Si nos enfermamos, ¿nuestro cuerpo deja de ser perfecto?; creo que no, ya que si nos enfermamos es por alguna razón fisiológica ó psicológica, podríamos decir que la enfermedad es un auto-atentado, ya que si abusamos de la alimentación, en cualquier aspecto, (lo cual produce la mayoría de las enfermedades) causamos un malestar fisiológico con raíces en un comportamiento inadecuado que desmejora el buen funcionamiento de nuestro organismo, pudiéndose agravar al no prestar atención a la alerta que nos envía nuestro sabio organismo, claro que siempre la enfermedad estará relacionada con un desequilibrio en alguno de los planos que nos conforman, pues si nos descuidamos en la alimentación ó en el consumo de estupefacientes ó estimulantes, que deterioran nuestro cuerpo físico, algo en alguno de los planos está andando mal; ignorancia, desequilibrio emocional, comportamiento social perjudicial pueden influir en ello.
Pero algunas veces es nuestro subconsciente el que está auto-destruyéndonos, es un caso psicosomático, sobre este aspecto nos puede hablar mejor nuestro querido moré Ribco, ya que no soy muy ducho en la materia.
Todo esto es un preámbulo para pasar al tema que nos ocupa: “Perfectos y capaces de ser perfectos”.
Tanta gente comenta que somos imperfectos, (conocido es el dicho popular que invoca: “nadie es perfecto”) que se despertó esa curiosidad en mí de descubrir qué tan perfectos somos y cuán capaces podemos serlo.
Quizás muchos no saben que el ser humano desde su creación ha estado sometido a las reglas biológicas básicas, ya que somos parte de la creación nuestro papel en ella es de suma importancia, estamos compuestos de los cuatro elementos básicos que componen a todo el Universo y es necesario que nazcamos, respiremos, defequemos, muramos, en Este Mundo; es parte del ciclo de la tierra. Dentro de nosotros viven cientos de organismos microscópicos que nos hacen tolerantes con el medio: bacterias y microbios que viven en armonía, autosuficientes, dentro de nosotros, y que intercambiamos con otros seres humanos, éstos nos ayudan a expulsar a otros microorganismos contraproducentes y entre ellos controlan los niveles de población, ellos mantienen una simbiosis perfecta con nuestro sistema linfático. En pocas palabras cada organismo es un universo maravilloso y perfecto.
Por un lado sabemos que funcionamos en un sistema perfecto, que somos un engranaje más y muy útil a ese sistema, que nuestra vida en el Universo es necesaria y por ello el Padre nos ha colocado, sabiamente, aquí.
Pero por otro lado, ¿qué hace que pensemos que somos imperfectos?, ¿qué hace que nuestras acciones motiven estos pensamientos? No somos un solo plano, como se ha dicho más arriba y como pueden descubrir abriendo el siguiente artículo del moré Ribco http://serjudio.com/cterapia/cab060320a.htm, entonces es donde entra la confusión, lo que descubre el primer síntoma de imperfección, ya que podemos conocer mucho nuestro cuerpo físico, pero nuestros planos intangibles, que nos diferencian del resto de la creación, son tan infinitos que la búsqueda por conquistarlos nos lleva la vida entera, y ahí es donde entra la capacidad que tenemos de ser Perfectos, ahí es dónde se encuentra la clave para descubrir “la misión” del hombre, la tarea que nos ha encomendado el Padre, porque es allí dónde se centran los principios que D’’s nos ha dado, de mayor a menor nivel D’’s nos enseña cómo descubrir y conquistar cada plano, nos da las herramientas para buscar la perfección, para vivir armoniosamente no solo con la Creación física, sino para vivir armoniosamente en el Mundo Venidero, y ahí es donde comprobamos que el Árbol de Vidas es una representación de la meta que D’’s nos ha propuesto conseguir.
Es por esto, convencido de esto, que sé que Jesús, Budha, Mitra, Changó, ni ningún otro dios falso, imaginado por la religión, es la Verdad. Porque el hombre ha tenido el mismo fin, la misma capacidad, desde que ha sido creado. La Verdad es que nuestro paso por este mundo es necesario, siguiendo los sencillos patrones de vida que se nos han encomendado, para elevarnos de nivel hasta conseguir la trascendencia. Que es con el Padre Celestial, en un espacio-tiempo desconocido por nosotros en este momento, pero seguramente Maravilloso.