al fin y al cabo El conoce a mi cuñada…
Esteban Hernandez
España
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.
Tres respuestas para su correctísima pregunta:
1- El Eterno nos ha prohibido determinadas conductas, tales como el asesinato, la violencia injustificada, el rencor, la inquina, la venganza, entre otras.
¿Le parece que Él aprobaría que lo quisiéramos hacer cómplice de un acto ilícito?
2- ¿Usted cree que a Él puede agradar que uno de Sus hijos le pida para hacer daño a otros de Sus hijos?
Recuerdo cuando los israelitas cruzaron el mar y cantaron y danzaron de júbilo.
Tras siglos de opresión y esclavitud eran libres, al fin.
El Eterno no tenía lo qué reprochar el espontáneo derroche de gozo y ánimo agradecido.
A pesar de que esto implicaba el dolor y muerte de egipcios.
Sin embargo, cuando los ángeles celestiales comenzaron a acompañar el canto jubiloso de los hebreos, el Eterno les amonestó severamente, y les dijo: ‘¿Mis hijos están muriendo y ustedes celebran?’.
Así es, incluso el pérfido pueblo egipcio es hijo del Eterno, y a pesar de los pecados y maldades cometidos por ellos, de las torturas con las que cercenaron a Israel, a pesar de todo esto, el Padre Celestial los sigue llamando hijos y no desea el mal del pecador.
Como sabemos, Él aguarda por el retorno del pecador a la Buena Senda.
Que muera el pecado, pero no el pecador.
3- Quizás su cuñada sea una mujer maliciosa, no lo sé.
Quizás le ha hecho cosas horrendas a usted, no lo puedo decir.
Pero le aconsejo que en vez de mantener oscuros sentimientos en su corazón, lo mejor para usted es liberarse.
Vivir su vida, con bien, bondad, justicia, rectitud y verdad.
Si no soporta más a su cuñada, hable con el Padre Celestial, ore, rece, implore, pero NO para pedirLe un daño para ella, sino para que Él actúe y establezca el Shalom en la tierra tal como lo establece en los reinos celestiales.
Y por supuesto, no deje de hacer lo necesario y lícito para interrumpir la influencia que ella tiene en su vida.
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.
Dios te bendiga, y que podamos ser constructores de Shalom.
Su apoyo constante nos permite seguir trabajando