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ALZO LA VOZ

Hace poco se publico en serjudio.com un artículo que surgió debido a un E-mail que fue enviado al señor Ribco plagado de una intolerante violencia[1], y que me hizo pensar (y recordar) los múltiples ataques que ha recibido tanto el More Ribco como también el profesor Ortiz[2], a través de décadas de servicio gratuito y desinteresado que han brindado en serjudio.com y en Fulvida.com.

Pero también me ha hecho pensar la posición de indolentes y pasivos en que muchos de nosotros los no-judíos[3] nos atrincheramos, mientras observamos como a ambos los han querido conducir al “paredón de fusilamiento” debido a sus luchas para que el espíritu humano no se extinga en los hornos de la religión.

Hemos sido muchos (cientos, miles o millones; no lo sé) los no-judíos que nos hemos visto beneficiados de manera gratuita. Unos han abandonado sus vicios eclesiásticos, otros han encontrado sendas apropiadas para la vida; unos otros han confirmado sus sospechas razonadas de que la religión de turno los estaba estafando (y matando literalmente), mientras que otro tanto han encontrado una fuente de Moral y de Ética (¿y por qué no decirlo? de espiritualidad también. Porque bueno… hasta los ateos nos hemos espiritualizado).

Pero lo cierto es que sin obligación alguna, el compromiso de ambos ha sido notablemente visible a lo largo de los años.

¿Será que el judío tiene obligación con un no-judío de mostrarle su camino e identidad, y tras de eso soportar sus insultos?

No. Suficiente con sus propias obligaciones. Es más, en el caso del señor Ribco, sus padres milenios antes lo comprometieron con un adeudo serio con Dios, Israel y con él mismo[4] ¿Qué se gana con una obligación “de hecho” y no legal que ha asumido para con el no-judio? Nada, exceptuando el cariño y amor de muchos.

Y del Profe Ortiz, ¿tendrá obligación para con el no-judío también, en mostrarle la senda correcta; la vía jurídica divina de su proceder y vida?

Tampoco. Suficiente con las obligaciones divinas y legales que ha asumido para con él, su familia, y su identidad. Y al igual que el More, el profe Ortiz no gana nada, exceptuando el cariño y amor de muchos.

Pero como en ambos casos, por los buenos sentimientos de unos despiertan el lado negativo en otros.

¿Y por qué?

Envidia en el caso de Yehuda pareciera ser la respuesta[5].

Estar chismeando en lo que hace el profesor pareciera ser la respuesta en su caso[6]

O tal vez, eso es lo que personalmente quisiera yo creer.

Pero sea cual sea la respuesta a tan innecesarias preguntas, lo cierto es que nuestra posición no debería ser pasiva, observadora, arremetedora de inactividad, de espectador circense.

Hoy en día, somos más que hace décadas atrás. Ya tenemos una voz más fuerte y sonora por ser muchos los que defendemos nuestra libertad que como no-judíos tenemos.

No deberíamos permitir más esos arremeteos de violencia que quieren callarnos o intimidarnos; ni contra Yehuda, ni contra el Profe, ni contra de ninguno de nosotros.

Y que éste sea uno de muchos de los artículos que alzan la voz.

 

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[1] http://serjudio.com/sitra-ajra/jesus/malabares-del-circo-religioso

[2] http://serjudio.com/personas/re060306.htm  solo por poner un ejemplo de los muchos más que se pueden leer en la página web de antaño http://fulvida.com/nosotros/sernoajidacom/

[3] Si me permiten, usaré el término “No-Judio” en lugar de otro, para incluir a todos lo que se han beneficiado de las paginas web en mención. Sea los que creen que el noajismo o judaísmo es una religión, lo que hacen de ambas identidades una religión, lo que nos hemos identificado a pesar de no tener una religión, los que tienen religión y a pesar de eso nos siguen leyendo, los que se han identificado como noajidas pero se comportan como religiosos, los ateos, los agnósticos, los cristianos, los musulmanes, los judíos, y todos aquellos de todas formas siguen visitándonos y beneficiándose del buen alimento que ambas paginas desinteresadamente tiene servido.

[4] “…Los judíos, recién liberados de la esclavitud de Egipto, vieron a los Cielos y dijeron al Eterno: ‘Si Tú nos entregas tu Torá, nosotros te entregamos a nuestros hijos’. Respondió Dios: ‘Ya que ustedes me ofrecen a vuestros hijos, Yo les entrego mi Torá’”. Rabbi Meir en http://serjudio.com/personas/pueblo-judio/secreto-de-continuidad

[5] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[6] http://fulvida.com/2013/01/08/el-no-vivo/

No tienes la obligación de ser un sabio

Enseña el Kotzker Rebbe, el Rav Mendel de Kotzk:

«Dice el profeta Ieshaiau/Isaías: “Limdu Heitev» (Isaías 1:17).
Lo cual es explicado por Rashi como «Aprendan a hacer lo bueno».
no encontramos en ninguna parte de la Torá que se ordene al hombre a ser un “lamdán” (estudioso dedicado de la Torá) ni un experto en todas las áreas de la Torá.
Porque, la finalidad del estudio de Torá no es ser un lamdán, sino ser una buena persona; hacer lo bueno y ser bueno con los otros.”

Nuestra modesta y constante prédica es la construcción de SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia.
Por supuesto que para lograr actuar con real bondad y con real justicia, es necesario tener un mínimo de conocimiento y de conciencia; para no trastocar la bondad y convertirla en paternalismo asfixiante; para no confundir la justicia y hacerla una rígida rama de castigo.
Por lo cual, cada uno de acuerdo a sus capacidades y posibilidades, debe comprometerse con el estudio. De Torá, la noájida para gentiles, la judía para judíos. Pero también todo aquello que nos permita alcanzar un mayor conocimiento y conciencia de nuestro ser, de aquello que nos motiva, de los objetivos tras los que andamos, de lo que nutre nuestros deseos y sueños, etc.
Para de esa forma, tener una mejor perspectiva y por tanto mayor libertad y poder, y que nuestra acción sea realmente buena Y justa.

Claro que habrá personas que su camino sea el de la dedicación intensa y extensa en estudio de Torá.
Estarán los que se hagan expertos y técnicos en todas las áreas de la Torá.
Pero, tal no es el destino de cada judío, y por supuesto que NO lo es de ningún noájida. Es para un grupo reducido, de gente que tiene la virtud y posibilidad para realizarlo.

La gran mayoría, e incluso también los que pertenecen a este grupo, SÍ tienen la obligación de construir SHALOM.
Para de esa forma alcanzar el máximo de plenitud personal, pero también ayudar al prójimo a alcanzarla.
Siguiendo las fieles palabras del profeta:

«Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.»
(Ieshaiá / Isaías 1:17)

¿Ya hiciste tu parte el día de hoy en la construcción del SHALOM personal?
¿Y en el del prójimo?
¿Y en el del colectivo?

Es nuestra misión en esta vida; y es también una herramienta fundamental para disfrutar de salud integral.
¡Vamos a hacerlo!

Enemigos de Dios

[1]“ …(Al Monte Sinaí) no se le denominó “monte de la luz”, ni “monte del encuentro con Dios”, ni “monte de la recepción de la Torá”… se le llamó y se le conoce luego de milenios como “monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel“…”

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Parece impensable que alguien, en su uso de razón y lógica, se declare enemigo de Dios.

Algunos posiblemente no han medido las consecuencias de sus palabras; otros se han declarado enemigos de Dios y los judíos abierta y conscientemente por razones ideológicas o políticas [2] .

Pero lo cierto es que la gran mayoría no lo hacemos por temor, otros por prejuicios religiosos, otros por su ateísmo, o bien, por las razones que convengan.

Lo cierto es que en nuestra Tora, la de los Hijos de Noe, existe un mandamiento que explícitamente prohíbe la blasfemia, donde no solamente debe de entenderse como inadecuado referirse (o específicamente actuar) negativamente hacia el Creador, sino que además reglamentariamente puede entenderse como prohibitivo constituirse enemigo de Dios y de sus elegidos[3]

Pero por otro lado resulta totalmente ilógico que alguien se quiera constituir enemigo de Dios o los judíos, y que ponga la razón que quiera el lector

Resulta ilógico e innecesario constituirse enemigo con alguien a quien no va vencer, ni con otros que posiblemente no le han declarado la guerra primeramente.

Pero parece que la cosa no es tan simple.

Pues si objetivamente la cara que mostramos a la sociedad es ser socios de Dios y los Judíos, subjetivamente y en nuestro mundo interno y de sentimientos existe grados de disconformidad con lo que somos. Disconformidad que nadie quiere aceptar, pero que los hechos externos los ponen en evidencia.

Pareciera que las palabras de los sabios que se mencionan el texto trascrito arriba son atemporales, ya que están completamente vigentes al día de hoy.

Seguimos envidiando, odiando, maldiciendo y celando a Israel, a Dios y a los Judíos; pero no de forma expresa y explicita; sino que camuflada por actos inconscientes, o bien intencionados, pero lo que demuestra es celos por la tradición judía, sus costumbres, historia, nacionalismo y unión.

Seguimos guerra contra Dios, los judíos y la Torá cuando “de facto” insistimos en usar nombres judíos, comprar cosas judías, imitar a los judíos, querer ser judíos por “amor” a Dios, por creerse judíos mesiánicos, por negar las leyes universales, por ver el Código Noajido soso o escaso en comparación a la Tora de Israel, por negar la identidad, y por otras razones más que dejo abiertas como “Numerus apertus” para los que quieran poner sus opiniones en los comentarios.

Porque lo que refleja algunas actitudes de TODOS nosotros es una lamentable envidia y un lamentable celo, que lejos de una sana admiración por la fortaleza judía que ha soportado de todo, nos carcome la pasión insana por formar parte de ellos (aunque fuese un poquito) a cualquier costa o precio, porque no nos queremos e invalidamos nuestra identidad y, por ende, no los queremos pero deseamos su identidad, sus tradiciones, sus fiestas, sus dichos, sus nombres, sus costumbres… deseamos ser ellos y no nosotros.

En definitiva, no nos gusta ser nosotros y queremos ser ellos. Así usamos sus dichos, sus locuciones idiomáticas, los nombres que utilizan para referirse a Dios[4] en los actos propios de sus costumbres y obligaciones, etc; que reflejan una pasión celosa y envidiosa que hay que admitir, erradicar y corregir con alguna humildad y con la ayuda apropiada.

Antes de terminar, y antes de cualquier (contra)ataque, quiero aclarar que lo que escribo es para llamar la atención hacia lo que por derecho nos corresponde.

Tenemos una identidad que hay que nutrir, hacer valer, dar a conocer, ejercer y desarrollar; tenemos un Compendio Legal que, al igual que el de los judíos, fue dado divinamente; tal vez no a 3 millones de personas, pero sí a las UNICAS personas que existieron en su momento de dación.

Y en la entrega de la Tora Noaj, no descendió la envidia; sino el Derecho y la Justicia; la identidad y el sentido de la existencia; la fórmula del paraíso y de la Era Mesiánica:

http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/

Queda en nosotros su robustecimiento

Y que sirva yo de mal ejemplo si fuera el caso, pero hagamos algo.

Gracias por sus comentarios, observaciones y opiniones.

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[1] El resaltado en negro es del original. http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[2] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[3] Véase a modo de ejemplo los reglamentos del 1 al 8 sobre la Ley de Prohibición de la Blasfemia, en  http://fulvida.com/2008/02/01/reglamentos-de-los-mandamientos/

[4] En estos momentos acabo de ver en mi Facebook una invitación realizada por un grupo de noajidas que en propaganda a su reunión, postearon una fotografía donde se utiliza el nombre de Dios que en lo personal no creo que debiera de usarse.

Celosías

No, los celos en modo alguno son un signo de amor.
Los celos son demostración de profunda vulnerabilidad, escaso amor propio, violencia más o menos contenida, un apego desmedido al EGO y por tanto a una imagen ilusoria de sí mismo.
De amor, poco y nada.

¿Por qué será, entonces, que tanta gente crea que el celo es una forma del amor?
¡Qué buena pregunta!
¿Es necesario darle respuesta?
Supongo que no la daré, al menos directamente.

Mejor, pensemos juntos.
Si tratamos de hacer ver a un celoso que en el fundamento de su creencia y vivencia se encuentra el EGO y no el AMOR, ¿lograremos algún avance?
Estando tan aferrado el celo a la impotencia, a la desvalorización, a la dependencia tóxica, a la inestabilidad emocional que repercute en lo mental; resulta evidente que el EGO estará manejando los hilos de esa vida, llenando de miedos, dudas, angustias, excusas, violencia de todo tipo. Así, difícilmente admita el celoso su des-amor; por el contrario, se refugiará aún más en sus creencias nocivas, en sus conductas perjudiciales, se hundirá en su impotencia. Se apartará, sea recluyéndose, o huyendo, o insultando, o reforzando sus creencias con más ideas perturbadas y secuestradas por el EGO. Al sentir la amenaza de su modo de vida, la respuesta no será pacífica, casi seguro. Aunque quien traiga la lámpara tenga la mejor de las intenciones, aunque solamente se busque el beneficio del prójimo enclaustrado en el celo, es improbable que logremos que avance siquiera un paso fuera de su celdita mental.

El apego desesperado del celoso a su objeto de celo, no se trata de amor, sino de posesividad, de manipulación, de agarrarse a cómo dé lugar del pedazo de madera flotante que salve del hundimiento. Sentir que esa madera salvadora se pierde, es sentir el ahogo inminente, el terror, la soledad, la muerte.
Entonces, se hará hasta lo increíble para mantenerse a flote, aunque no se esté en un real naufragio, porque el naufragio se experimenta como real en el mundo interno, en la pantalla de las creencias; pero nada hay que demuestre su existencia más allá de sus creencias.

El celoso no está preocupado por su celado, sino por sí mismo.
No quiere el bienestar del otro, sino evitar su propio sufrimiento.
El celoso recurrirá a cualquier mecanismo para obtener su deseo de poder, porque no está movido por el AMOR, sino por el EGO. Habrá mentira, extorsión, amenaza, violencia física y simbólica, porque eso es lo que lo mueve.

¡Nada más lejano al amor que el celo!
Y esto sin tomar en cuenta los casos patológicos, que son afectados por desbalances en la estructura o funcionamiento cerebral, que llevan a una desconexión aún más radical con la realidad compartible.

Ahora, supongamos que tú eres la víctima del celoso, ¿qué puedes hacer?
Difícil, muy difícil.
Porque, seguramente ya lo has experimentado, hagas lo que hagas, el celoso encontrará evidencias para justificar su imposición, si es celoso manifiesto; o sus actividades de espionaje sigiloso, si es de los que sospechan pero se mantienen ocultos.
¿Una llamada equivocada a mitad de la noche? Una amante.
¿Un mensaje borrado? Una cita con la amante.
¿Maquillarse, perfumarse, arreglarse? Un encuentro furtivo.
¿Adelgazar? Estar a la pesca de romances engañosos.
¿”Me gusta” a cualquier tontería en la red social de alguien? Evidentes jueguitos de flirteo.
¿Cambiar la clave el email? ¡Por algo lo ha hecho!
¿Tardar un poquito en atender el teléfono? Algo habrá estado haciendo que tenía que esconderlo.
¿Quedarse horas extras en el trabajo? Excusas para encamarse con alguien.
A veces puede que coincida alguna de estas suspicacias con hechos reales, porque hasta un reloj parado dar correctamente la hora dos veces al día. Pero, el celoso satura con su opresión, sus conjeturas, sus persecuciones, su desconfianza, sus presiones; al punto que suelen provocar que sus miedos se conviertan en realidad, de una u otra forma.

En otras ocasiones, el celoso tiene casi toda la razón, ha sido víctima de uno o más engaños de parte de su pareja/amigo/familiar/socio quien fuera.
Lo ha descubierto, pero ha escogido seguir en esa relación, aunque ahora salpicada y sumergida en celos.
Tal vez no tenía más posibilidad que seguir en la relación; o tal vez podía haberla quebrado definitivamente. Si sigue, ¿por qué será? ¿No es mejor terminar ese vínculo torpedeado, en lugar de seguir aferrado al sufrimiento y sazonado hasta el hartazgo con los celos?

En cuanto a ti, el perseguido por los celos del celoso, aunque trates de evitar las situaciones que suscitan sospechas, igualmente el celoso se las ingeniará para convertirlas en evidencia indiscutible de tu falta de lealtad.
Tan grave es el círculo vicioso, que el celoso encontrará tus intenciones de vivir de manera abierta y clara como una confirmación de que tienes algo para ocultar.

Ciertamente, el trabajo lo debe emprender el celoso consigo mismo.
Es como si llovieran monedas de oro a tu alrededor, solamente te harás rico si abres la mano y las sujetas; pero, si te empeñas en tener el puño cerrado, ¿cómo lograrás tus monedas?
Así ocurre con el celoso, aunque el mundo se acomode a sus caprichos y enfermedad, de poco y nada sirve en tanto no sea el celoso quien se abra al cambio y lo impulse con responsabilidad y constancia.

Que el celoso se exprese, por medio de la Comunicación Auténtica.
Que no intente controlar.
Que aprenda a disfrutar de lo permitido.
Que tenga en cuenta los límites y los respete.
Que juzgue con bondad Y justicia, a sí mismo, al prójimo, a las situaciones.
Que emprenda el viaje de autoconocimiento y perfeccionamiento, por medio de CABALATERAPIA o algún otro sistema que ayude eficazmente.

He titulado este artículo como “celosías”, que en español significa: “Enrejado de pequeños listones, generalmente de madera o hierro, que se coloca en las ventanas y otros huecos análogos para poder ver a través de él sin ser visto.”
¿Tendrá algo que ver con los celos?

Para finalizar, ¿quieres compartir en los comentarios historias en los que has sido celoso, celado o testigo del dolor involucrado?
¿Pistas para resolverlo?
Gracias.

Cambiar la creencia

Imagina el escenario.
Alguna persona de tu cercanía tiene una creencia muy profunda y errónea, que la lleva a vivir en la oscuridad, en una falsa imagen de la realidad, en conflicto, en sufrimiento, etc.
Tú quieres darle una mano, porque te duele su dolor, y más te apena que sea la misma persona la que participa en su quebranto.
Sabes, o intuyes, que es necesario que deje de lado su ideología, que lo arrastra hacia el abismo, que lo mantiene atrapado, que lo revuelca en el fango, mientras él la alaba, la defiende, lucha con desespero para sostenerla.
Tal vez ya te diste cuenta de que te será difícil ayudarle a cambiar de creencia y por tanto a ser libre.
Ser socio en su liberación y fortalecimiento se presenta como una tarea inmensa y destinada al fracaso, particularmente por la forma en que la persona se esfuerza por atarse a su ideología.
Si tú te opones abiertamente a esa creencia, el otro se aferrará aún más a ella.
Si tienes la osadía de manifestar tu oposición, aunque fuera levemente, te devolverán furia, acritud, pesadez, culpas e incluso cosas más violentas.
Si intentas señalar los evidentes errores, aquellos que siendo relativamente objetivos se pueden observar sin dificultad, chocarás contra el muro de la negación.
Si eres un poco más agudo en tus comentarios, seguramente la respuesta agresiva será mayor.

Es dudoso que a esta altura de tus intentos sigas en una posición amable, de buen ciudadano tratando de ayudar desinteresadamente. Casi te puedo asegurar que ya te has transformado en un guerrero, alguien que lucha para tener la razón, para no fracasar, para obtener la victoria. Si comenzaste siendo buena onda, con el deseo de colaborar generosamente, ahora estarás cegado por tu deseo de triunfar, aunque en el proceso te lastimes o lastimes a aquel que quieres (querías) ayudar a ser libre de la distorsión intelectual y emocional. Ahora también tú estarás en guerra. Como el otro, negarás tus acciones, reprimirás tus sentimientos, te encadenarás a tus creencias e ideas, darás excusas para lo que hagas, siempre con el lema de que lo haces por el bien del otro, que tú solamente quieres ayudar, que el otro te ha agredido, que no se deja ayudar, que…

No, no es fácil que la gente quiera o pueda cambiar su mundo interno. Peor cuando esas creencias son relativas a tener un supuesto poder sobre las cosas, a dominar dioses y elementos, a obtener salvaciones y curaciones, a evitar maldiciones y condenas, a ser librado del mal. Porque esas creencias de poder invitan a encerrarse en ellas, a bloquear todo lo que pudiera poner de manifiesto que en verdad la persona es débil, endeble, vulnerable, rompible, mortal, impotente. Así, la persona se esfuerza en rodearse de lo que la asfixia y va matando, se abriga con ello, creyendo tener poder y superioridad, pero no tiene más que miseria y muerte.

¿Qué hacer?
Unos pocos tips:

  • Usar la Comunicación Auténtica, obviamente.
  • No convertir el asunto en una guerra.
  • No querer vencer, ni convencer.
  • No querer controlar aquello que no se puede controlar.
  • Dominar aquello que está bajo tu dominio.
  • Admitir que el otro tiene esas creencias, aunque uno no las admita para sí mismo ni las considere saludables o necesarias.
  • No intentar cambiar las creencias del otro, porque el otro no está capacitado para que eso ocurra.
  • Encontrar un terreno en común, compartible y compartido, para no cortar el lazo de unión.
  • Recordar que más allá de las máscaras del Yo Vivido, todos somos Yo Verdadero, NESHAMÁ, seres de luz.
  • No permitir actos, palabras, etc. de odio, rencor, violencia, agresión, etc., hacia uno mismo, colectivos, etc.
  • Ten en cuenta que tú también eres esclavo de tus creencias y que en tanto no las tamizas ni filtras, puedes estar en situación similar a la que está el otro.
  • Es casi imposible que uno se libere por sí mismo de la celdita mental.

Pero… ¿entonces?
¿El otro seguirá esclavo de sus creencias y sumará más trabajos forzados a los que ya cumple?
¿Será que no tenemos nada para hacer?
¿Rezar no serviría de algo?

Como respuesta a estas preguntas te dejo con una tarea, que si la cumples y quieres nos compartes luego los datos, aquí debajo en la sección de comentarios.
Estudiar el proceso de liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto.
Estudiar el proceso de la liberación de los judíos de la esclavitud que cargaban en su interior desde Egipto.

Llorar de impotencia

Algunas personas creen que llorar, o manifestar de otra forma el dolor, es contrario al camino espiritual.

Entre sus argumentos se encuentra que podría verse como una falta de confianza en el Eterno, ¿cómo permitirse llorar si Él es quien controla todo y ordenó que eso malo sucediera? Eso es lo que ellos creen y defienden, aunque las evidencias y multitud de Sabios expongan algo diferente. Es más, estas personas empecinadamente religiosas hasta niegan que lo malo lo sea, porque “todo lo que hace el Señor es bueno”; así que, negarse a expresar el sufrimiento, o incluso hasta reprimir sentirlo, es parte de una supuesta senda de elevación espiritual. Llaman placer al dolor, bien al mal, y si no tienen evidencias racionales para confirmarlo, entonces reniegan de la razón y se apoyan en la fe, en la ceguera, en la creencia y la obediencia a quien adoptan como líder.

O tal vez consideren que llorar ante un desastre real e inapelable, como la muerte de un familiar, o un grave accidente, o cuando se enteran de portar una enfermedad terminal, o al ser despedidos del trabajo, etc., es una forma de estar sometido al EGO, y por tanto se recurre a alguna de sus herramientas para manipular el entorno. Siendo ellos tan religiosos, tan atormentados por no pecar (o al menos no ser descubiertos pecando), entonces, ¿cómo admitir que se exprese en sus vidas el EGO?
¡Mejor defender a capa y espada ideas irracionales, antes que reconocer nuestra limitada capacidad, nuestra modesta existencia!
Se retuercen con tal de no llorar, advierten que apenarse es ser carnal y por tanto abandonado de Dios y cosas por el estilo.

O quizás sean de aquellos que afirman que la persona debería tener una sonrisa perpetua, como idiotizada, para hacer de cuenta que se es feliz todo el tiempo, a salvo de cualquier contrariedad.
Porque aquel que confía en Dios es más que ganador, o frases similares, que refuerzan la creencia en negar la realidad para dejarse conducir con fantasías de súper poderes redentores y protectores.

Lo cierto es que, el camino espiritual NO rechaza el llanto, el gemido, la vacilación, el miedo, cuando realmente chocamos contra muros que nos demuestran nuestra debilidad, nuestro fracaso, nuestra impotencia y vulnerabilidad.
De hecho, es bueno llorar cuando no queda otra cosa para hacer, si es que la persona siente que descarga así su dolor y va dejando lugar en su interior para pensamientos y sentimientos más luminosos. Lo mismo con el gemido, la pena, la duda, etc. Es normal, es natural, es comprensible.
Claro está, no con intención de manipular; tampoco como única respuesta ante la adversidad; ni como excusa para no emprender con responsabilidad las acciones constructoras de shalom necesarias.

En el judaísmo, cuando ocurre la muerte de un familiar, hay muchas reglas y costumbres que sirven para canalizar el dolor, para expresarlo, para dejar que se exteriorice, y no se debe imponer silencio, ni siquiera ofrecer condolencias o explicaciones metafísicas cuando aún se está en el primer tiempo del impacto emocional. Incluso se considera de erróneo proceder el no quebrarse y expresar el dolor abiertamente ante el fallecimiento del ser querido y cercano.
La costumbre es tan sabia que hasta habilita en ese momento la duda sobre Dios o como Él conduce el mundo, porque es parte de las cuestiones que suelen emerger. Pero luego, de manera sensible, medida, sin presiones ni amenazas, se conduce a la persona hacia la moderación de sus sentimientos, hacia la aceptación, e incluso la afirmación del poder y sabiduría de Dios.
Todo en su tiempo, en su medida, considerando que no somos robots, y también que nuestra NESHAMÁ precisa del ser corporal con sus deficiencias y limitaciones para llevar a cabo su pasaje por este mundo.

De acuerdo a la visión mística, que la familia sufra y se duela es positivo para el espíritu que ahora ya no cuenta con el cuerpo para actuar en el mundo. Aunque se podría creer que el espíritu se dolería al presenciar el dolor de sus dolientes, lo cierto es que se complace porque es la demostración de el pasaje terrenal no ha sido vacío y sin sentido. Sí, es triste que el familiar llore y sufra, pero por algo está así; porque ha perdido a alguien importante y que deja una sensación de vacío y soledad.

Pero, las manifestaciones exageradas, estrambóticas, desmedidas, alocadas, no deberían consentirse, al menos no públicamente. Tal como tampoco es admisible la blasfemia, maldecir a Dios, amenazar con venganzas, intentar el suicidio, provocar daños a otros, etc.
Una cosa es la expresión natural, normal y saludable de la impotencia real; otra muy diferente es generar desequilibrios innecesarios y perjudiciales.

Los que acompañan a los deudos, pueden ofrecer su presencia, y en ciertos momentos la sola presencia sin palabras es mucho más poderosa que cualquier justificación, intento de explicación, orden de apagar el dolor, etc.
Estar junto al doliente, ayudarle con la presencia y con acciones que le sean necesarias.
Y si fuera necesario hablar, hacerlo, pero con medida, sin teología, sin filosofía, sino con comprensión.
Y si fuera necesario callar y ser quien atiende, hacerlo; esto suele ser lo más importante.

Otro detalle está en aquellos que consideran como una maldición o castigo cuando acontece el evento terrible.
Realmente somos seres muy endebles, limitados, débiles, sumergidos en un océano de impotencia.
La muerte, el accidente, la enfermedad, no son extrañas a la vida cotidiana.
¿Por qué apresurarse a declarar que es a causa de una maldición o castigo, cuando existen muchísimas evidencias que demuestran otra cosa?

Como sea, ante la impotencia se dispara automáticamente el llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad. Eso es lo normal, y a veces saludable.
La cuestión es no generar daños con ello, ni dejarse hundir en la impotencia, ni aumentar el malestar, ni manipular, ni dejar de hacer aquello que se debe de hacer.
La tarea es construir shalom, sí, también cuando la impotencia nos ha vencido, también cuando caemos y no tenemos como recuperar aquello que hemos perdido. Porque, tenemos otras áreas para trabajar, más para construir, mucho por compartir y unificarnos en justicia y bondad.

Link recomendado: http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Judaism/death.html
Otro: http://serjudio.com/creencias/breve-introduccin-a-una-perspectiva-juda-acerca-de-la-muerte

En la reunión

Tienes la sensación de que no sabes moverte entre la gente, o que no te dan el espacio. ¿Será que no te respetan?
Directamente, ¡ni te registran! Nadie se da cuenta de tu existencia.
¿Será ese el problema?

En las reuniones las personas conversan, se juntan en grupitos, van, vienen, ríen, carcajean, susurran, se invitan, y tú sientes que estás por fuera. Cuando ibas a decir algo, el otro te dio la espalda para irse con aquella rubia. Te preguntaron como estás y antes de poder responder ya estabas a solas con una aceituna a medio comer. Se te traban las palabras, estás convencido de que aburres, de que algo provoca que la gente te rechace en tanto los demás la pasan a las mil maravillas. No se te ocurren temas para la conversación, y cuando dices algo tienes la idea de que el otro ni te escucha, difícilmente dejas alguna huella en ellos. Tienes la certeza de que no hay nada interesante para compartir con los demás, y de haberlo, no tienes el carisma para expresarlo. Quisieras parecer inteligente, divertido, profundo, simpático, atrayente, seguro, todo lo que sientes que no eres, para de esa forma obtener la atención y reconocimiento.
Estás por largar el llanto, o de esconderte en algún sillón arrinconado y en penumbras. Quizás pudieras decir una excusa, a la cual nadie prestará atención, para retirarte ya y sumergirte en un pote enorme de helado en la soledad de tu habitación. Quisieras estar en control de esa mezcolanza que son las fiestas, encuentros, banquetes, convites, rejuntes, pero sientes y sabes que no tienes ningún poder allí, todo te supera, te pasa como una marejada enorme y desordenada en la cual te ahogas.
Sí, podrías decir que odias las reuniones sociales, no estás a gusto y preferirías estar en otra parte.

Puede haber algo de cierto en lo que sientes, crees, piensas; pero también te aseguro que hay un enorme componente de imaginación de tu parte.
¿Cómo decírtelo para que no te ofendas?
¡Te estás boicoteando!

El hecho cierto es que las reuniones sociales suelen ser caóticas, no hay un hilo conductor en las charlas, ni un tema que monopolice la reunión. Son olas que van y vienen, con una vida propia que supera a la individual de cada participante. Uno dice algo, el otro habla de otra cosa, aquel intenta responder lo que uno preguntó media hora atrás, ese otro está contando algo que nadie sabe bien qué es, aquellos están en su propio monólogo de a dúo pero en medio de la charla general, el otro interrumpe a cada rato, ese quiere rematar con un chiste tras cada frase de aquel, y así la cosa es mezclada, confusa, dinámica… como si solamente estuvieran pasando el tiempo soledades juntadas en un lugar y tiempo.

Ten presente que estás mostrando máscaras, así como los otros. Habrá seguramente competencia de poder, a ver quien se impone, quien predomina, quien se lleva la atención. Es un habitual choque de las partes más primitivas y menos desarrollables de nuestro ser, con las de los otros; todo ello mediado por reglas sociales, costumbres, expectativas, etc.

Las frases divertidas o inteligentes no son la norma, lo que se busca por lo general es impresionar, o mostrar el control de la situación.
La gente se aburre pero sonríe, mostrar debilidad no es una estrategia admisible por el grueso de la sociedad.
La gente está pensando en lo que ellos quieren responder y no en lo que el otro les quiere decir, porque en verdad poco importa la comunicación auténtica, sino tan solo predominar, obtener la satisfacción, o al menos no pasar papelones.

Tus palabras quedarán en la memoria lo que una papa frita en cumpleaños infantil, lo mismo que pasará con los dichos de los otros en ti.
Tu alarma de estar siendo inspeccionado y en la mirada de todos, probablemente sea solamente tu imaginación. Eres tú quien se cree en el centro de la inspección, los otros seguramente están pendientes de sus propios miedos y debilidades.
Los otros concurrentes, probablemente flaquean como tú en estas situaciones, aunque tal vez tengan a mano algunos recursos para hacer más disfrutable, o menos calamitosa, la ocasión.
Aunque, no faltan los criticones, los cítricos, aquellos que encuentran placer en el sufrimiento ajeno, porque de esa manera vil obtienen una miserable sensación de autoridad.

Por supuesto que hay gente que se mueve en las reuniones con facilidad, sin preocuparse, están en su medio. Pero, ¿quién dice que ellos sean la mayoría o la norma?

No te hundas, no te persigas, no te castigues, no te juzgues, simplemente trata de pasar un momento agradable junto a los otros participantes.
Te ayudaré con algunas ideas.

Si te escondes en algún rincón, si te alejas de los grupos, si estás en una posición defensiva, es muy difícil que puedas integrarte al ambiente de la charla.
Sí, sé que crees que te cuesta, que no quieres ser el centro de las miradas, que tienes miedo de lo que opinan de ti. Estoy consciente de todo eso, por ello es que te sientes como te sientes.
Entonces, haz el pequeño esfuerzo de acercarte a algún grupito y no quedarte por fuera, ni en la periferia, ni en un extremo. Mejor sitúate en el medio de la ronda, por el lugar donde vuelan las conversaciones de un lado para el otro. Así estarás participando incluso sin mover los labios.

Atiende a lo que los demás tengan para decir. Es como una receta mágica, a la gente le encanta hablar y hablar y que alguien les escuche, o al menos parezca hacerlo. Sé tú quien les escucha y por supuesto puedes intervenir cuando te surja algo para comentar.
No te esfuerces en llevar la voz cantante, ni en brindar las respuestas inteligentes, ni en ser el tipo más ocurrente de la sala.
Con tu actitud receptiva y algunas palabras ya es más que suficiente para generar un clima amigable.
Ten en cuenta tu postura corporal, porque los gestos, las posiciones, las entonaciones, las miradas, todo ello dice muchísimo, incluso más que las palabras.

Pero, no tienes la obligación de guardar silencio ni de ser el psicoanalista de la velada, recibiendo en mutismo neutral todo lo que tienen para lanzarte encima.
Tú también tienes algo para contar, algún chiste para divertirte, algo que te molesta, ¡qué sé yo! Lo que quieras y convenga y sea beneficioso para ti y los concurrentes.
Si tienes que interrumpir, y no es algo frecuente en ti, hazlo. Ser amable y amistoso es parte de la construcción de shalom también. Por ello, cuando te interrumpan, pásales la posta. Ya podrás terminar tu idea, o tal vez ya no te interese hacerlo. Tú evalúa, pero con una meta en mente: que todos lo pasen lo mejor posible.

