Miedo a la Libertad. Erich Fromm. Ediciones Culturales Paidós S.A. 2012. Pag 49-52

[7] “..Todo el tiempo, sin pausas, sin alteraciones, estamos conectados a la gran red espiritual, a través de nuestra neshamá, lo que llamamos esencia espiritual. Todo se guarda en esa nube, en ese gran disco duro, que se preserva sin errores ni pérdidas, por siempre. Sean impresiones, sensaciones, sentimientos, ideas, vivencias, acciones, todo sin excepción, en perfecto registro… Llenemos nuestra memoria trascendente con buenos recuerdos, de actos de bondad y justicia, de fidelidad, de experiencias agradables, de disfrutar de lo permitido, de alegría, de placer apto, para que tengamos una memoria y conciencia eterna de verdadero paraíso. Si hacemos esto, también estamos compartiendo el bien y la bendición con el prójimo, preservando así una huella de vida más allá de la muerte física…” http://serjudio.com/personas/etica/memoria-y-conciencia-tras-la-muerte

[8] “…No lo sé, y por eso mismo, no supongo, y si supongo no actúo a partir de mi creencia, sino que trato de verificarla o desmentirla, analizando, preguntando, avanzando con respeto y cuidado…” http://serjudio.com/personas/crecimiento/el-consejo-diario-584

Des-religion-arse

A mí me gustaría cantar victoria en una proclama de no haber sido nunca religioso; de no haber creído nunca en ningún dios o religión que afectara mi conciencia de ser, mi forma de pensar-razonar, o mi forma de actuar.

Y estoy completamente seguro que muchos quisieran pensar como yo. El creer que se nació sin influencias parentales sobre ningún dios y ninguna religión para muchos de nosotros resulta como una medalla que con gusto llevaríamos casi que encarnada.

Y de hecho si hubiese sido así, si no hubiésemos recibido, como herencia y tradición, la religión y a dios, y si no hubiéramos tenido influencia de ninguna religión en ninguna de nuestras edades y etapas, ¡! Que alturas personales y sociales hubiésemos alcanzado ¡!

Seguramente estaríamos viviendo niveles de conciencias inimaginables, casi de ciencia ficción. Probablemente hasta físicamente fuésemos diferentes por no tener prejuicios que hayan detenido el proceso evolutivo, o científico, tecnológico, o ético, o vaya a saber qué.

A ciencia cierta hasta los sistemas políticos y jurídicos hubiesen sido distintos por haber sido céntricos en los derechos y deberes inalienables al ser humano, que no nacieron ni van a acabarse, sino que siempre han existido por ser inherentes a la condición humana. Que ningún dios se los dio y que ninguna religión reafirmó, sino que el hombre descubrió; tal y como descubrió la ley de la gravedad.

¡! Y ni hablar de la historia ¡! Cuan diferente hubiese sido la historia de la humanidad de no haber existido nunca la religión y su infeccioso dios. Creíblemente hoy fuésemos miles de millares de personas habitando nuestro planeta… y quizás en unos cuantos otros mundos tambien ¡¡ Con toda seguridad el computo de los años y las eras partirían del año cero del nacimiento de la primera persona, y fuese una celebración mundial (y planetaria) cada cumpleaños del hombre ¡¡. (Y si el que me lee quiere acompañarme en mi viaje utópico, le invito a que responda en los comentarios a la pregunta donde estaríamos hoy sin religiones).

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Y mi país… ¿Dónde estaría mi querido país sin la religión y sin su dios? Para serles sincero no puedo imaginar a mi patria sin dios, sin j-sus, sin la virgen, sin iglesias; porque todo su sistema político y de gobierno, toda su idiosincrasia e identidad se formó en torno a la religión y a su pestilencial concepto de dios.

¡¡ Que daño hace la religión en la capacidad creativa de la persona, que ni siquiera sea capaz de imaginar un país sin religión !!

Fin de mi sueño utópico. Porque la verdad es otra. Por más que se defienda el hecho de que algunos nacimos sin religión y sin dios, y pretendamos llevar esa medalla con orgullo, lo cierto es que estamos infectados de ella y de él.

Si no nos infecto la familia con religión y su dios, lo hizo la sociedad. Los 5 planos de la existencia de la persona [1] desequilibrándose y en caída libre hacia planos más inferiores que el de los animales por el hecho de haberse contaminado la conciencia del hombre con religión.

Porque la religión y su dios no dieron tiempo de que el ser humano pudiera haber explorado y explotado sus planos de existencia en toda sus dimensiones.

El prejuicio religioso castró a la persona de sus capacidades antes de que el ser humano supiera de ellas.

La religión y su dios nos convirtieron de seres humanos-personas [2], a algo parecido a un chimpancé con menos pelo, con lóbulo frontal y un poco más pensantes que un animal; con la chispa divina virgen e inalcanzable por estar en potencia las capacidades propias de la condición humano-persona, aun después de milenios de evolución.

Nuestro propio retraso, el personal y el colectivo, como sub-producto de la religión y su dios, es nuestra propia evidencia de lo infectado que estamos, aunque nos mofemos de no haber sido influenciados por la región y su virulento dios. Porque uno de mis mejores argumentos para coronarme como el no-creyente que siempre he creído que soy, se me cae cuando recapacito sobre lo influenciado que sigo estando de la religión y su emético dios.

Pero no todo tiene que ser lamentaciones y revolcones rabiosas sobre lo mal que seguimos estando. Porque negar la realidad no es sinónimo de que ésta deje de existir, ni admitir la realidad sea sinónimo de cambiarla. Hace falta hacer uso de los otros recursos humanos para regresar al estado original que tuvo la persona humana antes de su infección de religión. Un ejercicio que propone los que saben es el auto distanciamiento y la auto trascendencia (capacidad de verse objetivamente para corregirse y superarse. Y me disculpa por favor Dr. Frankl si estoy haciendo uso de su metodología ignorantemente).

Personalmente, no he encontrado mejor ejercicio para un auto distanciamiento y la auto trascendencia que las preguntas existenciales. Esas que no tienen respuesta de “si” o “no”, de “cierto” o “falso”, ni tienen respuesta inmediata; sino que su respuesta se construye en tiempo real. Preguntas existenciales tales como: ¿Quién soy?, ¿que soy?, ¿dónde estoy?, ¿para donde voy?, ¿quién es mi prójimo?, ¿cuál es mi deber?, ¿cómo hay que responder?, ¿qué es ser responsable?, ¿qué es ser consiente?, ¿qué es ser persona?,¿ qué es el bien?, ¿qué es ser bueno? etc, etc

En conclusión, no es nuestra culpa la deformación física, emocional, social, intelectual y espiritual que hoy en día nos aqueja debido a la de la religión y su dios; pero es nuestra responsabilidad des-religion-arse con el objetivo de llegar a ser lo que alguna vez fuimos antes del cáncer religioso; y no segur siendo religiosos cayendo en el autoengaño de que no se es.

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[1] http://serjudio.com/creencias/planos-de-religiosidad

[2] http://serjudio.com/dnoam/rap140.htm?hc_location=ufi , http://serjudio.com/rap2851a2900/rap2868.htm?hc_location=ufi