Los señores de la foto…

En la actualidad el disfraz tiene más peso que la esencia.
Por ejemplo, uno llega a considerar que un hombre barbudo, con guedejas colgando de sus sienes, pelo rapado, gran sombrero negro, saco largo negro, camisa blanca, es de lo más ortodoxo y por tanto aplicado dentro del judaísmo. Probablemente se les dirá “rabino”, aunque no lo sea, pero eso “parece”.
Tal como si fuera condición indispensable vestir de esa manera, porque de lo contrario uno no estaría en la senda del Eterno.

Sin embargo, eso es solamente apariencia, teatro, disfraz, para nada la esencia o lo que identifica en realidad a la persona.

Contemplemos esta imagen (tomada de Matzav.com).


Seguramente pocos admitirían que estamos ante personas ortodoxas, y más aún, de los más encumbrado de una de las ieshivot –academias rabínicas- anteriores a la Shoá.
Sí amigos, así es.
Estos señores con el rostro rasurado perfectamente, con ropas modernas –para su época-, con diferentes estilos de ropas y sombreros, sin uniformes, similares a cualquier caballero de clase media de hace 70 años atrás, estos señores eran la flor y nata, lo mejor entre lo mejor de la ortodoxia judía.

Así eran en su mayoría los ortodoxos hasta hace pocos años.
Porque se valoraba la acción y no la postura. Porque se apreciaba el contenido y no el disfraz. Porque se reconocía la importancia de equilibrar lo físico con lo espiritual. Porque importaba la calidad y no la cantidad. Porque se estudiaba y se sabía y no meramente repetía con infantilidad de extremista fanático. Porque no eran necesarias imposiciones restrictivas apabullantes para sostener una máscara de religiosidad, cuando lo que se tomaba en cuenta era la belleza de la espiritualidad bien entendida y vivida.

Pero ahora entre muchos ortodoxos prima lo superficial.
Se buscan rituales complicados porque se está vacío de espiritualidad.
Se imponen más y más límites a lo que es permitido, por miedo a lo que se desconoce.
Se obliga a ser parte de grupos cerrados, enceguecidos, imposibilitados de preguntar y madurar, para que algunos pocos sigan en el poder, desde sus tronos fantasiosos de “rebes” y “líderes cabalísticos”.
En este complejo camino muchas veces se cae en el error profundo, incluso en la idolatría disfrazada de piedad. Adoración de persona, rezar a personas, denegar la humanidad del prójimo, supersticiones variadas, tráfico de influencias emocionales, hostigamiento, discriminación negativa, rituales paganos convertidos en piedra fundamental de doctrinas y prácticas, etc. ¿De que vale el disfraz si uno lleva una vida antagónica con el camino y la meta que propone Dios para Sus hijos?

Cuando en los hechos el disfraz es solamente eso.
El miedo es otro de los instrumentos del EGO.
Las restricciones agobiantes son manifestación de la limitación intelectual y la inoperancia espiritual, en la mayoría de los casos.
El adoctrinar en lugar de enseñar es asegurarse en la prisión conocida en lugar de aventurarse a crecer y cumplir al máximo grado el potencial individual.

Lamentablemente este cáncer social se extiende, se amplía.
Ya no son solamente unos pocos extremistas, ahora se van incorporando otros a esta forma superficial de vivir.
Se mandatan uniformes exteriores para uniformizar el pensamiento, para someter las emociones, para bloquear el avance dentro de los marcos permitidos.

Incluso entre algunos noájidas se está percibiendo algo similar.
El afán de vestirse como lo que se cree es un judío ortodoxo, el anhelo por trajes negros y camisas blancas, poblarse de barbas, dejarse colgar pelos desde las sienes, usar la cabeza cubierta con grandes gorras, prohibir lo que está permitido en aras de aparentar una mayor “ortodoxia” noájica.

