Estuve ahí – Amor al dinero ajeno – Parte VI

         ¿El amor al dinero es la raíz de todos los males?

         Así es. Por eso es necesario decirle a los hermanos que deben dar diezmos y ofrendas para que sometan sus riquezas a la autoridad de Ieshu-a.

         ¿Y no sería más fácil eliminar el dinero para que se acaben todos los males?

         No, de ser así, los siervos que Dios ha elegido para ser mediadores entre Él y los hombres, no tendrían de qué vivir.

         ¿No cree usted que sería más fácil que los siervos de Dios consiguieran un buen trabajo que les cubra todas sus necesidades?

         …mmm… estás cuestionado mucho… no te permito que hables así… además, no veo razón para ir en contra de la voluntad de Dios. Sí él predestinó a alguien para guiar a los creyentes, entonces, es deber de los creyentes suplir las necesidades de quien los guía. Y ya que estamos hablando de dinero, quería saber qué ha pasado con la mensualidad tuya, tienes una deuda grande con la yeshiva.

         Usted conoce mi situación. A un mes de llegar aquí la economía del país cambió y conseguir el dinero en dólares se hace cada vez más difícil.

         Bueno, ya sabes que por causa de eso no puedes tener los mismos privilegios que los demás talmidim. Por ejemplo, no deberías pararte de primero en la fila de la comida, puesto que no estás pagando por ella. Tus compañeros deben servirse antes que tú. Ve buscando quien te ayude a pagar.

         … mmm… ok.

Lo único imaginario del dialogo anterior es: el nombre Ieshu-a. Lo demás fue una realidad vivida durante dos años.

Los falsos líderes disfrutan administrar el dinero ajeno. Los que yo conocí no tenían una profesión decente en la cual ganarse la vida. Les era más fácil inventar profecías en las cuales el receptor debía sembrar su dinero para que “la palabra profética” se le cumpliera.

Esos seudo judíos se caracterizan por dedicarse a vender nuevas supuestas revelaciones que, según ellos, Dios les da. Acostumbran a venderlas en congresos o retiros en los cuales montan su show. Manipulan a la audiencia con el único propósito de obtener dinero para gastárselo a sus anchas.

Es interesante ver cómo se comportan ante quienes sí poseen riquezas. No importa cuán ortodoxos pretendan ser, a la hora de la final, venden sus propias reglas con tal de ganarse la simpatía de los millonarios a quienes repetidamente visitan para contarles sus problemas monetarios. Luego, que consiguen su objetivo, dicen a los incrédulos que esa tsedaká/caridad quedará grabada en los libros del cielo para el día en que Dios lo llame a su presencia.

Sin embargo, con el que no tiene ni donde caerse muerto, se comportan de forma altanera, amenazadora, altiva. Si a usted algún día lo han humillado por no tener dinero, créame, yo también sé lo que se siente. En esa seudo yeshiva el único que no recibía dinero era yo. Mientras se acumulaba la deuda de las mensualidades, tenía que agachar la cabeza y decir “sí” y “amén” a todo lo que me pedían. Y cada vez que cuestionaba lo que no me convencía, me recordaban cuál era mi condición en ese momento.

Tener que estar de último en la fila de la comida, resignado a comer de lo que los demás escogían, era denigrante. No todo el tiempo fue así, puesto que sabía que algún día la deuda se iba a cancelar me sentía con los mismos derechos que los demás.

Ver cuán alterado se volvía “el shaliaj” cuando alguien se atrasaba en una mensualidad era impresionante. Cuando tenía dinero decía “Dios proveerá”, cuando no lo tenia decía: “¡sus pastores son unos irresponsables por no hacer llegar el dinero a tiempo!”

