Resp. 312 – Santidad en ambos mundos

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Si uno no es santo en la tierra, no será santo en el cielo?
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Shalom,
«Bendito el que viene en el nombre del Eterno.» (Tehilim / Salmos 118:26).

El concepto «santidad» en términos de Dios, ¿qué significa?

En la lengua en la que Dios trasmitió Su Palabra, santidad se dice «kedushá», y representa un estado de separación, de estar distinguido del resto. Así por ejemplo Shabbat, el séptimo día, tiene santidad, pues es un día diferente al resto de los de la semana.
Al matrimonio se le denomina «kidushin», que indica el especial estado que ahora vincula de forma particular a los cónyuges, quienes pasan a ser únicos, diferentes, distinguidos el uno para el otro, en una relación especial que es exclusiva de ellos.
El pueblo judío es designado como «kadosh», como santo, como diferente, pues ha sido el depositario eterno de la Torá con sus 613 mandamientos, que es la diferencia entre Israel y el resto de las naciones.

¿Cómo puede ser «santo» un noájida?
De seguro que no haciendo actos fuera de los normal (milagritos), ni adoptando para sí la Torá (que es del pueblo judío), ni usurpando la identidad judía, ni actuando de manera bizarra y extraña.
Tampoco buscando la separación emocional y social, convirtiéndose en ermitaños y ajenos a los acontecimientos del diario vivir.
Mucho menos hundiéndose en una falsa aura de espiritualidad, con rituales y gestos confusos, religiosos, de piedad de iglesia, pero no de verdadera santidad.

La distinción, la condición de inigualable y único, el estado de virtud especial la adquiere el noájida por medio del acatamiento total y sincero de los siete mandamientos que le corresponde cumplir, a lo que le suma una actitud constante de constructor de Shalom, por medio de los actos de bien y justicia.

Mire usted una «paradoja», el noájida «santo» debiera ser lo normal, pero en el mundo actual, pareciera no ser lo más habitual encontrar constructores de Shalom, fieles y humildes ante el Eterno.

Por supuesto que lo que siembre en Este Mundo es lo que cosechará y disfrutará en la Eternidad.
Por tanto, si siembra bien y justicia, gozará de bien y justicia.

Pero no olvide que hasta el último instante el Eterno espera paciente a que la persona abandone la mala senda y se rectifique, por lo que nunca se debe dar por pérdida a la persona, sino que tiene abierta la oportunidad para adquirir en un segundo una eternidad gozosa, dependiendo de sus buenas acciones, pero también de la rectificación sincera y total de la conducta.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Que sepamos construir Shalom.

More Yehuda Ribco

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2 comentarios sobre “Resp. 312 – Santidad en ambos mundos”

  1. Ciertamente esto lo tenemos asimilado,pero donde se establece la diferencia, es en la práctica de dichos mandamientos
    1.-Diferencia en la radicalidad de la entrega
    2.-Diferencia en entender un concepto
    3.-Diferencia en desear instruirnos
    4.-Diferencia en la práctica radical de los siete mandamientos ; me ayuda licenciado leer sobre mis compromisos con el Eterno para practicar con mas acierto.Gracias

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