Basada en el «Manual de Vida» de Epicteto, me atrevo a escribir las siguientes lineas para ustedes, espero que sean de su agrado y tambien sean constructivas:
Como bien sabemos no somos entidades aisladas, mas bien somos una parte unica e insustituible de la sociedad. No podemos olvidar que somos una pieza esencial del rompecabezas de la humanidad. Cada uno es parte de una compleja, intrincada y perfectamente ordenada comunidad Humana. Pero, ¿donde encajamos dentro de esa red? ¿con quien estamos en deuda?… Tal vez debamos investigar y solo asi comprenderemos nuestras relaciones con los demas.
Cuando reconozcamos nuestras relaciones naturales y al hacerlo podamos identificar nuestros valores, nos ubicaremos adecuadamente dentro del esquema de nuestra socidedad. Nuestros deberes surgen naturalmente de relaciones tan fundamentales como la familia, el vecindario, el lugar de trabajo o nuestra nación. Desarrollemos el hábito de considerar nuestros papeles (como padres, hijos vecinos, ciudadanos y dirigentes) y las obligaciones naturales que de ahi se desprenden, una vez sepamos quienes somos y con quienes estamos vinculados, sabremos que hacer.
Si un hombre es nuestro padre, por ejemplo, de alli se desprenden ciertas obligaciones espirituales y prácticas. El que sea nuestro padre implica un vínculo fundamental y perdurable entre nosotros. Estamos naturalmente obligados a cuidar de el, a escuchar sus consejos, a ejercitar la paciencia cuando escuchamos sus opiniones. Pero entonces supongamos que no es un buen padre, quizas sea fatuo, poco educado, poco refinado o tenga ideas muy diferentes a las nuestras ¿acaso la naturaleza le da un padre ideal a cada uno?. Cuando se trata de deberes fundamentales como hijos, cualquiera sea el caracter de nuestro padre, calesquiera que sean sus hábitos o su personalidad, esos aspectos son secundarios. El orden Divino no diseña a la gente o a las circunstancias de acuerdo con nuestros gustos, lo hallemos agradable o no, este hombre es en ultima instancia nuestro padre, y estamos obligados a cumplir, de la mejor manera posible, con todas nuestras obligaciones filiales.
Es casi que imposible permanecer rectos en estas obligaciones, pero cuando flaqueamos nos desviamos y comenzamos a imaginar que las cosas que no estan en nuestro poder son malas, cuando esto sucede el hábito de culpar a los demas por nuestra suerte en la vida se arraiga inevitablemente y nos perdemos en una espiral negativa de envidia, lucha, desencanto, ira y reproche… algo que es natural, puesto que las criaturas siempre por instinto se apartan de aquello que consideran dañino y buscan y admiran aquello que consideran bueno y conveniente. Pero nuestra meta debe ser buscar la armonia con la naturaleza y con Di-s, porque ese es el verdadero camino hacia la libertad. Dejemos que los demas se comporten como deseen de cualquier manera esto no esta bajo nuestro control y por consiguiente no debe hacer parte de nuestras preocupaciones (como lo enseñó alguien de fulvida en el post llamado «El viejo Moré»). Comprendamos que el ETERNO programó la naturaleza de una forma ordenada según la razón, pero que no toda ella es razonable.
La mayor parte de la gente tiende a engañarse al pensar que la libertad consiste en hacer lo que le agrada o lo que propicia su comodidad y bienestar. La verdad es que aquellos que subordinan la razón a los sentimientos del momento son realmente esclavos de sus deseos y aversiones y estan mal preparados para actuar de manera noble y eficaz cuando se presentan retos imprevistos… como siempre ocurre. La autentica libertad exige mucho de nosotros, al descubrir y comprender nuestras relaciones fundamentales con los demas y cumplir con celo nuestros deberes, la verdadera libertad anhelada por todos entonces es posible.
Y por ultimo, no olvidemos que la voluntad Divina existe y dirige el universo con justicia y bondad, aun cuando no siempre sea evidente, cuando contemplamos unicamente la superficie de las cosas. Centremos nuestra determinación en esperar justicia, bondad y orden y estas virtudes seguramente se harán mas presentes en todos los asuntos de la vida.
Cuando nos esforcemos honestamente por actuar como personas sabias y decentes, que buscan adecuar sus intenciones y actos a la voluntad Divina, no nos sentiremos heridos por las palabras o las acciones de los demas. Hay que confiar en que hay una inteligencia superior que es Nuestro Padre y cuyas intenciones dirigen nuestra existencia, entonces que nuestra meta primordial sea dirigir nuestra vida en consonancia con la voluntad de El.
Me gusta como habla sobre la libertad, y sobre como debemos actuar con nuestro entorno nos sea de nuestro agrado o no.
Muy buen libro Manu!!!, gracias por compartir estas lineas :)
muy buen post… Gracias Manu… buena enseñanza
buenisimo
Donde concientizaramos a tantas personas que se quejan de su diario vivir , como :
Me levante con el pie izquierdo , estoy salado , tan de malas , porque a mi, etc.
A que se instruyeran leyendo este jugoso , sustancioso y sabio post ? Este mundo seria un mundo bien diferente.
Precisamente es necesario entender nuestros roles e identidad para así poder estar tranquilos con nolsotros mismos y tener una vida más productiva.Lo otro es que ,como dices,querida Manu, la libertad no consiste en hacer lo que a uno le place, pues así nos convertimos en prisioneros de nuestros deseos y somos muy infelices.Muy buen ensayo.Que Dios te bendiga y acompañe.Shalom