Reclamaba constantemente que de las mensualidades dependía hacer las compras a tiempo. Pero como todo sale a la Luz tarde o temprano, supe que una señora seguidora del seudo jajám le daba mensualmente y sin falta el dinero del mercado. Esto lo supimos cuando hablamos con ella y nos quejábamos de la falta de buena comida en la yeshiva. Entonces, ¿qué hacía con el dinero? Pues lo donaba a una “buena” causa, la suya.

Respecto a la deuda que tuve con la seudo yeshiva, puedo decir que se le pagó dos veces. Me explico: mi regreso a Venezuela coincidió con una visita del seudo jajam. A él, el director de mi congregación, le pagó en bolívares toda la deuda de dos años de yeshiva. Por otro lado, luego supe por correo del “shaliaj” que una persona que prefirió permanecer en el anonimato había pagado toda mi deuda en dólares. Sin contar que otras personas que simpatizaban conmigo habían pagado una que otra mensualidad. En mi país se le dice a eso “pagarse y darse el vuelto”. Pero en realidad tiene un sólo nombre ROBAR.

Es mandamiento de Dios para nosotros los gentiles abstenernos de tomar lo ajeno en cualquiera de sus formas. Pero, ¿qué se podía esperar de aquellos que decían a grito entero conocerlo, pero que en realidad nunca tuvieron una relación verdadera con Él?

No importa cuán piadoso pretenda lucir, no importa cuán santo se muestre. Si dice ser judío y no tiene cómo demostrarlo, sumado a que cree en Ieshu como su salvador, y actúa como misionero, entonces es un deber actuar de manera tajante y cortante, y evitar que siga engañando y sembrando la maldad.

Estos falsos sabios son amigos del dinero ajeno. Profesionales en sacar los billetes del bolsillo de quien tengan cerca. Mienten, roban, estafan, delinquen a diestra y siniestra. Todo en nombre de su falso dios Ieshu. Ni la moneda más pequeña debe ser donada para que cometan sus fechorías. En lugar de dar, se les debe obligar a pagar cada centavo que han conseguido por medio de sus falsedades.

Amigo que escondidamente has seguido la secuencia de esta historia, y que aun así pretendes seguir viviendo la mentira seudo judío mesiánica, decídete ya a renunciar al camino torcido y tenebroso, vuelve a la Senda Buena. Aquí no hay piedras con las que tropezar, sino un camino suave lo suficientemente iluminado para ver la verdad de la vida.

En cambio, nosotros que desde hace algún tiempo somos fieles de entre las naciones, debemos hacer caso a la voz del maestro que constantemente nos dice que no entiende cómo gustosos sembrábamos en aquellas causas sin cuestionar y convencidos de hacer la voluntad de Dios, pero en cambio con las personas y organizaciones que nos han dado acceso a la Luz de la Verdad, hemos cerrado nuestra mano.

Rectifiquemos, corrijamos. No mañana, hoy mismo.

5 comentarios sobre “Estuve ahí – Amor al dinero ajeno – Parte VI”

  1. Estimado Jonathan, buscando lecturas provechosas en este lugar, leí hace poco sus escritos sobre su experiencia personal en Guatemala, créame que me impresionó su experiencia, su búsqueda, su deseo de acercarse a lo divino y su tesón por alcanzar algo que quizás para mucho de nosotros podría ser hasta intrascendente. El suyo debe ser un objetivo paradigmático, sin ser judío como Ud. dice, querer ser rabino mesiánico es un deseo bastante sorprendente, suena desde afuera algo enredado y complejo de entender pero me imagino que como Ud. otros estarán pensando esos caminos. A partir de esa etapa temprana, juvenil, como cristiano por las influencias de su entorno, quizás evangélico, Ud. toma una postura de vida y luego a jugarse el todo por el todo sólo para terminar en una decepción profunda, el engaño en su máxima pureza, y luego su valentía por denunciar con nombre y apellido, decir las cosas por su nombre y hacerse responsable de ello es hoy por hoy difícil, ciertamente su historia personal es un aporte valioso para muchos jóvenes latinoamericanos.

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