Cuando hables, procura ser claro, conciso, en un tono y volumen que alcance el oído de la gente a tu alrededor, los destinatarios de tu mensaje.
Si no te escuchan, ¿cómo van a saber que estás hablando con ellos?
Y si te escuchan, pero el sonido es estridente, molesto, abusivo, agresivo, aburrido, ¿qué pretendes que te respondan?
Está en ti manifestar tu presencia, hacer que te reconozcan, proponer tu autoridad.
Si estás como si no estuvieras, ¿cómo quieres que aprecien lo que tienes para compartir?
Si tu voz indica debilidad, hostilidad, desprecio, altanería, y por el estilo, ¿cuál crees que será la respuesta del otro lado?

No admitas agresiones pero tampoco agredas.
Si no estás a gusto, puedes correrte hacia un espacio más positivo.
Si por alguna causa debes permanecer en la cercanía de algún personaje tóxico, trata de controlar tus reacciones inmediatas, no les brindes el placer de que te saquen de quicio y así obtener ventajas sobre ti.

Como ves, en este baila participan varios convidados.
Tú eres uno de ellos, las creencias que te dominan cual títere son otras de las que participan.
Si permites que tus creencias, fantasías la mayoría de ellas, sigan dirigiendo tus pasos, pronto estarás en un lugar que podrás sentir confortable pero te horroriza. Tu celdita mental, tu zonita de confort.

Si a pesar de las voces que te disminuyen, haces el esfuerzo de imponer una presencia amable, sonriente, atenta, participativa, confiable, entonces estarás quebrando el dominio del EGO sobre ti, al menos un poquito, lo suficiente para darte confianza y vigor para un nuevo paso.

Si sigues los pequeños consejos e igualmente sientes que eres un fracasado, que la gente te rehúye, que no tienes valor a sus ojos, que te dejan con la palabra a medio decir, en fin, todo lo que ya mencionamos; sería hora de revisar a conciencia tu actitud hacia el mundo, tu sistema de creencias, tus máscaras que ocultan tu rostro, el poder que permites al EGO tener sobre ti.

Ten en cuenta que tienes derecho a la privacidad, a tus gustos, a que no te agraden los eventos sociales. Pero una cosa no quita la otra. Si tu timidez te impide socializar, no es lo mismo a optar por ser retraído. Si sientes como nefasto el tener que rodearte de otros en una fiesta, no es parecido a preferir voluntaria y agradablemente otro tipo de solaz.

Por último, de manera similar a como ocurre con esa timidez social, suceden en los otros obstáculos que están en tu  mente más que en la confrontación con la realidad.

A todo esto, ¿cómo se vincula este tema tan interesante con la finalidad de SERJUDIO.com o FULVIDA.com?

El Yo Verdadero y el Sentido de la Vida.

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El Ego fue nuestro mejor aliado. De eso no me queda la menor duda, y gracias al cielo y al Ego, logramos sobrevivir. El problema comienza cuando la persona se transforma en un Ególatra que piensa, actúa, vive y respira creyendo que el universo conspira para la propia infelicidad. Esa transformación a la egolatría no se dio de una noche a la mañana; fue producto de impotencias sentidas, conductas aprendidas, respuestas de otros y propias ante las necesidades; la escuela, el colegio, etc, etc, y tiempo; hasta (de) generar en una “máscara”, alguien que creíamos que era Yo.

Súmele a eso la ignorancia de otros, cuando nos decían: “tiene el temperamento de papa”; “el carácter de mama”; “la personalidad del abuelo”, “el pensamiento de la abuela”; así ad infinitum.

Nos hicimos una careta por medio del propio EGO (y otros nos ayudaron a crearla); una personalidad distinta a nosotros, un “alguien” totalmente amorfo, que no era nosotros.

No nos enseñaron, ni quisimos aprender, a conocernos o descubrirnos quienes somos en realidad.

Y viendo la situación con lupa, cuando alguien se enoja, teme o se ansía, no es ella misma la que sufre tales desbalances, ¡! son algunas de sus caretas, de sus muchos “Yoes”, sus muchos papeles, lo que se ven amenazados ¡!

Piénsalo un minuto, cuando te enojas por ejemplo. ¿Por qué te enojas? Probablemente, y con la sinceridad del caso, fue por algo que ha puesto en riesgo alguna de tus máscaras, de tu posición, del juicio social, de tu fe, de tus propias habilidades para sobrevivir, de la imagen que otros tienen de ti, de la seguridad que pretendes; de alguna de tus caras.

Ante el propio reconocimiento doloroso de la propia egolatría y de las muchas caretas (personalidades, yoes, etc) que se han ido formando, se puede tomar una decisión: el fin de los “estados de ser” que los muchos “Yoes” han hecho que seamos, e iniciar el éxodo hacia el Yo Autentico, personal e individual.

Esa decisión tiene una trascendencia suprema.

Si se decide por el re encuentro del  propio Yo (el Autentico), se utilizarán los “Yoes Vividos” como medios para tal fin.[1]

Pero esa no es la trascendencia aún; esa decisión sigue siendo un medio para un fin mayor.

El fin mayor es que solamente siendo su “Autentico Yo” se podrá construir el  ¡¡ Sentido Último de Vida Propia¡¡[2]

Vivir, estudiar, trabajar o hacer cualquier tipo de actividad para ser millonario, viajar por el mundo, para tener seguridad económica y ninguna dolencia, o para tener alguna posición social suena muy tentador[3]; pero !¿tener una vida con sentido?¡ eso supera cualquier expectativa mundana ¡

No se puede construir una vida con sentido desde una perspectiva irreal, desde las caretas, modos, posiciones o desde lo que sea que creamos ser, o nos impusieron ser, o nos entrenamos a ser. Desde el “Yo Vivido” buscamos seguridad, poder, control. Un imposible de alcanzar porque vivimos en medio de la inseguridad. Es por eso de tanto desatino emocional y frustración existencial. No se cumplen las expectativas personales por ser imposibles.

A este prototipo de personas la Logoterapia, benevolentemente,  las diagnostica como neuróticos enfermos con el Trastorno Obsesivo Compulsivo[4]; pero la Cabalaterapia profundiza al punto de diagnosticar, escalofriantemente, a la persona como “alguien sin amor[5]

Desde las caretas que creemos ser (social externada a otros, o imaginativa que nosotros mismos nos proyectamos) es donde se va a creer tener el falso poder o falso control; y se va a ejercer ese poder para mantener la careta. El Ego auxiliará a ello.

Hace poco sentí impotencia de ver amenazada una de mis tantas caretas que no era yo. Una de esas que proyecto a la sociedad, que me he llegado a creer que soy y que me da “poder”.

“Neurótico Obsesivo Compulsivo con des amor” me hubieran diagnosticado ambas escuelas; y aun así, describen un “Yo” que no soy yo.

Construir una vida con sentido implica muchas decisiones. Conocer el Ego, reconocer (volver a conocer) su verdadero Yo, y aventurarse en la construcción del sentido de la propia vida sin caretas, sin “yoes vividos” ¡

Decisiones…

(Escribo en mérito de la señora Luz Montiel M. 1923 – 2014. Su vida dio sentido a su propia existencia.)

