Shalom,
"¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!" (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Este tiempo que dedico a ustedes es muy bien invertido, pues como enseñan nuestra santa Tradición, la persona que atrae a otros al lado de la Luz está haciendo el trabajo del Eterno.

Respuestas en su orden, con la advertencia de que serán muy breves, pues para algunas de ellas se precisaría varias horas de enseñanza para expresar una respuesta completa.

1- No tienen obligación ni de poner sus manos sobre la cabeza de sus hijos, ni tienen obligación de bendecirlos con palabras.
De hecho, la mejor bendición que un padre puede brindar a su hijo no es un asunto "religioso", sino un estilo de vida saludable, de crecimiento, de apego al Padre celestial, de amor.
Cuando uno trata con cariño sincero y respeto íntegro a sus hijos, y les muestra con el propio ejemplo de vida la manera bendita de comportarse con el prójimo y especialmente con los de la familia, entonces le está dando a sus hijos la mayor de las bendiciones.
Si a pesar de esto, usted quisera bendecir de palabra a sus hijos, puede hacerlo.
Ponga su mano derecha sobre la cabeza de su hijo o hija y digale: "Que el Eterno te bendiga y te guarde, te dé conocimiento, bondad y fuerza para que construyas Shalom".

2- Tratar de que todos los implicados sufran lo menos posible, no solamente en ese doloros momento, sino especialmente mirando hacia lo futuro.
Hay que tener en especial consideración a los hijos pequeños, que suelen ser los más perjudicados por el divorcio, aunque muchísimo más por las disputas y desvenencias entre los padres.
Por supuesto, que se debe dirigir a las personas para que cumplan con las reglas del país con respecto al divorcio y procurar que aunque los lazos conyugales se hayan terminado, no por eso se deje desamparada a la otra persona ni se incurra en falta de respeto o ilegalidades.

3- Las mujeres, noájidas o judías, son el pilar que sostiene a la familia.
Ellas deben seguir el modelo de las matriarcas de Israel, que hacían del hogar el centro de sus vidas, pues entendían que el trabajo del hogar no es humillante o de escaso valor, sino todo lo contrario. Al dejar la mujer el hogar sin su control, cuidado y ternura, la sociedad se desliza hacia abismos oscuros, tal como estamos comprobando actualmente.
Pero, atención, esto no implica una visión machinista chauvinista, de que la mujer sólo sirve para las cosas domésticas y privarlas así de desarrollar sus potencialidades en otros planos.
Si la mujer desea tener una vida activa profesionalmente, socialmente, comercialmente, etc., por supuesto que está habilitada espiritualmente para esto, siempre y cuando no descuide su tesoro, que no se encuentra afuera, sino como hemos dicho en la edificación de un hogar leal y de bendición.

4- Por recato la mujer no debiera presidir una comunidad de varones o mixta.
Sin embargo, si la mujer está capacitada emocional e intelectualmente, es bienvenida para disertar, enseñar, educar, etc., siempre y cuando su presencia sea recatada.
En caso de que no haya hombres capaces para dirigir los asuntos de la comunidad de noájidas, la mujer idónea debe tomar las riendas. Claro está, y atendiendo a la respuesta previa, si esto perjudica su dedicación a las cosas de su propia familia, entonces la comunidad debe quedar en un segundo plano.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco