Este es un comentario de una asidua visitante, que me ha parecido difundirlo más ampliamente:
«Rosario Couto Casais (2008/07/09)
¡Qué cosas nos inventamos las peresonas con tal de parecer que somos “los elegidos”!
¡¡¡¡Ministerio de Danza Cristiana Católica!!!!
Eso si que es vistoso, ponerse a bailar en medio de la iglesias, dar palmas, levantarse a profetizar (eso dicen), danzar para hacer milagros y otras muchas excentricidades que parecen el distintivo de algunas iglesias cristianas.
Con eso es dificil competir; hay que reconocer que aquí se propone actividades menos brillantes (aparentemente) tales como estudiar, trabajar, disciplina personal, corregir los propios errores; nada de ser profetas, nada de carisma, nada de liberar posesos de las garras del demonio, solamente gente normal que intenta ser un poquito mejor cada día y como no podía ser de otra manera, esto tiene poco atractivo mediático.
¿A quién le gusta oír que no es un ser especial, lleno de gracia a quien se le va a dar la vida eterna, (aunque ahora se muera de hambre) por haberle dado su dinero al pastor de turno?
¿A quién le gusta reconocer que se ha comportado como un ignorante y que tiene que estudiar, formarse, trabajar duro porque nadie le va a hacer milagritos por poner los ojos en blanco gritando Jesús es mi pastor?
Salvo que ya se tenga previamente el convencimiento de que hay algo erróneo en lo que se nos ha transmitido en el cristianismo, es difícil emprender este camino, aunque sea para liberarnos; al fin y al cabo, alcanzar la libertad tiene un precio que consiste en hacernos responsables de nuestros actos y es más fácil tener el respaldo de un pastor o cura que dice lo que hay que hacer, creer, pensar, etc. etc. etc.