[1]“.. Por tanto, es menester adentrarnos, conocernos, … Fortalecernos, comunicarnos auténticamente, ser buenos, ser justos, ser leales, dejar de lado las tretas de Esav, pero no para destruirlo, sino para encausarlo, dirigirlo, canalizar sus acciones para la construcción de Shalom. Pero, si somos débiles, si permitimos serlo, entonces Iaacov se esconde, se disfraza de Esav, se pierde la chance de ser auténtico. Si rechazamos conocer nuestro Yo Auténtico, entonces terminamos siendo solamente Yo Vivido…Usar la Comunicación Auténtica y no los modos propios del EGO. Tal es la tarea que debemos aprender. No es fácil, en ningún lado se prepara a la gente para buscarse y encontrarse. No hay escuelas, aún, que enseñen a valorar el Yo Auténtico, entrenar el Yo Vivido, andar por los caminos de Luz del Eterno. ..Es hora de dejar de ser Esav, de presentarse como él, de hacerse pasar por él. Es hora de saber nuestra médula, amarnos, conocernos, cuidarnos, ser Iaacov, en paz y trabajo en conjunto con Esav…” (http://fulvida.com/2011/11/20/ego-y-yo-en-la-parash-toldot/)

[2] http://serjudio.com/rap451_500/rap479.htm

[3] http://serjudio.com/rap3401/rap3440.htm

[4] “…en algún otro lugar he comentado que entre los pacientes obsesivos-compulsivos es típico que se vean dominados por el deseo..de saber al 100% que a través de sus actos de cognición y decisión conseguirán estar seguros de algo..” (Dr. Viktor Frankl. “El Hombre en Busca de Sentido Ultimo. El Análisis existencial y la conciencia espiritual del Ser Humano”. Pag 97.)

[5]  Resulta impactante como en la Cabalaterapia el “amor” se denota  mas allá de un sentimiento humano, trascendiendo el termino a casi un lenguaje, parecido a cualquier otro medio de comunicación, oral y escrito, humano, pero con la diferencia de que es universal e impacta a todo (a la materia, a la energía, a las personas, a otros seres vivos, etc). Recomiendo la lectura integral de: http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/parashot-ajar-mot-y-kedoshim-5770-el-ego-el-yo-autntico-y-el-yo-vivido

El seductor

Hay personas que no tienen mucho problema en tergiversar, ofender, mentir, engañar, adular, amenazar, gruñir, seducir, llevar la distorsión de la realidad hacia donde mejor crean convenirles.
Son expertos en la manipulación y no pierde ocasión para entrenar y perfeccionarse.

Tal vez en su perfil de red social los veas con guitarra entonando odas a la paz, declamando frases cursis pero seudo pacifistas del Dalai Lama o Coelho, por ahí tengan la apariencia de amor y buena onda, aman a las mascotas y dicen refugio para perros extraviados, son galantes y saben tocar las fibras más sensibles, te compran con sus gestos y discursos; hasta que de repente estás enredado en su telaraña y no ves cómo salir indemne.

Quizás no destaquen en su inteligencia, pero a la hora de mover los hilos visibles y ocultos de la manipulación, son eficientes. Descuellan en esa tarea, rodeándose de admiradores, amantes, fanas, fieles, ovejitas que les ladean sin percibir que el pastorcito amoroso realmente es un feroz lobo despiadado.
Quizás lo reconoces en tu pareja, en aquel chico que te sedujo, en el pastor de tu iglesia, en el rabino de tu comunidad, en tu padre, en tu hijo, en el socio de la empresa, en el actor, en ese personaje de novelas, no falta buscar mucho para toparse con personas que actúan con un modelo similar al de NAJASH, el serpiente seductor de Eva.

La actitud fascinadora deja paso a la cruda insensibilidad, a la violencia, al disparate, poniendo a la víctima en un estado de estupefacción, como su todo fuera parte de un sueño, que no fuera verdad lo que está pasando. Al rato, los manipuladores pueden, si quieren, volver a la ternura, a promesas nobles, a comportarse de manera agradable y ética, tal como si la fiereza hubiera sido un episodio esporádico y sin continuidad… ¡gran error!
Tanto el odioso como el galante conviven y sirven a un mismo interés, proteger la débil personalidad del seductor a través del dominio de los otros. Tiene una desesperación profunda por no quedar en evidencia, por seguir al mando, por tener el control, por sentirse poderosos, por lo cual se camuflan y disparan, al rato halagan y abrazan. Todo es válido con tal de no sentir la vulnerabilidad interior y por tanto paralizar a sus víctimas.

Entre sus estrategias, se pueden presentar como lastimeros pidiendo auxilio.
Pero también como prepotentes que se llevan el mundo por delante.
Pueden actuar como animales furiosos, agresivos, arrogantes, y rimbombantes; y al minuto siguiente largarse a llorisquear y dar lástima.
Pueden hacerte creer que tú eres muy inteligente y que les puedes ayudar en determinado problema, o porque buscan tu consejo, y no es otra cosa que la carnada que ponen para que muerdas el anzuelo.
Todo vale en su repertorio, limitado pero nutrido, con tal de someter a sus víctimas; el modo es lo secundario.

La gente se involucra en sus disparates. Lo más probable es que no se den cuenta de nada hasta que sea demasiado tarde, e incluso entonces hasta quizás las víctimas intenten alguna excusa o justificación para su agresor. Los motivos para esto, los dejo para otro encuentro.

Pueden ser víctimas, que se dejan arrullar por sus seducciones, que se creen los cuentos y amistosos gestos, sin percibir hacia donde se están dirigiendo.
Pueden ser víctimas que tratan desesperadamente de defenderse de los ataques directos, o camuflados; y en eso, representar el papel del ofensor a ojos del tercero que se entromete.
Pueden ser terceros que supuestamente vienen al rescate de uno u otro, pero también terminan enredados y atacando o a la defensiva. Creen que el agresor es una víctima indefensa, entonces se confabulan contra la verdadera víctima. O se suman a las agresiones, simplemente abrumados por la situación.

Es como si tuvieran un extraño poder para hacer entrar a la gente en sus maquinaciones y así llevarlos a su territorio para hacer con ellos lo que quieran.
Pueden defender lo evidentemente indefendible, no importa. Pueden destruir lo hermoso y saludable, no interesa. Pueden maltratar al indefenso, nada les cambia. Pueden engatusar y enamorar, arruinando vidas, sin que se les despeine el peluquín.
Estarán al servicio de lo que les parezca conveniente, en una visión binaria donde solo hay blanco y negro.

A veces pudieran obtener éxitos, pero a la larga el fracaso es lo que está esperando.

¿Qué hacer?