Triste, patético, lamentable, erróneo y seguramente lleva al vaciamiento del intelecto, a la pobreza del accionar, a la parálisis emocional y al consiguiente aumento de la religiosidad para tratar de llenar el hambre de espiritualidad.

Veamos nuevamente la foto.
Son judíos ortodoxos, de lo mejor entre la nobleza intelectual y de práctica del judaísmo, gente impecable por dentro y por fuera… ¡de la ieshivá Telz! Que es decir el Harvard de las ieshivot.
Pero hoy serían tildados de no-ortodoxos, conservadores, judíos modernos, reformistas, laicos por más de uno que viste el uniforme, repite los lemas, adora a sus “rebes”, pero seguramente no tiene ni un 10% del conocimiento y acción de los señores de esta foto.

Y en esta foto… ¿qué vemos?

Los tiempos cambian.
Ahora se exalta lo externo, el ser parte de la secta, el agruparse en torno a algún líder con su doctrina metafísica, el discriminar y presionar a los diferentes.
Antes… antes no todo era mejor, pero al menos había lugar para el debate saludable, la apertura dentro de los parámetros correctos, el ser activo y pensante.
(Quizás estoy idealizando el pasado, pero las fotos no me dejan).

Por supuesto que para aquellos que comprenden y sienten la importancia de tal o cual vestimenta, en tanto no contradigan ningún mandamiento, están en su derecho y son bienvenidos de hacer como hacen. No hay nada de malo en sí en la forma de vestir pulcra, decorosa, acicalada, hasta uniformizada, en tanto no sea un disfraz para ocultar el vicio y oscuridad interior.
¿No es mejor llenar de contenido a la vasta mayoría irreflexiva, temerosa, títeres, EGÓlatras que se aferran a lo externo, a lo superficial, en lugar de mejorar lo que realmente tiene valor y trascendencia?

Para finalizar, un pensamiento del gran maestro, el Rav Kuk:

"Los hombres justos no se quejan de la iniquidad, sino que incrementan la Justicia.
No se quejan de la herejía, sino que acrecientan la confianza en Dios.
No se quejan de la Ignorancia, sino que aumentan la sabiduría."
(Arpelei Tohar)

24 comentarios sobre “Los señores de la foto…”

  1. Exelente texto, la verdad es bueno saber que no todo lo que brilla es oro, es decir la imagen externa, no habla de la imagen interna, de la capacidad intelectual y de las moral de las personas. Aunque deberíamos fijarnos más por lo que se es que por lo que se pone.

  2. Pocos discursos me han llegado al corazón como este. Cuántas veces hay personas que nos critican y que buscan ser lo que no son! Ahora nos tildan de radicales cuando no nos puden subsumir en su imagen idealizada. Noajudas que quieren ser judios y hermanos que se critican entre si. Qué no es mejor llevar una vida justa que andar disfrzándose para quedarle bien a los demás? Hay personas que discuten cómo vestirse y se enfocan en las cosas pequeñas mientras dejan las grandes de lado.

    Qué hermoso texto, querido amigo! Si tan solo aplicáramos la mitad de la sabiduria de este tesoro que acabamos de leer, cuán fácil se nos haríanas cosas!

  3. asi es felipe.
    los extremistas, fanaticos, verdaderos «radicales» son los q viven en la negacion, prohibicion, maldiciones, amenazas, presiones, disfraces…
    entre los judios y entre los gentiles.
    pero al menos para los judios el «disfraz» tiene hasta cierto punto un sentido de identidad: guetica -del gueto-, galutica -del exilio-, historica.
    pero para el gentil q se disfraza de judio ortodoxo, pensando q es mas espiritual por ello, q el disfraz es sinonimo de espiritualidad,q por tener tal o cual prenda o pelo es mejor q otros… son pateticos egolatras, imbeciles en su original sentido de la palabra (http://etimologias.dechile.net/?imbe.cil)

  4. Si tan solo fuesen por dentro lo que aparentan por fuera no seria tan enfermizo esto de disfrazarse de piadosos.

    Ya quisiera uno que lo abundante de la barba fuese sinónimo de sus abundantes buenas acciones.

    Tan alejados están del verdadero concepto de espiritualidad que la conciben como un difraz.

  5. si buscan fotos de sres gentiles en estados unidos en la decada de 1940, veran q estan vestidos de similar manera.
    acaso los gentiles habian copiado estas ropas a los judios?
    hmmmm
    y si nos remontamos hacia 1700, rusia, veremos q lo q hoy es ropa «jasidica», en verdad era ropa rusa, y hasta algunos detalles eran particulares de ciertas ordenes religiosas cristianas, luego «tomadas prestadas» por los nacientes grupos jasidicos como algo propio, q luego legaron y ahora toman como uniforme obligatorio.
    lo triste es q tanto judios como gentiles se envician con el disfraz, pero se abstienen de llenar de contenido -buenas acciones, buenos pensamientos- sus vidas.
    reitero lo dicho en el post, para aquel q las ropas tienen sentido y es acompañado por lo interno: q bueno q asi sea.
    para los otros, los fantoches q se disfrazan y presionan para q otros lo hagan… triste, lamentable, erratico, religioso…

  6. Gracias Moré,

    Estas fotos estan excelentes!!! Y el texto que lo acompañaes «muy cierto»

    El farsante, será farsante aunque se disfrace, pero… tristemente muchos prefieren ver las apariencias… y olvida que

    «Aunque el mono se vista de seda, mono se queda» como dice un dicho popular.

    Nuevamente gracias!

  7. Exactamente. Hay mujeres gentiles que se debaten entre cortarse el cabello de raíz o dejárselo como tienen porque dicen que a pesar de que la mayoría de mujeres que lo hacen son las de Jabad, no obstante ello, las mujeres gentiles deben de plantearse la posibilidad porque les permite vivir con más modestia.

    Están los hombres gentiles que los ve uno con la kipá puesta y recitando palabras en lo que dicen ellos que es hebreo, que dicho sea de paso, ni pronuncian bien y un sin fin de fantochadas más.

    Hablan de que no comen carne porque la carne estaba prohibida en un inicio y que es mala para la salud pero no es malo el andar intrigando por ahí, el revelarse contra la Divinidad y sobre todo, el tratar de engañarse a ellos mismos.

    Uno puede entender que existan judíos que quieran identificarse y utilicen ciertas vestimentas, pero gentiles que lossolo hacen el ridículo. Hablan de perdón cuando en realidad guardan rencor, fingen humildad cuando en realidad son soberbios, leen Torá y no siguen la ley como les corresponde, manipulan la verdad, se rodean de «judíos» para que les aplaudan las estupideces que hacen.

    Es realmente triste que no puedan aceptarse como son y busquen ser lo que no son.

  8. Es una lástima, he decidido hacer un post al respecto, decidí incluirle un poco de humor porque todos estos temas me traen recuerdos deprimentes. Tengo que admitirlo, mi ego no me ha permitido superar ciertas cosas, aunque batallo contra él todos los días. No es una forma de irrespeto sino de expresión, a veces las lecciones no se olvidan si se les incluye un poco de humor.

  9. Recuerdo una vez caminando por Flores (hay una gran comunidad judía en ese barrio argentino) ver a tres personas vestidas muy elegantemente (extremada ortodoxia), pero lo que más me llamó la atención fue el grado de altivez que tenían. TAmbién recuerdo al padre de mi amiga, siempre con su sonrisa amable y vestido con pantalones caki y camisa. Dos caras de la moneda.
    Es esa altivez la que aleja a personas como mi amiga que siendo judía (verdadera) no quiere oir ni hablar de los judíospiadosos como los llama, y que en el peor momento de su vida, en vez de recurrir a sus raíces me preguntó a mí.
    Me encanto el post. Gracias.

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