  • Trate de atenerse a los hechos y no a las invenciones presentadas por este seductor.
  • Evalúe desde la razón y no la pasión.
  • Coteje lo dicho con lo actuado.
  • Sea conocedor de la ley y respétela.
  • Respire pausada y profundamente antes de responder con ira a sus aseveraciones.
  • No permita que la rosca negativa de acción y reacción se amplíe, ser uno el que soluciona y no el que se hace cómplice de la disputa detestable.
  • Sea firme y claro, sin permitir que la mentira sea repetida o se presente como verdad.
  • No se deje engatusar por las promesas ni por la seducción.
  • No pretenda controlar lo que está por fuera de su control, pero sí ejerza el dominio allí en donde lo tiene.
  • No se entrometa donde no le corresponde.
  • No prejuzgue, ni quiera ponerse en el rol de juez.
  • No pelee en batallas que no son suyas.
  • No se apure en tomar partido allí en donde le falta competencia y conocimiento.
  • No confunda desear con planificar.
  • Si nota que está atrapado en la trampa, no siga haciendo lo mismo que le ha introducido allí.
  • Muchas experiencias le darán mejor preparación, pero no una inmunidad completa.
  • Acepte que usted también se equivoca y puede y debe rectificarse; porque si no lo hace, seguramente persistirá en el error.
  • Emplee la Comunicación Auténtica.
  • Que sus acciones sean de bondad Y justicia, de ambas.

No es decidir Ser, es decidir Hacer

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Usted no decide quién es; usted hace quien es.

Usted hace su identidad; o mejor aún, descubre sus potencialidades (y su “Yo Verdadero”) construyendo cuando decide hacer.

No me refiero a crear una careta más de lo que se ha denominado el “Yo Vivido[1] , porque los límites de la acción están claramente definidos[2]

Me refiero a las decisiones que se toman para la vida propia, que hacen que la vida que ha llevado tenga múltiples sentidos  porque involucran a terceros. Esas otras personas ayudaran a revelar su Yo Verdadero, y probablemente la relación sea mutualista: usted le ayudara a los otros a encontrarse con ellos mismos.

Probablemente nunca nos encontremos en la soledad, en la quietud,  en la solitaria meditación o reflexión, o en la paz sepulcral del ascetismo que advirtió el Rabí Moisés Ben Maimón[3]; sino que las decisiones que se tomen y que involucren a otros correrán la cortina que oculta quien realmente es uno.

Tal vez eso le ocurrió a Iosef. Posiblemente sabía que era hebreo; pero no fue sino hasta que empezó nuevamente a relacionarse con sus hermanos que recomenzó a comportarse como un hebreo, como lo que en realidad era. No era el político que había aprendido a ser, sino el hebreo que nunca dejo de ser[4].

¡¡ Son las decisiones personales que ejecutadas involucran a terceras almas donde se da el milagro ¡¡ Su verdadero Yo empieza a reflejarse en su cara ¡¡

Tal como lo expuso el Profesor Ortiz cuando dijo:

“..Al noajismo le gustaría que te apasione dar caridad, visitar a los enfermos, evitar los chismes, decir la verdad en tu declaración de impuestos. El noajismo estaría encantado si tú hicieras esas acciones desde tu corazón. ¿Pero qué pasa si tu corazón no está puesto en ello? ¿Qué pasa si realmente no tienes ganas de hacer una de esas buenas acciones? El noajismo dice: Hazlo de todas formas. ....”[5]

Todas las acciones que describe involucran a terceros. Pregúntese, ¿Por qué hacerlas de todas formas, si no quiero hacerlas? Yo respondería: porque se encontrará a usted mismo.

Y es que el egoísmo que reina en el hombre moderno, nos hace vivir aislados, de nosotros y de otros. Como mecanismo insano de protección ante la amenaza y la violencia que anuncian los medios de comunicación. Como respuesta al miedo de enfrentar la vida con sus vaivenes.

Cada vez menos familias, menos empresas, menos negocios pequeños, menos proyectos, menos espacios públicos, menos personas… Y más exilio personal ¡¡

¡! Cuando odio yo a la humanidad ¡! ¡! Pero cuanto la necesito ¡!

Del Doctor Viktor Frannkl he aprendido que es la vida la que pone en encrucijada al hombre para exigirle que dote de sentido una existencia responsable[6]. Pero esa exigencia de la vida no es optativa o facultativa; es un deber imperativo; una orden divina expresada e impuesta sin el mínimo parecer humano; orden que hay que cumplir si es que el hombre pretende el fin de su exilio:

“…. Pero, cuando se ingresa al campo de las acciones materiales, se establece lo que es norma: Hombre, ya que existes…cumple la función para la cual has sido creado…has todo lo que puedas por ser quien puedes llegar a ser…constrúyete a cada instante, no te abandones en la indolencia o el pesimismo o el vacío idealismo, porque si así hicieras…es mejor que no hubieras sido creado…” [7]

Pregúntese: ¿Cómo voy a saber mi función en soledad? ¿Cómo voy a saber quien puedo llegar a ser en el ostracismo? ¿Cómo me voy a construir alejado de otros?

En definitiva, uno se construye en sociedad, se descubre disponiendo decisiones que afectan a otros; creando situaciones que potencian reflejar su verdadero Yo.

A poco tiempo de acabar otro año civil, buena resolución sería iniciar con las decisiones personales y colectivas. El resultado va a ser su propio redescubrimiento.

Yo mismo tengo que decidir querido amigo.

¡Y que el cielo nos ayude ¡

(Escribo esto en merito de Doña Luz Montiel. Que en paz descanse. Espero volverte a ver algún día)

[1] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/lo-ms-autntico-de-ti-es-lo-que-menos-eres

[2] “…¿Cómo vivir realmente como una persona de bien?.. Siendo Dios el Bien, ¿cómo serLe fieles, y por lo tanto conducirnos realmente como personas de bien?…La fidelidad a Él se manifiesta a través del apego total y responsable en el cumplimiento de los preceptos que Él nos ordena cumplir (7 para los gentiles, 613 para los judíos), tal como fuera dicho: «Guarda y obedece todas estas palabras que yo te mando, para que cuando hagas lo bueno y recto ante los ojos del Eterno tu Elokim, te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, para siempre.» (Devarim / Deuteronomio 12:28)..” . (Yehuda Ribco, http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1507.htm. El resaltado en negro es del original)

[3] “…la Torá nos perfecciona, tal como atestiguó un profundo conocedor de ella:  “La Torá de Dios es completa, encamina el alma, el testimonio de Dios es confiable hace sabio al ignorante” (Salmos 19:8), (y en la Torá) nunca mencionó algo así, en cambio recomendó que sea la persona natural conduciéndose por el camino intermedio: …. que cohabite con quien le es permitido cohabitar equilibradamente, que more en ciudades  rectas y justas; y no que habite en desiertos o montes…” ( Tomado de http://serjudio.com/varios/8perakim.htm)

[4] http://fulvida.com/2014/12/28/jos-revela-un-gran-secreto/

[5] http://fulvida.com/2014/08/22/sentirse-bien-o-hacer-el-bien/

[6] “…no es el hombre quien hace la pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?”, sino que es a él a quien se l e hace esta pregunta, ya que es la vida misma quien se encarga de hacer esta pregunta. Y el hombre tiene que contestarle a la vida con una respuesta que sea su vida misma; tiene que responder siendo responsable; en otras palabras, la respuesta es necesariamente una respuesta en acción. Al optar por este vivir en acción, estamos también respondiendo en el aquí y ahora…” (El hombre en busca de Sentido Ultimo. Pag 36. El Resaltado en negro es propio).

[7] http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1507.htm